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[Los Angeles CA.] Emerge la furia del proletariado contra el orden del Capital

 

 

El espíritu de las revueltas de Los Ángeles en 1965 y 1992, así como Ferguson en 2014 y Baltimore en 2015, se hizo nuevamente presente en la ciudad de los Angeles California. Fuego en las calles, enfrentamientos con la guardia nacional, saqueos, vehículos [tesla] incendiados, patrullas policiales destrozadas, agitación masiva y la extensión de protestas hacia otras ciudades de EEUU; son la evidencia de que la guerra de clases vuelve a aparecer en las entrañas de la bestia; no es un hecho menor, pues el Estado ha aumentado el envío de tropas de contención, recurriendo también al uso de la ley marcial, implementando el toque de queda e intensificando la cacería de brujas contra los manifestantes.

 

 

Una bestia moribunda

Las numerosas redadas anti-inmigración del ICE que desde hace meses vienen acompañadas de vejaciones, torturas y la deportación masiva de inmigrantes latinoamericanos, son algo más que la realización de las promesas de campaña orquestadas por parte del pederasta amigo de los sionistas que actualmente comanda desde Washington. Son los intentos desesperados de paliar la bancarrota económica [crisis de valorización] del estado yanki. La búsqueda por “tener nuevamente una fuerte economía nacional” para ilusoriamente “devolver a los verdaderos americanos la prosperidad que se gozó antaño en el país” es un sin sentido que no tiene cabida en un mundo donde otras facciones  del capitalismo se han fortalecido [China-Rusia BRICS].

Estados unidos como potencia hegemónica que alguna vez dominó los mercados con su divisa y leyes, no volverá más. Su decadencia no tiene retorno. No obstante, la reciente campaña anti-inmigración donde han desplegado su arsenal represivo, solo confirma que siguen siendo uno de los principales brazos militares del capitalismo mundial (no por nada su negocio principal es la guerra), lo cual les permite ser vanguardia en fungir como centinelas, gendarmes y torturadores profesionales a la hora de aplastar cualquier conato de insurgencia.

 

Izquierda y derecha: enemigos del proletariado

Hoy nuevamente, la delirante ideología nacionalista exacerbada por la burguesía, persuade a que la clase trabajadora [como siempre] se haga de falsos enemigos, canalizando su odio contra todo aquel “agente externo invasor” sin importar que este comparta la misma condición social marginada y precaria. Pero el Estado Capitalista en su la lucha contra la inmigración no actúa solo, otros gobiernos en contubernio con la Casa Blanca contribuyen a la realización de esa tarea, por ejemplo el derechista Nayib Bukele en el Salvador, construyendo Cárceles al estilo de Guantánamo para los inmigrantes deportados, e incluso su “contra parte” en México, los gobiernos de la izquierda progresista de AMLO y Sheinbaum han recrudecido la represión y deportación contra inmigrantes de Centroamérica, Haití, Colombia y Venezuela. Por si fuera poco, al mismo tiempo se impulsan campañas alentando a la delación policial contra todo sospechoso de ser residente ilegal (equiparándolo como criminal y terrorista que atenta contra los “buenos valores cristianos de occidente”).

La izquierda oficialista del gobierno de México, como buena izquierda domesticada que es, llama a  no hacer disturbios contra la paz social, a llevar la protesta e indignación dentro de los márgenes del ciudadanismo y la sumisión al poder del Estado yanki. Por eso no es extraño que sus partidarios más ortodoxos vean inverosímil que un proletariado salvaje haga uso de la autodefensa y el combate callejero contra las fuerzas de seguridad (perros bastardos del capital). La tibieza y el llamado al repliegue es un elemento que solo nos condena a deambular en los carriles de las instituciones democráticas burguesas, anulando así nuestra lucha para que retornemos a la misma normalidad miserable.

La necesidad de “agentes infiltrados y provocadores” por parte del Estado, como supuesto pretexto para reprimir y desprestigiar las luchas sociales, es solo un mito inventado por la izquierda reformista e institucional, que beneficia al orden y funcionamiento de las estructuras del Capital. La policía y el ejército nunca vacilan en encarcelar, masacrar y reprimir con total impunidad a todo sospechoso de sedición, así mismo, variopintos ideólogos e influencers a través de los medios de comunicación, como buitres carroñeros, buscarán desprestigiar y condenar las luchas exigiendo al gobierno más mano dura, o en su defecto, apoyarán las protestas y manifestaciones bajo la condición de que estas transcurran de manera pasiva y pusilánime.

Históricamente las explosiones de rabia de la clase ocurren bajo contexto de desorden, caos y espontaneidad. Por consiguiente, resulta absurdo determinar una manera correcta en la que la clase deba luchar. La clase se lanza a la lucha por su misma necesidad y condición de clase explotada y asalariada [sin esperar el llamado de un caudillo o líder mequetrefe], es su reacción natural de plantar cara a los ataques que la burguesía orquesta en su contra mediante represión, recortes, despidos y encarecimiento de sus medios de vida.

 

La única alternativa, la lucha autónoma por la destrucción del Capital.

Si aludimos a la necesidad de que los explotados y oprimidos luchen en la calle y no bajo los estándares pasivos del hashtag, el apoyo a los partidos políticos oficialistas, sumado al respeto por las leyes y el orden; no es por un simplón y burdo fetichismo hacia la violencia y la revuelta social, sino porque reconocernos que la lucha callejera sirve para que la clase se percate de su propia fuerza y potencial subversivo, pues es ante estas situaciones donde brota su reconocimiento en comunidad de lucha, en el ejercicio del apoyo mutuo y la solidaridad de clase por encima de todos las falsas categorías de nacionalidad y raza con las que el capital busca mantenernos divididos.

Los recientes disturbios y protestas han hecho tambalear los paradigmas ideológicos y materiales de esta sociedad mercantil generalizada. Que las revueltas tengan su vórtice en la ciudad de Los Angeles no es una casualidad, pues esa urbe se caracteriza por albergar una abismal brecha entre las clases sociales, la cual se percibe en el marcado contraste entre los barrios residenciales de los millonarios que derrochan opulencia, y por otro lado, los suburbios y ghetos proletarios infestados de miseria. La ideología burguesa y parcializadora vertida en los medios de comunicación burgueses buscará ocultarnos esta realidad, tergiversando la situación y buscando convencernos de que los disturbios son protagonizados no por proletarios, sino por “latinos”, “inmigrantes”, “mexicanos” o “las clases medias”.

Pero lo cierto es que más allá de las banderas mostradas en las manifestaciones y la revuelta, la clase trabajadora, sin necesidad de discursos rimbombantes, está poniendo en práctica la crítica material a los fundamentos políticos y morales del mundo del capital. El proletariado que se ha lanzado a luchar en las calles, se reconoce a sí mismo como el motor que impulsa la producción y el funcionamiento de la sociedad mediante su trabajo explotado… pero, es durante este proceso de lucha, que ha dejado en evidencia que esa misma sociedad dependiente de su mano de obra, es al mismo tiempo la base material de su perpetua esclavitud y miseria oprobiosa, por consiguiente no hay nada positivo a salvar de ella.

El declive que tarde o temprano pudiera tener la actual revuelta, ya sea por desgaste o por recuperación burguesa en determinado momento, es un hecho ineludible que forma parte de las derrotas que tendrá que experimentar el proletariado en su camino. La misma clase, en los múltiples momentos de revuelta se dará de bruces con la realidad, porque las revueltas proletarias se componen de golpes y contra golpes, pues la clase en lucha solo puede abrirse brecha y adquirir experiencia a través de numerosas derrotas y fracasos.

Tras décadas de contrarrevolucion con un proletariado disperso y desarmado teórica y prácticamente, es evidente que cuando vuelva a entrar en escena bajo la lucha de clases, lo hará de manera difusa y cuestionable, ya sea bajo banderas nacionales o consignas reformistas, pero es necesario también ver más allá de eso. Pues la lucha concreta del proletariado inmigrante en EEUU en estos momentos tiene una base material que es la lucha contra la deportación y la defensa de sus medios de vida, y eso es lo que realmente le impulsa a confrontar a la clase dominante y su sistema. Por eso mismo las luchas son productoras de realidades y no realizadoras de ideales.

