Llamada a la solidaridad internacional con Jorge "Yorch" Esquivel, punk encarcelado en México

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Jorge "Yorch" Esquivel es un querido compañero de la comunidad punk, y participante desde hace mucho tiempo de la Okupa Che Guevara. Fue detenido el 8 de diciembre de 2022 por policías vestidos de civil cuando salía del campus de la Ciudad Universitaria (de la UNAM) en la Ciudad de México como parte de una campaña de criminalización contra la Okupa.



ANTECEDENTES

El 24 de febrero de 2016 se llevó a cabo un operativo en el que policías vestidos de civil lo detuvieron arbitrariamente, "sembrándole" droga para fabricar delitos en su contra. Todo el caso estuvo plagado de irregularidades. Fue trasladado a Oaxaca y luego a un penal de máxima seguridad en Hermosillo. Las autoridades utilizaron esta estrategia bajo el supuesto de que la distancia entorpecería su defensa legal, pero aun así, gracias a la solidaridad y el trabajo jurídico, fue reclasificado del delito de narcomenudeo a posesión simple de narcóticos, por lo que salió libre bajo fianza en marzo de 2016.

Jorge decidió no continuar con el proceso legal debido al caso de cargos fabricados en su contra y al clima de represión hacia la Okupa. Mientras tanto, el montaje continuó. Las amenazas constantes y los reportajes periodísticos no cesaron; la prensa llegó a darle por muerto y a acusarle de participar en el crimen organizado.

El 9 de diciembre de 2022 fue detenido exactamente en el mismo lugar -a unos pasos de Ciudad Universitaria, donde se encuentra la Okupa y de nuevo por policías de paisano-, siendo el motivo de esta detención ilegal que la Fiscalía recurrió la decisión de reclasificar el delito.
La salud del compañero es frágil debido a una hospitalización prolongada hace un par de años y a combates más recientes con diferentes enfermedades.


SITUACIÓN ACTUAL

Jorge se encuentra actualmente preso en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, donde recientemente fue trasladado del área de observación y clasificación al área de población penitenciaria general. Durante casi tres meses no pudo recibir más visitas que las de sus abogados, pero el 5 de marzo tuvo su primera visita autorizada.

El proceso judicial se encuentra en la fase probatoria. Las pruebas de la Fiscalía incluyen el testimonio de los policías que detuvieron a Jorge; uno de ellos falleció y el otro no ha sido localizado. Debido a esto, la audiencia programada para el 17 de febrero de 2023 no se llevó a cabo y se fijó fecha para el 14 de abril.

Por parte del equipo jurídico que ha estado trabajando solidariamente en la defensa de Jorge, se presentarán dos peritajes realizados por un perito externo (llamado perito en México), uno en dactiloscopia para demostrar que los paquetes de narcóticos nunca fueron tocados por Jorge, y otro en criminalística. Estos peritajes se presentarán una vez que se celebre la audiencia el próximo mes de abril.

Gracias a la solidaridad de personas, colectivos y medios, ha sido posible cubrir los gastos de Jorge dentro de la cárcel, que han sido muy altos debido a la descarada corrupción que impera en las cárceles mexicanas manejadas por grupos mafiosos que cobran a los presos por todo, desde el uso del baño hasta el agua, la luz, incluso la celda en la que están recluidos. Hasta el momento hemos recaudado 34,700 pesos de los 70,000 necesarios, por lo que además de los gastos de Jorge en prisión y otros gastos legales relacionados con el caso, hacemos un llamado a la solidaridad de nuestros amigos y compañerxs de todo el mundo para que nos ayuden a apoyar a nuestro compañero Yorch.
 

 

 

 

English

 

Jorge "Yorch" Esquivel is a beloved compañero of the punk community, and a long-time participant of the Okupa Che Guevara. He was arrested on December 8, 2022 by plainclothes police as he was leaving the campus of the Ciudad Universitaria (of the UNAM university) in Mexico City as part of a campaign of criminalization against the Okupa.

BACKGROUND

On February 24, 2016, an operative was carried out in which plainclothes policemen arbitrarily detained him, "planting" drugs on him in order to fabricate crimes against him. The whole case was plagued with irregularities. He was transferred to Oaxaca and then to a maximum security prison in Hermosillo. The authorities used this strategy under the supposition that the distance would hinder his legal defense, but even so, thanks to the solidarity and legal work, he was reclassified from the crime of drug dealing to simple possession of narcotics, so he was released on bail in March 2016.

Jorge decided not to continue with the legal process due to the fabricated charges case against him and the climate of repression towards the Okupa. In the meantime, the frame-up continued to be put together. Constant threats and journalistic reports did not cease; the press even took him for dead and accused him of participating in organized crime.

On December 9, 2022 he was arrested in exactly the same place - a few steps outside Ciudad Universitaria, where the Okupa is located and again by plainclothes police - with the grounds for this illegal detention being that the Attorney General's Office appealed the decision to reclassify the crime.
The compañero's health is fragile due to an extended hospitalization a couple years back and more recent bouts with different illnesses.

CURRENT SITUATION

Jorge is currently incarcerated in the Reclusorio Oriente prison in Mexico City, where he was recently transferred from the observation and classification area to the general prison population area. For nearly three months he was unable to receive visits other than from his lawyers, but he had his first authorized visit on March 5.

The legal process is in the evidence stage. The Attorney General's evidence includes the testimony of the police officers who detained Jorge; one of them is deceased and the other has not been located. Due to this, the hearing scheduled for February 17, 2023 did not take place and a date was set for April 14.

On behalf of the legal team that has been working in solidarity to defend Jorge, two expert reports will be presented by an external expert (called a perito in Mexico), one in dactyloscopy to prove that the packages of narcotics were never touched by Jorge, and another one in criminalistics. These expert reports will be presented once the hearing is held on April 

Thanks to the solidarity of individuals, collectives and networks, it has been possible to cover Jorge's expenses inside the prison, which have been very high due to the blatant corruption that reigns in Mexican prisons run by mafia groups that charge prisoners for everything from use of the bathroom to water, electricity, even the cell they are held in. We have raised 34,700 pesos so far towards the 70,000 needed, so in addition to Jorge's costs in prison and other legal fees related to the case, we call upon the solidarity of our friends and compañerxs around the world to help us in supporting our compañero Yorch. 
 
