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 Birmania (Myanmar)
¡Golpe militar y “transición democrática” son las dos caras de una misma moneda!

¡Por la independencia de clase del proletariado!

¡Por una lucha abierta contra todas las facciones burguesas!

 

 

El lunes 1° de febrero, los nuevos funcionarios electos se preparaban para ocupar los distintos hemiciclos parlamentarios y formalizar los resultados de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, ganadas por la Liga Nacional por la Democracia (LND) liderada por Aung San Suu Kyi. Los militares interrumpieron el circo electoral que ellos mismos habían montado, encarcelaron al Jefe de Estado y a su Consejera de Estado y la lider arriba nombrada, ahora Ministra de Relaciones Exteriores, además de diversas personalidades de la NLD, en nombre de un Consejo Administrativo Estatal (SAC por sus siglas en inglés) creado para gobernar el país.

Los detalles del golpe y su cronología, la falta de carisma de los líderes de la junta o las ridículas justificaciones son irrelevantes. Lo esencial aquí es que una vez más el dúo democracia / autoritarismo es un arma anti-proletaria.

 

DESARROLLO CAPITALISTA Y ASCENSO DEL PROLETARIADO

 

Birmania es un país del sudeste asiático de 50 a 60 millones de habitantes según estimaciones, todavía mayoritariamente agrícola (el campo emplea al 70% de los trabajadores del país), pero que se encuentra en pleno desarrollo capitalista: hoy está experimentando un fuerte crecimiento económico, impulsado por un afluencia de capitales occidentales y asiáticos, especialmente chinos. El principal objetivo de la “democratización”, instituida desde 2011, era atraer estas inversiones normalizando el régimen y abriendo gradualmente la economía.

Esta expansión capitalista dio a luz a un joven proletariado. El antropólogo Stephen Campbell describe esta dinámica basándose en el éxodo rural: “la población activa de las zonas industriales de Yangon [Rangun] está formada principalmente por antiguos aldeanos expulsados de las zonas rurales debido a una deuda inmanejable, la devastación de la infraestructura provocada por el ciclón Nargis en 2008 y el robo total de sus tierras por intereses militares y comerciales privados. La especulación inmobiliaria y el desarrollo urbano elitista durante la última década han elevado el costo de la vivienda, lo que ha llevado a cientos de miles de migrantes que llegan a las ciudades a no tener más viviendas estatales y a optar por ocupar ilegalmente viviendas baratas en las afueras de la ciudad. Muchos de estos nuevos residentes urbanos buscaron empleo en fábricas de alimentos y otras plantas de procesamiento que producían para el mercado interno, o en fábricas de prendas de vestir que producían para la exportación. En 2018, más de un millón de trabajadores, en su mayoría mujeres jóvenes, incluidos muchos ocupantes ilegales, estaban empleados en fábricas de prendas de vestir, textiles, calzado y accesorios en Myanmar, principalmente en los alrededores de Yangon” (1).

Esta joven clase trabajadora es víctima de una explotación feroz: sus paupérrimos salarios permiten atraer inversores extranjeros, desviándolos de países como Vietnam donde los salarios de miseria no son suficientes para los explotadores capitalistas. Por supuesto, esta explotación va acompañada de una severa represión antiobrera (legal o extralegal) y de la integración de la protesta obrera en las instituciones burguesas de negociación y “diálogo”. Esto es lo que Campbell explica con más detalle: “El gobierno cuasi civil de U Thein Sein, que asumió el poder en 2011, introdujo una nueva legislación elaborada con el apoyo de la OIT [Organización Internacional del Trabajo], legalizando la creación de sindicatos (en octubre de 2011) y formalizando la negociación colectiva (en marzo de 2012). Las nuevas leyes apuntan a frenar las huelgas, proporcionando a los trabajadores vías institucionales para buscar reparación por sus quejas laborales”.

Estas medidas no impiden la protesta obrera, pero su objetivo es encerrarla en un marco burgués para evitar que encuentre el camino de la lucha clasista.

 

UNA “TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA” CONTRA EL PROLETARIADO Y LAS MINORÍAS ÉTNICAS

 

En noviembre de 2010, los militares liberaron a la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, y se embarcaron en una democratización del régimen: reducción de la censura de los medios, reducción del presupuesto militar, aumento del presupuesto de educación y salud, liberación de varios presos políticos, etc.

Las elecciones de 2012 permitieron la legalización de los partidos políticos y reformas constitucionales en las urnas. Los militares, sin embargo, obtuvieron asientos reservados en las asambleas. Finalmente, en 2015, Aung San Suu Kyi se convirtió en la Primera Ministra de facto del país (“Asesora”).

Esta democratización no solo estuvo acompañada de medidas represivas contra la clase trabajadora (para garantizar la inversión de capital extranjero), sino también de una política genocida contra los rohingyas, una de las muchas minorías étnicas en Birmania (estas minorías constituyen el 30% de la población y el poder central tiene una larga tradición de persecución contra ellos). En 2017, el ejército lanzó una campaña sistemática de masacres, violaciones e incendios en las aldeas contra esta minoría musulmana profundamente oprimida, que mató a miles y provocó un éxodo masivo hacia el vecino Bangladesh.

El carácter criminal de la “transición democrática” hizo palidecer a la estrella del Premio Nobel de la Paz “La Dama de Rangún” celebrada en los medios imperialistas y las instituciones internacionales, pero no impidió que los imperialistas continuaran con sus asuntos: ¡business as usual!

 

IMPERIALISMOS AL ACECHO

 

Las potencias imperialistas de Europa, Estados Unidos, Japón y China están muy interesadas en Birmania. Además de encontrar allí mano de obra barata y vigilada, los burgueses están ávidos de los recursos naturales del país. Este es particularmente el caso de la multinacional francesa Total, que lleva varias décadas explotando el petróleo birmano, actividad que estuvo acompañada bajo la dictadura militar de una violencia bárbara contra la población civil de las zonas productoras de petróleo, incluida su reducción a la esclavitud.

Los imperialistas europeos también han buscado fortalecer su presencia estableciendo una cooperación militar con los torturadores en uniforme. Las fuerzas policiales han sido capacitadas en el “manejo de multitudes” por la Unión Europea, en el marco del programa MYPOL implementado desde 2016 (2)

Por el lado japonés, el influyente lobby al origen de la política japonesa hacia este país ha impulsado la Asociación Japón-Myanmar (antes Comité de los Intereses Birmanos     ), además del desarrollo de inversiones en diversos campos (las inversiones japonesas están en el primer puesto después de las inversiones chinas), el establecimiento de vínculos militares entre Yangon y Tokio a principios de este año. Japón es también el mayor proveedor de “ayuda” a Birmania (más de mil millones de dólares al año) obviamente para defender sus intereses. Todo esto explica hasta hora el rechazo a hablar de sanciones contra los militares. Los capitalistas japoneses también temen que las críticas a los militares hagan el juego al competidor chino.

Por su parte, el imperialismo chino ve a Birmania como un socio importante en sus “nuevas Rutas de la Seda”. Las inversiones chinas son, de lejos, las más importantes del país. Birmania es un socio comercial pero también un punto geoestratégico que permite evitar el Estrecho de Malaca para mover las exportaciones e importaciones chinas por mar. No debería sorprender, entonces, que el gobierno chino no criticara el golpe y vetara una resolución de la ONU que lo condenaba.

En reacción a la posición china, Estados Unidos se acercó al régimen birmano en la década de 2010, en un intento por reducir la influencia de Beijing y es hoy el crítico más vehemente de la junta militar.

 

¡NO ES LA DEMOCRACIA LA QUE DEFENDERÁ AL PROLETARIADO!

 

La población que había manifestado su rechazo a los militares votando a favor del LND, salió a la calle masivamente contra la junta. El ejército respondió con una sangrienta, aunque relativamente mesurada, represión contra manifestantes y huelguistas.

En diferentes sectores (ferrocarriles, astilleros, etc.) los trabajadores se declararon en huelga contra la nueva dictadura y se lanzaron convocatorias de huelga general. Desafortunadamente, esta protesta sigue teniendo como base la democracia burguesa. Como explica el diario británico The Guardian: “Las demandas de los manifestantes ahora van más allá de desafiar el golpe. También piden la abolición de la constitución de 2008, redactada bajo supervisión militar, que otorgó a los generales poder de veto en el parlamento y control de varios ministerios, así como el establecimiento de un sistema federal en una Myanmar étnicamente diversa”(3).

Ante la inevitable ofensiva capitalista – militar o civil, autoritaria o democrática – la clase obrera no tiene otra solución que prepararse para la lucha abierta, en total ruptura con las demandas democráticas o nacionalistas (incluso bajo una máscara “antiimperialista”), independientemente de todas las fuerzas burguesas y pequeñoburguesas. Solo forjando una fuerza de clase, anticapitalista y antidemocrática, aguerrida en movilizaciones proletarias contra todos los ataques del capital, tanto en el campo económico como en el político y social, podrá enfrentarse a la burguesía y su aparato militar.

