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Francia: Pensiones, desempleo, inflación...

¡Por la reanudación de la lucha de clases contra todos los ataques capitalistas!




La "reforma" de las pensiones forma parte del agravamiento general y continuo de los ataques capitalistas contra el proletariado. Las pensiones de jubilación no son un "derecho" ni un regalo del Estado, sino que forman parte del "salario indirecto", es decir, la parte del "salario real" que no se paga directamente a los trabajadores, sino que se redistribuye en forma de prestaciones sociales, también conocidas como "cargas sociales". Durante años, respondiendo a la voluntad de los capitalistas, los gobiernos, tanto de izquierdas como de derechas, se han esforzado por reducir estas "cargas", reduciendo así el "salario real" y aumentando al mismo tiempo los beneficios, lo que ha provocado una reducción de las prestaciones sociales. Las dificultades del capitalismo ante una crisis creciente le llevan a aumentar cada vez más la presión sobre los salarios y la explotación del proletariado. Lo vemos con la reforma del seguro de desempleo puesta en marcha para reducir los subsidios; lo vemos con la reforma prevista de las pensiones, que dará lugar a jubilaciones con una pensión reducida debido al aumento de la duración exigida de las cotizaciones: ¡no es de extrañar que estas reformas hayan sido respaldadas por las organizaciones patronales!

A esto hay que añadir la inflación, particularmente importante para las materias primas, que erosiona los salarios y constituye una verdadera "transferencia de riqueza" a los capitalistas a expensas del proletariado.



¡LA LUCHA CONTRA LOS ATAQUES ANTIPROLETARIOS EXIGE VOLVER A LA VERDADERA LUCHA DE CLASES!

Frente a estos ataques, los representantes sindicales se jactan de haber participado en reuniones de "concertación" con el gobierno durante las cuales presentaron "otras soluciones para financiar" el sistema que, se quejan, no fueron "estudiadas seriamente"; en realidad, todo el mundo sabía que estas reuniones no tenían otro objetivo que dar una imagen de diálogo con el gobierno que estaba decidido a llevar a cabo su proyecto: ¡los proletarios no consultan con el adversario de clase, lo combaten! Y esto es precisamente lo que no quieren los bonzos sindicales, indefectiblemente apegados a su papel de "interlocutores sociales" y a la colaboración de clases. Por eso, después de participar en estas mascaradas, han retomado su desastrosa táctica de repetidas "jornadas de acción" y su intención de inscribir la "movilización" (¡no hablemos de lucha!) "a largo plazo" (comunicado del 1/10): no hay mejor manera de agotar la combatividad de los proletarios, como demuestran las derrotas de los grandes movimientos en 2003, 2010, 2013 y 2020.

Pero los trabajadores no siempre están condenados a la derrota, como demuestra la huelga de controladores de la SNCF en los ferrocarriles durante las vacaciones de Navidad: organizados de forma autónoma, fueron a la huelga independientemente de los sindicatos, demasiado comprometidos en el diálogo social con la dirección, y obligaron a esta a conceder al menos una prima. Más allá de sus inevitables limitaciones, este episodio muestra el camino: para luchar con alguna posibilidad de éxito, es esencial romper con las orientaciones y prácticas de colaboración de clases impuestas por la dirección del sindicato, y tomar las luchas propias en las propias manos.


Por la vuelta a los métodos y medios de lucha clasista, ¡por la organización y la lucha de clase independiente!

¡Por la reanudación de la lucha general contra el capitalismo!

17 de enero de 2023


 

Partido Comunista Internacional

Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program

www.pcint.org



Las manifestaciones en Francia están siendo masivas


 

 

Gran Bretaña

A pesar de todas las dificultades y obstáculos -la brutalidad de los conservadores, la hostilidad de los laboristas, la traición de los sindicatos- los proletarios se movilizan para defender sus intereses.


LA CUNA DEL CAPITALISMO DURAMENTE GOLPEADA POR LA CRISIS MUNDIAL


El estado de tensión en que ha entrado el capitalismo mundial en los últimos años se explica por su propia naturaleza. Esta economía de la anarquía, de la competencia y del enfrentamiento permanente, que ha alcanzado un cierto grado de evolución de todas sus contradicciones y antagonismos, se agrieta peligrosamente y está a punto de estallar bajo todas estas presiones. La crisis provocada por el Covid y la guerra imperialista en Ucrania se han combinado para sumir al capitalismo, ya de por sí sufriente, en una crisis del nivel de la de 1975, que tiene como telón de fondo no el fin de los años de expansión definidos por los economistas burgueses como los "treinta años gloriosos", sino el comienzo de un período mucho más oscuro en el que la guerra armada e imperialista sucede a la anterior guerra económica exacerbada, una diferencia, ésta, que no es insignificante.

Gran Bretaña, con su capitalismo liberal "duro y puro" de tradición secular, ya estaba sufriendo el Brexit, que le habría hecho perder entre el 3 y el 4 por ciento de su PIB anual (1), ha sufrido todos los efectos de la crisis, que ha provocado un aumento de todos los precios digno de las crisis capitalistas más graves de la historia.

Ya el 1 de abril de 2022, el "viernes negro", la factura del gas aumentó para los proletarios una media de 708 libras (unos 800 euros) al año, lo que corresponde a un aumento del 50%. En la misma fecha trimestral, los impuestos sobre la vivienda aumentaron un 3,5% y las cargas sociales sobre los salarios un 1,5%. Los operadores de telefonía también anunciaron aumentos del 10% en las tarifas. A ello se sumaron las primeras subidas de precios importantes en alimentos, productos de higiene, electricidad y combustible.

Pero esto es sólo el principio. El precio del gas subirá hasta un 78% en octubre y se triplicará a finales de año (2). Según la misma fuente, el precio incluso se cuadruplicará en la primavera de 2023. Para dar una idea del aumento de los productos alimenticios, señalamos el de la leche (26%), la mantequilla (21%), la harina (19%) y la pasta (16%). Es imposible que el proletario baje en la elección del producto para compensar estos aumentos, porque ya ha llegado al fondo.

En marzo, los especialistas en cortinas de humo económicas hablaban de un aumento del coste de la vida de al menos del 7% este año. Hoy tienen que admitir que más probablemente será del 13%. Pero un banco estadounidense, Citi, ha previsto un aumento del 18% para principios de 2023. Explica que, para hacer frente a la inflación, el Banco de Inglaterra podría subir el tipo de interés hasta el 6 o el 7 por ciento, mientras que hoy, después de haberlo subido ya, está en el 1,75 por ciento. Esto estrangularía completamente el mercado financiero y enviaría a todos los inversores a casa. Hay que remontarse a los años de la crisis del petróleo para encontrar una inflación de esta magnitud. En el Reino Unido, en 1975, la inflación había subido al 25% (3), para bajar al 16,9% al año siguiente. Pero el periodo de alta inflación duró hasta principios de los años ochenta.

Para millones de proletarios hoy sólo hay una alternativa: comer o calentarse. La pobreza ha aumentado drásticamente. Según diversas fuentes, el 17,1% de la población, es decir, 10,5 millones de personas - 1 de cada 8 trabajadores - vive por debajo del umbral de la pobreza. UNICEF calcula que el 20% de esta población sufre inseguridad alimentaria. En concreto, 4 millones de niños están por debajo del umbral de la pobreza y, de ellos, el 30% sufre inseguridad alimentaria. Bajo el impacto de una vida cada vez más cara, la situación no hace más que empeorar.