 

 

[Italia] Saboteemos la guerra

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Presentación de Guerra de Clases:

Publicamos ahora (en varios idiomas, como muy a menudo) un llamamiento a la movilización internacional e internacionalista contra la guerra en Ucrania, hecho por compañeros anarquistas en Italia. Apoyamos ampliamente este texto muy interesante, que intenta dar una dirección a muchas iniciativas locales que se niegan, en una guerra que opone naciones capitalistas entre sí, a elegir un bando burgués contra otro, un “mal menor” contra lo que se nos presenta como “lo peor” o incluso “el mal absoluto”.

Sin embargo, hay algunos puntos de desacuerdo que nos gustaría criticar muy brevemente aquí. Efectivamente, hay “elementos de lenguaje” que se parecen un poco a los utilizados por la propaganda de guerra del Kremlin, y a veces también argumentos que nosotros no utilizaríamos, como las medidas represivas contra la comunidad rusoparlante en Ucrania, el hecho de que los nazis y los fascistas están muy presentes y son muy poderosos en Ucrania, etc. Por supuesto, todo esto es objetivamente cierto, pero como lo verdadero es un momento de lo falso, también puede tender (sin que quienes afirman “ciertas verdades” sean siquiera conscientes de ello) hacia una potenciación objetiva de la totalidad de la falsedad. En resumen, en lugar de utilizar los argumentos de nuestros enemigos de clase, aunque estos elementos cubran momentos reales, habría sido mejor desarrollar, clarificar y reforzar nuestras propias consignas, nuestra propia comprensión de este torbellino bélico que amenaza con arrastrar a la humanidad hacia la nada y su perdición. Queremos señalar que todos estos “elementos de lenguaje” podrían, desgraciadamente, distorsionar los elementos de fuerza que produce este llamamiento a la movilización y la voluntad (y la necesidad) de organizarse contra ambos bandos.

Otro inconveniente que nos gustaría destacar aquí es el hecho de que el texto se limita a hablar únicamente de “detener la guerra”, “imponer el cese de las hostilidades desde abajo”, “detener la carnicería actual” o de “poner fin a la masacre”, afirmaciones que fácilmente podrían conducir a una posición pacifista y a un deseo de volver al statu quo ante… a una situación prebélica, en definitiva a una situación en tiempos de “paz” frente a tiempos de “guerra”…mientras que en tiempos de “paz”, y por tanto de paz social, el capital está en guerra permanente contra nuestra clase, contra la humanidad, y nosotros estamos concomitantemente en guerra de clases contra nuestros explotadores. La única excepción a estas afirmaciones, que podrían inspirar a más de un pacifista, es la consigna final que llama a “transformar la guerra de los patrones en guerra contra los patrones”, que es efectivamente por lo que estamos luchando: ¡transformar la guerra militar, la guerra contra nuestra clase, en una guerra social, una guerra de clases dirigida por nuestras iniciativas y nuestras ofensivas, una lucha y una guerra por el comunismo!

En este sentido, nos gustaría también subrayar uno de los puntos más fuertes entre otros: “Cualquier Estado que libra [la guerra], también la vuelve contra su propia población, y en particular contra su propio proletariado; […] la guerra siempre refuerza el poder de las clases dominantes sobre los dominados, intensificando su esclavitud y explotación.” Y por eso, debemos insistir en que el proletariado no tiene otra opción que librar su guerra social contra su propia burguesía…

Podríamos desarrollar aquí otros desacuerdos, como la visión que tienen los camaradas de la “lucha partisana” durante la Segunda Guerra Mundial, que para nosotros es mucho más compleja que su planteamiento simplificado tal y como ellos lo exponen. ¡NO! no compartimos su visión de que “los partisanos eran desertores que luchaban contra el ejército oficial de “su” Estado” o que “la participación en la lucha armada partisana era libre y voluntaria”. En pocas palabras, la “lucha partisana” estaba dividida entre las fuerzas políticas tradicionales (y por tanto burguesas) que defendían la república o la monarquía y, por otro lado, estaba todo el poder dominante del estalinismo (y del trotskismo, que apoyaba “críticamente” a la URSS, es decir, un bando burgués contra otro) para enmarcar cualquier iniciativa autónoma de las redes proletarias, que muy rápidamente serían vaciadas de su sustancia subversiva en favor de la falsa polarización burguesa del fascismo contra el antifascismo…

Aprovechamos esta ocasión para saludarlos a “los partisanos [que] eran [realmente] desertores [y] que luchaban contra el ejército oficial de “su” Estado”, es decir a los proletarios reclutados a la fuerza bajo el uniforme iraquí o iraní que, durante la terrible guerra que duró ocho largos años, de 1980 a 1988, organizaron centenares de motines, deserciones colectivas, acciones de confraternización, y que se reunieron en la región de los pantanos para luchar contra ambos bandos, contra ambas naciones capitalistas, para plantear nuestra única respuesta de clase a la guerra: ¡¡¡el internacionalismo y la lucha por el comunismo!!!

Guerra de Clases


Saboteemos la guerra

Llamamiento a una movilización internacional e internacionalista contra la guerra en Ucrania

Fuente en italiano: https://ilrovescio.info/2023/09/12/sabotiamo-la-guerra-appello-per-una-mobilitazione-contro-la-guerra-in-ucraina/

La guerra en curso en Ucrania no es un conflicto entre muchos, y menos aún una simple “guerra por los recursos”, sino un capítulo central de un enfrentamiento más amplio entre bloques de países capitalistas por el reparto del mundo, en el que están en juego la supremacía económica, militar y tecnológica y la redefinición de los equilibrios internacionales. De hecho, mientras se combate en Ucrania desde hace más de un año y medio, el choque militar con el principal adversario del capitalismo occidental, China, se perfila en el trasfondo. Decir que estamos en el plano inclinado que puede conducir a la Tercera Guerra Mundial no nos parece ni una exageración ni un alarmismo innecesario.

Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, se está librando una guerra simétrica en Europa, con grave riesgo de escalada nuclear. Es también la primera guerra directa entre Rusia y la OTAN de la historia, en la que participan las principales potencias nucleares del planeta (Federación Rusa, Estados Unidos, Reino Unido, Francia).

La guerra siempre ha sido un instrumento de reestructuración económica para el capitalismo en crisis. Acompañada aún hoy de esas políticas de intervencionismo estatal tan queridas por la izquierda que ya han sido pródromos de conflictos mundiales, la guerra es la forma más radical de opresión ejercida por los Estados y los capitalistas contra los explotados. Por estas razones consideramos que el conflicto actual es un ataque contra todos los proletarios.

Iniciada en 2014 con el ataque contra las poblaciones rusoparlantes de Ucrania, esta guerra se inscribe en el marco estratégico de la expansión de la OTAN hacia Europa del Este. Esta expansión ha entrado en el “patio trasero” (y, en términos económicos, en el espacio comercial) de una potencia militarista y autoritaria que, como demuestra, entre otros ejemplos, la feroz represión de la revuelta de Kazajstán en enero de 2022, no está dispuesta a tolerar ningún desorden dentro de su esfera de influencia.

Los resultados más dramáticos los pagan directamente la población ucraniana y los jóvenes rusos alistados en la guerra, pero otras poblaciones los sufren indirectamente. Las de África sufren el encarecimiento de los cereales y la escalada de los conflictos regionales, mientras que los explotados de Occidente son testigos de la creciente militarización y el empeoramiento de las condiciones de vida y de trabajo.

Desde 2014, se han aplicado en Ucrania una serie de feroces reformas antirrusas y antipopulares, que se intensificaron tras la invasión rusa del 24 de febrero de 2022: la abolición del ruso como segunda lengua en zonas del sureste de Ucrania; la prohibición de participar en las elecciones a las listas consideradas prorrusas; la represión religiosa de los fieles ortodoxos rusos; las leyes de “descomunistización”, con penas de hasta 10 años de cárcel por el delito de “propaganda comunista”; la celebración, con ceremonias oficiales y dedicación de monumentos, del criminal de guerra Stepan Bandera; la integración de los nazis de Pravy Sector y Svoboda en las fuerzas armadas, empezando por la Guardia Nacional y la creación de los tristemente célebres batallones Udar y Azov; el acoso, los ataques, las violaciones, los asesinatos y los bombardeos contra la población del Donbass (unos 14.000 muertos entre 2014 y 2022, incluidos cientos de niños); la horrible masacre de Odessa del 2 de mayo de 2014, cuando manifestantes desarmados que exigían la independencia de Ucrania, y que se habían refugiado en la Casa de los Sindicatos local, fueron masacrados y quemados vivos por una masa de nazis armados escoltados por la policía. Estas auténticas provocaciones –que, no nos olvidemos, al dirigirse contra un sector de la población de Ucrania atacaban al Gobierno y al Estado rusos tanto en términos de prestigio internacional como de consenso interno– están en el origen de la guerra.

Desde 2014, Ucrania se ha convertido en una especie de feudo de Estados Unidos. Estos, junto a sus aliados, han conseguido lo que ni siquiera pudieron lograr en países directa y militarmente invadidos como Irak, convirtiendo al ucraniano en una especie de Estado hecho a medida de las multinacionales y el gran capital occidental. Por poner algún ejemplo, ya en 2020 Zelensky abolió la moratoria sobre la venta de “tierras negras” ucranianas [chernozem, uno de los suelos más fértiles. Ucrania alberga una cuarta parte mundial – ndt] (entregando millones de hectáreas a los cultivos transgénicos de Bayer-Monsanto), mientras que con el inicio de la invasión rusa se rompieron los convenios colectivos de las empresas con menos de 200 empleados (es decir, la inmensa mayoría de las empresas ucranianas) y se impuso la prohibición de huelgas y manifestaciones.

Consideramos un hecho grave e inquietante que algunos compañeros, en Ucrania y en otros lugares, puedan apoyar económicamente, con propaganda e incluso militarmente al gobierno de Kiev y a la “resistencia ucraniana” sin decir ni una palabra al respecto. Históricamente, desde la Primera Guerra Mundial, este tipo de ceguera ha sido hija del intervencionismo, esa misma plaga moral que, tras la Primera Guerra Mundial, abrió la puerta de par en par al advenimiento del fascismo.

El paralelismo mediático entre la “resistencia ucraniana” y la lucha partisana contra el nazi-fascismo (y con las guerrillas de liberación en general) es histórica, política y éticamente inaceptable. Dejando a un lado las profundas diferencias en el contexto histórico (y el pequeño detalle de la presencia de grupos nazis dentro del ejército ucraniano…), lo inaceptable del paralelismo tiene que ver precisamente con la relación entre medios y fines, es decir, con el por qué y el cómo se lucha. En la mayoría de los casos, los partisanos eran desertores que luchaban contra el ejército oficial de “su” Estado, mientras que el ejército ucraniano es un ejército regular controlado por el gobierno de turno. La participación en la lucha armada partisana era libre y voluntaria, mientras que en Ucrania rige la ley marcial y quienes se niegan a luchar acaban en la cárcel. La autonomía político-militar de las formaciones partisanas también estaba vinculada a los medios de combate empleados: fusiles, ametralladoras, granadas de mano y bombas incendiarias podían utilizarse sin un aparato coercitivo centralizado, mientras que los drones conectados por satélite, los lanzacohetes, los tanques y los misiles de largo alcance reflejan y remiten a una jerarquía de mando precisa, que es la de la OTAN.

