Lucha contra la carestía de la vida en Martinica: ¡hace falta una orientación de clase anticapitalista para vencer!
Desde el 1 de septiembre, Martinica es escenario de un fuerte movimiento contra la carestía de la vida; se han producido bloqueos del puerto, rotondas y supermercados, una jornada «Martinica isla muerta», durante la cual se han producido incendios en comercios y edificios oficiales (destrucción de la gendarmería de Carbet), saqueos y enfrentamientos con la policía, etc. Las autoridades respondieron decretando un toque de queda parcial del 18 al 26 de septiembre, y después, a partir del 10 de octubre, un toque de queda de 21.00 h a 5.00 h de la mañana siguiente en todo el territorio, y enviando desde la metrópoli la compañía CRS 8, especialmente creada por el ministro del Interior Darmanin para la represión de disturbios urbanos; hay que señalar que tras los disturbios del «diciembre negro» de 1959, en los que murieron 3 jóvenes a manos de la policía, las autoridades de Martinica aseguraron que no había más CRS en la isla. El toque de queda, cuyo levantamiento estaba previsto para el 21 de octubre, se prorrogó hasta el 28 debido, según la prefectura, a «los bloqueos urbanos y la violencia que se produjeron durante la noche» entre los días 20 y 21, precisamente para frenar la continuación del movimiento y los estridentes bloqueos a la llamada del «Reagrupamiento para la Protección de los Pueblos y Recursos Afrocaribeños», el RPPRAC.
Este último, en el origen de la movilización contra la carestía de la vida, se negó de hecho a firmar el acuerdo celebrado el 16 de octubre entre el prefecto, los cargos electos locales y los representantes de la patronal; el 19 de octubre, organizó una manifestación de protesta en Fort-de-France que reunió a más de 2.000 personas y que debía ser el inicio de una «segunda fase» del movimiento. Este famoso acuerdo, calificado de «histórico» por el presidente de la Colectividad Territorial de la isla, conduciría aparentemente a una bajada de los precios del 20% de media tras la supresión de diversos impuestos y la concesión de ayudas a las empresas importadoras y distribuidoras que se han «comprometido» a devolverlo a sus precios. El RPPRAC exigía que se vieran afectados todos los productos alimentarios, mientras que el acuerdo sólo afecta a unos pocos (6.000 de 33.000).
DESEMPLEO, BAJOS SALARIOS Y POBREZA
La población de Martinica se ha visto tanto más afectada por el repunte inflacionista cuanto que los precios son normalmente más altos que en la Francia continental: un estudio del Insee (23 de julio) estima que eran un 14% más altos en 2022. La diferencia media alcanza el 40% en el caso de los productos alimenticios, una diferencia mayor en realidad según las estimaciones de RPPRAC y otros: los precios de la pasta, la harina, la leche, la mantequilla y la fruta son de dos a cinco veces superiores. Por supuesto, son los proletarios y las masas marginadas quienes más sufren en esta isla, donde la tasa de paro rozaba el 12% a principios de año, frente al 7,5% en la Francia continental, y donde los salarios son muy bajos (de media, serían un 30% más bajos). Resultado: la tasa de pobreza es del 29%, frente al 14% de la Francia continental y la pobreza es más intensa (la renta media de los pobres de la isla es inferior a la de las demás regiones francesas, con excepción de l´ Île de France). No hay que buscar en otra parte las razones del enfado.
LECCIONES DE 2009: LOS FRUTOS AMARGOS DEL INTERCLASISMO
En 2009, las Antillas experimentaron un movimiento muy significativo en la lucha contra la carestía de la vida y los bajos salarios, caracterizado por manifestaciones de una amplitud sin precedentes y, sobre todo, por una huelga general que duró 40 días en Guadalupe y 37 días en Martinica. Quince años después del final eufórico de la lucha que, tuvo lugar mientras los líderes de la lucha gritaban victoria, prevalece la decepción: los precios han seguido subiendo y los salarios siguen siendo bajos, a pesar de los aumentos salariales obtenidos y las medidas concedidas, como las exenciones fiscales de las que sólo se beneficiaron los capitalistas locales, grandes o pequeños. Esto se debió a que el movimiento había sido dirigido por colectivos que reunían a diversas organizaciones sobre una base interclasista, cuyas plataformas mezclaban reivindicaciones proletarias y pequeñoburguesas (como la defensa de la economía local, los artesanos y los pequeños patronos). La consecuencia inevitable fue que, a pesar de la combatividad de los proletarios, la defensa de sus intereses de clase pasó a un segundo plano.