LA MOVILIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES, ORGANIZADA POR LOS SINDICATOS, ESTÁ ENJAULADA POR LAS HUELGAS "SINCRONIZADAS”


Para contrarrestar estos violentos ataques del capital contra lo que es esencial para su supervivencia, los proletarios de Gran Bretaña se han movilizado desde principios de año, pero los movimientos de huelga han comenzado a extenderse especialmente desde julio. El eje reivindicativo de las luchas es indiscutible: es la cuestión de los aumentos salariales para hacer frente a la inflación. En una situación ideal, si hubiera existido una experiencia previa de lucha de clases, ésta habría sido una formidable base reivindicativa para unificar y fusionar todas las huelgas en un solo bloque obrero. Pero este no era el caso en absoluto.

Las huelgas en el transporte comenzaron en agosto. Entre los trabajadores del ferrocarril ya hubo agitaciones los días 21, 23 y 25 de junio y el 27 de julio tras el fracaso de las negociaciones. Los sindicatos RMT y TSSA (4) organizaron las agitaciones según la táctica de "huelgas coordinadas" o "huelgas sincronizadas". Adoptando este método para romper la fuerza y el impacto de las luchas, los sindicatos del transporte público fueron a la huelga los días 18 y 20 de agosto. 50.000 trabajadores participan en la huelga. Pero los conductores del sindicato ASLEF (5) no estaban asociados a la huelga de RMT y TSSA. Hicieron huelga el 30 de julio y el 13 de agosto, afectando a 9 de las 13 compañías ferroviarias. El 19 de agosto, los conductores del metro de Londres y de los autobuses hicieron huelga.

El 3 de agosto estalló una huelga espontánea (que la burguesía británica denominó "huelga salvaje") en Amazon, en Tilburry. La dirección proponía un aumento salarial del 3%, mientras que la inflación ya era del 9,4% en junio. El salario ofrecido por Amazon era de 11,45 libras por hora, mientras que los trabajadores exigían 15 libras. También se produjeron paros en Amazon en Coventry y Bristol.

El 21 de agosto comienza una huelga "sincronizada" de ocho días de los estibadores de Felixstone (1.900 huelguistas de un total de 2.500 empleados). Una vez más, las demandas eran de aumento salarial. También en Liverpool los estibadores votaron a favor de la huelga, pero en el momento de redactar este informe aún no se conocen las fechas "sincronizadas" (6).

Los trabajadores de BT (British Telecom) también fueron a la huelga, de nuevo en la forma escalonada impuesta por la dirección del sindicato, en este caso el CWU (7). La huelga se escalonará a lo largo del verano: el 29 de julio, el 1 de agosto y están previstas otras jornadas de huelga los días 30 y 31 de agosto. La huelga afecta a 40.000 trabajadores.

El 97% de los 100.000 trabajadores de Royal Mail votaron a favor de la huelga. Su huelga también se dividirá en tres días, los días 26, 27 y 30 de agosto. Esto también es obra de la CWU.

Hay otros sectores que llaman la atención: en las refinerías y en las centrales eléctricas, pero, al parecer, de forma más espontánea.

Por último, será el turno de la movilización de los sectores de servicios públicos: profesores, bomberos, sanitarios, recolectores de basura, trabajadores de aeropuertos e incluso trabajadores industriales. Pero el peso de los sindicatos oficiales es tal que sus huelgas no escaparán a su organización "sincronizada" y bloqueada.


EL PAPEL SERVIL DE LOS SINDICATOS


Lo que llama la atención de todas estas huelgas es su total dispersión organizativa y temporal, su hermética compartimentación entre unas y otras, mientras que en teoría los poderosos sindicatos británicos tendrían la capacidad de movilizar a todos en un solo movimiento. Pero eso significaría pedirles que sean lo que en absoluto son, y sería un gran error siquiera pensar eso. Sin embargo -pero este es otro tema- un sector de la llamada extrema izquierda está cortejando a algunos sindicatos como el RMT.

En realidad, los sindicatos están cumpliendo cuidadosa y eficazmente su papel de garantes de la paz social y el orden público en un momento de la historia en el que todo podría ir mal socialmente y la burguesía podría enfrentarse a un adversario de clase libre, independiente de las limitaciones burocráticas de los sindicatos, que no se dejará embaucar y podrá utilizar sus armas de clase. Su estrategia consiste en fragmentar las huelgas controlando su organización y sus objetivos, minando cualquier voluntad de los proletarios de luchar directamente contra la patronal, y perjudicando así lo menos posible los intereses de la economía nacional, de las autoridades políticas del país y de las clases dirigentes cómodamente instaladas en sus fortunas personales. Esta estrategia de fragmentación y división se combina hábilmente con las restricciones y limitaciones legales que dificultan la organización de las huelgas. La política sindical de control social se ve facilitada en gran medida por el arsenal jurídico del Estado, que impone una carrera infernal llena de obstáculos de procedimiento para validar una huelga y que, a pesar de algunos gritos de indignación de algunos burócratas sindicales, recibe realmente el pleno asentimiento de sus apparatchiks. La codificación legal de las huelgas proporciona el marco, las herramientas y la justificación política a las direcciones sindicales para sus métodos antiobreros y refuerza su aparato burocrático.

Estos procedimientos tienen una historia que se remonta a las grandes huelgas de mineros de 1984-1985, aplastadas por la brutal represión estatal dirigida entonces por la despiadada Margaret Thatcher. Tras aplastar las huelgas, el gobierno británico impuso toda una serie de leyes e impedimentos legales para evitar que los proletarios organizaran futuras huelgas en las empresas, tanto privadas como públicas. Todas estas restricciones tuvieron el efecto de reforzar el poder de control de los sindicatos sobre la clase obrera. Desde entonces, los proletarios ya no pueden escapar tan fácilmente del control de los sindicatos sobre la dirección de sus luchas o la organización de clase de la solidaridad. El aparato sindical y sus especialistas jurídicos parecen ser el medio ineludible para superar los escollos de procedimiento para hacer una huelga legal. Y si un secretario de sindicato se encuentra incómodo con estas leyes, sabe que si no las sigue al pie de la letra, la espada de las sanciones legales caerá sobre su cabeza, por lo que se plegará a ellas y acabará acostumbrándose...

¿En qué consiste este arsenal jurídico?

- Para convocar legalmente una huelga en una empresa, los proletarios deben organizar una votación de todos los miembros del sindicato y obtener al menos el 40% de los votos a favor. Este procedimiento es obviamente un freno a la espontaneidad e independencia de la organización de las luchas y lleva a devorar innecesariamente energía y tiempo, e incluso semanas en el caso de las grandes empresas. Todo el tiempo ganado por la patronal para organizar su respuesta, en particular dividiendo y desmoralizando a los trabajadores, infundiendo dudas en sus filas para minar su determinación.

- Obtener una mayoría de los miembros a favor de la huelga es una condición necesaria, pero no suficiente. También debe alcanzarse un quórum mínimo de votantes. Se requiere al menos un 50% de participación en la votación.

- Las huelgas de solidaridad de una categoría de proletarios distinta de los huelguistas o de otras empresas del mismo sector están simplemente prohibidas.