La participación de algunos anarquistas y militantes de izquierdas en la guerra en curso implica, por tanto, formar parte de esta misma jerarquía: obediencia a las órdenes, determinación de los objetivos por parte de la inteligencia occidental, subordinación a un gobierno altamente opresor y a los intereses del capital internacional. Tal adhesión a la alineación de la OTAN implica la renuncia a toda perspectiva revolucionaria e internacionalista. Por último, pero no por ello menos importante, en el plano ético esta adhesión implica abandonar toda crítica de la política autoritaria, represiva y antiproletaria del gobierno de Kiev.

Decir esto no significa en absoluto morder el anzuelo de la propaganda rusa sobre una “operación militar especial” destinada a la “desnazificación” de Ucrania. No sentimos ninguna simpatía por el odioso estado policial impuesto por el gobierno ruso a su pueblo; no ignoramos la persecución de la oposición y de los anarquistas en Rusia, y apoyamos las múltiples formas de insubordinación manifestadas en la Federación Rusa y en Bielorrusia contra la guerra. Del mismo modo que denunciamos el embrollo mistificador del mito de la “resistencia ucraniana”, rechazamos igualmente la sugestión en boga en ciertos círculos (neo-estalinistas, soberanistas de derecha e izquierda y demás) sobre una función emancipadora mundial desempeñada por el bloque ruso-chino. No sólo deploramos que los explotados vayan a morir por los intereses de sus amos y dirigentes (aunque sean enemigos de nuestros enemigos más inmediatos); sino que somos muy conscientes de que la guerra es «ante todo un hecho de política interior, y el más atroz de todos» (Simone Weil); que cualquier Estado que la libra, también la vuelve contra su propia población, y en particular contra su propio proletariado; que la guerra siempre refuerza el poder de las clases dominantes sobre los dominados, intensificando su esclavitud y explotación.

El actual es también un capítulo de un enfrentamiento más general por la supremacía tecnológica (que, por cierto, enfrenta al principal aliado político de Rusia, China, con Estados Unidos). Hoy, como nunca antes en la historia, nuevos dispositivos mortíferos pueden destruir la vida en el planeta. Muchas de las tecnologías utilizadas en esta guerra –como los drones, los sistemas de inteligencia y control, el desarrollo de la inteligencia artificial y los algoritmos predictivos– se están probando en el campo de batalla para luego ser desplegadas por las policías y los tecnócratas de todo el mundo.

Esta afirmación puede aplicarse a todas (las tecnologías): «Si tenéis ideas, o proyectos piloto sencillos que probar antes de su producción en masa, podéis enviárnoslos y os explicaremos cómo proceder. Y al final tendrán el sello, “probado sobre el terreno”. Las start-ups vuelven con productos competitivos en el mercado porque han sido probados sobre el terreno». Quien habla así no es un fabricante o inspector “cualquiera” de vehículos, programas informáticos o termostatos digitales, sino el General Volodymyr Havrylov, Viceministro de Defensa ucranianoEl público al que se dirige es la National Defence Industrial Association Future Force Capabilities, durante la conferencia nacional que se celebrará en Austin (Texas) el 21 de septiembre de 2022.

Históricamente, el desarrollo de las tecnociencias conduce a la guerra, y viceversa, la guerra implica necesariamente el desarrollo de las tecnociencias. Hoy día, todas las tecnologías son inherentemente duales. La separación entre investigación militar y civil ha desaparecido (suponiendo que alguna vez existiera). Por lo tanto, no es de extrañar que lo que se prueba en los campos de batalla luego se utilice contra los proletarios en otras zonas del mundo, incluidos los países en “paz”. El uso y la experimentación de las nuevas tecnologías intensifican el control de las poblaciones, haciendo cada día más difíciles las posibilidades de liberación del Estado y del capital.

Hoy más que nunca, un Estado competitivo en la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías adquiere mayor importancia política. La industria tecnológica, desde el Occidente democrático hasta el «socialismo de mercado» chino, contribuye a determinar las decisiones de los gobiernos. El conflicto de Ucrania, dada su envergadura y los actores implicados, acelera la llamada digitalización, un objetivo en las agendas de muchos Estados.

Como ocurre en conflictos de tales proporciones, a cada frente exterior le corresponde un frente interior. La represión no sólo aumenta en Rusia y Ucrania, sino también en todos los países implicados en el esfuerzo bélico.

Las operaciones policiales y las formas especiales de detención siempre han estado estrechamente vinculadas a la intensificación de los conflictos militares, con el objetivo de silenciar y eliminar cualquier posibilidad de disidencia y conflicto real. Algo de esto sabemos en Italia, con el 41 bis al que ha sido sometido Alfredo Cospito, el cierre de periódicos y páginas web del ámbito anarquista, el goteo de operaciones represivas que han llevado a la detención de decenas de anarquistas y antagonistas. Esta especie de contra-insurrección preventiva está estrechamente relacionada con la crisis internacional del capitalismo y la tendencia a la guerra mundial.

Uno de los aspectos fundamentales de la guerra en curso en Ucrania es el de la comunicación. La realidad sobre el terreno y su narrativa han resultado ser a menudo completamente divergentes; por poner sólo algunos ejemplos, la atribución al ejército ruso del bombardeo de la central nuclear de Enerhodar-Zaporizhizhia y la destrucción del gasoducto Nord Stream parecen ser los casos más flagrantes de ‘fake news’. Y no sólo eso. Lo que estamos presenciando es algo más que información sesgada: es auténtica propaganda de guerra. Una propaganda que está en continuidad con los niveles de condicionamiento puestos en marcha durante la Covid para imponer la narrativa dominante, y que además presenta trágicas referencias a episodios de la Segunda Guerra Mundial: el envilecimiento de los rusos (con, por ejemplo, las risibles “noticias” sobre un supuesto equipamiento obsoleto y de mala calidad) y su demonización, la exaltación de “nuestros héroes” (incluso los abiertamente nazis), las fantasmales “armas secretas” que cambiarán el curso de los acontecimientos…

Este tipo de información nos deja claro que estamos en guerra, aunque, por ahora, no se esté librando en casa. La guerra de la información es ante todo una guerra contra nuestros cerebros, destinada a alistarnos y hacer causa común convenciéndonos de que esta masacre no sólo es inevitable, sino también justa y conveniente. Por eso debe quedar claro que los responsables de esta información son parte integrante de la maquinaria de guerra, y deben ser tratados como tales.