 

Acerca del Fascismo y el Antifascismo

Trump no es un fascista, es tan demócrata como sus “adversarios” Hillary Clinton, Barack Obama o Joe Biden. Llamar a Trump fascista es reforzar a la democracia y tragarse las heces positivistas de los valores pluralistas y tolerantes de la civilización capitalista. Si Trump es abiertamente racista, misógino, xenófobo y su partido posee el respaldo de grupos neonazis. ¿Qué diferencia habría si no lo fuera? ¡Ninguna en lo absoluto! Los demócratas y su partido de arcoíris pregonan un discurso aparentemente  opuesto a quienes todavía enarbolan  la bandera de los Confederados (aquellos  Estados del Sur que defendían la esclavitud  de los negros); sin embargo, no vacilan en financiar al Estado Islámico en Siria y a los grupos neonazis de Ucrania, a su vez que financian masacres auspiciando a Israel, armándolo hasta los dientes y apoyando su política de limpieza étnica y apartheid en Palestina; también respaldan al cerdo de Erdogan en Turquía para ocupar con tropas y tanques para masacrar a los proletarios del Kurdistán turco. Y no está de más recordar, que bajo sus gobiernos, las campañas de deportación contra inmigrantes nunca cesaron.

Y aunque queda claro que la lucha del proletariado atraviesa ineludiblemente por plantar cara y confrontar [principalmente de manera violenta] a los individuos, grupos y partidos de derechas apologistas del fascis­mo. Es un error pensar que bajo la cobertura de la ideología antifascista estemos combatiendo la raíz del problema. De hecho luchar bajo la cobertura del antifascismo resulta más contraproducente porque el antifascismo solamente refuerza al capital, fomentando en la clase trabajadora la ilusión de que “ante la amenaza derechista, es mejor una democracia que una dictadura”,  conduciéndola así al estercolero de las instituciones burguesas, donde se le persuade a votar en los comicios a presidentes y diputados progresistas, de izquierda o socialdemócratas para posicionarlos en el gobierno o el parlamento. Una vez realizado el circo de la conquista del poder político, estos socialdemócratas antifascistas se darán la mano con los mismos fascistas que antes consideraban enemigos, para así terminar decretando leyes a favor de la burguesía en contra del proletariado.

En síntesis, el antifascismo es una fórmula de confusión que sirve para anular la perspectiva revolucionaria en el proletariado. El antifascismo deja intacta la propiedad privada y el Estado nacional, componentes fundamentales del sistema capitalista. Reducir el problema a los fascistas, es claudicar a nuestro programa e intereses históricos. Insistimos y rematamos entonces, que la única alternativa viable para frenar la barbarie y catástrofe a la que asistimos hoy es: la lucha proletaria autónoma, radical e internacionalista contra el capitalismo y sus estados, contra sus defensores y contra sus falsos críticos; contra todas sus facciones burguesas de izquierda y derecha, sus patrias, sus guerras, su democracia y sus reformas; por la abolición del trabajo asalariado y la mercancía, por la guerra de clases, la insurrección y la revolución comunista y anárquica mundial. A estas alturas de la historia, será eso o perecer para siempre.

Contra la Contra.


 

República Checa: Frente a una "semana de protesta" impotente, a los llamamientos al "diálogo social" y a los retrasos de los dirigentes sindicales, ¡los proletarios deben tomar la lucha en sus manos!

¡Por la lucha de clases contra todos los ataques de los capitalistas y su Estado!


 

 

La mayor confederación sindical de la República Checa, la ČMKOS, tras el anuncio de una amenaza de huelga el 15 de mayo de 2023, presagio de protestas laborales, lanza una protesta de una semana a finales de junio contra las medidas de austeridad del Gobierno, que incluyen la llamada reforma de las pensiones. Se trata de un paso más para "llevar al Gobierno a la mesa de negociación sobre las medidas propuestas para reconducir las finanzas públicas del país".... y el ČMKOS ya ha elaborado su 'propio conjunto de medidas' para la recuperación de la economía nacional con el fin de 'mitigar' el impacto del paquete de austeridad del Gobierno sobre los trabajadores y sus familias. Sin embargo, los sindicatos "en lugar de un diálogo abierto, que es la única manera de encontrar soluciones racionales", se enfrentan, según sus propias palabras, a un Gobierno que culpa a todos los demás de sus propias malas decisiones.

Aunque el líder de ČMKOS, Středula, declaró que "el propósito de las próximas protestas es evitar que el gobierno apruebe estos cambios legislativos", en realidad está dejando claro que esto es sólo un medio de presionar al gobierno para restablecer el "diálogo social", para hacer que el gobierno "escuche a los trabajadores" (es decir, a sus representantes - las principales organizaciones sindicales) para que el impacto de las medidas de austeridad no sea soportado sólo por los trabajadores. Los dirigentes sindicales no hacen más que poner la miel en la boca: ¡como si el gobierno no fuera plenamente consciente de lo que hace, como si no sirviera sólo a los intereses de los capitalistas y como si el diálogo social, es decir, la colaboración de clases, no fuera siempre a costa de la clase obrera! ČMKOS sólo quiere ser un socio y mediar entre los ataques de la clase dominante y las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores. ¡Este es el verdadero contenido de la colaboración de clases, de ese diálogo social en el que se enzarzan los sindicatos y con el que engañan al proletariado!

Středula ha indicado claramente a qué recurrirán los sindicatos si el Gobierno no les escucha - ¡pero no esperen la preparación de huelgas masivas e ilimitadas que perjudicarían los beneficios de las empresas capitalistas y el buen funcionamiento del Estado! "Espero que los votantes se acuerden cuando lleguen las próximas elecciones -incluidas las europeas, las del Senado y las regionales- de cómo les va y hagan un recuento justo de estas entidades políticas", nos dice este candidato presidencial fracasado. ¿Es posible que con esta frase quiera decir que la próxima vez lo intentará para el Senado o el Parlamento Europeo? No sería una excepción: muchos de sus antiguos colegas sindicalistas (Falbr, Štěch, Zavadil...) han encontrado un lugar en estas instituciones.

Es nuestro deber mostrar que sólo la lucha de clase proletaria independiente es el camino a seguir. En Francia, las formidables luchas de más de dos millones de personas en 1995, con las duras huelgas de los ferrocarriles y de los transportes de París, que duraron tres semanas con la ocupación de las principales estaciones y el bloqueo de los transportes ferroviarios, y que implicaron también a otras empresas como Correos, etc., para obligar al gobierno a suprimir el llamado Plan Juppé de entonces (es decir, la supresión de los "regímenes especiales de jubilación" concedidos anteriormente a ciertas categorías estratégicas de trabajadores...) - no consiguieron hacer retroceder a la burguesía en su intención de prolongar la vida laboral de los proletarios aumentando su edad de jubilación. ¿Por qué? Porque los proletarios dejaron la dirección y la organización de sus luchas en manos de los sindicatos oficiales que demostraron, entonces como ahora, ser los garantes de la paz social y los saboteadores de las luchas obreras.

Pero también es nuestro deber subrayar el mito de la huelga general, fuertemente presente en la clase obrera. El éxito de la huelga general, como de cualquier otra huelga, depende sobre todo de la orientación y los objetivos de quienes la dirigen: ¿son los intereses reales y de clase del proletariado, o son intereses y objetivos interclasistas y nacionales, es decir, democráticos? El ejemplo de mayo y junio de 1968 en Francia: fue la huelga general más importante del movimiento obrero en ese país (y en Europa) - 8-10 millones de huelguistas, decenas de miles de empresas ocupadas, incluso las más pequeñas, un movimiento que duró dos meses... sin embargo, sus resultados fueron mínimos, muy inferiores al movimiento huelguístico de mayo-junio de 1936, cuando hubo muchas menos huelgas; la semana laboral de 40 horas obtenida en 1936, abolida en la preguerra, no se restableció en 1968; las reformas sanitarias y de bienestar -¡a costa de los trabajadores, por supuesto! - por las que los sindicatos llevaron a cabo dos huelgas generales en 1967- no encontraron oposición; la reducción de la edad de jubilación a 60 años no se consiguió; los aumentos salariales logrados fueron engullidos por la inflación unos meses después. En aquel momento, la enorme fuerza que se formó en los centros de trabajo contra la patronal no se tradujo en una fuerza para conseguir las reivindicaciones, porque los autoproclamados "representantes de los trabajadores" -los dirigentes sindicales- en realidad, como buenos reformistas, son sobre todo defensores de los intereses del capitalismo francés, más que defensores de los trabajadores. Por lo tanto, una futura huelga general dejada en manos de los aparatos que sabotean las luchas sólo puede ser un mortinato.