- La ley autoriza la intervención de esquiroles [trabajadores temporales o sujetos al escuálido "contrato cero" (8)] para sustituir a los huelguistas y, obviamente, prohíbe a los piquetes, bajo pena de sanciones, para oponerse a su entrada en la empresa (en la práctica, la policía está siempre presente para garantizar este acceso y evitar cualquier contacto de los esquiroles con los huelguistas que podría persuadirles de dar marcha atrás).

Todas estas leyes antiobreras llevan, obviamente, la firma del Partido Laborista que se sentía muy feliz con la protección que estas leyes le proporcionaban durante su época a la cabeza del Estado.

Por lo tanto, en el movimiento huelguístico de este año, los sindicatos tienen el control total de la decisión de convocar, dirigir y liderar las huelgas. Los organizan como si estuvieran cortando un salami y esparciendo las lonchas por la mesa. Este método de dispersión bajo el pretexto de la "sincronización" y la "coordinación" impide a los proletarios toda continuidad en la acción y bloquea toda convergencia y unidad de sus luchas entre sí.

La burguesía, y la patronal en particular, no pueden dejar de pensar que los brutales ataques a las condiciones de vida de la clase obrera no la harán contraatacar. Están dispuestos a luchar, y su primera medida en esta guerra entre clases es debilitar a los proletarios confinando sus luchas a las estrategias sindicales de dividir, limitar y fraccionar la duración de las huelgas y, por supuesto, de respetar las leyes y reglamentos que limitan, bajo pena de sanciones legales, todas las ampliaciones y extensiones posibles. La patronal y los sindicatos están, pues, íntimamente aliados con el fin de romper cualquier movimiento de clase del proletariado.

El RMT incluso se felicita por haber organizado brillante y eficazmente las llamadas huelgas "sincronizadas" (9). ¿Pero de qué sincronización estamos hablando? El término "sincronizado" oculta hábilmente lo que en realidad es dispersión y aislamiento. No se "sincronizan" para hacer de las luchas entre las diferentes categorías de trabajadores un bloque compacto, que actúe al mismo tiempo, sino para impedir que los trabajadores se unan en un frente unido y solidario.

El RMT (y sus sindicatos hermanos no son diferentes) también tiene un objetivo político burgués: ayudar a obstruir al gobierno conservador en sus prerrogativas tan pronto como se conozca al nuevo primer ministro. Mick Lynch, el secretario general, ha declarado: "Si conseguimos que las empresas negocien libremente sin verse limitadas por el gobierno, podremos negociar un acuerdo [necesariamente a la baja, N. del Ed.] en esta disputa y hacer que los ferrocarriles vuelvan a estar a plena capacidad. (10) El RMT, que se desvive por no unificar las huelgas, pide incluso, a través de Lynch, una huelga general (¡sic!) si Liz Truss -una conservadora que aspira a sustituir a Boris Johnson y que ya ha prometido lágrimas, sangre y sudor a los proletarios- es elegida a principios de septiembre como jefa de Gobierno. Son bravatas que no asustan a nadie y que en su mayoría son ridículas, pero revelan que los sindicatos también quieren establecer sus propios términos sobre su compromiso de garantizar la paz social manteniendo la lucha de los trabajadores dentro de los límites permitidos por el capitalismo y sus agentes de todo tipo. "¡No nos pongáis las cosas difíciles!", parecen decir a los radicales del partido conservador.

La situación de degradación general y profunda de las condiciones de vida de la clase obrera tiene hoy una causa común para todos los trabajadores y en todos los países, independientemente de su nacionalidad, sexo, edad, color, ocupación, etc.: la inflación. La historia ofrece a la clase obrera una oportunidad extraordinaria para unificar sus reivindicaciones sobre una única base, la de la lucha por el salario y el poder adquisitivo. Pocas veces el contexto ha sido tan favorable para orientar y organizar la lucha inmediata en un solo frente contra su único enemigo, el capitalismo. La burguesía, el oportunismo político y el reformismo, y los sindicatos colaboracionistas de clase lo saben bien y actúan, cada uno en su terreno y con sus propias responsabilidades, manteniendo alguna apariencia de desacuerdo, para evitar la pesadilla del riesgo de una lucha de clases que podría renacer.


EL PARTIDO DEL TRABAJO CONTRA LAS HUELGAS


Que los laboristas, ante las evidentes grietas del Partido Conservador, se preparen para volver a gobernar un día el país, ya no es una primicia. Ya están anunciando su orientación a la clase obrera: su "reformismo" será muscular e intolerante con cualquier vago deseo de lucha por parte del proletariado.

Keir Starmer, el nuevo líder del partido a partir de marzo de 2022, tras Jeremy Corbyn, es muy claro al respecto. En cuanto se convirtió en líder laborista, prohibió a los miembros responsables de su partido, diputados o ministros en la sombra (11), presentarse en los piquetes de huelga y declaró que sancionaría cualquier indisciplina en este ámbito, lo que hizo. Starmer, que quiere demostrar su "responsabilidad" con el orden social y la economía nacional, está claramente en contra de la huelga y lo hace saber simultáneamente a la burguesía, dentro de su partido y al proletariado. Ahora sabemos cómo piensa poner en práctica sus deseos como nuevo líder laborista: "Es un honor", declaró al ser nominado, "y un privilegio ser elegido líder del Partido Laborista. Dirigiré este gran partido hacia una nueva era, con confianza y esperanza, para que cuando llegue el momento podamos servir a nuestro país en el gobierno". La época que invoca en sus deseos no será ciertamente halagüeña para el proletariado.

En The Guardian del 2.08.2022 apareció un artículo de John McTernan, ex director de asuntos políticos de Tony Blair, dirigiéndose a los laboristas. Un artículo edificante: "Las huelgas son conflictos entre los trabajadores y la dirección, y se resuelven entre ellos. (...) Cuando se fundó el partido, fue como un partido parlamentario declarado para lograr los objetivos más amplios del movimiento (...) no para alentar al margen de las disputas laborales. (...) Para ser un gobierno alternativo, hay que demostrar que se gobierna para la nación, no para la fracción. (12)

Tal es el servilismo del Partido Laborista que los mismos representantes elegidos en Coventry contrataron a trabajadores temporales para romper la huelga de 70 recolectores de basura que luchaban por un aumento de sueldo en marzo de 2022.

Sólo los trotskistas británicos pueden imaginar convertir al Partido Laborista... ¡en una punta de lanza de la revolución!


REDESCUBRIR EL CAMINO DE LA LUCHA DE CLASES


Lo que ocurre en Gran Bretaña es una demostración más de que el Estado democrático burgués reparte las funciones y los papeles entre las distintas fuerzas políticas burguesas y los sindicatos para contener las reacciones de lucha del proletariado contra los ataques capitalistas a sus condiciones de vida.

Es con este objetivo que los sindicatos planifican, organizan y practican formas de huelga totalmente atomizadas, dividiendo las luchas en el mayor número posible de partículas que se repelen entre sí. Cuando llamen a la huelga: ¡cuidado! Sólo lo hacen con el objetivo de utilizarlo como palanca para abrir negociaciones empresa por empresa y apagar rápidamente el fuego que han contribuido a encender.