Por todas estas razones, y otras más, urge relanzar la iniciativa internacionalista para detener la carnicería actual y evitar nuevas escaladas peligrosas.

El enemigo no son los reclutas enviados a la fuerza al frente, no son los trabajadores del país adversario, son todos los patrones, sus gobiernos, sus Estados y sus ejércitos. Mientras nuestras hermanas y hermanos son sometidos a las atrocidades más brutales, hay una burguesía que se enriquece con la producción de armas y especula con las consecuencias de la guerra (partición y reconstrucción de Ucrania, acogida selectiva, inflación, etc.).

Volvamos a poner en el centro la crítica al Estado y rechacemos alistarnos en ningún frente, con la convicción de que la única fuerza que puede detener la guerra es la movilización de los explotados en todo el mundo.

Internacionalismo para nosotros significa derrotismo, es decir, la crítica a todos los gobiernos empezando por “el nuestro”, el ataque a todos los patronos y burguesías nacionales empezando por los que nos explotan cada día. Por lo tanto, desde este lado del frente, queremos oponernos y sabotear tanto como sea posible la OTAN (es decir, la principal alianza militar del mundo, y el brazo armado del capitalismo occidental), al igual que nuestros hermanos y hermanas en Rusia luchan contra la maquinaria militar de su lado (como nos dicen, por ejemplo, los informes de sabotaje contra las infraestructuras que transportan tropas y vehículos, o los ataques contra los centros de reclutamiento); y al igual que otros hermanos y hermanas en Ucrania se oponen al esfuerzo bélico de su gobierno. A pesar de la censura, sabemos que también en Ucrania hay quienes hacen propaganda y agitación contra la guerra; y hay quienes se oponen a ella en la práctica, por ejemplo ayudando a fugitivos y desertores a abandonar el país, o dándoles refugio. Esto también es derrotismo consecuente.

Nuestro horizonte, como anarquistas, es derrotista también porque la historia nos enseña que siempre y sólo de las ruinas del propio Estado se abren perspectivas de revolución para los oprimidos. Entendemos el derrotismo como un acto de solidaridad con aquellos que pagan el precio de la guerra en su propia piel, y como un acto de venganza de clase por el sufrimiento de nuestras hermanas y hermanos en todas las zonas de conflicto militar. Nos solidarizamos con todas las víctimas de la guerra cada rincón del planeta, con los que huyen de ella y encuentran el obstáculo de las fronteras, con los que encuentran la muerte por tierra y por mar y que, en caso de sobrevivir, a menudo son sometidos a una explotación brutal.

Las tensiones que se han producido o se están produciendo en Kosovo, Kaliningrado y Taiwán, los levantamientos en Níger, Gabón y otros países centroafricanos, se inscriben en una tendencia a la mundialización del conflictos y nos dan la medida de lo que está en juego: si no somos capaces de romper todos los frentes, atacando cada uno a su propio Estado y a sus clases dominantes, la aniquilación de la humanidad, o su esclavización cada vez más despiadada en una situación de guerra infinita, están simplemente a la vuelta de la esquina. Por el contrario, podrían abrirse posibilidades revolucionarias.

Aunque por el momento no ha habido movimientos consistentes de oposición a la guerra, también hay que señalar que, a pesar de la propaganda machacona, una parte importante de la población, incluso dentro de Occidente, está en contra de apoyar el esfuerzo bélico. Esto es algo que debe tenerse en cuenta en la perspectiva de la construcción de una movilización de masas.

Por lo tanto, llamamos a la construcción de una movilización radical, internacional y generalizada que, saboteando la guerra, tenga la ambición de imponer el cese de las hostilidades desde abajo. No tenemos nada que pedir a los gobiernos, ni depositamos ninguna confianza en ellos; somos conscientes de que la acción directa de los explotados de todo el mundo es la única fuerza real que puede poner fin a la masacre. Por eso consideramos necesario oponerse a la máquina de guerra tanto en Rusia, como en Ucrania, como dentro de los países capitalistas occidentales responsables de este conflicto y de todas las principales guerras de los últimos treinta años.

  • ¡Apoyemos la deserción en todos los frentes, ofreciendo refugio y solidaridad a todos los que eluden el servicio militar obligatorio y se niegan a participar en la masacre!
  • ¡Saboteemos la máquina militar, impidamos la producción bélica y bloqueemos los flujos de la logística militar!
  • Desenmascaremos el consenso y la máquina de propaganda. ¡En esta guerra híbrida, ¡los medios de comunicación son parte integrante de la maquinaria de guerra!
  • ¡Opongámonos a la ocupación militar de los territorios, contestando y oponiéndonos a las bases militares, a los ejercicios de guerra y a la militarización de la vida pública!
  • ¡Apoyemos la necesidad de una verdadera huelga general que, más allá de las formas rituales y testimoniales, pare concretamente la industria y la logística de los países implicados!
  • ¡Desenmascaremos la complicidad de la universidad y la investigación con el aparato industrial-militar y los intereses económicos capitalistas que están detrás de toda guerra!