También en la República Checa tenemos un ejemplo de cómo la lucha -la huelga ilimitada- es la palanca para hacer avanzar los intereses de los trabajadores. Como escribimos en nuestro artículo Lecciones de la huelga de Nexen Tire, "En cualquier caso, lo que el mayor sindicato del sector, OS KOVO, no consiguió en cuatro años de supuesta negociación, los trabajadores consiguieron compensarlo (...) yendo finalmente a la huelga indefinida". Así que sólo fue una huelga indefinida, una fuerza, para ser escuchados por la patronal; la patronal, y por extensión su Estado capitalista, sólo entienden de fuerza, no de palabrería.

Sin embargo, sindicatos como OS KOVO quieren que la huelga sea considerada "siempre como el último instrumento para hacer valer los derechos de los trabajadores", porque, como ellos mismos repiten sin cesar, ¡son los defensores de la paz social! Esperar que estos sindicatos preparen huelgas masivas e ilimitadas y que sean una palanca de poder para los trabajadores ¡es una gran ilusión! Estos sindicatos - que llamamos colaboracionistas de clase por las razones que ellos mismos profesan, y cuyo objetivo es inculcar al proletariado que ellos y las empresas, la economía nacional, tienen el mismo objetivo, clavar a los trabajadores al éxito de "su" empresa en la lucha con la competencia en el mercado -, ejercen su poder imponiendo en cada acuerdo la máxima subordinación de los trabajadores a las exigencias de la empresa, racionalizando las tareas laborales, desviando incluso la más mínima actividad de protesta y reacción de los trabajadores a negociaciones y compromisos a través de los laberintos de los órganos estatales, de los abogados, dejando así a los trabajadores completamente indefensos y derrotados desde el principio. Por lo tanto, no es sorprendente que OS KOVO restara importancia a la huelga de Nexen Tire como si se tratara de un mero "malentendido entre las partes" y, además, se comprometiera en una declaración conjunta con la dirección de Nexen Tire a "cooperar mutuamente para que la empresa, el lugar de trabajo de todos los trabajadores, se convierta en una empresa estable y respetada (....), con el fin de restablecer el honor y el nombre de la empresa, y que "el sindicato y la empresa participarán activamente en la segunda fase de la expansión en curso y harán todo lo posible para estabilizarla", así como que OS KOVO "animará a los empleados a respetar las normas y a trabajar a conciencia sin absentismo" porque "la empresa y sus empleados no son diferentes y comparten el mismo objetivo".

Hubo un tiempo en que los trabajadores, en sus organizaciones de defensa inmediata, tuvieron que enfrentarse a una dirección traidora en sus luchas por defender las condiciones de trabajo y de vida; pero desde hace décadas los sindicatos actuales han asumido plenamente su papel de gestores de la mano de obra, garantes de la paz social y defensores de la colaboración interclasista. De hecho, el ČKMOS es el heredero del régimen sindical anterior a noviembre de 1989, un régimen que, aunque pretendía ser "socialista", no se diferenciaba en nada de los regímenes capitalistas de Occidente. Hoy en día, en la República Checa no existe ni una sola organización sindical que pueda llamarse ni remotamente luchadora, que utilice los métodos y medios de la lucha de clases, es decir, una lucha que promueva exclusivamente los intereses económicos e inmediatos de los trabajadores.

El movimiento obrero checo, que carece de una tradición histórica, de la experiencia directa de una verdadera lucha de clases, debe empezar de cero; y debe superar un cierto tipo de derrotismo, que también tiene sus raíces en la larga serie de derrotas y protestas infructuosas por las que han pasado los trabajadores bajo la dirección de los sindicatos colaboracionistas. La huelga debe ser un arma de la lucha obrera, no sólo su última herramienta a utilizar, ¡además según reglas impuestas desde arriba!

La defensa eficaz y duradera de los intereses proletarios, incluso en el terreno inmediato, consiste en reconocer la incompatibilidad entre los intereses del proletariado, clase de los sin reserva, y los de los capitalistas, y en movilizar las fuerzas proletarias para objetivos exclusivamente proletarios, lo que significa luchar con medios y métodos clasistas (huelgas indefinidas en apoyo de reivindicaciones económicas e inmediatas, negociación en condiciones de lucha activa y continua, piquetes contra los esquiroles, manifestaciones de solidaridad de obreros de otras fábricas, huelgas salvajes sin preaviso y sin fecha de caducidad, etc.). ); medios y métodos que sólo pueden ser puestos en práctica por organizaciones de clase, es decir, no colaboracionistas, en la preparación de la lucha, su conducción y su conclusión. La defensa de esta lucha, la constitución de un polo de clase y el intento de influir en los trabajadores de esta manera, al menos en parte, si es posible incluso dentro de los sindicatos actuales, ha sido siempre nuestra posición; con la perspectiva de unir a todos los trabajadores en una lucha económica defensiva clasista unida - no fragmentando a la clase obrera y separando a los trabajadores más combativos de los que están inseguros y todavía bajo la influencia del colaboracionismo interclasista.

Un movimiento de clase fuerte no podrá surgir sólo sobre la base de la espontaneidad obrera, sino que necesita y necesitará el trabajo constante e incansable de los auténticos comunistas revolucionarios, como portadores de la conciencia de clase organizada en el partido y como defensores del futuro del movimiento de clase y revolucionario. También necesitará del trabajo constante e incesante de los proletarios más combativos, decididos y sensibles a sus objetivos de clase, que deberán asumir la tarea de vertebrar una nueva red organizativa proletaria independiente, capaz de unificar en la lucha contra la patronal, su Estado y el capital, de la forma más homogénea, a los proletarios de los distintos sectores, de las distintas categorías, de las distintas edades y nacionalidades .

 


- Contra la "reforma" de las pensiones y contra todos los ataques burgueses, ¡por una orientación de clase en la lucha que rompa con la orientación derrotista de las organizaciones colaboracionistas!

- ¡Unidad en la lucha de todos los proletarios, del sector público y privado, empleados y desempleados, activos y jubilados, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, ciegos e "inmigrantes"!

- Reducción drástica de la jornada laboral y de la edad de jubilación.

- Un aumento general de los salarios, las prestaciones de desempleo, las pensiones y todos los mínimos sociales.

- Contra toda discriminación, ¡igual salario por igual trabajo!

- Por una lucha revolucionaria contra el capitalismo, contra sus preparativos de guerra y la dominación imperialista, ¡por la unión con los proletarios de todo el mundo!


 

24 de junio de 2023

 

Francia

¡Basta ya de manifestaciones procesionales!

¡Sólo la lucha de clases proletaria puede salir victoriosa!

 

 

 La Intersindical convocó una nueva jornada de acción contra la reforma de las pensiones;

según el nuevo dirigente de la CGT, S. Binet, "la lucha no está perdida" (Le JDD, 4/6).

En realidad, la lucha se perdió en cuanto se confió su destino a quienes no quieren luchar.

Desde el principio, la Intersindical, que concibió la movilización únicamente como un medio

de presión para abrir el diálogo con el gobierno y apoyar el carnaval parlamentario afirma

con orgullo que "intentó mantener una movilización pacífica, festiva y popular" (comunicado

de prensa de la Intersindical, 23/2/22) y no dio a la jornada del 6 otro objetivo que "permitir

a todos los asalariados hacerse oír por los parlamentarios" (!); anunció que iría "a reunirse

con los diputados de todas partes para invitarles a votar sobre [un] proyecto de ley"

(comunicado de prensa, ibid.), cuyo autor admitió que aunque se aprobara no conduciría

a nada... El cretinismo parlamentario (como decía Marx) ¡a la enésima potencia!

Binet se queja: si se elude este proyecto de ley, "los ciudadanos pueden preguntarse:

¿serían entonces inútiles nuestros diputados?". (El JDD, ibid.). De hecho, los diputados,

el parlamento y todo el sistema democrático no sirven para nada a los proletarios y a sus

reivindicaciones; al contrario, sirven para desviarles de la única vía para obtener satisfacción:

la lucha abierta, mediante huelgas que ataquen los beneficios capitalistas y el buen

funcionamiento del Estado. ¡Una lucha real no es una feria alegre y festiva! Ayudando a

difundir la creencia en la virtud de la acción parlamentaria de la manera más absurda,

gritando sobre la "crisis democrática" (después del 29.3); ocultando así el hecho de que

la democracia burguesa tiene una función esencialmente antiproletaria, la Intersindical

demuestra una vez más su oposición a una defensa real de los intereses proletarios.