La condición sine qua non es la lucha por reivindicaciones y con métodos y medios de clase, y la presencia de un verdadero Partido Comunista para orientarlo hacia una perspectiva revolucionaria internacional. Esto requerirá la ayuda de los proletarios de otros países que, como primer aporte, deben desmarcarse de la actual campaña democrática, desenmascarar las hipócritas condenas de su propio imperialismo y entrar en lucha contra ellos.

 

¡Abajo el golpe militar! ¡Abajo la “transición democrática”!

Contra el ejército y la oposición, contra todas las aves de rapiña imperialistas, contra todas las divisiones étnicas, una perspectiva proletaria: ¡la lucha de clase independiente!

¡Por la solidaridad proletaria internacionalista!

¡Por la reconstitución del Partido Mundial de la Revolución Comunista!

 



(1) https://www.revolutionpermanente.fr/Myanmar-La-classe-ouvriere-face-au-putsch-entre-la-resistance-et-le-piege-democratique-bourgeois
(2) Salai Ming “Golpe de Estado en Birmania: resistencia al espectro de 1988”, https://asialyst.com/fr/ 2021/02/19/coup-etat-birmanie-resistance-face-spectre-1988/
(3) https:// www. theguardian.com/ world/2021/feb/10/myanmar-protesters-streets-naypyitaw-yangon-police-coup-violence

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

26 de febrero 2021

www.pcint.org 


 

Elecciones parlamentarias en Venezuela 

¿Gigantesca victoria del chavismo? ¡No, arrasadora desconfianza del proletariado!




Si se trata de una victoria, ella sería la victoria – pírrica – no solo de Maduro sino del orden burgués que él representa y que siempre ha imperado en Venezuela, poco importa el nombre que se le haya dado en estos últimos veinte años a la bestial explotación capitalista del proletariado en Venezuela.

Cerca de 21 millones de electores potenciales, más de mil observadores entre nacionales y extranjeros “amigos” de Venezuela como el ex presidente español, Zapatero – Bruselas, Washington y Lima juzgaron nulas e incluso fraudulentas estas elecciones (ya antes de sus resultados...), y no enviaron a ningún representante –, todo organizado para las elecciones legislativas del 6/12 cuyos resultados darán nombre a los nuevos 277 parlamentarios a la clásica Asamblea Nacional. Hasta aquí todo normal, la calle está tranquila, no hay incidentes, el opio democrático ha podido difundirse sin grandes tropiezos.

Alrededor de la 1:30 de la madrugada del día siguiente se anuncia el primer boletín sobre la base del cómputo de los primeros 6 millones de sufragios según las cifras oficiales, equivalente al 31% de la totalidad de los electores potenciales (Guaidó dice que solo fueron a votar un 7%, otros voceros hablan de 21%), la abstención, ésta sí, fue masiva, casi 70%. Este primer boletín dará las proporciones sin cambios significativos en lo que queda de conteo de urnas. La oposición de derechas (Alianza por el Cambio) gana un tercio, o 17,52% (casi un millón de votos) de los escaños, la extrema derecha (Primero Justicia, Voluntad Popular) 4,15%, y los dos tercios restantes (67%, 3 millones 500 mil votos) serán para los representantes del PPT-PSUV, el llamado Gran Polo patriótico o Alianza bolivariana.

Estas elecciones parlamentarias se han desarrollado en Venezuela en el marco de diversos e intensos problemas sociales y políticos internos: pandemia, sanciones económicas por parte de Estados Unidos, crisis económica devastadora, pobreza creciente, desabastecimiento, primeras peleas en el seno del partido de gobierno con la salida del PCV y otras pequeñas agrupaciones políticas reformistas de izquierda, en esta caso Tupamaro y Marea Socialista – Aporrea.org., los cuales junto a otras pequeñas organizaciones minoritarias obtienen un pequeño 2,7% de los votos recogidos en su totalidad.



El presidente auto-proclamado Guaidó, su consulta y su boicot



Guaidó y los políticos extremistas anti chavistas habían perdido el poder de convocatoria que tenían años atrás, por tanto su llamado a boicotear las elecciones legislativas era la única alternativa honorable que les quedaba, no sin antes consultar a los mandamases imperialistas capitaneados por el todavía presidente Trump. Por otra parte, el Banco de Inglaterra piensa otorgar los mil cien millones de dólares en oro depositados por Chávez en sus bóvedas a la causa de Guaidó y de sus seguidores – esto es un signo más que evidente que los imperialismos occidentales continúan apoyando a su pupilo presidente auto-proclamado. Este último llama a una “consulta democrática” por vía electrónica en los próximos días. ¡Pero si Guaidó denuncia los comicios chavistas como una farsa, su “consulta” vía Telegram (1) ha sido una farsa al cuadrado! Es evidente que la arrasadora abstención no se la puede atribuir a los llamados de Guaidó al boicot de las elecciones, considerando que “las elecciones de Maduro carecen de garantías y condiciones” (Cf “El Carabobeño”). El opositor Vicente León, presidente del instituto de encuestas Datanalisis, considera que la abstención es más el hecho de una creciente “desconfianza en los políticos que los llamados al boicot lanzados por la oposición”. Un diario francés citaba la frase de un habitante en Caracas: “el único acto heroico de la oposición es el de condenarnos a morir de hambre” (2), haciendo referencia al impacto en la vida de las grandes mayorías que provocan los llamados de la oposición extremistas a imponer todavía más sanciones económicas de los imperialismos occidentales a los venezolanos. En efecto, la gran mayoría ha expresado un gran desinterés de cara a las elecciones y una gran desconfianza en los políticos chavistas o de derecha. Esto explica en parte la salida del PCV y compañía del conjunto chavista: cuando el barco comienza a hundirse...

 

 

“No hay nadie en los centros de votación porque la gente vota y se va”


Las imágenes de los centros de votación casi vacíos que todo el mundo ha visto en los medios muestran en parte la poca afluencia de electores. Esto no impidió que la esposa del presidente de Venezuela, Cilia Flores, diera la siguiente explicación: “(la votación) es tan rápida que la gente vota y se va (¿?); no da chance para que la gente se aglomere, lo cual es bien positivo por las medidas de 'bio-seguridad'; como estamos en medio de una pandemia entonces es muy bueno esto de la rapidez... se vota y se va uno a su casa a esperar los resultados, por eso el proceso va de maravilla”. La abstención pura y dura ha sido muy elevada como para poder legislar maravillosamente y en santa calma los próximos 5 años, más aún con semejante explicación de la realidad...

 

Los chavistas hicieron todo lo que tenían a su alcance para dramatizar lo que estaba en juego, fueron ellos los que quisieron transformar estas elecciones en una suerte de presidenciales adelantadas. Por ejemplo, Maduro declaraba que estaba dispuesto a dejar el poder si los chavistas perdían. Eran, pues, muy altas las expectativas como para desestimar su importancia. Pero entonces ven que la realidad es otra. Por un lado dicen que es una gigantesca victoria (Maduro, Cabello, Rodríguez, dixit), y por el otro dicen que hubo mucha abstención porque la gente nunca ha estado motivada por este tipo de elecciones y relativizan citando a otros países con los mismos porcentajes de participación. ¡Pero con ello reconocen sin darse cuenta que esta “victoria” no es ninguna!

Las primeras conclusiones que hay que sacar es que los proletarios comienzan a dar la espalda a las mistificaciones electorales y democráticas; la “gigantesca victoria” de Maduro y del orden burgués es solo pasajera; los proletarios han comprendido instintivamente que la vía electoral y democrática es un callejón sin salida, falta que se den cuenta que la única salida realista, no ilusoria, es la de la lucha de clase contra clase, su sistema capitalista, su Estado, sus políticos de derecha e izquierda y todos sus sirvientes. Por muy indeseable que ella sea, la realidad muestra que en la situación actual, una buena parte de los explotados y oprimidos ya no creen en la vía electoral. Todavía no creen en la vía de la lucha de clase, pero objetivamente están en las condiciones de tomar el camino que los conduce a ella, aunque ese resultado no será ni automático ni espontáneo.


Estas elecciones no cambiarán nada de la crítica situación que viven los proletarios y las masas populares en Venezuela. Las cifras muestran que el desempleo, más allá de las estadísticas oficiales que el gobierno ha dejado de publicar desde 2013 (!¡), sigue galopante (3), más aún con la pandemia desatada por la covid-19; que el salario (0,9€) ya no es un salario (4), sino una dádiva atribuida por el Estado a la población; que la tasa de inflación interanual sigue siendo estratosférica (5); que la pobreza ya alcanza niveles alarmantes (6); que la disminución espantosa de la producción petrolera extraída por PDVSA, la otrora bandera insigne de la economía venezolana, impiden un restablecimiento económico que permita al menos paliar las necesidades más urgentes de las clases populares, más aún para los desheredados de toda la vida, los proletarios.