PRESIONEMOS PARA ACABAR CON LA GUERRA DE LOS PATRONES EN GUERRA CONTRA LOS PATRONES

Roma, 2 septiembre 2023

Anarquistas provenientes de Roma, Génova, Carrara, Cosenza, Módena, Milán, Lecco, Turín, y de las regiones de Umbria, Trentino, y centro de Italia

per contatti: appelloantimilitarista(@)anche.no

Traducción al español: https://lucharcontrael41bis.noblogs.org/2023/09/16/saboteemos-la-guerra-llamamiento-a-una-movilizacion-internacional-e-internacionalista-contra-la-guerra-en-ucrania/

Por una movilización internacionalista y antiautoritaria contra la guerra. Tercer encuentro en Carrara el 1 de octubre

Fuente en italiano: https://ilrovescio.info/2023/09/18/per-una-mobilitazione-internazionalista-e-antiautoritaria-contro-la-guerra-terzo-incontro-a-carrara-il-1o-ottobre/

En el curso de los debates del 22 de julio y el 2 de septiembre en Roma se ha escrito un documento “Saboteemos la guerra. Llamamiento a una movilización internacional e internacionalista contra la guerra en Ucrania”, publicado en lengua italiana entre el 12 y el 13 de septiembre.

Pretendemos abrir espacio a un debate sobre el actual estado de guerra permanente y lanzar una movilización internacionalista y revolucionaria contra la guerra en curso. Por estos motivos –como se sostiene en el llamamiento– consideramos de vital importancia estimular el desarrollo de todas aquellas formas de lucha que sepan apoyar la deserción en todos los frentes, sabotear la maquinaria de guerra (desde el punto de vista de la producción como de la propaganda de los mass-media), oponerse a la ocupación militar de territorios, construir y apoyar una huelga general prolongada y de clase para detener la industria y la logística de los países implicados, desenmascarar la complicidad de la universidad y de la investigación así como los intereses capitalistas en juego.

Lanzamos un tercer encuentro para continuar el debate, definir la divulgación del documento (así como la contextual traducción a otros idiomas) y analizar las posibilidades de movilización en los próximos meses.

Las operaciones policiales siempre han estado estrechamente vinculadas a la intensificación de los conflictos militares. Este tercer encuentro será en Carrara, donde recientemente se ha desplegado la operación Scripta Scelera contra el quincenal anarquista internacionalista “Bezmotivny”. A cada frente externo le corresponde uno interno. Con esta investigación el Estado quiere silenciar una voz intransigente de propaganda y agitación internacionalista. Una vez más, el Estado pretende golpear la unión teorico-práctica del anarquismo, además de la solidaridad revolucionaria con los explotados de todo el mundo.

Después del intenso movimiento de solidaridad internacional con Alfredo Cospito seguimos apoyando a los compañeros y compañeras golpeados por la represión y el análisis del conflicto revolucionario y de clase, conscientes de que hoy como ayer es necesario acabar con la guerra de los patrones en guerra contra los patrones.

Lo discutiremos el 1 de octubre en el Circolo Culturale Anarchico “Gogliardo Fiaschi”, en via Ulivi 8, Carrara, a partir de las 11:00.

Per contatti: appelloantimilitarista@anche.no

Traducción al español: https://lucharcontrael41bis.noblogs.org/2023/09/18/por-una-movilizacion-internacionalista-y-antiautoritaria-contra-la-guerra-tercer-encuentro-en-carrara-el-1-de-octubre/

 

¿Ha despertado la clase obrera estadounidense?



Después de los empleados de Starbucks y UPS, las enfermeras de Massachusetts, los profesores de Minneapolis y Brooklyn, y los proletarios de decenas de otras empresas, es el turno de los trabajadores de la industria del automóvil.

No ocurría desde hacía 88 años que Big Three fabricantes de automóviles estadounidenses (las Big Three), General Motors, Ford y Stellantis (la multinacional franco-italiana que agrupa las marcas PSA y FCA) se vieran afectados simultáneamente por una huelga de trabajadores. En la medianoche del 14 de septiembre expiró el contrato de trabajo por el que el sindicato UAW (United Automobile Workers) llevaba meses pidiendo a la cúpula directiva de las Big Three que negociara unas reivindicaciones consideradas por el propio sindicato como "ambiciosas": un aumento salarial medio del 40% en cuatro años, turnos de trabajo menos agotadores, reducción de la jornada semanal, eliminación de los diferentes niveles contractuales y mejoras en las pensiones y el seguro médico.

El sindicato UAW representa a una parte importante de los empleados de las Big Three (el número total de trabajadores sindicados es de 145.000), pero la huelga afectó inicialmente a unos 18.000 trabajadores, es decir, algo más del 10% de sus afiliados. La UAW inició esta huelga parando una planta de cada una de las Big Three. En el caso de GM, se trataba de la planta de Wentzville, Missouri, que, con 3.600 trabajadores, produce el Gmc Canyon y el Colorado. En el caso de Stellantis en el punto de mira estaba el complejo de Toledo, Ohio, que con 5.600 empleados produce el Jeep Gladiator y el Wrangler. En el caso de Ford, la agitación comenzó en Wayne, Michigan, el corazón de la producción de las camionetas Bronco y Ranger, con paros, concretamente, de la línea de montaje y pintura en los que participaron 3.300 trabajadores. Se trata de los modelos de gama alta de los tres fabricantes de automóviles (1). Inicialmente, se anunció la perspectiva de extender la huelga a otras plantas y centros de distribución y recambios si las negociaciones con las Big Three se prolongaban sin resultados. Y de hecho, el 29 de septiembre la UAW, viendo que las negociaciones generales no avanzaban (las Big Three ofrecían un aumento medio del 20% en cuatro años y medio), tras haber tocado ya 38 centros de distribución y recambios de GM y Stellantis, anunció la extensión de la huelga; los de Ford aún no se han tocado porque con esta empresa, según el jefe de la UAW, Shawn Fain -que asumió el cargo en marzo de este año-, "las negociaciones avanzan" aunque "demasiado despacio". 