Los proletarios no deben dejarse atrapar en este engaño infernal, en el que su voluntad y determinación de lucha son aniquiladas por la acción combinada de patronos, parlamentarios y sindicatos.

El camino de la lucha de clases independiente puede parecer largo, pero es el único que llevará a los proletarios a la victoria en sus luchas contra la burguesía, su Estado y sus lacayos sindicales y sociales.


¡Abajo la consigna de las huelgas "sincronizadas"!

¡Por la huelga sin preaviso y sin plazos!

¡Por la unidad, la solidaridad obrera, la extensión de las luchas y las huelgas solidarias!

¡Por la organización independiente de los proletarios!

¡Abajo las leyes anti-huelga! Sólo la lucha de clases puede romper las garras de estas leyes.


29.08.2022


Partido Comunista Internacional (El Proletario)


www.pcint.org


(1) "Le Temps", 4/01/2022

(2) www.francetvinfo.fr

(3) www.economicshelp.org

(4) El RMT (National Union of Rail, Maritime and Transport) es el sindicato del transporte público. Su secretario general es Mick Lynch. La TSSA (Transport Salaried Staffs' Association) es un sindicato de transporte y viajes. Su secretario general es Manuel Cortés.

(5) ASLEF (Associated Society of Locomotive Engineers and Firemen). Sindicato de conductores de tren y transporte público. Mike Whelan es su secretario general.

(6) Obsérvese que los puertos alemanes de Hamburgo, Bremerhaven y Wilhelmshaven también se pusieron en huelga en agosto.

(7) El CWU (Communication Workers Union) es el sindicato de los trabajadores de la comunicación. Dave Ward es su secretario general.

(8) Los contratos de cero horas son el colmo de la flexibilidad laboral. Se introdujeron a principios de los años ochenta, en un momento de profunda crisis capitalista, para exprimir al máximo al proletariado reduciéndolo a la condición de trabajador desechable. Con estos contratos los jefes no garantizan ninguna duración del trabajo. En cambio, el trabajador debe estar disponible en todo momento. En Gran Bretaña, este contrato también se utiliza contra los desempleados. Desde 2004, los desempleados están obligados a aceptar este tipo de contrato, bajo pena de suspensión de las prestaciones. Muy a menudo, los empresarios rescinden rápidamente estos contratos porque sólo les interesa la bonificación de 1.500 libras que paga el fondo de desempleo (Job Centre) por contratar a un desempleado de larga duración.

(9) Este artículo se refiere a las huelgas "sincronizadas", por utilizar la terminología del RMT. Este tipo de huelga es similar a la de los ferroviarios en Francia en la primavera de 2018, que se denominará "huelga intermitente". El efecto desmoralizador de este tipo de huelga es innegable.

(10) https://ukdaily.news

(11) Un "ministro en la sombra" pertenece al "gabinete en la sombra" oficial de la oposición parlamentaria, cuyos ministerios "en la sombra" son la copia en espejo de los del gobierno en funciones del Reino. Cada "ministro en la sombra" de la oposición es responsable de seguir las políticas y expedientes de su homólogo en el poder.

(12) www.theguardian.com



 

Un camionero que salía con su camión del almacén de Lidl en Biandrate, se lanza contra el piquete de trabajadores de logística durante la huelga nacional del sector, atropella a tres trabajadores, mata a uno - Adil Belakhdim, y hiere a los otros dos.


Biandrate, provincia de Novara, centro logístico de la cadena de supermercados Lidl. Es uno de los muchos almacenes frente a los cuales los trabajadores de la logística, que llevan mucho tiempo luchando contra las condiciones de trabajo inhumanas y los despidos, muestran su combatividad no sólo contra un jefe especialmente cínico, que utiliza guardaespaldas armados para atacar a los trabajadores en huelga, sino también contra la colaboración cómplice de las grandes confederaciones sindicales que han demostrado por enésima vez que están del lado de la patronal y de sus beneficios contra los proletarios que luchan y que, para luchar, se organizan al margen de los aparatos de la CGIL, la CISL, la UIL.

 

Adil Belkhdim, 37 años, padre de dos hijos, ciudadano italiano de origen marroquí, un auténtico luchador y organizador de Si.Cobas en Novara (uno de los pocos sindicatos de base que luchan en defensa de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores de la logística, trabajadores que se encuentran entre los más explotados y oprimidos porque la mayoría son inmigrantes y siempre han sido "olvidados" por los sindicatos confederales), fue atropellado y muerto por un camión que arrolló el piquete que decenas de trabajadores hacían frente a las puertas del centro logístico de Lidl en Biandrate.

No fue un gesto "loco" de un camionero "loco": así lo sostiene el Si.Cobas nacional en su comunicado del 18 de junio; ¡"la patronal quería los muertos y lo consiguió"! Como, por otra parte, ocurrió hace cinco años en Piacenza, frente a las puertas de Gls, cuando un camión atropelló, matándolo, a Abd Elsalam Ahmed Eldanf, de 53 años, durante una disputa entre el sindicato de UBS y la empresa.

Sólo unos días antes, el 11 de junio, una guarnición de unos cuarenta trabajadores de Fedex en Piacenza (casi todos pertenecientes a Si.Cobas), frente al holding Zampieri en Tavazzano (en la provincia de Lodi) -que alqUILa sus almacenes a Fedex-Tnt- fue atacada con palos, fragmentos de paletas, piedras y botellas por unos cincuenta guardaespaldas contratados por la patronal y apoyados por algunos esquiroles. Durante los enfrentamientos, un trabajador, Abdelhamid, acabó en el hospital con la cabeza destrozada, pero afortunadamente no corrió peligro de muerte. La policía presente en la agresión no movió un dedo para impedirla, pero una vez que intervino detuvo a unos porteadores de Piacenza a los que se les impusieron 15 cargos. Por supuesto, esta agresión ha sido transformada por la Jefatura de Policía en "una simple reyerta desencadenada por el descontento de los trabajadores por las continuas huelgas", pero los vídeos en poder del Si.Cobas muestran claramente que la acción armada fue preparada por los concesionarios del Zampieri Holding que utilizan los guardaespaldas privados de Skp Global Intelligence, una conocida agencia de seguridad milanesa, ya conocida por sus numerosas intervenciones contra los trabajadores de los almacenes en huelga, como la del 26 de mayo en el almacén Zampieri de San Giuliano Milanese.