 

 

La crisis económica también golpea a los emigrantes venezolanos

La crisis económica también ha golpeado a los trabajadores que emigran, quizá más fuertemente que a los trabajadores internos. “100 mil trabajadores venezolanos han abandonado Colombia después de haber perdido sus empleos – lo cual les permitía incluso enviar una ayuda a sus familiares –, muchos no han podido regresar a Venezuela y, según la ONU, forman parte de los 2,75 millones de 'trabajadores inmigrantes bloqueados' en el mundo quienes, luego de haber perdido sus empleos, buscan, muchas veces sin conseguirlo, regresar a su país. (Cf New York Times, 28-29/11/20).  Gran parte de los emigrantes venezolanos trabajan en Colombia donde las tasas de desempleo han alcanzado un 14,7% en octubre (últimas cifras publicadas); pero el desempleo es netamente más elevado en razón de la importancia de la economía informal. En otros países de América Latina la situación no es mejor para la emigración venezolana. La pérdida de sus empleos trae como consecuencia un menor envío de remesas a sus familias, acentuando la miseria de estas últimas.

 

Así, como a lo largo de este año en una veintena de países, el estallido social violento contra un gobierno cada vez más autoritario, tiránico y hambreador no se hará esperar. Pero para que los enfrentamientos, por demás inevitables, no terminen en una simple reparación en superficie del orden burgués, el proletariado deberá encontrar la vía de la lucha de clase independiente y reconstituir, junto con los proletarios de los otros países, el partido de clase, para dirigir su lucha contra el capitalismo.

En esta perspectiva de la reanudación de la lucha de clase, la abstención de las nuevas elecciones en Venezuela echa por tierra “la pretensión burguesa de haber organizado para siempre la administración de la sociedad sobre bases pacíficas e indefinidamente perfectibles con el advenimiento del derecho de sufragio y del parlamentarismo” (Amadeo Bordiga, “El principio democrático”)

 

Partido Comunista Internacional

16/12/2020

www.pcint.org
__________

(1) Telegram es un servicio de correo fundado en Rusia, pero cuando el gobierno pidió quiso obligar a la sociedad a ceder los códigos de acceso, los propietarios abandonaron el país.
(2) Libération, 6/12/20
(3) El Fondo Monetario Internacional reveló que la tasa de desempleo en Venezuela alcanzará el 443% en 2019, afectando a casi la mitad de la fuerza laboral del país – ya en julio de este año alcanzaba un 47,4%.
(4) Cf. https://fedecamarasbolivar.org/se-requieren-354-52-salarios-minimos-para-poder-adquirir-la-canasta-alimentaria-familiar/
(5) “La última tasa de variación anual del IPC publicada en Venezuela es de septiembre de 2020 y fue del 1.813,1%.”. Cf. https://datosmacro.expansion.com/paises/venezuela

(6) “De acuerdo con los ingresos, el 96% de la población venezolana es pobre. Un 79% está en pobreza extrema, lo que significa que los ingresos percibidos son insuficientes para cubrir la canasta alimentaria https://elpais.com/internacional/2020-07-08/la-pobreza-extrema-roza-el-80-en-venezuela.html

 

 
Ante los acontecimientos que se están sucediendo en el Perú:


Por 105 votos contra 19, el congreso peruano destituyó el 9 de noviembre al presidente Martín Vizcarra y al día siguiente asumió el poder quien era el presidente del Congreso, Manuel Merino. En los últimos tres años, ha habido cuatro procesos similares a este. 

El sistema político peruano en los últimos años ha funcionado como una tómbola corrupta. La corrupción es sistémica, en Perú como en España. Pero las características varían en cada país. En Perú, en tiempos de campaña, los dueños de inscripciones electorales (los llamados “partidos”) reciben aportes y subastan los puestos en sus listas para el Congreso. A más dinero, más encumbrada tu candidatura. Nada que no ocurra pues en Estados Unidos por ejemplo, "el modélico vecino del norte". A este sistema político en crisis hay que añadir la fuerte caída de la economía peruana en los primeros meses del año en curso, motivada por la crisis económica latente y profundizada por la crisis del coronavirus, lo que está provocando un enorme aumento del paro, la miseria y el descontento social.

Las protestas que se suceden en Perú a raíz del baile de presidentes, son una clara muestra de la crisis política y económica, pero también nos enseñan cómo esta situación es aprovechada por la burguesía para encadenar al proletariado a la trampa de la democracia. Que nos sirva como lección a todxs lxs proletarixs en lucha en cualquier parte del mundo: la democracia es la cara a de la dictadura del capital... la cara b es el fascismo y ambos sistemas sirven a la conservación del dominio capitalista por igual.  




Reproducimos un par de comunicados sobre lo que está pasando en Perú:


Una larga “paz social” en este pedazo de territorio mercantil llamado Perú se estaba disimulando en el tiempo. La DEMOCRACIA que es el caballito de batalla de la clase burguesa, la hizo estallar.

La lucha interna entre ambas facciones de la burguesía, representada de un lado por el legislativo que se abandero descaradamente en asumir una lucha moral “contra la corrupción”, y el ejecutivo representado por Vizcarra, cada una representando sus intereses y agendas políticas por el control de las estructuras del Estado, no tuvo otro desenlace que la repartija del poder para acomodar la administración del capital.
La agudización paulatina de estas disputas políticas, llega aparejada de una crisis económica internacional donde el capitalismo nos viene mostrando su pestífero cadáver y que como una bestia mecánica de explotación va esparciendo sus embates de miseria, alienación y precarización intensificada.
Los procesos de rebelión y lucha que se están presentando en el momento y a los cuales asistimos, se van desarrollando en un sentido general débil. Impulsada por una izquierda del capital ya moribunda que, al pedir “mejores gestiones económicas”, a “enjuiciar a los corruptos”, e igualar el “reparto de la riqueza” y finalmente concluir en “nueva constitución”, deposita ilusoriamente su fe en el cambio de administradores en el Estado y su solución por medio de éste. Es decir, sin cuestionar las relaciones sociales de producción capitalistas y la masificación de seres humanos proletarizados que ésta relación necesita para subsistir, alientan la reforma del estado de cosas existente para el cambio de una clase de explotadores por otra, por medio de la entidad que protege la ejecución de todas las explotaciones: el Estado, cuna de la reproducción de la explotación social. 
¡La clase explotada no tiene necesidad de elegir a nuestros próximos verdugos, si no el de combatir los medios y las estructuras que los reproducen de igual manera! ¡Tenemos que tomar las riendas de las luchas en nuestras manos!!
En este escenario, se han ido sumando gradualmente otras demandas de luchas fuera de las luchas interclasistas de la burguesía que denuncian la vida precaria, la agonía en el trabajo, la rabia de vivir en un mundo que no nos pertenece, la humillación de los políticos. Este año de la crisis sanitaria capitalista saco a relucir todas sus contradicciones, y la necesidad de asumirnos orgánicamente en una lucha que tenga como fin practico nuestra auto emancipación como clase proletarizada.
Apostemos por construir el proyecto de negación que supere este inhumano mundo. Nuestros compañeros de otras épocas demostraron lo que hay que hacer como mínimo para ganar. Escupamos en esa aguanta bendita que se nos ha prohibido escupir: La economía, porque sabemos que el capitalismo no nos ofrece nada salvo la esclavitud más brutal y exagerada y en su derrumbe histórico seremos nosotros sus primeras víctimas. Solo en la lucha se conoce a la clase amiga y a la clase enemiga y solo mediante la lucha nos podemos aproximar a un cisma re-ordenador social que crecerá mucho más rápido que nuestros salarios de hambre.

¡POR LA AUTONOMIA Y GENERALIZACION DE LOS MEDIOS PARA LA LUCHA!
¡CONTRA EL CAPITAL, EL ESTADO Y LA DEMOCRACIA!
¡LA VIDA NO SE MENDIGA, SE TOMA!
¡OMNIA SUNT COMMUNIA!

CIRCULO ANTIFORMAL MARX-BAKUNIN
JOVENES PROLETARIOS SIN SINDICATO



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¿NUEVOS VERDUGOS PARA LA CLASE TRABAJADORA?
Las luchas inter-burguesas se vienen agudizando cada vez más en el Perú. La vacancia de Vizcarra es el resultado de esas disputas, es la consecuencia de las pugnas entre las cúpulas políticas del Estado. La llamada “izquierda”, como es de costumbre, se saca otra vez las caretas tomando posición por alguna de las aristas burguesas. La clase trabajadora, en el polo opuesto, no puede seguir ese juego perverso, no puede caer en las garras de la lógica del “mal menor” ni ser arrastrada a decidir por alguno de los representantes de la burguesía peruana. La lucha por nuestra emancipación, definitivamente, no está ni con la defensa de Vizcarra ni con la aceptación de Merino. Si algo ha develado esta pandemia es que la putrefacta clase política, sus artimañas, sus posiciones se decantan siempre a favor de los grandes empresarios. El Estado es la herramienta política por excelencia que permite a los corruptos de siempre seguir enquistados, seguir manteniéndose en el poder. Por lo tanto, la lucha no debe ser para cambiar a nuestros verdugos políticos, sino por destruir el mismo aparato estatal que les permite seguir reproduciéndose.
Estos reacomodos no son casuales ni locales. El termómetro político ha entrado en ebullición resquebrajando el paradigma neoliberal en distintas regiones de América Latina. Y ha iniciado por su lado más débil: el jurídico ¿Es suficiente el cambio en la esfera del derecho? Definitivamente no. Los cambios jurídicos presuponen luchas que permitan ese cambio, pero incluso con este requisito no basta, si no van acompañados de transformaciones económicas. Nuestra consigna no puede ser la mera metamorfosis jurídica, sino del modo de producción. Tenemos ya los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador que quedaron enlodados en los idílicos cambios constitucionales, que, al fin y al cabo, han terminado desarticulando las fuerzas sociales, manteniendo intactas las relaciones capitalistas. 
La izquierda pro-capitalista viene izando la bandera de la asamblea constituyente, del poder constituyente, del poder popular ¿este método jurídico es la fórmula mágica que solucionará nuestros problemas? La asamblea constituyente no es más que un mecanismo jurídico que lleva el peligro latente de entramparnos dentro de una de las herramientas más eficaces del capitalismo para adormecer nuestras luchas: la democracia moderna. La consigna y el esquema no puede ser el mero cambio de constitución, sea desde abajo sea desde arriba. Es el mismo esquema demócrata burgués que nos brindó la falsa esperanza de que Toledo sí sería el cambio que esperábamos, que Ollanta sí, Vizcarra sí, y ahora Marco Arana, Verónica Mendoza o Antauro Humala. No debemos caer en esas ingenuidades y falsedades.