La democracia se basa en la mentira de que todos los ciudadanos son iguales y que todos pueden

expresar y realizar por igual sus aspiraciones a través de las instituciones democráticas. Pero

la realidad es bien distinta: hay poderosos capitalistas que conforman la opinión pública y

una masa impotente; los ciudadanos están divididos en clases sociales con intereses

contrapuestos y la clase capitalista propietaria de toda la riqueza ha conformado las

instituciones, desde el parlamento hasta el Estado, para defender sus intereses y su dominio

sobre la sociedad. En este marco, la institución burguesa decisiva, la que concentra todo el poder

de la clase dominante, es la del Estado, teniendo el parlamento sólo un papel accesorio: el circo

parlamentario sirve sobre todo para engañar a la población.

LA LUCHA DE CLASES PROLETARIA ES LA CLAVE DE LA VICTORIA Recurrir a las instituciones burguesas es por tanto un callejón sin salida peligroso para

los proletarios, una verdadera pista falsa. La única manera de resistir a los ataques burgueses,

de obtener resultados, es la lucha abierta y decidida, como acaban de demostrar los

trabajadores de Vert Baudet (Nord) tras más de 2 meses de huelga y de resistencia a

las intimidaciones y ataques policiales.

Muy diferente al camino indicado por la Intersindical: inflexibles en cuanto a la colaboración de

clases y el diálogo social, los dirigentes sindicales se apresuraron a reunirse con el presidente del

Consejo y se preparan, no para la lucha, sino para "propuestas comunes" a negociar para que

"se tengan en cuenta las preocupaciones de los asalariados". Si los proletarios no quieren que se atiendan educadamente sus preocupaciones, sino que

se consigan sus reivindicaciones fundamentales, sobre las pensiones y los salarios, sólo

pueden hacerlo mediante una lucha real, no a través de las instituciones democráticas o

de manifestaciones-procesiones repetidas. Y esta lucha debe llevarse a cabo sobre una

base de clase, independientemente de los partidarios del interclasismo, con métodos y

medios clasistas, uniendo a todos los proletarios, jóvenes y viejos, franceses e inmigrantes,

hombres y mujeres, activos y jubilados, empleados y desempleados, contra la patronal

y el Estado burgués. Esta es la clave de la victoria en las próximas luchas que nos esperan

con las "reformas" y leyes antiobreras prometidas por el gobierno, mientras la inflación

que sigue erosionando el nivel de vida impone la lucha por los salarios.

¡Por la lucha de clases contra todos los ataques burgueses! ¡Por la reanudación de la lucha revolucionaria contra el capitalismo en unión

con los proletarios de todos los países!






 5 de junio de 2023

Partido Comunista Internacional (El Proletario) 

www.pcint.org

 

 

Francia

Ante el fracaso de la táctica sindical, sólo hay una alternativa: ¡la lucha de clases anticapitalista!

 

 


A pesar de que en los últimos tres meses millones de proletarios se han movilizado, manifestado y declarado en huelga contra la "reforma" de las pensiones deseada por los capitalistas y aplicada por el gobierno a su servicio, éste no ha dado marcha atrás.

Este fracaso no se ha debido a la falta de determinación de los trabajadores, desmintiendo a quienes aseguraban que los proletarios estaban resignados después de haber sido doblegados por la imposición de toques de queda y otros confinamientos durante la crisis de Covid. Todo ha sido mérito de la orientación dada al movimiento por la Intersindical. Esta última, temiendo un "estallido social" (como no ha dejado de repetir en sus llamamientos al gobierno y a Macron) ha retomado la vieja táctica de las movilizaciones parciales -mediante repetidas "jornadas de acción" a intervalos más o menos distantes y "huelgas intermitentes" en algunos sectores aislados- con el pretexto de reducir los sacrificios realizados durante la lucha y ahorrar la energía de los huelguistas y manifestantes. Esta misma táctica condujo a la derrota en las grandes luchas anteriores por las pensiones porque, como todo el mundo puede ver, debilita efectivamente la lucha, agota a los proletarios en vanas "jornadas de acción" sin futuro y acaba inevitablemente por desmoralizarlos. Pero para los dirigentes sindicales, verdaderos bomberos sociales infaliblemente apegados a la defensa del orden establecido, esta táctica les permite minimizar los daños causados a la economía capitalista y evita en la medida de lo posible cualquier "desbordamiento" de la lucha proletaria... que correría el riesgo de convertirse en una verdadera lucha de clases uniendo a todos los proletarios contra los capitalistas y su Estado.

La orientación de la Intersindical se deriva inevitablemente de la naturaleza de las organizaciones que la componen: sumidas en la red burguesa de colaboración de clases, orgullosas de mostrar a la burguesía su actitud "responsable", no pueden sino dar la espalda a cualquier lucha por el respeto de los principios de diálogo entre los "interlocutores sociales" y de paz social. Por eso, después de alinear su movilización con las aventuras del circo parlamentario, desde hace unos días piden una simple "pausa" de la reforma, el nombramiento de un "mediador"; en el último comunicado de la Intersindical (28/3) ya no se habla de retirar la reforma; y, a pesar del claro rechazo de sus propuestas por parte de las autoridades, como fieles servidores, se han apresurado a reunirse con el primer ministro...


 

¡POR UNA ORIENTACIÓN DE CLASE EN LA LUCHA PROLETARIA!

 

Hay quienes imaginan que sería posible empujar a las direcciones sindicales a convocar una huelga general hasta la victoria. Pero si, excepcionalmente, convocaran una huelga general, sólo sería para controlar el movimiento y garantizar la defensa de los intereses de la economía burguesa. No hay otra alternativa a la orientación de clase en la lucha, en ruptura total con la orientación legalista y pacifista del aparato sindical, contra la demagogia de los partidos pseudo-obreros o "rebeldes" y sus satélites, y por tanto en ruptura con la influencia de las múltiples fuerzas pro-burguesas de colaboración de clases.

 

La organización independiente sobre una base de clase es la única manera de que los proletarios tomen sus luchas en sus propias manos, eviten la derrota y se preparen para el ataque general contra el capitalismo el día de mañana.

Contra la "reforma" de las pensiones y contra todos los ataques burgueses, ¡por una orientación de clase en la lucha, rompiendo con las orientaciones derrotistas de las organizaciones colaboracionistas!

¡Unión en la lucha de todos los proletarios, públicos y privados, empleados y desempleados, activos y jubilados, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, franceses e inmigrantes!

Reducción drástica de la jornada laboral y de la edad de jubilación.

¡Aumento general de los salarios, las prestaciones de desempleo, las pensiones y todos los mínimos sociales!

Contra toda discriminación, ¡igual salario por igual trabajo!

Regularización de los trabajadores irregulares.

No a la represión policial.

¡Revocación de todos los cargos contra huelguistas y manifestantes!

Solidaridad con los huelguistas.

Por la lucha revolucionaria contra el capitalismo, contra sus preparativos de guerra y su dominio imperialista, ¡unidad de los proletarios de todo el mundo!

 

5 de abril de 2023

 

 



Partido Comunista Internacional

Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program

Hoy, jueves 16 de marzo, está convocada una HUELGA GENERAL en Grecia por el accidente de tren que causó, al menos, 57 muertos.

 Reproducimos un texto escrito en inglés por un compañero presente en las manifestaciones de estos días pasados. Grecia está hoy paralizada por la Huelga general de 24 horas que tiene como principal demanda que se encuentre a "los verdaderos culpables".




Diario de los disturbios: la colisión del tren griego, 1ª parte


Como alborotador habitual en Atenas, intento resistirme a escribir este tipo de "reportajes" en inglés, ¿para qué? Parece un viaje existencial del ego, un perro meando en una boca de incendios: "¡Yo estuve AQUÍ! EXISTO".

En este caso, creo que no ha habido mucha cobertura anarquista en lengua inglesa de la respuesta popular al choque de trenes del 28 de febrero de 2023 en Grecia. Ahora, casi dos semanas después, el levantamiento general ha sido extraordinario. Algunos de los que vivieron (y participaron) en las insurrecciones de hace una década han dicho que el alcance y el sentimiento de este levantamiento son similares... y aquellas insurrecciones de entonces estuvieron a punto de derrocar al Estado.