De hecho, hace mucho tiempo que la patronal de las grandes empresas de logística y transporte (de FedEx-Tnt a Correos de Italia, de Gls a Dhl, de Amazon a Brt, de Sda a Ups y otras) se ha enzarzado en un enfrentamiento sistemático contra sus propios trabajadores que se atreven a rebelarse contra unas condiciones laborales intolerables. La violencia empleada por la patronal contra los trabajadores cuenta con el apoyo abierto de las fuerzas policiales, a las que se recurre regularmente para aplastar las protestas y las huelgas. El objetivo de la patronal -que encuentra al Estado en su defensa- no es sólo aplastar las huelgas, sino también recuperar las concesiones que ha tenido que hacer ante las anteriores luchas obreras. El ejemplo de FedEx-Tnt es emblemático: su nuevo plan industrial prevé 6.300 despidos en Europa y, en Italia, ha comenzado con el despido de 300 trabajadores del hub de Piacenza. Otros trabajadores de otros hubs han tenido que elegir entre contratar directamente en Fedex o trabajar en la subcontratación: podría parecer una "elección" fácil, de hecho la contratación directa en Fedex se realizaría en las condiciones del contrato nacional firmado por las principales confederaciones sindicales, que es "mucho menos remunerador que el contrato de la empresa arrebatado por las huelgas y los piquetes" (ver "il fatto quotidiano", 19.6.2021). Y, al final de este proceso de reestructuración, continúa el diario citado, "la multinacional tendrá más empleados directos, pero se habrá deshecho de las subcontratas de las que aún era responsable solidaria: podrá no sólo mantener algunas empresas satélites, sino empezar a utilizar temporales y demás, deshacerse de los trabajadores más sindicalizados, cancelar los logros contractuales de la década anterior. El acuerdo que le permite hacerlo fue firmado por Filt CGIL, que obviamente lo defiende". Así se entiende que los intereses de la patronal coincidan con los de la CGIL: la patronal gana en todos los ámbitos, doblegando a los trabajadores a sus necesidades, y la CGIL marginaría a los sindicatos de base que en la última década han ganado afiliados y credibilidad.

Están en juego los enormes beneficios que estas empresas se han embolsado en los últimos años, y especialmente durante el último año y medio de la pandemia de Covid-19 en el que el tráfico de mercancías y entregas (el llamado B2C, business to consumer) ha aumentado enormemente. Por mencionar solo las entregas a domicilio, por ejemplo Amazon ha pasado, en el mercado "diferido" (entregas en 3-5 días) del 17% en 2016 al 59% en 2019, mientras que Gls se ha hecho con el 40% del mercado de entregas "express".

Mientras los amos de las multinacionales de la logística y el transporte de mercancías explotan y chantajean cada vez más a los trabajadores del sector, ¿qué hace la Confederación de Sindicatos Italianos (CGIL-CISL-UIL)? Durante más de una década, estos trabajadores han estado abandonados en manos de la patronal y de sus verdugos; pero se han organizado en los sindicatos de base, han luchado y siguen luchando a brazo partido, sabiendo muy bien que contra ellos actúan no sólo la patronal con sus chantajes y sus abusos, sino también policías, traficantes, esquiroles, infiltrados. ¿Los derechos sindicales tan cacareados en esta magnífica democracia italiana? Para estos trabajadores no existen, sobre todo cuando se rebelan y luchan contra unas condiciones de trabajo y de vida inhumanas. Pero, ante los episodios de agresiones armadas claramente escuadristas contra trabajadores pacíficos en lucha, la CGIL-CISL-UIL cantan el estribillo de siempre: "Paren este clima del salvaje oeste", clama Maurizio Landini, secretario de la CGIL; un clima que la misma CGIL y sus dignos compañeros CISL y UIL han contribuido a crear, reforzando con su baboso colaboracionismo la prepotencia de la patronal. Landini, tras el asesinato de Adil Belakhdim, declara solemnemente: "La muerte de un sindicalista, atropellado durante una guarnición sindical, es un hecho muy grave e inaceptable, sobre el que es necesario arrojar rápidamente toda la luz" (il manifesto, 19.6.2021); y si hubiera muerto no un "sindicalista" sino un simple trabajador, ¿habría sido más aceptable? El hecho es que el triple sindicato CGIL-CISL-UIL no ha movido un dedo para evitar situaciones de este tipo, ni, mucho menos, se ha movido en la solidaridad inmediata con la huelga en todo el país. La huelga que el triple sindicato ha proclamado por la muerte de Adil tiene todo el sabor de un parche puesto para no hacer el ridículo, sobre todo porque el mismo primer ministro Draghi -conocido hombre de las finanzas internacionales- utilizó las mismas palabras de Landini: "es necesario esclarecer el incidente inmediatamente". ¿Cuál de los dos ha copiado?

¿Qué han hecho los trabajadores de la logística en diez años de lucha? Las condiciones salariales y laborales, si es que han mejorado, no se deben al buen corazón de las multinacionales de la logística y el transporte de mercancías, ni a las actividades del triple sindicato -¡que firma convenios a cambio de nada!- sino por las combativas acciones de huelga y piquetes que los trabajadores han levantado y que el triple sindicato, junto con la patronal, pretenden aplastar.

El futuro próximo, y no sólo el lejano, de los asalariados está en manos de sus acciones directas de lucha, utilizando los medios de la lucha de clases con los que responder de forma organizada y continua en solidaridad con todos los que, por regla general, se ven afectados localmente. El sindicalismo de base, como Si.Cobas, es sin duda una primera respuesta al cobarde colaboracionismo de los sindicatos tricolores, y los trabajadores de la logística y del transporte de mercancías están demostrando, con su propia lucha y sus muertes, que la vía para defender sus derechos no es la vía del "enfrentamiento civil" con las "contrapartes", sino la vía de la fuerza, de la huelga hasta las últimas consecuencias, sin avisar, de la negociación con la huelga en pie y haciendo partícipes no sólo a los trabajadores del mismo sector económico, sino extendiendo las acciones de huelga también a los demás sectores, ¡porque los capitalistas explotan bestialmente y golpean por igual en todos los sectores!

Solidaridad sin peros con la lucha de los almacenistas, logísticos y transportistas, inmigrantes y autóctonos, regularizando a todos los trabajadores llamados "ilegales" que son los más explotados de todos, como se ha demostrado ampliamente en las campañas. Si en el campo están los capataces, en los hubs están los matones: básicamente tienen el mismo cometido, doblegar a la voluntad de los jefes la mano de obra asalariada, con "malos modos" si es que con los "buenos modos" (es decir, con el chantaje) no consiguenn su propósito.

En un futuro próximo, el uso de guardaespaldas, vigilantes, matones, no sólo en la logística sino en todos los sectores, estará cada vez más extendido. Los proletarios no deben encontrarse desprevenidos, deben organizarse en los sindicatos, por supuesto, defendiendo sus intereses y sus vidas, ¡pero también deben mirar más allá, hacia la perspectiva de la reanudación de la lucha de clases que tiene lugar contra todas las formas y prácticas colaboracionistas!


Partido Comunista Internacional

20 de junio de 2021

 


 



Francia. Sobre el movimiento de huelga contra la «Reforma» de las pensiones.
¡Para luchar contra los ataques burgueses, es necesario romper con las orientaciones de las direcciones sindicales y volver a la lucha de clases independiente!
 
