Criminalización de la pobreza
en el Chile actual: LA MUERTE
DE MAXI Y TOMÁS
Victoria Aldunate Morales,
Tierra y Territorio
El 20 de julio de este año, Tomás y Maximiliano fueron asesinados por el arma particular marca Sig Sauer calibre 9MM de un carabinero. Los adolescentes iban juntos por el sector del paso nivel de calle Balmaceda a la altura de Manuel Rodríguez (Santiago).
Fue –aproximadamente- entre la 1:30 y la 1:50 de la madrugada.
Maximiliano Rodríguez Rozas, de solo 18 años, al otro día comenzaba un nuevo trabajo. Se había cortado el pelo y había terminado su tratamiento por consumo de drogas en Tali Takum. Asistía al preuniversitario “Yoshua Osorio” y su madre había pagado la PAES para el acceso de él a la Universidad.
Ese día el joven estuvo desde temprano reparando las goteras del techo y en la tarde cuidando a su hermano menor, que era lo que hacía cuando su madre salía a trabajar.
Tomás Pérez Villegas tenía 16 años, estaba en el primer año de Enseñanza Media en el Liceo José Manuel Balmaceda de Independencia, y al otro día iba a ingresar a un centro de tratamiento por consumo problemático de drogas. Lo habían derivado desde la Fundación Vida Compartida (programa PEC Morense). Su madre, sus educadores y el mismo Tomás, solicitaban ese tratamiento desde hacía años.
Carmen Rozas y Cristina Villegas son, respectivamente, madres de Maxi y Tomás. También son vecinas de la población Juan Antonio Ríos en la comuna de Independencia. Colocaron juntas una querella por el homicidio de sus hijos, pero no solo no han obtenido respuestas institucionales, sino que, sin investigar previamente, el Ministerio Público ha categorizado a las víctimas como “imputados”. Esto, en base al único relato que el Estado de Chile cree legítimo: el del carabinero que disparó.
También la prensa, que responde a líneas editoriales oficialistas y de oposición, ha criminalizado la pobreza de la niñez y la adolescencia, y en este caso Emol.cl, esa misma mañana publicó que el teniente de Carabineros se había defendido de “un asalto”.
Maximiliano
Carmen, mamá de Maximiliano, es trabajadora de casa particular, organiza un comedor popular en su población, y con su hija Karina son parte del grupo de autoras del libro “Tramar y Sanar los cuidados comunitarios” [1].
Ambas se organizan en colectivas de mujeres y organizaciones sociales territoriales.
Carmen relata: “Esa noche tuve una corazonada. Mi hijo murió a la 1:40, y a esa misma hora sentí que le había pasado algo muy malo. Ese día yo había vuelto a las 9 de la noche y me dijo que iba a salir un rato. ‘Voy y vuelvo’, dijo.
Llevaba harto tiempo volviendo temprano. A los 16 años, lo habían detenido por consumo y fue a rehabilitación. Le costó un tiempo darse cuenta de que estaba fallando, pero cuando entendió dejó de llegar tarde, sin embargo, esa noche pasaron las horas y nada. A las 5 de la mañana escuché las noticias y dijeron que un paco había matado a dos menores en el puente Balmaceda”.
“Tu hijo se lo buscó”
En el velorio de Maximiliano, las personas presentes debieron tirarse al suelo para protegerse de bombas lacrimógenas, agua y balines. Carmen oyó como un carabinero le decía a otro: “¡Dale al cajón!”.
Matilde Alvear, es una de las abogadas de la Defensa Jurídica de MAR que apoya la querella de las madres de las víctimas. El día del velorio de Maximiliano, la abogada y otro abogado de MAR, Nicolás Toro, asistieron a dar sus condolencias.
La abogada relata: “Ha sido de las situaciones más fuertes que he vivido en violencia policial. Había familiares de avanzada edad y niños. Nos encerraron, nos tiraron lacrimógenas y mojaron el ataúd. Cuando llegamos había carabineros en las dos esquinas de la casa, preguntamos y dijeron que era ‘un funeral narco’. Eso es muy discriminatorio y a la vez peligroso para personas que vivimos en poblaciones”.