¡Qué se vayan todxs!
¡Contra toda dominación y explotación!
¡Contra el Estado y el sistema capitalista!
¡Asambleas territoriales ahora!
¡Omnia sunt communia!




Otras informaciones de interés:
> Ver: "sobre la revolución en América latina" en EPC nº 27: http://pcint.org/40_pdf/05_ElPC-pdf/ElPC_27-28-w.pdf




En Sudán, el interclasismo y el democratismo conducen la revuelta a la derrota
Lunes 3 de junio, luego de haber cortado la electricidad en el centro de la capital, Jartum, y bloqueado la red Internet, el Consejo Militar de Transición (CMT), instancia militar que dirige al país, envió comandos policiales y paramilitares a atacar el sit-in llevado a cabo delante del Cuartel General del ejército, iniciado varias semanas atrás, y a quitar las barricadas erigidas en diversos barrios. Los hospitales en que se encontraban los heridos fueron atacados por comandos que tomaron por blanco al personal médico, mujeres que fueron violadas, etc. Las fuerzas militares intervinieron también en otras ciudades del país: Nuhood, Atbara, Port Sudán, etc.
Al momento en que escribimos, las víctimas en la capital llegan a 116 muertos, (incluyendo los cadáveres encontrados en el Nilo) y varias centenas de heridos, más un número indeterminado de responsables políticos y militantes que fueron arrestados o desaparecidos.

*     *     *

Las manifestaciones habían comenzado en los primeros días del año pasado, contra el alza de los precios de la harina y del pan, como consecuencia de la imposición de las medidas de austeridad que exige el FMI, a fin de restablecer las finanzas del país. La secesión del sur del país ha hecho perder a Sudan el 75% de su producción petrolera, la cual es su principal exportación y su primer fuente de divisas, mientras que una gran parte de los productos alimenticios deben ser importados. Si el robo de las riquezas por parte de los círculos dirigentes (cuyos miles de millones son puestos en los cofres de los bancos occidentales), suscita una legitima indignación en la población, ello no hace más que agregarse a las consecuencias de la crisis capitalista internacional, la cual es la principal causa de los problemas económicos en Sudan. 

 Lo que puso el fuego a la pólvora fueron las nuevas alzas drásticas de los productos de primera necesidad (multiplicada por tres en el caso del pan) decretadas en diciembre, mientras que la inflación llega ya a un 60%, producto de la baja de subvenciones decretada bajo los concejos del FMI. Sus economistas contaban sin duda alguna con las capacidades represivas del régimen para hacer pasar estas medidas hambreadoras tan visibles. En efecto, hasta ahora, un potente aparato militar y policial ha podido aplastar a las diversas olas de manifestaciones y rebeliones ocurridas en Sudan desde el golpe de Estado en junio de 1989 que llevó al poder a Omar el-Bechir.
El régimen civil que fue derrocado se encontraba en plena crisis, a causa de su incapacidad para resolver el conflicto con el Sur que había provocado en esta región una hambruna en que morirán, según ciertas estimaciones de ONG, cerca de 250.000 personas. El nuevo régimen militar, que se apoya en organizaciones islamitas, prohíbe los partidos políticos, sindicatos y otras organizaciones no religiosas, purgó las filas del ejército, la política, y la función pública para eliminar a potenciales opositores, e impuso un código islámico (charia). Construyo un aparato represivo diversificado, con fuerzas paramilitares y milicias especializadas en la represión de los movimientos sociales y revueltas, como en Darfur.
Estas fuerzas represivas han sido incapaces de impedir que el descontento generalizado se tradujera en manifestaciones de masa; comenzadas en la ciudad de Atbar, rica de una historia de luchas obreras, dichas manifestaciones se extenderán por todo el país y rápidamente tomarán un giro político, exigiendo la partida de el-Bechir y la caída del régimen.
Finalmente, el 11 de abril, los militares se decidirán a destituir a el-Bachir y arrestar algunos de sus favoritos (1).
Después de discutir con las "Fuerzas para la Declaración de Libertad y Cambio", también conocidas como "Alianza para la Libertad y el Cambio" (AFC), los militares formaron el Consejo Militar de Transición. La AFC es una reunión de varias fuerzas de oposición formadas en enero de este año; reúne a la "Asociación de Profesionales Sudaneses" (SPA: organización de médicos, abogados y otras profesiones liberales, fundada en octubre de 2016), Fuerzas del Consenso Nacional (NCF), que incluye al PC sudanés, el partido Umma (un partido totalmente burgués que ha estado varias veces en el poder antes del régimen militar de al-Bashir), etc. El texto constitutivo de la AFC se llama "Declaración de Libertad y Cambio"; consta de dos puntos: la salida de el-Bashir y la formación de un gobierno provisional "compuesto por personas calificadas por su competencia y su buena reputación, representando a los diversos grupos sudaneses y reuniendo el consenso de la mayoría", que gobernaría durante 4 años, el momento de establecer una "estructura democrática sólida y organizar elecciones" (2). No hay nada allí que satisfaga las necesidades básicas de las masas desheredadas que se han movilizado para sobrevivir y no pueden esperar cuatro años. La presencia del PC no debe engañarnos: a pesar de su nombre, este partido es de hecho una organización nacionalista que, en el curso de su historia y a pesar de la represión que la ha golpeado, siempre ha apoyado al orden burgués y al Estado nacional.
Mientras que la desconfianza de las masas hacia los líderes militares, a pesar de las medidas adoptadas por la CMT, como el levantamiento del estado de emergencia, daba lugar a la instalación del sit-in ya descrito y a la reanudación de las manifestaciones, la AFC y la CMT iniciaron negociaciones. El 27 de abril, el principio de establecer un Consejo Conjunto para reemplazar a la CMT y gestionar una transición de 3 años parecía haberse establecido; pero el resultado fue difícil, ya que los líderes militares querían el control del Consejo y el 20 de mayo se interrumpieron las negociaciones. El apoyo de Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita (que prometieron $ 3 mil millones en asistencia a la CMT), reforzó la negativa de los militares a hacer concesiones significativas. Buscando confiar en los sentimientos religiosos todavía muy presentes, especialmente en el campo (la población sudanesa es predominantemente agrícola) estos lanzaron una campaña de opinión contra la AFC que lo acusaba de querer suprimir la Charia.
La AFC quiso replicar pidiendo una huelga general "pacífica" de 2 días, para los días 28 y 29 de mayo, una iniciativa que no compartió el partido Uumma. El SPA, que afirma tener organizaciones ferroviarias y de obreros en su seno, es el ala actuante de la Alianza; ha seguido multiplicando las declaraciones pacifistas, por el mantenimiento de la paz social y por la unidad interclasista de todos los sudaneses. Al presentar el llamado a la huelga general, trató de negar cualquier naturaleza subversiva: la huelga "solo obstaculiza a la CMT al advertir que podría reducirse a la impotencia de la noche a la mañana". Agregando: "a menos que recurra desesperadamente al uso de las armas y de la fuerza, perdiendo así toda legitimidad.  (...) Esto sería fácilmente rechazado por nuestro antídoto pacífico y nuestra unidad armoniosa, como ha sido comprobado repetidamente por nuestra práctica y nuestra experiencia" (3).
Pero tan pronto como terminó la huelga general, la CMT reaccionó desatando la represión y los líderes militares declararon que las negociaciones habían terminado y que ellos mismos organizarían las elecciones. ¡Miseria de las ilusiones de la democracia pequeñoburguesa! El SPA solo pudo responder lanzando llamamientos desesperados al ejército para defender a los manifestantes (!) (4), mientras que la Alianza declaró que estaba lanzando una "escalada de la revolución" que consistía esencialmente en decidir detener las negociaciones (¡ya interrumpidas por los militares!) y pedir a los grandes Estados imperialistas que presionen a la CMT ...
Después de la represión a principios de esta semana, la Organización por la Unidad Africana (actualmente presidida por Egipto) envió al Primer Ministro etíope, Abiy Ahmed, el 8 de junio a actuar como "mediador" entre el ejército y los opositores de la Alianza. Ahmed de nuevo se fue, después de dar bellos discursos sobre la democracia    ... pero la represión continuó, incluso abatiéndose sobre los líderes políticos de la Alianza que habían conocido al ministro etíope.
El Consejo de Seguridad de la ONU intentó presentar una resolución para pedir el fin de la violencia, pero Rusia y China se opusieron. Los Estados Unidos, temiendo un nuevo brote de inestabilidad, le pidieron a Arabia Saudita que use su influencia en la CMT para calmar la situación.
Sudán tiene una importancia estratégica evidente, debido a su posición en el Mar Rojo y entre Egipto y Etiopía. Despierta los intereses de las potencias regionales en conflicto y el imperialismo mundial. Anteriormente cercano a Irán, el régimen de el-Bashir había reanudado relaciones con Arabia Saudita y Egipto hasta el punto de enviar un contingente para participar en la guerra en Yemen. Hoy, según un comunicado oficial francés, Arabia Saudita "apoya política y financieramente a las fuerzas armadas saudíes". El año pasado, Estados Unidos levantó sus últimas sanciones (¡contra un régimen que habían acusado de genocidio en Darfur!) Y estableció un centro de la CIA en Jartum. La Unión Europea había hecho acuerdos con ella para detener la emigración (Sudán es un punto de cruce), reforzando la milicia y, por lo tanto, la naturaleza represiva del régimen. China, pero también Turquía y Rusia, están interesadas en la situación en Sudán. En resumen, Sudán representa un concentrado de contradicciones intercapitalistas. Todos estos Estados burgueses buscan e intentarán influir en lo que sucede allí.
Los proletarios de otros países también deben estar interesados; deben mostrar su solidaridad con el proletariado y las masas pobres de Sudán, comenzando por denunciar las acciones de "su" burguesía, mientras esperan tener la fuerza para demostrar en la lucha contra el capitalismo una verdadera solidaridad de clase activa.