 
El espíritu de lucha ejemplar y la determinación de los trabajadores de la RATP y de la SNCF en huelga sin límite, la fuerte movilización de otros sectores (educación nacional, etc.) y la participación masiva en las diferentes manifestaciones no han logrado obligar al gobierno a abandonar el ataque a las pensiones, aunque le hayan obligado a hacer compromisos, más o menos temporales, como su retirada sobre la "edad de base" (64 años) y algunas concesiones a ciertos sectores.
¡Este fracaso no es de los trabajadores! Es de la orientación de la lucha decidida por la Intersindical. Desde el principio, los dirigentes sindicales hicieron todo lo posible para evitar que los proletarios recurrieran a los métodos clásicos de lucha: crear comités de huelga, organizar sistemáticamente piquetes, no avisar, enviar delegaciones masivas a otras empresas para llamar a los proletarios a participar en la lucha, etc. Lo que les importaba era evitar que el movimiento condujera a un enfrentamiento general con el gobierno que no podían controlar y que podía sacudir el orden burgués. Por ello, al negarse a ampliar el movimiento de huelga de los trabajadores del transporte, los dirigentes sindicales reanudaron sus desastrosas tácticas de repetidos "días de acción" y manifestaciones impotentes. Reafirmando constantemente su voluntad de luchar "hasta la retirada" de la reforma de las pensiones, y multiplicando las declaraciones demagógicas combativas, esperaron varias semanas, después de haber suspendido la lucha durante las vacaciones de Navidad y de fin de año, para apelar a días de huelga en los puertos o para desencadenar, bajo la presión de los trabajadores, la huelga de los basureros. Sin olvidar el levantamiento de las huelgas en el transporte por carretera a principios de año, después de obtener algunas migajas, o el llamamiento del 28/1 de la Intersindical del sector para poner fin a la lucha de los bomberos, que hizo enfadar mucho a estos. Por último, en el sector de la salud, los sindicatos han mantenido el movimiento alejado de la lucha por las pensiones, mientras ahogan las reivindicaciones salariales y de condiciones de trabajo del personal del sector detrás de las reivindicaciones interclasistas.
Si todavía hay pruebas de que no se puede contar con la dirección del sindicato, baste señalar que el 30/1 se apresuraron a discutir con el Primer Ministro la financiación de la reforma que decían combatir, después de adelantar al miércoles la fecha del ritual "día de acción" para no perturbar la discusión...
Los sindicatos UNSA-RATP (los primeros en pedir el fin de la huelga renovable), SUD Rail y FO Cheminots llamaron a un día de huelga el 17/2 (¡día de debate parlamentario!), ¡como si un día de huelga pudiera tener algún resultado! Por su parte, la Intersindical ofrece una serie de "días de acción" y fechas que no tienen otro propósito que agotar el espíritu de lucha de los trabajadores dispersando lo que queda de sus energías...
Es inevitable que tales saboteadores lleven la lucha al fracaso. Comprometidos con la colaboración de clase y el "diálogo social" permanente con la patronal y el Estado burgués que la financia; defensores, como los partidos de "izquierda" del orden establecido (que sueñan con la reforma sólo si ésta no pone en peligro el buen funcionamiento de la economía o la empresa nacional capitalista), los sindicatos no pueden defender realmente los intereses proletarios, porque estos intereses son directamente opuestos a los de los capitalistas: la patronal y el Estado burgués no son "socios" del proletariado, son sus enemigos de clase. ¡Con ellos, no es el diálogo sino la lucha de clases lo que es necesario!
Durante el conflicto aparecieron las Asambleas Generales Interprofesionales (AG), en mayor o menor medida según el lugar, que reunían a trabajadores de diversos sectores y coordinadores. Estas iniciativas son positivas porque permiten ir más allá de la categoría, la profesión u otras divisiones. Desafortunadamente, a menudo se han limitado a un papel auxiliar a la gestión de los sindicatos y la puesta en práctica de sus orientaciones; y esto se debe, en gran parte, a las corrientes llamadas de extrema izquierda, apoyo impagable del aparato colaboracionista, de los partidos reformistas... ¡y la farsa electoral! El proletariado tiene la fuerza potencial no sólo para derrotar los ataques burgueses, sino para derrocar al capitalismo. Pero esta fuerza sólo puede expresarse en el terreno de la lucha abierta que une a los trabajadores de todas las categorías, sobre todo de sexo, edad y nacionalidad, en defensa exclusiva de los intereses de clase. Esto implica organizar y dirigir la lucha sobre una base clasista, independientemente de las fuerzas que dirigen la lucha hacia reformas "buenas" que deben ser aceptadas por los capitalistas y su Estado y por los que proponen la unión con estas fuerzas. Los ataques burgueses continuarán y empeorarán en paralelo con la crisis capitalista. Es posible resistir y ganar, pero sólo sobre la base de la organización proletaria independiente de las luchas que significa:
 
¡Romper con las orientaciones de colaboración de clase de los líderes sindicales y sus secuaces!
¡Unión de todos los proletarios, públicos y privados, empleados o desempleados, contra los ataques capitalistas!
¡Lucha abierta contra los capitalistas y su estado, usando los métodos y medios de la lucha de clases!
 
 
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
17 de febrero de 2019
www.pcint.org



El “diálogo social” y la colaboración de clase conducen a la derrota.

¡Solo la organización y la lucha de clase pueden derrotar al gobierno!



Más de 50 días después del comienzo de la lucha contra el plan del gobierno contra las pensiones, el día 24 de enero se registra un crecimiento de las movilizaciones, generalmente con un mayor número de manifestantes y huelguistas en comparación con el día anterior. En su llamado a un nuevo día de acción, la intersindical escribe que el movimiento “se extiende y fortalece en el tiempo con energía y voluntad”. En realidad, los trabajadores de la RATP y la SNCF, punta de lanza del movimiento, se vieron obligados a detener su huelga ilimitada ante la ausencia de una extensión generalizada de la lucha, aparte de los trabajadores de la educación. Durante semanas continuaron la huelga a pesar del aislamiento de hecho en el que los líderes sindicales los mantuvieron. Recordemos que estos últimos abandonaron la lucha durante las vacaciones, los mismos que levantaron el aviso de huelga de los camioneros a principios de año, después que el gobierno, temiendo un bloqueo del país, dejara caer algunas migajas. Recordemos que esperaron el final de la huelga de RATP y SNCF para distribuir el dinero recaudado en apoyo a los huelguistas, organizar un bloqueo de 3 días a los puertos franceses o lanzar un movimiento de huelga entre los recolectores de basura parisinos - La CGT admitió estar obligada a “frenar a los trabajadores” (1). De hecho, las direcciones sindicales temen igual que el gobierno a una generalización y un refuerzo del conflicto que, más allá de su control, podría amenazar la estabilidad del orden burgués. Un funcionario sindical se alarmó recientemente: “La ira de los empleados continúa creciendo (...) No estoy seguro de que las organizaciones sindicales se encargarán de todo, corremos el riesgo de ser superados en algún momento ( …) Podemos encontrarnos en una situación de insurrección, no la descartamos, pero eso no es lo que estamos buscando” (2).
Los grandes aparatos sindicales se han integrado durante siglos en una red de colaboración de clase establecida por la burguesía para mantener la paz social y de la que reciben la mayoría de sus recursos. En 2018, el Estado y los patrones otorgaron 127 millones de euros a los “interlocutores sociales” para “financiar el diálogo social” (3), pero esto es solo una pequeña parte de los múltiples subsidios recibidos por el aparato sindical para que cumplan su función de salvaguardas del orden social (4). ¿Es de extrañar entonces que se nieguen a participar en una lucha real contra los capitalistas y su Estado? Este diálogo social y estas negociaciones interminables que toman el espacio de la lucha significan solo sumisión a los intereses de los capitalistas y respeto a las reglas del Estado burgués, adversarios de clase de los proletarios. Enésima demostración: mientras que la intersindical reafirma con fuerza y claridad “exigiendo el retiro del proyecto de reforma” (¡pero “abrir negociaciones para mejorar el régimen actual”!) la CGT decide participar con la CFDT en la Conferencia del Gobierno sobre la Financiación de la Reforma!