Carmen relata que fue a hablar con los carabineros pues le pareció que su actuar estaba siendo “desmedido”. Sin embargo, dice: “se mofaron de mí. Uno me exigió mi número de teléfono y luego me llamaba para que le diera el horario del funeral”. Al otro día interrumpieron el cortejo y tiraron gas pimienta, “iban personas de organizaciones, de la Red por el Trabajo Organizado con su logo, había personas discapacitadas… nada les importó. No nos dejaron hacer las paradas. Llegando al cementerio tenían guanacos. Solo pude pasar yo, ni a mi hija la dejaron pasar. No dejaron entrar ningún vehículo al cementerio, solo la carroza. Llamé al paco y le pregunté por qué nos estaban haciendo esto y me dijo: ¡Tu hijo se lo buscó!”.
Tomás
Fue un niño “institucionalizado” a causa de la violencia intrafamiliar que sufrió su madre. Estaba registrado en el programa PIE, vinculado al Cesfam y acompañado por la fundación Vida Compartida.
Cristina Villegas, su madre, es trabajadora de aseo de la Corporación de Deportes de la Municipalidad de Independencia, estudia la carrera de Técnico en Trabajo Social, vive de allegada con la familia de una amiga, y ahora está con licencia. Tras la muerte de su hijo tuvo una parálisis facial.
Relata: “Nuestro plan con Tomas y otro de mis hijos menores, Martin, era irnos a vivir otra vez juntos e independientes. No alcanzamos. Y aunque no he hecho nada malo, me siento asustada por el hostigamiento que les hacen los carabineros de la población a mis demás hijos y sus amigos. Los fiscalizan en la calle y les dicen: ¿Queris que te pase lo mismo que al Tomás?”.
¿Por qué matar?
Para Cristina “el carabinero pudo haber disparado a los pies, pero fue a matar. Mi hijo falleció debajo del puente, su data de muerte es a la 1:40, pero el carabinero estaba haciendo la denuncia a la 1:30. Yo creo que él podría haberlos salvado porque a media cuadra de donde murió mi Tomás, hay un Hospital, el del trauma (Traumatológico de calle San Martín) pudo haber sido llevado a urgencias.
Nada me cuadra. He visto muchas veces videos que mostraron en la prensa y no calzan. Hay uno en que se ve a dos personas que por lado y lado, llevan de ambos brazos a un joven que parece ser Maxi, luego se ve que lo dejan en una esquina, pero entre una toma y la otra, ha pasado más de media hora. Las cámaras son de distinta resolución y lo más curioso son los horarios… Yo caminé por ahí, tomé el tiempo, no coincide… Necesito saber la verdad. Esto me enferma”, concluye.
La abogada Matilde Alvear explica: “El relato del carabinero se tomó como el oficial, pero no se ha corroborado de ninguna manera que sea verídico. Hay fotos del sitio del suceso en la carpeta investigativa donde se ve a los chicos muertos y abajo aparece: “sujeto autor de robo”. O sea, los imputan sin diligencias previas. No hay cámaras en el punto en que ellos se encontraron con el carabinero, no hay testigos. No hay autopsia de Maximiliano, solo autopsia de Tomás, pero es muy básica: no se dice la trayectoria de los proyectiles, y no es lo mismo que le hayan disparado de frente o de espalda. Solo dice “causa de muerte: ‘herida torácica por bala’. Sin embargo, lo mínimo es tener esos elementos para hacer una afirmación que impute a las víctimas. Junto con eso, al inicio nos costó mucho dar con la causa, no aparecía online y eso es extraño”.
¿Cómo se decide que un funeral sería “narco”?
La abogada responde: “No hay nada legal o reglamentado al respecto. Es algo que se les ocurre a ellos, y que ha sido alimentado por los medios de comunicación. Colocarle “narco” a ciertas situaciones o incluso a ciertas luchas, es un apelativo para desprestigiar a movimientos o personas, y a la vez darles legitimidad a las policías”.
Le preguntamos también si la Ley Naim-Retamal recrudeció la estigmatización a la pobreza. Expresa que “antes las policías ya operaban de manera clasista, pero la ley viene a otorgarle un marco legal a la discriminación por pobreza”.
Cristina Villegas, madre de Tomás, se pregunta “si ahora ¿cada vez que haya un carabinero implicado, nos dirán que nuestros funerales son de ‘alto riesgo’?”.
Carmen denuncia que no pudo abrazar a su hijo muerto: “Solo reconocerlo a través de un vidrio en el Servicio Médico Legal”. No le permitieron vestirlo “y luego me lo entregaron en el cajón, pude darle un beso en la cara y lo sellaron”.