Esta huelga, aunque de un pequeño número de trabajadores, fue noticia de todos modos, entre otras cosas porque formaba parte de un periodo de dos años de agitación obrera en muchos sectores: la decisión de los trabajadores de empujar a la UAW a convocar la huelga y amenazar con extenderla a todas las demás líneas de producción alarmó, no obstante, a los fabricantes de automóviles, acostumbrados durante años a "dialogar" con la UAW para evitar las huelgas, y básicamente doblegando a los trabajadores a las necesidades básicas de la empresa. Desde la crisis de 2008-2009, los trabajadores de los fabricantes de automóviles han sido doblegados por el sindicato a condiciones de trabajo más duras, a la introducción de nueva mano de obra precaria, a salarios bloqueados y, con el tiempo, insuficientes para mantenerse al día con el aumento del coste de la vida, para que las fábricas siguieran abiertas. Luego vino la pandemia, otra crisis social con el descenso de las ventas de automóviles y los salarios cada vez más bajos. Pero desde el fin del cierre patronal y la pandemia, las ventas se han disparado, los fabricantes de automóviles han vuelto a obtener beneficios multimillonarios, pero los salarios han permanecido prácticamente estáticos mientras la inflación seguía erosionándolos cada vez más. 

El plazo contractual era una oportunidad ineludible para emprender la lucha contra unas condiciones de trabajo extremadamente duras y las enormes desigualdades sociales. Solo para hacerse una idea de la situación, los beneficios en 2022 para Ford ascendieron a 3.500 millones de dólares, para GM a 4.700 millones de dólares y para Stellantis a 11.000 millones de euros, mientras que solo en el primer semestre de 2023, para las Big Three juntas, ascendieron a 23.000 millones de dólares (y en los últimos 10 años han rozado los 250.000 millones de dólares); el aumento de la remuneración de los CEO de las Big Three, a su vez, ha aumentado, desde 2019 hasta la fecha, una media del 40% (2). La noticia de que los CEO de los fabricantes de automóviles, gracias a los considerables beneficios que han cosechado a partir de 2019, están recibiendo compensaciones estratosféricas ha provocado un verdadero resentimiento entre los trabajadores. Los CEO de GM y Stellantis, por ejemplo, se embolsan una indemnización equivalente a 350 veces el salario medio de un trabajador. Por otra parte, no es de extrañar que en la sociedad capitalista se pague en exceso a estas personas por hacer su trabajo, que consiste en dirigir empresas con el objetivo de maximizar los beneficios y, en consecuencia, minimizar los costes de producción para hacer frente y vencer a la competencia. Costes de producción que significan, para el proletariado, contención salarial, aumento de los ritmos de trabajo, prolongación de la jornada laboral, recorte de cualquier prestación social como seguros médicos, pensiones, etc. Pues bien, son precisamente estos aspectos los que han llevado a los trabajadores a la huelga: aumentos salariales, turnos menos penosos, menos horas trabajadas a la semana, mejoras en las pensiones y el seguro médico, y mayor seguridad en el empleo. En el manifiesto de la huelga se lee: "Trabajamos 60, 70, 80 horas semanales sólo para llegar a fin de mes. Esto no es vida. Es hora de cambiar" (3). Bajo la presión de las bases obreras, el sindicato UAW no podía dejar de pronunciarse, sobre todo desde el reciente cambio de dirección. Entre las reivindicaciones planteadas, la que más ruido ha hecho, por supuesto, es el aumento salarial del 40%, en cuatro años; con respecto a esta reivindicación los fabricantes de automóviles propusieron inicialmente un 10% en cuatro años y medio; después Ford y GM propusieron un 20% y Stellantis un 17,5%. El sindicato, por su parte, llegó a pedir un aumento del 36%. Pero los fabricantes de automóviles también consideran que las demás reivindicaciones son demasiado onerosas para ellos. Leemos en Il Sole24ore que la UAW "quiere, en primer lugar, la eliminación de dos niveles contractuales nacidos tras la crisis de 2007, una época de fuertes concesiones sindicales. Las numerosas personas contratadas desde entonces tienen salarios iniciales mucho más bajos y un camino de ocho años hasta los salarios máximos, 32,32 dólares por hora. Las empresas han ofrecido acortar el camino hasta el salario máximo a unos cuatro años”. La UAW también quiere "un retorno a los planes de pensiones de empresa tradicionales, con pensiones fijas, para los empleados posteriores a 2007. Y una indexación significativa de los salarios a la inflación que actualmente está suspendida para todos". Las reivindicaciones también incluyen una semana laboral de 32 horas, más tiempo libre remunerado por ausencias familiares, mejoras sanitarias, aumentos en la participación en los beneficios, el fin del uso de mano de obra temporal y no garantizada, y la igualdad de cobertura contractual para las plantas de vehículos eléctricos de las empresas conjuntas. Esta lista de reivindicaciones revela hasta qué punto los trabajadores han sido llevados, por el mismo sindicato, a ceder durante los últimos cuarenta años -los propios expertos llamados "liberales" lo afirman- cayendo precipitadamente en unas condiciones de vida y de trabajo insostenibles. 

Estamos en periodo de campaña para las elecciones presidenciales de 2024 y el presidente de EEUU Joe Biden, luchando por conseguir apoyos, no se lo pensó dos veces: fue a Wayne, Michigan, a llevar su 'solidaridad' a los trabajadores en huelga. Cuando un alto representante de la clase burguesa dominante va a brindar su "solidaridad" a los trabajadores en huelga -una huelga que, según Il Sole24ore, cuesta a la economía 5.600 millones de dólares cada diez días, entre otras cosas en el corazón industrial del país con efectos en cadena sobre proveedores y consumidores- no cabe esperar nada bueno. Según los medios de comunicación, Biden ya había hablado con las Big Three y les había pedido que atendieran las demandas del sindicato, también en vista de los extraordinarios beneficios acumulados en los últimos diez años. Pero sus intervenciones sirvieron de poco, por lo que la actual administración de la Casa Blanca decidió dar un golpe teatral: el martes 26 de septiembre, Biden apareció en Wayne en medio de los trabajadores del piquete de la planta de distribución de piezas de GM y, megáfono en mano, se dirigió a ellos diciendo: "Las empresas obtienen enormes beneficios y deben compartirlos con los trabajadores. Os merecéis aumentos significativos" (4). Palabras que son, sin duda, pura propaganda electoral, pero el mismo concepto se aplica, por el contrario, en tiempos en que las empresas, en lugar de obtener enormes beneficios, acumulan enormes pérdidas, y justifican así que los proletarios también caigan en peores condiciones ya que la recesión había golpeado a toda la economía