El RPPRAC, por su parte, no pretende romper con este tipo de orientación; su negativa a plantear otras reivindicaciones que no sean la reducción de los precios de los alimentos, su negativa a situarse en el terreno de la lucha por salarios más altos y mínimos sociales, de la lucha contra el capitalismo y no sólo para forzar la «gran distribución» es un rechazo de la lucha de clases; pero sólo la lucha de clase puede ser el medio para movilizar las fuerzas del proletariado sobre las que descansa toda la economía -incluida la gran distribución-, y extender la lucha a los proletarios de las otras islas de las Antillas (las condiciones de los proletarios de Guadalupe son peores que en Martinica) o incluso a los de toda Francia: más allá de las diferencias contingentes de situación, sufren la misma condición de explotación, tienen el mismo enemigo y la posibilidad de unirse en una lucha común. El hecho de haber obtenido el apoyo de algunos sindicatos - CGTM, CDMT, UNSA... - (mientras que la CFDT, UGTM y FO lo rechazan con el pretexto de una crítica - justificada - a la inacción sindical) e incluso de organizaciones religiosas, no cambia nada; según el carismático presidente del RPPRAC, «hacemos pueblo con los sindicatos y las entidades religiosas»; «hacer proletariado» con todos los trabajadores y explotados no está en el orden del día...
Frente al poder de los capitalistas locales, grandes o pequeños, respaldados por el poder del Estado francés, que se enriquecen mientras las masas se empobrecen, es vano convocar debates públicos como en 2009 o negociaciones directas con el ministro: es indispensable llevar la lucha exclusivamente sobre una base de clase, con métodos y medios clasistas, sin dejarse desviar por las jeremiadas pacifistas de los religiosos, los llamamientos pequeñoburgueses a la defensa de la economía local y la unión de todos los martiniqueses.
Contra la carestía de la vida, contra los bajos salarios, contra la explotación capitalista, ¡lucha de clases y unión de los proletarios de Martinica y de otros países!
26 de octubre de 2024
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
www.pcint.org
de miles en el resto del país, tres compañeras fueron apuñaladas en las cercanías del escenario
donde se realizaba el acto final.
Estas movilizaciones que se vienen dando en nuestro país, expresan el crecimiento de las luchas
de las mujeres a nivel mundial, donde específicamente se vienen dando importantes triunfos por
el derecho al aborto.
de la derecha en nuestro país se ven obligados a apoyarnos. La iglesia además no ha podido
levantarse como un bastión para enfrentarse a la movilización que venimos llevando las mujeres.
gobierno y no poder expresar su posición, busquen enfrentarnos con acciones aisladas y terroristas
que sólo buscan amedrentarnos. Es por ello, que este grupo, el Movimiento social patriota, de corte
neonazi y de ultraderecha, realizó barricadas y pintadas pidiendo el exterminio de las mujeres que
somos activistas y culminaron apuñalando a tres de nosotras. Esto lo hicieron con total impunidad
frente a carabineros y fuerzas especiales, que no hicieron nada por cuidarnos, lo que demuestra
que el gobierno sólo los manda para reprimirnos.
oposición a estos hechos, pidiendo cárcel inmediata a los culpables.
del movimiento de mujeres internacional para que se solidaricen con nuestras tres compañeras
apuñaladas; y además llamamos a que todas las organizaciones estudiantiles, partiendo por la
confech, los movimientos sindicales, con la CUT y el NO MAS AFP a la cabeza, como así
también todos los movimientos sociales y políticos, se solidaricen inmediatamente con todas
las mujeres movilizadas del país y juntes convoquemos a una manifestación nacional donde
en las calles, enfrentemos a estos sectores de ultraderecha que quisieron asesinar a nuestras
tres compañeras.