Ha habido muchos días y noches de manifestaciones, disturbios, ocupaciones y huelgas en toda Grecia desde el choque de trenes; lo que sigue es la primera entrega de mi experiencia personal. No soy periodista, ni reportero, ni experto, simplemente un partidario que escribe.

(...) Tales son las cintas con las que adorno este pequeño diario: solidaridad con los combatientes, deseos de fuego y violencia a los buitres paraestatales y a los "periodistas de aventura" extranjeros, y compasión sin límites por esos extremistas en ciernes que se sienten como maníacos solitarios varados en un maizal complaciente. Creo en ti, como creo en mí mismo.


EL DÍA DEL DESCARRILAMIENTO - MIÉRCOLES 1 DE MARZO

El 28 de febrero, poco antes de medianoche, un tren de pasajeros en dirección norte, lleno en su mayor parte de estudiantes que regresaban del carnaval griego, chocó frontalmente con un tren de mercancías en dirección sur que circulaba por la misma vía. Este desastre ocurrió en un lugar relativamente remoto, junto al valle de Tempe, y la gravedad del accidente tardó en filtrarse. Se han identificado los restos de 57 personas, pero aún hay otras tantas "desaparecidas". ¡Desaparecidas! ¿Estaban en el tren y ahora están desaparecidos? Esto significa, para mí, que el número de muertos es superior a 100. Incluso con 57 muertos, es fácilmente el peor desastre ferroviario en la historia de Grecia. El interior de los vagones descarrilados ardió a 1300 grados centígrados, la temperatura utilizada para fundir vidrio en un horno. Como el gobierno y la compañía ferroviaria no saben exactamente cuántos billetes se vendieron para el tren, y de todos modos siempre hay docenas de pasajeros sin billete, incluidos inmigrantes sin redes familiares regionales, la pérdida de vidas humanas nunca será objeto de una contabilidad forense tecnocrática completa. Es decir, los estadísticos y numerarios no podrán acorralar este desastre en sus estadísticas; es simplemente un horror, una conflagración tan intensa que borró la especificidad.

Grecia no es un país grande, por lo que una catástrofe de esta magnitud tiene un impacto proporcionalmente enorme. 

El día de la colisión varios grupos, entre ellos anarquistas, convocaron una manifestación inmediata en las oficinas de Hellenic Train en Atenas. Hellenic Train es la empresa privada de capital italiano que compró la mayoría de los servicios ferroviarios de Grecia al Gobierno griego allá por 2017. La venta del sistema ferroviario nacional de Grecia a una empresa privada era algo que la UE había exigido, una condición para que los bancos centrales europeos condonaran las deudas del Estado griego.

El ambiente general del miércoles parecía más de dolor aturdido que de rabia, por lo que mi compañero y yo no estábamos seguros de cuánta gente acudiría a las oficinas. Varios centenares lo hicieron, y los dos llegamos justo a tiempo para que nos lanzaran gases lacrimógenos. A menudo soy un vaquero de los gases lacrimógenos, pero este fue un rociado extremo; tuvimos arcadas y nos tambaleamos. Los pelotones de antidisturbios que custodiaban el edificio del Hellenic Train eran muy agresivos, al igual que los escuadrones que vigilaban los surtidores de las gasolineras cercanas. 

La calle a la que da el edificio de Hellenic Train, Andrea Siggrou, es una de las principales vías de Atenas. Con seis carriles y un poco de terreno neutral, no me habría parecido un mal lugar para recibir gases lacrimógenos, pero el enorme volumen de gas desplegado y la quietud del aire entre los altos edificios de oficinas lo convirtieron en una pesadilla debilitante. Entre la multitud había todo tipo de personas, de todas las edades y tendencias políticas; la mayoría respondió a la embestida inicial de la policía abandonando la zona inmediatamente. Esto fue inteligente, porque era infernal.

En medio del caos, nuestros camaradas no consiguieron romper ninguna de las ventanas reforzadas del edificio, pero arrojaron pintura sobre la policía y el piso inferior del cuartel general del tren, incluyendo pintadas del tipo "ASESINOS" y "EL ESTADO MATA, MATA AL ESTADO".

Los que no quedaron satisfechos después de ese primer enfrentamiento se dispersaron y se reunieron en marchas más pequeñas; un grupo de tamaño decente que parecía ser en su mayoría comunista finalmente se unió en Siggrou y marchó de nuevo más allá del edificio del Tren Helénico, fluyendo alrededor de los contenedores en llamas. Coreaban "Venganza", un bonito sentimiento, además de las habituales soflamas sobre el incipiente ascenso del proletariado.

La más numerosa y alborotada de las marchas más pequeñas no se quedó ahí, sino que avanzó -también podría decirse que corrió- por Siggrou hacia el edificio del Parlamento, a unos 400 metros de distancia. Un número significativo de policías persiguió a esa escisión, bombardeándola con gases y granadas de estruendo. En Syntagma (el edificio del parlamento griego, pero también la gran plaza pública, la estación de metro y la calle más cercana) había aún más gases lacrimógenos.

A esas alturas, ya me había retirado a los elegantes parques que rodean la Acrópolis. Me tambaleaba con los ojos irritados, la piel ardiendo y los pulmones resollando entre las familias de turistas que paseaban tranquilamente. ¡BUM! BOOM! de las granadas de gas lacrimógeno, un bombardeo que parecía no tener fin. Sentí una rabia inmensa.


EL DÍA DESPUÉS DEL DESCARRILAMIENTO - JUEVES 2 DE MARZO

Los principales medios de comunicación griegos son pésimos desde cualquier punto de vista. El griego medio es mucho más culto e instruido que el estadounidense medio, pero el paradigma de las noticias aquí comienza en el equivalente balcánico de Rupert Murdoch y se vuelve más derechista y sensacionalista a partir de ahí. Es un espectro ideológico que va desde la "solemne regurgitación de la propaganda del partido gobernante" hasta la absoluta mierda conspiranoica de los chiflados. 

Mientras el gobierno se esforzaba por acorralar y redirigir la ira popular, al pueblo griego se le ofrecían explicaciones cuidadosamente elaboradas de por qué no deberíamos culpar a Nueva Democracia, el partido derechista que ha estado en el poder desde 2019 y durante doce de los últimos veinte años.

En el lado sobrio, los medios de comunicación y el gobierno tomaron como chivo expiatorio a un único jefe de estación de 59 años; los locutores de los noticiarios se sumergieron a fondo en su culpabilidad, publicando fotos de los miembros de su familia (¿por qué?), vilipendiándolo y anatematizándolo mientras que nunca mencionaron los múltiples sistemas automáticos de emergencia que deberían haber evitado su supuesto "error humano".

Por el lado de la conspiración, los expertos populistas y los trolls de Internet propagaron el rumor de que los romaníes (eterno objetivo de la derecha) habían provocado el accidente saboteando las líneas. También surgieron las primeras "preguntas" del tipo Sandy-Hook por parte de los nacionalistas en línea sobre, por ejemplo, si lo que ocurrió podría haber sido en realidad una misteriosa explosión en lugar de una colisión. No disfruto transmitiendo lo anterior, pero creo que merece la pena entender el entorno mediático griego. Lo más importante es que tras el accidente de tren hubo un rechazo casi unánime de estas mentiras. Las evidentes campañas de mentiras del gobierno y los medios de comunicación sólo sirvieron para enfurecer más a la gente.

La manifestación del jueves por la tarde fue en Syntagma. Mientras caminábamos hacia allí, empezó a llover. Un flujo constante y creciente de gente caminaba en dirección contraria. Soy un invitado del movimiento aquí en Grecia, y hasta cierto punto un invitado del pueblo griego, por lo que intento ser cuidadoso cuando hablo de "los griegos" como un monolito, pero no se puede negar que los griegos aborrecen el mal tiempo. La más leve llovizna o chaparrón provoca la cancelación de todo lo imaginable; todo el mundo corre al interior. Es una característica cultural. Por eso, para mí, la lluvia del jueves significaba que la manifestación no se celebraría. 

Mi compañero de manifestación estaba muy enfadado por el descarrilamiento del tren y decidido al menos a intentar marchar, y yo no iba a ser un aguafiestas, así que nos arrastramos hasta Syntagma en lo que se había convertido en un aguacero helado.