*     *     *

Gilbert Achcar, el "especialista" de Oriente Medio para la Cuarta Internacional (ex SUQI), escribe en un artículo que la superioridad del movimiento sudanés en relación con el movimiento argelino consiste en tener una "dirección política excepcional" – la Alianza, en la que la SPA "ocupa un lugar central" –, mientras que una dirección política está ausente en Argelia (5).
¡Pero esta llamada dirección política excepcional solo puede llevar al movimiento a la derrota, debido a su naturaleza social esencialmente pequeñoburguesa, y a sus orientaciones democráticas, pacifistas e interclasistas!
Al concluir su texto, Achcar cita con aprobación un artículo del Financial Times, el órgano de los círculos financieros de la City de Londres, donde se dice que el movimiento en Sudán recuerda la situación en Rusia en 1917, después de la caída del Zar. No es por azar que nuestro trotskista "olvidara" que en 1917 en Rusia había un partido que estaba luchando contra la dirección democrática burguesa: el trotskismo degenerado de hoy ha dado la espalda por completo a las posiciones de clase y a los principios marxistas para unirse al democratismo burgués.
El Partido Bolchevique luchó duramente para que el proletariado rompiera con la unión interclasista, dejara de seguir las orientaciones burguesas y asumiera la dirección de la lucha sobre bases de clase – única forma de arrastrar detrás suyo a las masas explotadas y oprimidas de las ciudades y el campo contra el poder burgués, en lugar de estar a la zaga de la pequeña burguesía.
Sin una vanguardia que rechace el interclasismo, que luche contra las orientaciones democráticas burguesas y que conquiste la dirección de la lucha proletaria, es decir, sin un partido revolucionario comunista, firmemente organizado y políticamente sólido, los proletarios se encuentran desarmados frente a la burguesía; condenados en el mejor de los casos a ser utilizados por otros, y en el peor a ser víctimas del enemigo de clase.
Los acontecimientos actuales plantean con fuerza imperiosa la necesidad de este partido proletario internacionalista e internacional. No se constituirá automáticamente, pero será el fruto del esfuerzo de los proletarios más conscientes empujados a buscar una brújula segura para guiarlos en su lucha; esta brújula es el auténtico programa comunista que nuestra corriente ha restaurado y defendido contra todas las desviaciones, y gracias al cual trabajamos para reconstituir este órgano de combate de la clase proletaria, sin el cual los tesoros de combatividad se pierden en vano.
¡Solidaridad de clase con los proletarios y las masas oprimidas de Sudán!
¡Por la reconstitución internacional del partido revolucionario de clase!
 





(1) La información según la cual el-Bechir habría sido apresado es considerada por la población como una mentira de los militares.
(2) https://www.sudaneseprofessionals.org/en/declaration-of-freedom-and-change/ Los diferentes partidos de oposición que participan en la Alianza se encuentran esencialmente presentes en la emigración y estiman que se necesitara mucho tiempo para implantarse en el país.
(3) Comunicado del 26/5
(4) Comunicado del 3/6
(5) Ver « Le Soudan et l’Algérie reprennent-ils le flambeau du “printemps arabe” » (¿Recogen Sudán y Argelia la antorcha de la “primavera árabe”?), Le Monde Diplomatique, junio 2019.
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
10 de junio de 2019
www.pcint.org

 
Brasil. El significado de la elección de Bolsonaro y las tareas de los proletarios de vanguardia.



El candidato de derecha Jair Bolsonaro, un veterano del parlamentarismo brasileño (ha sido miembro del parlamento durante 18 años bajo varias etiquetas), denunciado por la mayoría de la prensa internacional (1) por sus declaraciones racistas, sus declaraciones escandalosas sobre varios temas y sus diatribas violentas (2), fue elegido el 28 de octubre como Presidente de la República frente a Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (3). Unas semanas antes, en las elecciones legislativas del 7 de octubre, su partido, el PSL (Partido Social Liberal) había pasado de 1 escaño a 52 en el parlamento.

1. La elección de Bolsonaro no es el advenimiento del fascismo. Sin duda, Bolsonaro es un admirador del fascismo y un nostálgico de la dictadura militar (que el movimiento al que pertenece encuentra tan dulce), etc. Pero el advenimiento del fascismo significa un cambio profundo, no solo del régimen político (que puede mantener apariencias democráticas), sino sobre todo en el equilibrio de poder entre las clases: en otras palabras, la represión brutal y sangrienta de un movimiento proletario y revolucionario que constituía una amenaza real o potencial para el orden burgués (incluso cuando el fascismo siempre consolida y acentúa una derrota ya infligida al proletariado por el sistema democrático y por las fuerzas reformistas y oportunistas). No hay nada similar en Brasil: los círculos burgueses gobernantes no necesitan establecer un régimen fascista para asegurar la permanencia de su poder económico y social que, desafortunadamente, nadie ha amenazado.

2. Hay quienes están indignados por que, además de Trump, los diversos gobiernos de América Latina y el mundo felicitaron a los nuevos electos, a pesar de las críticas de los medios de comunicación contra él, contra sus declaraciones racistas, misóginas y homófobas; a pesar de las amenazas a las poblaciones amerindias y al medio ambiente. Incluso Maduro, el presidente de Venezuela cuya denuncia fue uno de los temas recurrentes de la campaña electoral de Bolsonaro (hasta el punto de alimentar rumores de una intervención militar contra ese país en el caso de acceder al poder) felicitó al "pueblo brasileño", ¡Por haber elegido a este último! Detrás de las contiendas electorales, el factor fundamental en juego en Brasil es la "cuestión social"; o, para decirlo claramente, la lucha de clases de la burguesía contra el proletariado, y se entiende que todos los gobiernos burgueses están del mismo lado que Bolsonaro y que pueden estar satisfechos con su elección. La victoria de este último (cuya campaña fue financiada por los grandes capitalistas, en particular el sector agroalimentario, y apoyada por los medios de comunicación), significa que los sectores decisivos de la burguesía brasileña consideran la creación de un gobierno autoritario como algo necesario para resolver el problema; problema que debe afrontar, pasando la página política del Partido de los Trabajadores (PT): aquella fue una política "reformista" basada en un acuerdo con las fuerzas políticas de derecha para dar cierta satisfacción a los estratos "populares", mientras se llevaba a cabo una acción fundamentalmente pro-capitalista. Esta política ha funcionado durante más de una década, años de rápido crecimiento económico en Brasil, basados en particular en los altos precios de las materias primas, en las cuales el país es rico, y en el auge de la industria agroalimentaria. Por lo tanto, los gobiernos del PT pudieron ofrecer perspectivas de promoción social a algunos sectores e implementar algunas medidas sociales para los más pobres. Pero como esa política no atacó el privilegio social burgués, sino que defendió los intereses capitalistas fundamentales, no redujo en absoluto las desigualdades sociales. La persistencia de la miseria es la principal causa del crimen que arrasa el país (4). Además, la política del PT también ha sido acompañada por una generalización de la corrupción política. Las crecientes dificultades económicas, además de la profunda recesión conocida por el país, han socavado esta política, obligando a los gobiernos del PT a adoptar medidas de "austeridad" y "antisociales". Esto ha provocado importantes reacciones por parte de la población, en particular movimientos extensos por el problema del transporte. Una de las características de estas manifestaciones ha sido que estaban dirigidas por corrientes pequeñoburguesas ferozmente hostiles a todo lo que evocaba al socialismo y cosas por el estilo. Del mismo modo, los escándalos de corrupción han provocado grandes manifestaciones populares lideradas por fuerzas de derecha que exigen el despido (que finalmente obtuvieron) de la presidenta Dilma Rousseff (del PT), reemplazada por su vicepresidente de derecha, Tremer (del PMDB). Los líderes del PT hablaron de un "golpe de estado" institucional. Las medidas antiproletarias adoptadas y las previstas sobre todo por el gobierno de Tremer han provocado el descontento de los trabajadores hasta obligar a los sindicatos a organizar huelgas generales. Pero el aparato sindical, en particular del principal sindicato, la CUT, vinculada al PT, logró contener estas reacciones dirigiéndolas hacia una victoria de la izquierda en las elecciones de este año. Sin embargo, el gobierno de Tremer demostró ser incapaz de utilizar el tiempo que le daban los sindicatos para seguir con sus "reformas" (es decir, los ataques antiproletarios) consideradas urgentes para reiniciar la economía, no solo por el gobierno y los capitalistas brasileños, sino también por las instituciones internacionales como el FMI: las medidas para restablecer la tasa promedio de ganancia de la economía, mediante el aumento de la explotación del proletariado, en particular sobre la cuestión de las pensiones y la seguridad social, etc. Para los capitalistas pues se hacía necesario un nuevo gobierno "fuerte" y una nueva orientación autoritaria.