Seis de los siete países del mundo que prohíben en todos los casos la interrupción del embarazo,
aún en los que peligra la vida o la salud de las mujeres, están en la región. En consecuencia,
760.000 mujeres reciben tratamiento médico por complicaciones derivadas de abortos en
condiciones de riesgo y es la principal causa de mortalidad materna a nivel mundial.
y machista Iglesia Católica. Pero la rebelión de las mujeres profundiza la crisis de la Iglesia
Católica, principalmente en la juventud. Con el avance en materia del aborto en Irlanda y en
Argentina tenemos que profundizar el impulso de estas luchas para que se terminen las muertes
por abortos clandestinos y para que de una vez por todas las mujeres podamos ser libres de decidir.
de concentraciones en las embajadas argentinas o consulados en varios países del mundo en
solidaridad mostrando el carácter internacionalista de este movimiento. Es que la opresión de
las mujeres [proletarias] no tiene fronteras. Cada lucha que da el movimiento en un país fortalece
la pelea en otros. Por eso, la conquista de la media sanción en el Congreso Nacional del derecho
al aborto legal dejó una enseñanza que entusiasma al conjunto de las mujeres de latinoamericanas:
con la movilización se puede torcer la balanza a nuestro favor.
Venezuela, Perú, Paraguay, Costa Rica y Brasil las mujeres recibieron con una gran alegría
la media sanción y recargaron sus fuerzas para aprovechar el momento histórico para impulsar
estas peleas en sus países. Los pañuelos verdes llegaron para quedarse y en cada país las mujeres
deciden tomar este símbolo de la lucha por el aborto, con colores propios e imágenes características.
Reuniones de coordinación y compañas están siendo impulsadas en la pelea por este derecho.
El 22 de junio en varias ciudades brasileras las mujeres salieron a las calles por una ley del aborto.
El 25 de julio las chilenas realizaron una gran movilización por el derecho a decidir.
Haití: ¡El levantamiento popular derrotó el gasolinazo del FMI! ¡Abajo el gobierno títere de Jovenel!
Un aumento del 38% en el precio de la gasolina, 47% en el gasoil y 51% en el querosén, generó una masiva respuesta del pueblo haitiano, que desde el 6 de julio salió a las calles de Puerto Príncipe, Cap-Haitien, Petit Goave, Les Cayes y Jacmel. Dos estaciones policiales fueron incendiadas, numerosas barricadas se levantaron y las calles fueron tomadas por el pueblo trabajador, en un genuino levantamiento contra la medida pactada por el gobierno de con el Fondo Monetario Internacional el pasado mes de febrero, como parte de un plan de ajuste.
Particularmente el aumento del querosén es una medida profundamente antipopular, pues para gran
parte de la población sin acceso a gas doméstico ni electricidad es un combustible indispensable para cocinar.
Ante la presión popular, sectores del parlamento se reubicaron contra el aumento de los
combustibles y al día siguiente del estallido social el gobierno anunció que se suspende
indefinidamente la medida.
El gobierno del empresario derechista Jovenel Moïse acusa una gran debilidad. Llegó al poder
luego de dos elecciones fraudulentas, una en 2015 y su repetición en 2016; ambas fueron
impugnadas y repudiadas por grandes movilizaciones. Su juramentación ocurrió recién en enero de
este año. Es el heredero directo de más de trece años de ocupación militar por parte de las tropas de la Minustah, contingente enviado por la ONU para sostener al régimen surgido del golpe de Estado contra Jean Bertrand Aristide en 2004. El año pasado la Minustah anunció su disolución para dar paso a un contingente policial multinacional de menor tamaño, la Minujusth. Además de ello, el financiamiento petrolero brindado por el gobierno venezolano, un importante subsidio que benefició al régimen heredero del golpe durante más de una década, ha menguado como consecuencia de la crisis en el país suramericano.
A todo esto se suma una crisis en las fuerzas policiales, que se acuartelaron, negándose a responder a las órdenes represivas del gobierno. En ese marco, el descontento popular se ha desbordado y no se limita al tema de los combustibles sino que exige la salida del gobierno títere del FMI y el imperialismo.
Las tropas de ocupación de la Minustah acumularon un prontuario terrible de abusos contra los
derechos humanos, la generación de una epidemia de cólera, y abusos sexuales. Estaban integradas principalmente por tropas latinoamericanas provistas por los gobiernos "progresistas" de Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador y Bolivia, entre otros. Es fundamental la solidaridad internacional para exigir que la Minujusth no reprima al pueblo haitiano y exigir su retirada del país.