Las farolas alrededor de Syntagma estaban apagadas, lo que daba un aire aún más lúgubre. "La oscuridad es nuestra aliada", aseguré a mi camarada, un sentimiento en el que creo, pero que no me pareció especialmente cierto en ese momento. Estaba bastante oscuro y cada vez hacía más frío. Los riachuelos de agua recorrían los contornos de la calle y las aceras, y los únicos sonidos, aparte de la lluvia, eran el de una mujer sola gritando "¡Quemen este gobierno!" y el de una furgoneta de sonido comunista autoritario que emitía música metálica. En el oscuro bulevar frente al Parlamento, unos cientos de jóvenes comunistas, empapados pero férreos, permanecían en formación con sus simbólicos garrotes (banderas rojas sobre robustos palos, que rara vez se usan como armas).

Durante unos minutos deambulamos por la saturada situación, en busca de otros hooligans, pero nadie parecía el tipo. Las líneas de metro estaban cerradas debido a la huelga, pero bajamos por las grandes escaleras hasta la plaza de Syntagma y nos refugiamos bajo el saliente de la boca de metro. A pesar de las condiciones, era una escena simpática: un grupo aleatorio de manifestantes apiñados en un arco de piedra, charlando y compartiendo cigarrillos. Finalmente, alguien apareció en lo alto de los escalones cercanos a nuestro refugio: "Vamos, chicos", gritó, "¡Se mueve!".

Cuando salimos del refugio del túnel, vimos que, efectivamente, había una marcha en marcha, y era asombrosamente grande: eran miles. Nunca en mi vida había visto a tantos griegos salir a la calle con un tiempo tan absolutamente miserable. Intentamos encontrar un sitio cerca de gente afín a nuestras creencias y acabamos junto a un grupo anarco-comunista (...). 

La visibilidad era baja. No parábamos de confundirnos, pero sabíamos que estábamos en la parte más o menos correcta de la marcha porque teníamos un montón de policías antidisturbios flanqueándonos a ambos lados. La marcha fue enorme, lenta y sin incidentes, el tipo de acontecimiento que normalmente encuentro desalentador, pero su fuerza se vio reforzada por su desafío a la lluvia. Nos siguieron más policías antidisturbios y el Aura, el emblemático camión griego con cañones de agua de gran tamaño(...).

El momento culminante de la manifestación fue cuando pasamos por delante del Rex, un teatro ocupado recientemente por artistas y actores en huelga, y nos aclamaron desde detrás de su entrada atrincherada. El bloque respondió con un cántico atronador: "¡10, 100, 1000 okupas, contra el mundo de la podredumbre organizada!". Los policías antidisturbios que se encontraban entre el teatro y la marcha empezaron a girarse incómodamente de un lado a otro, y el espacio de su línea previamente organizada se amontonó y colapsó mientras se apresuraban a alejarse del teatro.

Al final llegamos a la plaza de Omonia (y la llenamos), todavía bajo una lluvia constante. Esperaba que la manifestación visitara la comisaría de policía cercana, pero en lugar de eso se dirigió hacia la estación de tren de Atenas(...). 

Cuando llegué a casa y me sequé, me enteré de que había habido grandes marchas por toda Grecia, muchas de ellas desafiando tormentas de lluvia similares. Los camaradas de Tesalia habían atacado una comisaría de policía, observé celosamente, pero había habido grandes y airadas manifestaciones en Volos, Larisa, Patras, en todo tipo de ciudades y pueblos, no sólo en los puntos calientes de la izquierda o el anarquismo. Había fotos en Internet de manifestaciones masivas en ciudades de las que nunca había oído hablar, y Grecia, como ya he dicho, no es tan grande. Me recordó un poco al verano de George Floyd en Estados Unidos, en el sentido de que la acción estallaba en lugares donde uno normalmente no esperaría verla. Empezaba a parecerse a un levantamiento.


FUENTE: https://bentley.noblogs.org/post/2023/03/14/riot-diaries-the-greek-train-collision-part-one/

 

Francia: Pensiones, desempleo, inflación...

¡Por la reanudación de la lucha de clases contra todos los ataques capitalistas!




La "reforma" de las pensiones forma parte del agravamiento general y continuo de los ataques capitalistas contra el proletariado. Las pensiones de jubilación no son un "derecho" ni un regalo del Estado, sino que forman parte del "salario indirecto", es decir, la parte del "salario real" que no se paga directamente a los trabajadores, sino que se redistribuye en forma de prestaciones sociales, también conocidas como "cargas sociales". Durante años, respondiendo a la voluntad de los capitalistas, los gobiernos, tanto de izquierdas como de derechas, se han esforzado por reducir estas "cargas", reduciendo así el "salario real" y aumentando al mismo tiempo los beneficios, lo que ha provocado una reducción de las prestaciones sociales. Las dificultades del capitalismo ante una crisis creciente le llevan a aumentar cada vez más la presión sobre los salarios y la explotación del proletariado. Lo vemos con la reforma del seguro de desempleo puesta en marcha para reducir los subsidios; lo vemos con la reforma prevista de las pensiones, que dará lugar a jubilaciones con una pensión reducida debido al aumento de la duración exigida de las cotizaciones: ¡no es de extrañar que estas reformas hayan sido respaldadas por las organizaciones patronales!

A esto hay que añadir la inflación, particularmente importante para las materias primas, que erosiona los salarios y constituye una verdadera "transferencia de riqueza" a los capitalistas a expensas del proletariado.



¡LA LUCHA CONTRA LOS ATAQUES ANTIPROLETARIOS EXIGE VOLVER A LA VERDADERA LUCHA DE CLASES!

Frente a estos ataques, los representantes sindicales se jactan de haber participado en reuniones de "concertación" con el gobierno durante las cuales presentaron "otras soluciones para financiar" el sistema que, se quejan, no fueron "estudiadas seriamente"; en realidad, todo el mundo sabía que estas reuniones no tenían otro objetivo que dar una imagen de diálogo con el gobierno que estaba decidido a llevar a cabo su proyecto: ¡los proletarios no consultan con el adversario de clase, lo combaten! Y esto es precisamente lo que no quieren los bonzos sindicales, indefectiblemente apegados a su papel de "interlocutores sociales" y a la colaboración de clases. Por eso, después de participar en estas mascaradas, han retomado su desastrosa táctica de repetidas "jornadas de acción" y su intención de inscribir la "movilización" (¡no hablemos de lucha!) "a largo plazo" (comunicado del 1/10): no hay mejor manera de agotar la combatividad de los proletarios, como demuestran las derrotas de los grandes movimientos en 2003, 2010, 2013 y 2020.

Pero los trabajadores no siempre están condenados a la derrota, como demuestra la huelga de controladores de la SNCF en los ferrocarriles durante las vacaciones de Navidad: organizados de forma autónoma, fueron a la huelga independientemente de los sindicatos, demasiado comprometidos en el diálogo social con la dirección, y obligaron a esta a conceder al menos una prima. Más allá de sus inevitables limitaciones, este episodio muestra el camino: para luchar con alguna posibilidad de éxito, es esencial romper con las orientaciones y prácticas de colaboración de clases impuestas por la dirección del sindicato, y tomar las luchas propias en las propias manos.


Por la vuelta a los métodos y medios de lucha clasista, ¡por la organización y la lucha de clase independiente!

¡Por la reanudación de la lucha general contra el capitalismo!

17 de enero de 2023


 

Partido Comunista Internacional

Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program

www.pcint.org



Las manifestaciones en Francia están siendo masivas


 

 

El actual momento del Estado en el Perú es el de la contrainsurgencia, es el del agotamiento de todas las formas en que podría hacerse patente una mera institucionalidad liberal. 

Lo que tenemos es que la defensa del Estado burgués se realiza desde el aniquilamiento directo y premeditado de la población movilizada. Significa que la gran burguesía en el poder siente la imperiosa necesidad de recurrir a métodos de guerra que se institucionalizaron en América Latina con el adiestramiento directo del imperialismo estadounidense; el recurso a la radicalización de la violencia ante la masiva movilización de la población trabajadora responde a las contradicciones capitalistas que ellos mismos no pueden controlar por su carácter subordinado a los flujos económicos de acumulación global. Tal respuesta de la clase trabajadora agrava las condiciones de gestión y apropiación capitalista que buscó reacomodarse tras la destitución de Pedro Castillo y el arrinconamiento de las fracciones burguesas a las que este representaba.