NECESIDAD VITAL DE LA DIRECCIÓN INDEPENDIENTE Y DE CLASE DE LA LUCHA PROLETARIA

Los conflictos de los últimos años ya habían demostrado que confiar el destino de la lucha a estos aparatos sindicales llevaba a una derrota segura. Para resistir los continuos ataques burgueses, es esencial romper con sus tácticas derrotistas y volver a ligarse a las orientaciones, métodos y medios de la lucha de clase. La aparición de comités de huelga, interprofesionales y de coordinación de la AG durante el movimiento actual es un primer paso para que los trabajadores tomen su lucha y superen las divisiones. Pero mientras estas formas de organización permitan a los líderes sindicales hacerse cargo de la dirección de la lucha, mientras solo se contenten con ser los ejecutores de sus decisiones; mientras no encuentren la fuerza no solo para mantener la movilización, sino para convertirse en los verdaderos órganos dirigentes de la lucha, organizados con orientaciones de combate clasistas, jamás cumplirán su papel para la victoria de esta lucha proletaria; una dirigencia independiente y de clase de la lucha es una necesidad vital.

¡Ruptura con los aparatos sindicales colaboracionistas y las organizaciones que los apoyan!
¡Unión en la lucha por encima de todas las diferencias de oficios, corporación, estatus y otros!
¡No a la colaboración de clase y al diálogo social! ¡Sí a la lucha de clases y a la organización contra todos los ataques capitalistas!



1. Le Monde, 26-27 / 1 / 2020
2. Declaración del secretario de la CGT del puerto de Marsella a Sud Radio, 15/1/2020, 12:04 p.m.
3. Ver www.agfpri.fr.
4. Según el Consejo de Estado, mucho menos del 50% (30% para la CGT) del presupuesto de los sindicatos “representativos” proviene de las cotizaciones de sus miembros; el resto viene de cotizaciones de los patronos y del Estado.


Partido Comunista Internacional (El Proletario)
27 de enero de 20120

www.pcint.org







Francia
Huelga ilimitada y sin preaviso : ¡los ferrocarrileros en huelga de Châtillon muestran el camino!


Desde el 21 de octubre, cientos de trabajadores ferroviarios del "centro técnico" de Châtillon (suburbio de París) están en huelga. Como el centro técnico (Technicentre, TATL) se utiliza para el mantenimiento de los TGV, el movimiento provocó rápidamente una parálisis casi total del tráfico de la red de TGV en el arco atlántico.
Contrariamente a lo que algunos medios de comunicación han afirmado, que culpaban al sindicato SUD-Rail, la huelga se desencadenó espontáneamente, fuera de los sindicatos. Además, los huelguistas se unieron al movimiento sin cumplir con el requisito legal del aviso previo, una medida que sirve para debilitar la fuerza de la huelga al dar tiempo a la dirección para prepararse para ella, y establecieron una caja de fondos de huelga independiente. Hasta ahora se han resistido a la campaña de propaganda de los medios de comunicación y del gobierno, que reiteran la vieja acusación de atacar a los usuarios: muchos usuarios son también proletarios que pueden sentirse solidarios con una lucha obrera.
Los trabajadores ferroviarios se movilizaron inicialmente contra el plan de la Dirección de cancelar alrededor de diez días de vacaciones "compensatoria" 1 por una prima de 7.000 euros; el proyecto fue retirado, pero la lucha continúa contra los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo: 7 días a la semana, en tres turnos, bajo presión constante para cumplir los plazos con el fin de limitar al mínimo el tiempo de inmovilización de los trenes.
En su comunicado del 27 de octubre, los huelguistas declaran:
"Nosotros, agentes del Technicentre de Châtillon en huelga, en la red de TGV del Atlántico, hemos dejado de trabajar masivamente desde el lunes 21 de octubre por la noche, sin consultar ni ser encuadrados por los sindicatos. La Dirección considera que nuestra huelga es ilegítima porque no estaríamos dentro del plazo de 48 horas para el servicio mínimo, pero era la única manera de hacer oír nuestra voz. (…).
Nuestra rabia es real y profunda, estamos decididos a luchar hasta el final de nuestras reivindicaciones, por respeto y dignidad. Ya no podemos aceptar trabajar con salarios cercanos al salario mínimo y congelados durante 5 años, sin personal suficiente y con agentes que renuncian cada vez más. Nos avergüenza ver cómo la SNCF juega con la seguridad o la comodidad de los pasajeros, por razones de flexibilidad y rentabilidad. Respetaremos los plazos de preaviso [de huelga] cuando la propia Dirección ya respetará a los empleados, pero también a los pasajeros (…).
¡Hartos de reorganizaciones, de bajos salarios, de los recortes de empleo y falta de personal! Llamamos a todos los trabajadores ferroviarios que levanten la cabeza con nosotros, porque la situación actual en Châtillon es de hecho un reflejo de una política nacional (...).
Hemos permitido que esto ocurriera durante demasiado tiempo sin decir nada, pero hoy en el TATL decimos que hay que poner fin a esta política de la empresa. ¡No venderemos nuestra dignidad, nuestra seguridad o nuestra salud!"  (1).
 

LOS BOMBEROS SOCIALES "JUEGAN AL JUEGO DEL DIALOGO SOCIAL" CONTRA LA HUELGA

 