Pese a su gran masividad, la revuelta popular carece de una dirección política. Es imprescindible construir organismos autónomos de lucha que levanten un programa político para sacar a Haití de la terrible situación económica y social a la que fue conducida por siglos de invasiones y agresiones militares, dictaduras oligárquicas, políticas de saqueo y superexplotación al servicio de la burguesía y el imperialismo. Llamamos a la solidaridad de todos los trabajadores y los pueblos con Haití, en defensa de su derecho a la autodeterminación y a librarse de un gobierno antipopular impuesto por tropas de ocupación. Por una salida obrera y popular a la crisis que arranque por el desconocimiento de la ilegítima deuda externa, cuyo origen perverso se remonta a la retaliación del colonialismo francés ante la revolución haitiana y el surgimiento de la primera nación independiente del Caribe.
¡Que viva la lucha del pueblo trabajador haitiano!
¡Abajo el gobierno títere de Jovenel Moïse!
¡No a la intervención militar extranjera en Haití, fuera la Minujusth!
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
7 de julio de 2018
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Otros textos sobre Haití:
HAITÍ, las razones de la revuelta: https://borrokagaraia.wordpress.com/2018/07/13/haiti-las-razones-de-la-revuelta/
Una comunicación desde Haití: https://docs.google.com/document/d/1sABL8eJ3J4vf99g-b4nIXJIxv1AwUYNPtP-o0ip3A3o/edit?ts=5b42b26e
En Túnez, siete años después de la revolución de 2011, comenzó una nueva revuelta en enero de 2018. Las masas tunecinas, cuyas exigencias económicas y sociales no han cambiado en modo alguno pero que sus condiciones de vida se han deteriorado cada vez más desde la revolución, han vuelto a las calles con el lema "trabajo, pan y una vida digna" contra los planes de austeridad que el Gobierno de Unidad Nacional está tratando de poner en marcha en el marco del acuerdo con el FMI sobre el pago de la deuda y el aumento de los precios y los impuestos.
El año pasado, al firmar con el FMI un acuerdo por cuatro años, el gobierno del día aceptó el programa de pago de la deuda y la limitación del gasto público. Después de la revolución, la deuda aumentó un 56% en siete años debido a que los gobiernos acordaron pagar la deuda de la derrocada dictadura de Ben Ali. En el país donde el déficit comercial alcanzó los 6.500 millones de dólares, el dinar tunecino perdió su valor debido a la elevada inflación. Las cifras oficiales de desempleo han seguido aumentando. La tasa de desempleo ha aumentado al 16 %. La tasa de desempleo entre los jóvenes titulados ha alcanzado el 30%. Los precios de los productos de consumo y la gasolina subieron un 9% el pasado mes de diciembre. Así pues, se dieron las condiciones para una nueva revuelta espontánea de trabajadores tunecinos pobres.
Más allá de este marco, hay otros tres factores que han levantado la ira del pueblo tunecino. La primera es la ley adoptada el pasado mes de septiembre por iniciativa del gobierno para conceder la amnistía a los funcionarios implicados en la corrupción del régimen de Ben Ali. Como resultado de esta legislación, la mayoría de estas personas corruptas regresaron a sus trabajos y algunos de ellos fueron asignados a empleos "tecnócratas" en el gobierno. El segundo factor que provocó el descontento del pueblo tunecino fue el hecho de que todos los gobiernos que llegaron al poder después de la revolución utilizaron ampliamente uno de los instrumentos más importantes de explotación del antiguo régimen, a saber, la corrupción y el nepotismo. Recientemente, los comentarios del presidente Essebsi sobre que el poder ejecutivo del gobierno debería fortalecerse revisando la constitución de la revolución y restableciendo el sistema presidencial fueron un ataque fundamental a las libertades adquiridas de la revolución de 2011.