El afán criminalizador del movimiento de los trabajadores, sea cual sea la forma en que se presenta, y el cinismo de los representantes del poder estatal develan la intolerancia de la oposición dentro del esquema general de dominación en el Perú, pues el nivel de cuestionamiento social ha alcanzado la propia negación del Estado y sus representantes políticos. 

Las acciones adoptadas desde el poder nos recuerdan entonces a los momentos de nuestra historia en que los mecanismos militares buscaban aniquilar el movimiento general de los trabajadores a través del recurso directo al terror militar. La contrainsurgencia en el Perú se despliega por el evidente papel protagónico del poder militar y las Fuerzas Armadas en las acciones del Estado. 

¡Ante esta unidad aniquiladora debemos oponer la unidad de la clase trabajadora!


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LINK DEL ARTICULO COMPLETO: https://www.editorialande.com/post/sobre-la-represi%C3%B3n-y-el-estado-contrainsurgente-en-el-per%C3%BA



Editorial Ande
Contradictio est regula verinon contradictio falsi

 

COLOMBIA ARDE CONTRA EL GOBIERNO FASCISTA DE IVÁN DUQUE


 
El pasado miércoles 28 de abril las movilizaciones contra la reforma tributaria han tornado a las calles de nuevo, en formato de paro nacional. Tras la muerte de una persona en Calí a manos de la policía, las calles -en diversas ciudades además de Calí, como Medellín y Bogotá - cuestionaron el monopolio de la violencia del Estado colombiano en forma de incendios de medios de transporte y saqueos de bancos, entre otros. La reacción de las autoridades gubernamentales se materializó en el despliegue de fuerzas policiales y militares bajo el toque de queda. Y en una creciente represión que no ha cesado desde entonces.

El conflicto ha seguido agudizándose estos días hasta ayer, cuando el presidente Iván Duque (mismo partido, línea de gobierno y apoyo que el ex-presidente Álvaro Uribe, mismas manos manchadas de sangre) aprobó la "Asistencia militar", un eufemismo para militarizar las ciudades del país. Esto ha generado una represión aún más bárbara para intentar acallar la protesta social con el lenguaje de la pistola, a sangre y fuego. 
 
Las fuerzas represoras han confirmado 10 muertes, aunque diversos reportes hablan de 35 muertes confirmadas. Todas ellas asesinatos a manos de la policía y militares. Causas: fuego real y palizas de muerte. Ocurren detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, defensores de derechos humanos han sido secuestrados y torturados. Se han denunciado casos de violaciones a mujeres por parte de las fuerzas armadas colombianas.

El actual presidente está instando por redes sociales a las fuerzas armadas a que disparen FUEGO REAL contra la población civil. Acusan a los y las manifestantes  de vándalos y terroristas, obviando el crimen que el gobierno comete con su terrorismo de estado, contra un movimiento que pide pan, techo, dignidad por una vida que merezca ser vivida.

Por parte de las compañeras y compañeros de allá, han hablado de paro indefinido para todo el territorio nacional. Los pueblos indígenas van a realizar la minga indígena -unión de las etnias indígenas para marchar allá donde se encuentre el gobierno. Las movilizaciones siguen haciéndose notar en las carreteras de entradas y salidas del país con bloqueos, quema de peajes, toma de carreteras, enfrentamientos directos.... Y llegará a la capital, Bogotá, pronto.



Fuentes:
[1] Personas de colectivos colombianos.

 

 

Paraguay: revuelta proletaria contra la gestión capitalista de la pandemia


Paraguay ha sido, como muchos otros países pobres, devastado por el virus Covid-19. Al contrario de 2020, en que el Estado había reaccionado vigorosamente para detener la propagación de la pandemia. Esta política no sobrevivió al verano ya que, por parte de los patrones, se levantaron las restricciones en julio. Hoy, la pandemia se ha salido de control. El número de infecciones, hospitalizaciones y decesos va en aumento y esto va acompañado de un colapso del sistema de salud pública. Este colapso era predecible y se produce en un país en el que las tres cuartas partes de la población no tiene seguro médico. La pandemia revela la flagrante insuficiencia de los servicios sanitarios: menos de 650 camas de cuidados intensivos para un país de siete millones de habitantes, una escasez estructural de médicos y personal hospitalario, un acceso limitado a los medicamentos... Los enfermos están obligados a comprarlos ellos mismos y algunas familias han tenido que endeudarse para hacerlo. Esto va aunado a la especulación de las empresas farmacéuticas y la corrupción generalizada. Faltan vacunas: inicialmente 4.000 y luego 20.000 provenientes de Chile para 7 millones de habitantes. ¡A este ritmo, la vacunación llevará siglo y medio!


Esta dramática situación provocó la movilización de los trabajadores de la salud, quienes también se sintieron indignados por los casos de corrupción en la compra de medicamentos y equipos médicos; el gobierno intentó apagar la protesta haciendo renunciar a los encargados del sistema de salud (1). Sin éxito.


El descontento de las masas explotadas es profundo, causado por el deterioro de sus condiciones al punto de ver reaparecer el hambre después de la crisis (aunque la burguesía afirma que la situación – ¡para sus ganancias! – es menos mala que en los países vecinos); además, el desempleo va en aumento (oficialmente un 8% pero esto no tiene en cuenta que alrededor del 60% de los empleos se encuentran en el sector informal, el primero en verse afectado) y la codicia de los capitalistas, como los del sector del transporte que quieren aprovechar la situación para aumentar sus precios.


Esta situación, este verdadero crimen social, provocó una sana reacción proletaria.


El viernes 5 de marzo tuvo lugar una manifestación masiva en Asunción, la capital. En respuesta, el gobierno suelta a sus policías contra los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma. Los manifestantes tomaron represalias y lograron hacer retroceder a los secuaces de la burguesía. Un manifestante fue asesinado a tiros.


En un intento por frenar el descontento, el presidente ha ofrecido la renuncia de algunos de sus ministros. Esto no detuvo las movilizaciones en las calles: miles de personas volvieron a manifestarse a pesar de una nueva represión policial. La rabia proletaria es profunda, pero aún no logra expresarse en el terreno de clase. Los manifestantes marchan con banderas nacionales o exigen un cambio de gobierno y la renuncia del presidente Benítez (hijo del secretario privado del dictador Stroessner que reinó con mano de hierro sobre el país durante 35 años, antes de ser derrocado por un golpe de Estado en 1989 después de perder el apoyo de los Estados Unidos). La oposición y la Iglesia católica están trabajando para canalizar y calmar el descontento.


La situación de Paraguay es la de toda América Latina: explosiva. En el otoño de 2019, cuando la crisis económica apenas comenzaba, muchos países experimentaron verdaderas explosiones sociales; la llegada de la pandemia, con las diversas medidas de control social tomadas por los gobiernos, sirvió para sofocar movimientos de descontento o incluso revuelta. Pero la pandemia ha profundizado las desigualdades, ha empeorado las condiciones proletarias y ha puesto de manifiesto el desprecio de las autoridades burguesas por el destino de las masas proletarias y explotadas. Esto inevitablemente empuja a las masas a las calles nuevamente. Los comentaristas burgueses dicen sentenciosamente que Paraguay no puede servir de ejemplo, dada la particular debilidad de las instituciones democráticas y sociales en este país; por el contrario, al entrar espontáneamente en lucha, las masas explotadas del Paraguay dan el ejemplo e implícitamente lanzan un llamado a sus hermanos de clase en el continente. No cabe duda de que tarde o temprano este ejemplo se multiplicará.


En este nuevo ciclo de luchas que se abre, no hay otra salida que la lucha proletaria independiente, rompiendo con todas estas fuerzas burguesas y pequeñoburguesas, y llevada a cabo con métodos y reivindicaciones de clase. De lo contrario, la rabia que se expresa incluso con violencia, será inevitablemente recuperada con un simple lavado de cara del régimen. Para resistir antes de que puedan ir al ataque, los proletarios en Paraguay como en otros lugares deberán dotarse de sus propias organizaciones, desde las organizaciones de defensa inmediata hasta el partido de clase internacional indispensable para conducir las luchas hacia el asalto revolucionario.


¡Contra todas las fuerzas burguesas, contra las orientaciones interclasistas, populares y nacionalistas y las ilusiones democráticas!


¡La salvación está en la lucha de clase anticapitalista!