3. Es significativo que los partidos burgueses tradicionales se hayan derrumbado en las elecciones, mientras que el PT, en general, ha resistido relativamente (el PT tiene el mayor grupo parlamentario, por delante del de Bolsonaro). El clientelismo del PT le permitió mantener cierta influencia electoral, mientras que los partidos burgueses tradicionales han visto cómo sus apoyos financieros y sus medios de comunicación se alejan para empujar a un extraño prácticamente desconocido. Esta es la demostración de que los círculos burgueses más influyentes sintieron la necesidad de pasar página después de los años del PT, para aumentar la explotación capitalista, pero también para contener (pero no eliminar) la corrupción indisolublemente vinculada a la gestión del PT, que había aumentado hasta hasta el punto de privatizar sectores no rentables y convertirse en un obstáculo para el buen curso de la economía. Bolsonaro llegó al poder no para establecer el fascismo, sino para atacar a los trabajadores más a fondo, no para eliminar la "Nueva República" que sucedió a la dictadura, sino para reformarla en un sentido autoritario. Su discurso reaccionario, de seguridad y represivo es útil en este contexto, mientras que la burguesía ilustrada cierra sus narices ante sus excesos más gruesos.

4. Es erróneo creer que la victoria de los "populistas" o de los partidos de extrema derecha en Brasil o en cualquier otro lugar se nutra del "fracaso de los reformistas". Es el éxito de los reformistas lo que abre el camino para los gobiernos de derecha; éxito no en relación con su propaganda y sus promesas electorales, que sabían que no podían implementar, sino en relación con su función efectiva en la escena de la política burguesa: haciendo pasar las medidas requeridas por los capitalistas y evitando o desviando las luchas de resistencia proletarias. Una vez que los reformistas han hecho lo que pueden de esta manera, ceden el paso a los gobiernos de derecha que no hacen más que acentuar su política (como las democracias bien engrasadas en Europa), o incluso son rechazados por la burguesía, como es el caso de Brasil, donde Dilma Roussef fue depuesta y Lula fue encarcelado por corrupción para evitar que compitiera en las elecciones presidenciales (el fundador del PT sigue siendo uno de los políticos brasileños más populares).

5. Es absurdo quejarse de que la democracia está amenazada en el mundo por el advenimiento de regímenes autoritarios o de extrema derecha, etc., como si el mundo hubiera vivido hasta ahora en una situación satisfactoria que debería haberse defendido o recuperado. Esta es una posición abiertamente conservadora, antirrevolucionaria y, sobre todo, centrada en Occidente: la "democracia" es realmente solo la máscara de la dictadura de la burguesía para el mantenimiento de la paz social en países suficientemente ricos. En otros lugares, o cuando las dificultades económicas aumentan demasiado y las tensiones sociales se agudizan, la dictadura de la burguesía se vuelve más abierta y el velo democrático desaparece antes del establecimiento de regímenes autoritarios. La evolución del capitalismo se dirige inexorablemente hacia el fin del estado social y las concesiones otorgadas por la clase dominante en los países capitalistas más desarrollados para anestesiar al proletariado, en particular a través de la acción de los partidos de izquierda y las organizaciones colaboradoras que se nutren de estas concesiones. Pero la clase dominante se esfuerza y siempre intentará mantener la fachada de la democracia tanto como sea posible y alimentar las ilusiones democráticas, tan útiles para la conservación social. No es casual que el mismo "fascista" Bolsonaro se declare a sí mismo "amante de la libertad y la democracia" ... El futuro que espera al capitalismo, constreñido como está por sus crisis recurrentes, es el empeoramiento de la explotación, la opresión y la represión, de las cuales los regímenes autoritarios son sólo los medios; el empeoramiento de las tensiones intercapitalistas y las tensiones bélicas que han devastado al mundo durante mucho tiempo fuera de las democracias occidentales y de las que estas mismas democracias son responsables. Combatir esta perspectiva es esencial, pero no estableciendo de manera implícita o explícita el objetivo de volver a un status quo anterior, a una era pasada de capitalismo "bueno" y a una democracia "feliz": ese momento ha sido el del dominio abrumador de la burguesía sobre el proletariado y los pueblos oprimidos del mundo.

6. Hay quienes se han quejado de que no existiera un "Frente Republicano" para evitar la victoria electoral de Bolsonaro (a imagen de lo que se practica en Francia, donde los partidos de izquierda y de derecha se unen en nombre de la defensa del Estado democrático contra el partido de extrema derecha Frente Nacional, o como sueñan en Italia para detener la tendencia racista). El PT ha tratado de vincular a su candidatura, en el marco de un "Frente Democrático", a personalidades y partidos burgueses, pero sin mucho éxito: sus socios burgueses habituales lo han abandonado, como el PMDB o el ex presidente Cardoso, que dijo que no iba a elegir entre los dos candidatos. Sin embargo, todos los partidos de "extrema izquierda" que formaron un "frente" con el PT y el PCdoB para la segunda ronda, como el PSOL, pero también los que recordaban que si el candidato del PT hubiera sido elegido se pondría en contra de los proletarios, o los trotskistas del PSTU o el MRT (que se jactaron de que nunca habían apoyado al PT), llamaron a votar por él contra Bolsonaro. Este ha sido también el caso del pequeño sindicato CSP-Conlutas que llamó a "bloquear a Bolsonaro tanto en las urnas como en la calle". Hacer creer que es posible bloquear los ataques capitalistas, no a un individuo, que este individuo está promoviendo abiertamente, votar por un partido pro burgués responsable de una serie de ataques anteriores y que promete hacer otros, es una posición oportunista absolutamente antiproletaria. No es en el terreno electoral, apoyando a los lacayos de la burguesía, sino en el terreno de la lucha y en las posiciones de clase independientes, donde se puede resistir a los capitalistas y a sus gobiernos, ya sean de derecha o de izquierda. Todos aquellos que difunden ilusiones sobre el PT y el sistema electoral democrático son adversarios de la lucha de clases proletaria.

7. Después de la derrota electoral, los partidos y sindicatos denominados "obreros", "socialistas" o "revolucionarios", llaman, según su costumbre, a la formación de "frentes" lo más amplios posibles contra el presidente electo y las medidas que tomará su futuro gobierno (Bolsonaro no se hará cargo de este hasta principios del próximo año). Cubren sus hermosas propuestas de discursos radicales, "anticapitalistas", pero su actitud hacia las elecciones ya ha demostrado qué hay que esperar: estas palabras son solo polvo en los ojos, para ocultar su aplastamiento ante las fuerzas de la colaboración de clase, como también lo demuestra su nacionalismo: la "soberanía nacional" de Brasil (presumiblemente amenazada por Bolsonaro) y los intereses de los proletarios brasileños no se pueden defender al mismo tiempo. El proletariado de Brasil tiene una rica tradición de luchas y, sin duda, volverá a luchar contra los ataques capitalistas ahora y en el futuro. Pero lo que ha faltado hasta ahora es una orientación política de clase que pueda permitirle escapar de las garras del oportunismo colaboracionista. Esta orientación solo puede ser dada por el partido de clase, internacionalista e internacional, basado en el programa comunista integral e invariante. Dar los primeros pasos hacia el establecimiento de este partido, rompiendo con las desastrosas orientaciones del PT y sus satélites es tarea de los proletarios de vanguardia, una tarea que, en el período que se abre, será cada vez más imperativa. Este es el único camino a seguir, no hacia el espejismo del establecimiento de una democracia ideal, sino hacia el derrocamiento de la burguesía y su estado y el establecimiento de la dictadura del proletariado, en colaboración con los proletarios de todo el mundo, para acabar con el capitalismo.