No han pasado ni 24 horas y aquí llega Trump, en una planta no sindicalizada a las afueras de Detroit, haciendo su mitin electoral: "Estoy aquí para defender a la clase trabajadora, luchar contra la clase política corrupta, proteger los empleos creados en EEUU y el sueño americano frente a los productos extranjeros". El gran enemigo actual de los trabajadores estadounidenses del automóvil es la transición al coche eléctrico, dominada por China. A ellos Trump les dijo que no importa si la huelga conduce a un acuerdo favorable en las negociaciones con Ford, General Motors y Stellantis, porque en cualquier caso 'dentro de dos años perderéis vuestros empleos'. Por supuesto, la receta de Trump es la misma de siempre: "producción estadounidense, hecha con manos expertas estadounidenses y suministros estadounidenses" (5). Y así Trump tocó otro punto delicado de la situación; si Biden señala con el dedo los superbeneficios de los fabricantes de automóviles, Trump señala con el dedo a China y su actual dominio del coche eléctrico. Por supuesto, ninguno de los dos ha comentado la solución concreta a los problemas de los trabajadores: uno dice que tienen razón al exigir aumentos salariales ya que los beneficios de los fabricantes de automóviles se han disparado, el otro dice que su defensa radica en proteger todo lo fabricado en Estados Unidos, sin importar la industria. El verdadero problema, para los trabajadores, es que siguen creyendo que su lucha sólo puede tener un resultado positivo si cuenta con el apoyo de un sindicato, que en realidad les dará la espalda al primer atisbo de recesión económica, o de los políticos -por no hablar incluso del "presidente y ex presidente de Estados Unidos"- que se han desplazado físicamente para llevar... ¡su mitin electoral!

Sin embargo, el hecho de que por primera vez los trabajadores estadounidenses de las tres mayores empresas automovilísticas hayan empezado a hacer huelga juntos, por objetivos comunes y en defensa también de los trabajadores precarios contratados en la última década, es un hecho extremadamente positivo. Se trata de un primer paso en una lucha que, potencialmente, podría despertar a toda la clase obrera norteamericana. Una lucha, por otra parte, que ha sido anticipada por otros sectores económicos en los que los proletarios han sufrido y sufren tanto la falta de organizaciones sindicales como la falta de una tradición de lucha, como es el caso de Amazon, Kellog's, Starbucks, la industria hotelera en California, las enfermeras de Kaiser Permanente, los estibadores de la Costa Oeste, los profesores de Minneapolis y Brookline, e incluso los escritores y guionistas de Hollywood que están en huelga desde el 1 de mayo de este año. 

La lucha de la clase obrera en América siempre ha tenido un viejo handicap, creer que el tira y afloja con la patronal sólo sirve para lograr una "victoria" hoy, mientras que mañana... ya veremos. Pero los hechos materiales relacionados con las relaciones burguesas de producción y propiedad enfrentarán tarde o temprano incluso a la clase obrera norteamericana no sólo con las flagrantes desigualdades sociales -que siempre han existido en América y son más profundas que en otros países industrializados- sino con la necesidad permanente de ir más allá de la lucha inmediata, más allá de la lucha corporativa, más allá de los límites que la política de colaboración entre las clases ha establecido durante un siglo y para la que lo importante es la negociación, el regateo, la contractualización, como si fuera de esta sociedad, la sociedad del beneficio capitalista y del trabajo asalariado, no hubiera alternativa; como si la sociedad sólo pudiera ser un inmenso mercado, en el que se vende y se compra, en el que los negocios se "hacen" o se "pierden", y en el que la vida misma de cada ser humano está en juego en una ruleta perpetua.

Largo, áspero y difícil camino es el que conducirá a la emancipación de los proletarios de la condición de trabajadores asalariados, de carne para ser sacrificada en fábricas con turnos de 60 a 80 horas semanales y salarios de hambre, o para ser sacrificados en las guerras que las clases burguesas dominantes de cada país se declaran, tarde o temprano, para seguir dominando en su propio país o para someter a su dominación a otros países. Es un camino largo, duro y difícil, pero vital porque el desarrollo del capitalismo en América y en el mundo conduce inevitablemente a la guerra general, de la que las anteriores guerras de Irak, Afganistán y Siria no fueron sino una preparación, como lo es la guerra de Ucrania para la que se destinaron miles de millones en armamento, municiones y financiación sin enviar soldados norteamericanos, pero cuyas consecuencias negativas en términos de condiciones de trabajo y existencia siguen afectando a los proletarios en su propio país.

Decían que la lucha obrera estaba muerta... Renacerá más vigorosa que nunca.



29 de septiembre de 2023

Partido Comunista Internacional    (El Proletario)

 

 

NOTAS:

(1) "Il Sole 24 ore", 15 de septiembre de 2023.

(2) panorama.co.uk, 18 de septiembre de 2023, "El malestar tras la huelga mundial del automóvil en EE UU". 

(3) https://www.wired.it/article/auto-sciopero-stati-uniti-stellantis-ford-general-motors ('La histórica huelga de la industria automovilística estadounidense')

(4) Il Sole 24 Ore, 26 de septiembre de 2023.

(5) https://www.rainews.it/articoli/2023/09/trump-svolta-biden-su-auto-elettriche-favorira-la-cina-e-cancellera-migliaia-di-posti-di-lavoro-c8729b1f-8efc-4129-b106-9ec8b2a5f5d4.html#:~:text= Trump%20agli%20operai%20in%20sciopero,nemico%20sono%20le%20auto%20elettriche%22

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