Todos estos factores han impulsado la movilización espontánea de los trabajadores, mujeres y jóvenes tunecinos. La muerte de una persona como resultado de una violenta intervención policial y militar ha llevado a la propagación de manifestaciones en más de diez ciudades. Hasta la fecha, más de 800 manifestantes han permanecido bajo custodia policial. Las dos organizaciones simbólicas del movimiento obrero y la izquierda tunecina, la UGTT y el Frente Popular, han demostrado una vez más su carácter reformista. La UGTT, recientemente galardonada con el Premio Nobel por su papel en la "transición democrática" post-revolucionaria, simplemente pidió al gobierno que tomara medidas económicas contra la pobreza en lugar de movilizar su propia base durante las manifestaciones. El Frente Popular, que desde la revolución se ha limitado a defender las libertades conquistadas, que ha aplazado la transformación económica y social, que sigue reivindicando aún una revolución por etapas, a pesar de haber llamado a las masas a salir a la calle con el lema "Túnez salva su revolución", ha preferido, en lugar de proponer un programa de lucha para salir de la crisis económica y conquistar el poder, intentar empujar al gobierno hacia atrás y hacer que retroceda.
El gobierno, para salvar la situación, al declarar que iba a aumentar el presupuesto para las familias de bajos ingresos en $70 millones y proporcionar atención médica gratuita a los ciudadanos afectados por la crisis económica, pretende calmar a las masas y reprimir las manifestaciones. Pero estas medidas distan mucho de ser suficientes para satisfacer las demandas de los trabajadores tunecinos que llevan siete años luchando por "trabajo, pan y una vida digna".
Libertades democráticas sin pan, ¿cómo hacerlo?
En primer lugar, cabe señalar que la insurrección revolucionaria 2011 comenzó con el mismo lema que ahora:"trabajo, pan y una vida digna". Tras la brutal intervención de las fuerzas policiales del dictador, la insurgencia tomó un carácter antigubernamental. Se intenta ahora detener la lucha en la etapa de conquistas democráticas, aunque desde el inicio siempre ha sido una lucha contra el capitalismo y la política neoliberal. La causa principal de esta situación es el hecho de que la izquierda tunecina y las organizaciones sindicales no han propuesto un programa que vincule las reivindicaciones democráticas y sociales para salir del sistema.
En este contexto, los siete gobiernos que han estado en el poder desde la revolución, mientras colaboraban con el imperialismo, han hecho hincapié en la "transición democrática" pero siguen gobernando para las multinacionales y los acuerdos con el FMI. Y siguen usando la represión contra el pueblo. Continúan con las privatizaciones y otras formas de ataques sociales, prepararon la destrucción de las condiciones de vida. Y cuando pensaron que eran lo suficientemente poderosos, también intentan atacar las libertades democráticas. Es en este contexto donde deben abordarse la corrupción, el retorno de los antiguos funcionarios del régimen dictatorial y el debate sobre el sistema presidencial.
Pero las condiciones de vida del pueblo tunecino se han deteriorado tanto que la vida se han hecho insoportables. En un país en el que la gente está completamente abrumada por el desempleo, la pobreza y el hambre, la “democracia” no puede ser construida por los responsables del antiguo régimen. Los que quieren "salvar" la revolución tunecina deben enfrentarse a esta realidad. La revolución tunecina solamente podrá salvarse si se apoya en sus verdaderos protagonistas: los trabajadores, las mujeres y los jóvenes. Los cambios de fondo vendrán con la instalación de otro gobierno, un gobierno de los trabajadores, la juventud y los sectores populares que rompa con el FMI, con las multinacionales y las privatizaciones y gobierne para los de abajo. La tarea más urgente es proponer un programa de lucha que vincule las reivindicaciones democráticas y sociales, que apunte a la construcción de una economía planificada al servicio del pueblo y que, para ello, proponga el establecimiento de comités locales coordinados para organizar la lucha en todo el país. Por esto exigimos:
¡La cancelación inmediata de todos los acuerdos con el FMI!
¡La suspensión urgente del pago de la deuda! ¡Utilizar las fuentes de financiación para crear empleos, mejorar la educación y la salud!
¡La nacionalización sin compensación de todos los establecimientos públicos ya privatizados!
¡La explotación de las tierras agrícolas no urbanizadas del estado por los trabajadores de la región!
¡Volver a abrir bajo control obrero las fábricas e instalaciones de producción cerradas!
¡El establecimiento de comités populares e independientes para luchar contra la corrupción!
¡Llevar las personas involucradas en corrupción ante los tribunales bajo la supervisión de estos comités!
¡Libertad para todos los presos políticos!