Partido Comunista Internacional (el proletario)
4 noviembre 2018
www.pcint.org



(1) La candidata de Haddad fue Manuela d'Avila, miembro del PC brasileño (PC do B).

(2) Un ejemplo significativo: el influyente semanario británico The Economist ha denunciado repetidamente a Bolsonaro como un "peligro para la democracia" en Brasil.

(3) En su última reunión pública el 21 de octubre, dijo, hablando de los partidarios de su adversario Haddad y los militantes de izquierda: "La limpieza que haremos es mucho más amplia. Esta banda, si desea quedarse aquí, tendrá que someterse a nuestra ley, dejar el país o ir a prisión (…). Esta patria es nuestra, no es la de esta pandilla con la bandera roja y el cerebro adoctrinado ... Estos desechos rojos serán expulsados de nuestra patria (...) Será una limpieza jamás vista en la historia de Brasil (…). Los Bandidos del Movimiento de los Sin Tierra (MST), matones del movimiento de los trabajadores sin hogar (MTST, por sus siglas en inglés)... sus acciones serán calificadas como terroristas. Terror en el campo o en la ciudad. Y tú, Lula da Silva, si esperas que Haddad se convierta en presidente para firmar el decreto de gracia, te digo una cosa: irás a pudrirte en la cárcel, Haddad tampoco irá para visitarte, no. Lo hará para estar durante años a tu lado". ¡Estas declaraciones no impidieron a la candidatura del PT llamarle para felicitarle después de su elección y desearle buena suerte!
(4) Una ONG identificó 64.000 víctimas de asesinato en 2017, mientras que en el mismo año la policía mató a 5.159 personas (¡un 20% más que el año anterior!). ¡Las fuerzas de la represión no esperaron a que Bolsonaro se mostrara brutal! Es comprensible que el tema de la inseguridad haya sido un tema importante en las elecciones: Brasil es uno de los países del mundo donde el crimen es mayor (http://www.forumseguranca.org.br/publicacoes/anuario-brasileiro-de-seguranca-publica-2018/).

Referéndum en Cataluña:

¡Contra la “unidad nacional”!
¡Contra todo particularismo!
¡Contra la colaboración entre clases!
¡Por la lucha independiente de clase!





El próximo 1 de octubre la Generalitat y el Parlament de Cataluña han convocado un referéndum para decidir sobre una posible independencia de España de los territorios comprendidos en la Comunidad Autónoma de Cataluña. Se trata de la segunda convocatoria de referéndum en los últimos años: en 2014 otra iniciativa similar, por parte de ambos organismos, dejó un resultado abrumadoramente favorable para el “sí a la independencia” entre los 2,3 millones de votantes que participaron. Entonces, el referéndum no fue finalmente convocado con carácter vinculante, sino consultivo; pero para el próximo 1 de octubre la votación se ha organizado con todo un aparato legal, sancionado por el Parlament, que pretende ser capaz de proclamar la independencia de Cataluña si el resultado, como todo hace presagiar, fuese favorable al sí.

Por su parte, el Gobierno español y todos los organismos del Estado competentes en materia de jurisdicción territorial (Tribunal Constitucional, Fiscalía General, etc.) ya han advertido que impedirán la votación, y el propio presidente Rajoy ha dejado entrever en sus últimas declaraciones que llegará a aplicar el artículo 155 de la Constitución española, que permite suspender el régimen de autonomía de cualquiera de las regiones que disfrutan de él, si estas se posicionan, de una manera u otra, contra la propia Constitución española.





¡Proletarios!
En el referéndum del próximo 1 de octubre no está en juego la independencia de Cataluña. Los orígenes, las motivaciones y los fines de esta convocatoria son muy diferentes a lo que la propaganda nacionalista de la pequeña burguesía catalana, sus instituciones, los órganos de gobierno de la Comunidad Autónoma, y el propio Estado español, pretenden. La realidad es que Cataluña pasa por una durísima crisis económica que tiene su reflejo en la crisis política en la que se sitúa el referéndum y que es el verdadero determinante tanto de este como de toda la agitación nacionalista y democrática que lleva asolando el país desde hace años.
Desde el año 2007, al inicio de la crisis capitalista, Cataluña, que históricamente ha sido la región económicamente más relevante de España, ha perdido buena parte de su preponderancia en cuestiones como las exportaciones de mercancías y servicios, implantación industrial, construcción de obra pública y privada, etc.; de manera que su importancia en términos económicos ha caído dentro del conjunto de España. Ha visto como su deuda pública aumentaba hasta llegar a tener, en 2012, la mitad de toda la deuda de empresas públicas de España y, finalmente, ha sufrido la contracción de la inversión extranjera, históricamente tan importante en la región, hasta el punto de quedar muy por detrás de otras comunidades autónomas.
Como consecuencia de todo esto, Cataluña ha visto desplomarse el nivel de vida de la población, especialmente el del proletariado catalán, tradicionalmente mayor que el del resto de España, hasta el punto de ser la región más castigada por el paro después de Andalucía y Extremadura: ha acumulado un aumento del desempleo que, en términos proporcionales, es el mayor de toda España.
La dureza especialmente intensa con que Cataluña ha padecido la crisis capitalista está teniendo serias consecuencias. Por una parte, el gobierno de Cataluña, encabezado por cualquiera de las variantes del partido nacionalista de la burguesía catalana, se ha revuelto contra el marco jurídico territorial que rige en España y los límites de la autonomía. Este enfrentamiento se libró, en primer lugar, sobre el terreno tributario y fiscal: la burguesía catalana exigió al gobierno central más competencias en materia de recaudación de impuestos y más libertad para utilizar el presupuesto que con ello obtenía. No se trataba de que los avariciosos comerciantes y tenderos catalanes quisieran más parques para ellos y menos colegios para Andalucía: en el mundo capitalista el Estado no es un agente del bienestar social, es el principal actor económico, el único capaz de movilizar grandes recursos económicos necesarios para sustentar la buena marcha de la economía y el mercado. Inversiones en infraestructuras, que implican movilización de capital a gran escala y soluciones a los problemas de logística y transportes para el conjunto de los capitalistas de una región; créditos públicos, que mantienen la solvencia de las empresas capitalistas en épocas de crisis y permiten su expansión en épocas de bonanza; políticas sociales, que regulan y conservan la mano de obra garantizando su uso para el capital, tanto como una relativa paz social… Todas estas funciones, que afectan al conjunto de los burgueses y capitalistas en la medida en que ninguno de ellos puede realizarlas por sí solos, constituyen el verdadero y descomunal peso del Estado en la economía nacional. Luchando sobre el terreno tributario y fiscal, la burguesía catalana históricamente ha luchado por mayores facilidades, mayores beneficios, para sus negocios, en detrimento de los del resto de España. Se ha tratado, siempre, de un reparto del beneficio capitalista: los impuestos constituyen trabajo proletario no pagado, parte de la plusvalía que se extrae de la clase obrera y que es destinada al bien común capitalista, por vía de recaudación estatal o empresarial. Y con estas ganancias, los burgueses han garantizado que sus negocios vayan bien, que el Estado (la Generalitat autonómica) proveyese de todo lo necesario para ello, que el capital pudiese ser movilizado y rentabilizado en proporciones cada vez mayores, etc.
Pero la lucha sobre este terreno es de por sí difícil, mucho más cuando la crisis capitalista constriñe también al resto de burgueses que luchan, amparados esta vez por el Estado central, por evitar que la plusvalía que creen que es suya les sea escamoteada por estas vías. Es entonces cuando la lucha entra en una fase de abierta rivalidad política: la única intención de la burguesía catalana había sido cambiar las leyes fiscales a su favor, obteniendo un concierto económico más ventajoso con el Estado central… Perdida esta batalla, en nombre precisamente de la legalidad, entra en juego el combate contra dicha legalidad. Es por esto que la lucha por la independencia de Cataluña únicamente encubre el enfrentamiento entre piratas por un mejor reparto del botín. Por supuesto que no toda la burguesía catalana participa de estas veleidades independentistas (una burguesía que siempre ha sido el motor del conjunto de la burguesía española, que necesita el mercado nacional como principal lugar donde vender sus mercancías, que necesita la protección del Estado central en su lucha contra las burguesías de otros países, etc.). De hecho, a medida que el llamado proces ha ido avanzando, buena parte de esta burguesía, sobre todo de la gran burguesía, ligada íntimamente a España por vínculos comerciales indisolubles, la burguesía que controla las grandes entidades financieras como CaixaBank, las grandes eléctricas como Gas Natural, las grandes compañías de seguros como Catalana Occidente e incluso la propia patronal catalán, Fomento del Trabajo… se han desligado de él.