La llamada de los huelguistas a los demás trabajadores ferroviarios y el ejemplo de su determinación tuvieron un primer eco: paros tuvieron lugar el jueves 31 de octubre en los centros técnicos [de los suburbios de París] de Le Landy, que se ocupa de los trenes de alta velocidad en el eje norte, y de la ciudad de Villeneuve Saint Georges para la red sureste.
El sindicato SUD-Rail, considerado el más combativo, que había admitido haber sido sorprendido por la huelga de Châtillon, se posicionó como "radical" para la continuación del movimiento - ¡pero para sabotear la extensión de la lucha! Amenazó con llamar a una huelga ilimitada en estos centros "desde el jueves por la tarde o el lunes". Pero después de haber hecho el fanfarrón dando a la Dirección una especie de ultimátum ("Le dimos a la Dirección hasta las 6 p.m. para responder a nuestras demandas"), SUD pidió que se volviera al trabajo: "Estamos jugando el juego (del diálogo social). Mientras tanto, se reanuda el trabajo y saldrán los trenes"  (2).
La Dirección aprovechó la ocasión y programó una reunión con los sindicatos, y SUD dejó de hablar de la posibilidad de una huelga....
Cuando los huelguistas de Châtillon llaman a los demás trabajadores ferroviarios a unirse a ellos, cuando necesitan su refuerzo para doblegar a la Dirección, SUD los deja aislados "jugando al juego del diálogo social". La colaboración de clase prevalece sobre la solidaridad de clase: "No podremos decir que no estamos dando a la dirección una salida al conflicto", dijo Fabien Monteil, delegado de SUD-Rail en Landy"  (3).
Esta actitud no debe sorprender; a pesar de su discurso de protesta, SUD formó parte de la Intersyndicale que el año pasado organizó la derrota de los trabajadores ferroviarios mediante una lucha "de puntos" con días de huelga dispersados y anunciados de antemano. El diario Le Parisien escribe sobre este tema: este movimiento "era inútil, gruñe un ferroviario sindicalizado. Hemos respetado las reglas, presentado pre-avisos de huelga. Con este sistema, la Dirección se organiza, el movimiento no tiene ningún impacto y no obtenemos nada" (4).
Es la amarga pero saludable experiencia de la derrota de 2018 lo que explica la acción de los huelguistas de Châtillon que toman su lucha directamente en sus manos y violan las medidas legales antihuelga: ¡no es posible luchar con algunas posibilidades de victoria dejando la dirección del movimiento a las organizaciones colaboracionistas y sus tácticas que pretenden hacer las huelgas lo más inocuas posible!
Esta conclusión explica también el aumento de los paros laborales de los trabajadores ferroviarios tras el accidente de un tren TER [tren regional] en las Ardenas el 16 de octubre (75 heridos leves): el conductor, que también resultó herido, que era el único trabajador ferroviario del tren, tuvo que caminar 3 km ida y vuelta para activar manualmente una señal para detener a otro tren que llegaba por delante.
En este caso, los conductores utilizaron una disposición legal ("derecho de retiro") para ir espontáneamente a la huelga primero en Champagne-Ardenas, luego en Île-de-France (región parisina) y en una gran parte del país. Protestaron contra el ser solo a bordo de los trenes, según una práctica que ya existe en la región parisina desde hace tiempo, pero que la dirección quiere generalizar por razones de rentabilidad (reducción de personal); más en general, el deterioro de las condiciones de trabajo y los bajos salarios son la causa de la insatisfacción de los trabajadores ferroviarios.
Los trabajadores ferroviarios en huelga de Châtillon lo entendieron: para defenderse y poder ganar, los trabajadores sólo pueden contar con sus propias fuerzas. Deben tomar su lucha en sus propias manos independientemente de las organizaciones colaboracionistas que sólo buscan dar una salida a la Dirección; deben organizarse y conducir la lucha con medios y métodos de clase: huelgas ilimitadas, sin previo aviso con ocupación de locales o piquetes, extensión a otros establecimientos, comités de huelga, etc.
Cualquiera que sea la continuación del movimiento actual, esta es una lección crucial que hay que aprender para los conflictos inevitables que se avecinan, no sólo en la SNCF sino también en otros lugares donde los proletarios en todas partes se enfrentan a las mismas condiciones y sufren el sabotaje de las organizaciones colaboracionistas.
 
¡Viva la lucha de los trabajadores ferroviarios en huelga de Châtillon!
¡Por la extensión y generalización del movimiento!
¡Por la reanudación de la lucha de clases independiente!
 

 
(1) http:// malakoffantilberalunitaire.over-blog .org/2019/10/avec-les-cheminots-du-technicentre-de-chatillon.html
(2) AFP 31/10/19.
(3) Libération, 31/10/2019. Los partidos trotskistas tienen cuidado de no criticar esta actitud: ¡están presentes en la dirección del SUD!
(4) Le Parisien, 28/10/19.
 
 
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
1 de noviembre de 2019



El «milagro portugués» ha tenido poco de milagroso: bajada de salarios que ya eran muy bajos en comparación con Europa y generalización de la precariedad.


Hace poco más de dos años que llegó al poder en Portugal una coalición de izquierdas, el gobierno de la «geringonça», formado por el Partido Socialista (PS), el Bloco de Esquerda (BE), los ecologistas y el Partido Comunista de Portugal (PCP). Con este equilibrio se logró lo que la prensa internacional llamó «la salida de la crisis»reducción de déficit y deuda del estado hasta los parámetros de la «austeridad» exigidos por la UE, un aumento del PIB -que parece ahora revertirse- y una cierta reducción del desempleo sostenida, como en España y Grecia, por el descenso de unos salarios que ya eran bajos -676€ de SMI- y la generalización de la precariedad.



La mezcla de aventuras imperialistas y desventuras accionariales del capital portugués es la viva expresión de la imposibilidad de desarrollo independiente del capital nacional en la Europa -y el mundo- de hoy



El «milagro» tiene poco de milagroso. Eso sí, la burguesía portuguesa se siente feliz de haber sobrevivido al mando después de tener que ceder terreno a los imperialismos «amigos» como nunca hasta ahora. En los primeros años de la crisis tuvo que aceptar en sus consejos de administración a la cleptocracia angolana y lavar su dinero. Consiguieron recuperar una cierta tranquilidad solo tras ceder el grueso de su banca al capital español (Santander y La Caixa) y aceptar que las inestabilidades propias del imperialismo angolano se tradujeran en la contabilidad nacional. También han tenido que ceder algunas de sus mayores compañías al capital chino -despertando las alarmas de la UE... Eso sí, que otros imperialismos «mordieran» en casa, no quitó para que el capital portugués dejara de intentarlo también. No solo en Mozambique -con Mota Engil a la cabeza- o Cabo Verde, sino incluso sacando algún contrato para la reconstrucción de Siria. Con un estado tan debilitado que depende de España para promocionar su turismo, asegurar los riegos en sus principales regiones agrícolas e incluso apagar los incendios, la mezcla de aventuras imperialistas y desventuras accionariales del capital portugués es la viva expresión de la imposibilidad de desarrollo independiente del capital nacional en la Europa -y el mundo- de hoy.

LOS TRABAJADORES VUELVEN A LA ESCENA


Lo significativo es que la combatividad está ahí de nuevo, campeando en 
huelgas de ferroviarios que luchan por subidas salariales, estibadoresprofesores y funcionarios del estado. Estas luchas dan señales de una tendencia endógena a la extensión entre sectores por encima de los convenios y los sindicatos. Es decir, las cuestiones no resueltas en las olas de luchas que recorrieron el mundo desde los sesenta a finales de los ochenta, se están planteando de nuevo, casi desde el primer momento, aunque de una forma muchas veces confusa.Mientras la pequeña burguesía, muy afectada por la proletarización en un país que ha sufrido «los ajustes» como pocos, se agita cada vez más, los trabajadores comienzan a movilizarse. Como en otras partes de Europa, vuelven las huelgas... y con ellas los sindicatos, tratando de encuadrar las luchas. Las reivindicaciones básicas son la descongelación salarial, los pagos atrasados e incluso aumentos salariales, como ya vimos en la huelga del personal de Ryanair en Semana Santa.

Las cuestiones no resueltas en las olas de luchas que recorrieron el mundo de los 60 a los 80 se están planteando de nuevo, casi desde el primer momento, aunque de una forma muchas veces confusa.




huelga de profesores en Portugal: https://www.20minutos.es/noticia/1843724/0/huelga-paros/portugal/educacion-profesores/

Como en todo el mundo, los trabajadores portugueses necesitamos, más que nunca, dotarnos de organizaciones políticas propias que sirvan para desarrollar la conciencia de clase y unificar y extender las luchas. Por desgracia, en Portugal, la debilidad, la represión y el aislamiento nacional de los trabajadores durante el siglo XX no permitieron la aparición y supervivencia de minorías internacionalistas cuyo trabajo nos sirva hoy de base para enmarcar la experiencia concreta de las luchas pasadas en su marco global. Queda un trabajo inmenso por hacer




Como en todo el mundo, los trabajadores portugueses necesitamos, más que nunca, dotarnos de organizaciones políticas propias que sirvan para desarrollar la conciencia de clase y unificar y extender las luchas.
Huelga de ferroviarios: seguimiento del 85%

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