Partido Comunista Internacional, 15/3/21


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(1) En efecto, «el presidente del Instituto de Previsión Social, Andrés Gubetich, renunció este miércoles 10 de marzo por ser parte de una red criminal que vende fármacos esenciales que deben ser distribuidos gratuitamente entre la población». (Cfr. https://kaosenlared.net/paraguay-una-semana-continua-llevan-las-protestas-sociales-que-exigen-la-salida-del-presidente-mario-abdo-benitez/).


 
Ante los acontecimientos que se están sucediendo en el Perú:


Por 105 votos contra 19, el congreso peruano destituyó el 9 de noviembre al presidente Martín Vizcarra y al día siguiente asumió el poder quien era el presidente del Congreso, Manuel Merino. En los últimos tres años, ha habido cuatro procesos similares a este. 

El sistema político peruano en los últimos años ha funcionado como una tómbola corrupta. La corrupción es sistémica, en Perú como en España. Pero las características varían en cada país. En Perú, en tiempos de campaña, los dueños de inscripciones electorales (los llamados “partidos”) reciben aportes y subastan los puestos en sus listas para el Congreso. A más dinero, más encumbrada tu candidatura. Nada que no ocurra pues en Estados Unidos por ejemplo, "el modélico vecino del norte". A este sistema político en crisis hay que añadir la fuerte caída de la economía peruana en los primeros meses del año en curso, motivada por la crisis económica latente y profundizada por la crisis del coronavirus, lo que está provocando un enorme aumento del paro, la miseria y el descontento social.

Las protestas que se suceden en Perú a raíz del baile de presidentes, son una clara muestra de la crisis política y económica, pero también nos enseñan cómo esta situación es aprovechada por la burguesía para encadenar al proletariado a la trampa de la democracia. Que nos sirva como lección a todxs lxs proletarixs en lucha en cualquier parte del mundo: la democracia es la cara a de la dictadura del capital... la cara b es el fascismo y ambos sistemas sirven a la conservación del dominio capitalista por igual.  




Reproducimos un par de comunicados sobre lo que está pasando en Perú:


Una larga “paz social” en este pedazo de territorio mercantil llamado Perú se estaba disimulando en el tiempo. La DEMOCRACIA que es el caballito de batalla de la clase burguesa, la hizo estallar.

La lucha interna entre ambas facciones de la burguesía, representada de un lado por el legislativo que se abandero descaradamente en asumir una lucha moral “contra la corrupción”, y el ejecutivo representado por Vizcarra, cada una representando sus intereses y agendas políticas por el control de las estructuras del Estado, no tuvo otro desenlace que la repartija del poder para acomodar la administración del capital.
La agudización paulatina de estas disputas políticas, llega aparejada de una crisis económica internacional donde el capitalismo nos viene mostrando su pestífero cadáver y que como una bestia mecánica de explotación va esparciendo sus embates de miseria, alienación y precarización intensificada.
Los procesos de rebelión y lucha que se están presentando en el momento y a los cuales asistimos, se van desarrollando en un sentido general débil. Impulsada por una izquierda del capital ya moribunda que, al pedir “mejores gestiones económicas”, a “enjuiciar a los corruptos”, e igualar el “reparto de la riqueza” y finalmente concluir en “nueva constitución”, deposita ilusoriamente su fe en el cambio de administradores en el Estado y su solución por medio de éste. Es decir, sin cuestionar las relaciones sociales de producción capitalistas y la masificación de seres humanos proletarizados que ésta relación necesita para subsistir, alientan la reforma del estado de cosas existente para el cambio de una clase de explotadores por otra, por medio de la entidad que protege la ejecución de todas las explotaciones: el Estado, cuna de la reproducción de la explotación social. 
¡La clase explotada no tiene necesidad de elegir a nuestros próximos verdugos, si no el de combatir los medios y las estructuras que los reproducen de igual manera! ¡Tenemos que tomar las riendas de las luchas en nuestras manos!!
En este escenario, se han ido sumando gradualmente otras demandas de luchas fuera de las luchas interclasistas de la burguesía que denuncian la vida precaria, la agonía en el trabajo, la rabia de vivir en un mundo que no nos pertenece, la humillación de los políticos. Este año de la crisis sanitaria capitalista saco a relucir todas sus contradicciones, y la necesidad de asumirnos orgánicamente en una lucha que tenga como fin practico nuestra auto emancipación como clase proletarizada.
Apostemos por construir el proyecto de negación que supere este inhumano mundo. Nuestros compañeros de otras épocas demostraron lo que hay que hacer como mínimo para ganar. Escupamos en esa aguanta bendita que se nos ha prohibido escupir: La economía, porque sabemos que el capitalismo no nos ofrece nada salvo la esclavitud más brutal y exagerada y en su derrumbe histórico seremos nosotros sus primeras víctimas. Solo en la lucha se conoce a la clase amiga y a la clase enemiga y solo mediante la lucha nos podemos aproximar a un cisma re-ordenador social que crecerá mucho más rápido que nuestros salarios de hambre.

¡POR LA AUTONOMIA Y GENERALIZACION DE LOS MEDIOS PARA LA LUCHA!
¡CONTRA EL CAPITAL, EL ESTADO Y LA DEMOCRACIA!
¡LA VIDA NO SE MENDIGA, SE TOMA!
¡OMNIA SUNT COMMUNIA!

CIRCULO ANTIFORMAL MARX-BAKUNIN
JOVENES PROLETARIOS SIN SINDICATO



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¿NUEVOS VERDUGOS PARA LA CLASE TRABAJADORA?
Las luchas inter-burguesas se vienen agudizando cada vez más en el Perú. La vacancia de Vizcarra es el resultado de esas disputas, es la consecuencia de las pugnas entre las cúpulas políticas del Estado. La llamada “izquierda”, como es de costumbre, se saca otra vez las caretas tomando posición por alguna de las aristas burguesas. La clase trabajadora, en el polo opuesto, no puede seguir ese juego perverso, no puede caer en las garras de la lógica del “mal menor” ni ser arrastrada a decidir por alguno de los representantes de la burguesía peruana. La lucha por nuestra emancipación, definitivamente, no está ni con la defensa de Vizcarra ni con la aceptación de Merino. Si algo ha develado esta pandemia es que la putrefacta clase política, sus artimañas, sus posiciones se decantan siempre a favor de los grandes empresarios. El Estado es la herramienta política por excelencia que permite a los corruptos de siempre seguir enquistados, seguir manteniéndose en el poder. Por lo tanto, la lucha no debe ser para cambiar a nuestros verdugos políticos, sino por destruir el mismo aparato estatal que les permite seguir reproduciéndose.
Estos reacomodos no son casuales ni locales. El termómetro político ha entrado en ebullición resquebrajando el paradigma neoliberal en distintas regiones de América Latina. Y ha iniciado por su lado más débil: el jurídico ¿Es suficiente el cambio en la esfera del derecho? Definitivamente no. Los cambios jurídicos presuponen luchas que permitan ese cambio, pero incluso con este requisito no basta, si no van acompañados de transformaciones económicas. Nuestra consigna no puede ser la mera metamorfosis jurídica, sino del modo de producción. Tenemos ya los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador que quedaron enlodados en los idílicos cambios constitucionales, que, al fin y al cabo, han terminado desarticulando las fuerzas sociales, manteniendo intactas las relaciones capitalistas. 
La izquierda pro-capitalista viene izando la bandera de la asamblea constituyente, del poder constituyente, del poder popular ¿este método jurídico es la fórmula mágica que solucionará nuestros problemas? La asamblea constituyente no es más que un mecanismo jurídico que lleva el peligro latente de entramparnos dentro de una de las herramientas más eficaces del capitalismo para adormecer nuestras luchas: la democracia moderna. La consigna y el esquema no puede ser el mero cambio de constitución, sea desde abajo sea desde arriba. Es el mismo esquema demócrata burgués que nos brindó la falsa esperanza de que Toledo sí sería el cambio que esperábamos, que Ollanta sí, Vizcarra sí, y ahora Marco Arana, Verónica Mendoza o Antauro Humala. No debemos caer en esas ingenuidades y falsedades.

¡Qué se vayan todxs!
¡Contra toda dominación y explotación!
¡Contra el Estado y el sistema capitalista!
¡Asambleas territoriales ahora!
¡Omnia sunt communia!




Otras informaciones de interés:
> Ver: "sobre la revolución en América latina" en EPC nº 27: http://pcint.org/40_pdf/05_ElPC-pdf/ElPC_27-28-w.pdf

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