El referéndum del 1 de octubre, como todo el proceso independentista y la doctrina nacionalista que lo rodea -tanto nacionalista catalana como nacionalista española- tienen sus raíces en un enfrentamiento histórico entre la burguesía catalana y el resto de la burguesía española. Un enfrentamiento basado en la competencia que es consustancial al mundo capitalista: la burguesía no cesa de luchar, contra sus adversarios feudales primero, contra otras burguesías después, contra el proletariado siempre… Son palabras grabadas a fuego por el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels. En el caso de Cataluña y España se trata de un enfrentamiento prácticamente inscrito en los genes del Estado español y del desarrollo del capitalismo en esta región del mundo pero que, en cualquier caso, obedece a las inalterables leyes que rigen la vida de las clases sociales en la sociedad capitalista. Si hoy se ve enfrentadas no sólo a la tradicional burguesía del Eixample y del barrio de Salamanca sino, también, a las clases medias, a la pequeña burguesía, sobre todo, catalana, es porque la crisis económica ha hecho estragos también en estas y, de esta manera, ven en el programa nacionalista una salvación a sus males: mayores inversiones públicas que reactiven la economía nacional catalana de la cual son beneficiarios subsidiarios, blindaje de los mercados en los que participan, reconocimiento de su estatus profesional de acuerdo a criterios nacionales, etc. Esta pequeña burguesía, probablemente la más afectada por la crisis, la más presionada por el aumento de la competencia comercial y la que menos va a disfrutar de la llamada recuperación económica, se ha convertido, como en otras ocasiones, en la base social del independentismo, de la misma manera que en el resto de España ha dado las bases sociales para los “Ayuntamientos del cambio”, la regeneración democrática, etc.





¡Proletarios!
En el referéndum del próximo 1 de octubre no está en juego la independencia de Cataluña. Si la crisis capitalista ha recrudecido la lucha de competencia económica y comercial entre la burguesía catalana y la del resto de España, entre la pequeña burguesía vinculada al mercado catalán y el resto de competidores del resto del país, también ha hecho reverdecer la tensión social. Los despidos, el paro, los recortes, los descensos salariales… han sido el pan nuestro de cada día para los proletarios de Cataluña, exactamente igual que para los proletarios de Madrid o Andalucía. Y junto a estos agravios diarios, la burguesía ha lanzado, también, su cobertura ideológica que tiene la misión de hacerlos pasar por aceptables en función de un interés común entre las clases. Y también, en Madrid o en Barcelona, esta doctrina del interés común es la democracia, la defensa de la colaboración entre las clases, la participación electoral como única vía para defender los intereses de una u otra, etc.
De hecho esta democracia es el eje central del proces nacionalista y del propio referéndum. Toda la tensión social que se vive hoy en los barrios proletarios de Cataluña, todas las miserias cotidianas que los proletarios de esa región ven incrementarse, todos los agravios que padecen de parte de la patronal… ¿se solucionarán con la independencia? ¡En ningún momento se ha dicho esto! Porque ni los partidos políticos implicados en el proces, ni las llamadas instituciones de la sociedad civil (léase instituciones de la burguesía y de la pequeña burguesía, sociedad de los tenderos y los “jóvenes profesionales”) han prometido tan siquiera la independencia. ¡Es el electoralismo lo que está en juego el 1 de octubre! ¡No es por casualidad que los proletarios catalanes han sido llamados a votar 3 veces en los últimos 3 años! El 1 de octubre los proletarios deben olvidarse de sus padecimientos, deben abandonar las luchas que les interesan únicamente a ellos como clase, deben dejar cualquier interés propio… y confiar en que el referéndum, el proces, ambos culminación de la democracia al decir de burgueses y pequeño burgueses catalanes, limarán las asperezas sociales y permitirán a obreros y patrones, a burgueses y proletarios, ir en el mismo barco y marchar en la misma dirección.
El 1 de octubre los convocantes del referéndum, de la ANC a las CUP, pretenden fomentar un gran pacto entre clases que garantice la paz social, mientras la burguesía negocia sus propios intereses con el Estado español. Todas las proclamas de la pequeña burguesía nacionalista van en ese sentido: “dejad que el pueblo vote y, después,…” Es por ello que todos llaman, unánimemente, sin fisuras y sin dudas, a votar, a participar, a dejar de lado intereses que no sean los de “la nación y la sociedad”. Después del 1 de octubre, después del referéndum, lo que habrán obtenido será un perfecto consenso democrático que legitimará, sobre el terreno social, cualquier medida, cualquier disposición, en interés de la unidad nacional catalana, de la economía nacional, de los intereses superiores de la nación… de la defensa exclusiva de los intereses del capital.
¿Qué independencia esperan, si no, los convocantes del referéndum? Del partido de Mas-Puigdemont, prácticamente se sabe todo: son los hereus de la tradición burguesa catalana, si llegan a este punto es porque no han podido encontrar un mínimo acomodo que les permitiese no ir tan lejos. Y tan pronto como puedan, darán marcha atrás. De esa pequeña burguesía, parlamentaria, legalista e institucional de las CUP, no puede esperarse nada nuevo: llaman “al pueblo” a una independencia pacífica y democrática, lograda por la vía del voto y la desobediencia institucional. Repiten una y otra vez que con sólo exhibir el “derecho democrático a decidir” el Estado español se rendirá. Llaman, en fin, a que su “pueblo” se haga apalear, detener y tantas otras cosas más, con las manos vacías y a pecho descubierto.
Ni el PDeCAT ni las CUP buscan otra cosa que un refrendo de la política burguesa cubierta con el manto nacionalista. De ellos, el proletariado sólo puede esperar que le hagan agotarse en batallas inútiles y que le entreguen atado de pies y manos a su enemigo de clase, que es lo que se pretende en el referéndum del 1 de octubre.





¡Proletarios!
Mientras que el particularismo catalán (elevado por la burguesía catalana a “nacionalismo”) busca con el 1 de octubre sumar al proletariado al carro de la defensa de la democracia; la burguesía española aprovecha la ocasión para verter toneladas de prejuicios nacionalistas sobre el proletariado del resto del país. Atacando, también en nombre de la democracia, al independentismo catalán, busca reforzar los vínculos que atan al proletariado a la defensa del interés superior de la nación española. Por ello, quiere presentar su negativa a permitir el referéndum del 1 de octubre como una defensa de la democracia y del interés general, exactamente los mismos argumentos que da el Govern de la Generalitat. En ambos bandos la consigna democrática es el anzuelo con el que pretenden reforzar su poder sobre la clase proletaria.






¡Proletarios!
La clase obrera catalana ha sido siempre la vanguardia de la lucha anti burguesa en España. Fue esta clase la que inició la Semana Trágica de 1909 contra la guerra de Marruecos promovida por burgueses catalanes y españoles; fue esta clase la que fundó y organizó el gran sindicato de clase del proletariado español, la CNT; fue esta clase la que dio los ejemplos de militancia revolucionaria más entregada, como fue esta clase la que paró la reacción militar de 1936. Y siempre, siempre, realizó todas estas gestas partiendo de la base del rechazo radical a todo tipo de nacionalismo, a todo tipo de programa de unidad nacional burgués, combatiendo las influencias de la pequeña burguesía radicalizada e independentista entre los proletarios.
Esa es la historia, la lucha y la actitud espontáneamente anti burguesas (¡y verdaderamente anti capitalistas, para escarnio de los botiguers de las CUP!) que la clase obrera de Cataluña supo mostrar a sus hermanos del resto del país y que podrá –en la medida en que logre reconquistar el terreno de la lucha de clase, influenciada por el partido de clase revolucionario- generar nuevamente. Y ese es el peligro que la burguesía y la pequeña burguesía nacionalistas quieren conjurar llamando a la unidad nacional y a la defensa de la democracia.






¡Proletarios!
El día 1 de octubre no se decidirá nada. Pero la convocatoria del referéndum y la respuesta del Estado español son síntomas de una crisis social larvada que, con toda seguridad, se agudizará según transcurra el tiempo. En ella la burguesía intentará atar al proletariado, ligarle a la defensa de sus intereses con la excusa de la defensa de la nación. Le utilizará como carne de cañón en sus enfrentamientos con el resto de burguesías y le llamará a hacer los mayores sacrificios por el bien común.
Para zafarse de este destino, para poder plantar cara al negro porvenir que le espera, el proletariado debe rechazar desde el primer momento la unión con la burguesía, la colaboración entre clases, la defensa de la “unidad nacional”, la “nación” -ya sea esta el conjunto de España o una Cataluña separada e independiente-. Ni los grandes burgueses ni los pequeños son aliados del proletariado, sus programas políticos sólo representan, para él, miseria y opresión. Sólo retomando el camino de la lucha clasista, de la defensa intransigente de sus intereses, de la lucha sobre el terreno inmediato, tanto como sobre el terreno político general, con un programa y una visión propias y bajo la guía del partido de clase revolucionario, el proletariado puede encontrar una salida al futuro de miseria y opresión que le espera.





¡Contra todo nacionalismo!
¡Contra todo particularismo!
¡Contra la defensa de la unidad nacional!
¡Contra la colaboración entre clases!


¡Por el retorno del proletariado a la lucha de clase independiente!


09/09/2017
Partido Comunista Internacional (El Proletario)




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OTROS TEXTOS de interés:
> Los obreros en todos los países somos extranjeros (posicionamiento del Sindicato SUT): http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/515106

> Donde estamos, por Anarquistas Barcelona: http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/515268 

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