Tal parece que la política de seguridad desplegada por el gobierno actual ha fortalecido a su oposición política y a la misma policía que -según Amnistía Internacional- “disparó hacia zonas de alta letalidad como la cabeza y el tórax y lanzó gas lacrimógeno de manera desproporcionada” a las personas en el “estallido” de 2019. Un estallido que también fue de pobres. ¿Qué ha cambiado para nosotras, y para la niñez y la adolescencia de las comunidades que habitamos? Sólo ha ganado terreno el estigma de la pobreza.
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NOTAS:
[1] Narrativas de vecinas y vecinos de la población Juan Antonio Ríos en el Chile neoliberal, compiladoras y editoras María Sol Anigstein Vidal, Leonor Benítez Aldunate, Loreto Watkins Montenegro, ed.Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile, Santiago 2023.
[2] Movimiento Antirrepresivo que post estallido del Comité por la Defensa de los Derechos del Pueblo, ampliándose a una defensa no solo jurídica, si no interdisciplinaria.
[3] AMR 22/3133/2020 ● OCTUBRE 2020 amnesty.org AMNISTÍA INTERNACIONAL OJOS SOBRE CHILE: VIOLENCIA POLICIAL Y RESPONSABILIDAD DE MANDO DURANTE EL ESTALLIDO SOCIAL.
¡La brutalidad de la policía es sólo la otra cara de la democracia burguesa!
La cobarde paliza, el 21 de noviembre, al productor musical Michel Zecler, culpable de no llevar máscara y de ser negro, y la brutalidad contra los jóvenes del estudio, después de que la policía hubiera abusado de los solicitantes de asilo reunidos en la Place de la République dos días antes, suscitaron una legítima indignación. Los policías habían acusado al productor de rebelarse e intentar apoderarse de una de sus armas y este fue inmovilizado y llevado, "bajo vigilancia", a una comisaría de París; sin el vídeo de vigilancia que establecía las mentiras de la policía, habría sido condenado en firme, como sucede regularmente en estos casos: para los jueces, la palabra de la policía es siempre verdadera. Igual que por la muerte de Cédric Chouviat, el repartidor estrangulado por agentes de policía durante una detención en París el 3 de enero, fue un vídeo el que permitió refutar la versión policial (1).
Precisamente para garantizar la máxima impunidad
de la policía, el llamado proyecto de ley de "seguridad global"
tiene por objeto, entre otras cosas, prohibir la difusión de
imágenes que revelen las acciones de los agentes de policía y
controlar el trabajo de los periodistas durante las manifestaciones.
El último caso de violencia policial lo es, en efecto, de una
larga serie que sería largo enumerar; baste mencionar el caso de
Adama Traoré, joven de 24 años asesinado por la policía tras una
detención en julio de 2016, cuando la continua movilización de sus
familiares obligó a la justicia a no enterrarlo, así como los casos
de represión desatada contra los chalecos amarillos (11 muertos y
centenares de heridos), contra los participantes en las distintas
manifestaciones, contra los jóvenes de los barrios proletarios, etc.
Las brutalidades actuales no son, pues, una excepción, no son obra de unas "ovejas negras" o de unos "elementos violentos estúpidamente reclutados" (Mélenchon dixit): son la consecuencia inevitable de la defensa del sistema capitalista, que se basa en la explotación de las grandes masas, en el mantenimiento del orden burgués mediante una represión constante de todos los que amenazan o impugnan esta explotación, de todos los que representan al menos una amenaza potencial contra el orden establecido y las instituciones que garantizan su continuidad. En tiempos de prosperidad económica y calma social, esta represión, aunque siempre presente y violenta, aparece sólo esporádicamente. La democracia, que es el sistema político más apropiado para el orden burgués porque obstaculiza la lucha de clases al pretender superar los antagonismos sociales a través del voto, presenta, en esos tiempos, un rostro pacífico y relativamente "benévolo".
Pero en tiempos de crisis, la democracia revela su verdadera cara al servicio exclusivo de la dominación capitalista: la represión se manifiesta abiertamente, adquiriendo un carácter sistemático, cada vez más violento y "arbitrario". Esta es la situación en la que nos encontramos; el gobierno ha utilizado el pretexto de la crisis sanitaria para aumentar más, con el consentimiento implícito o explícito de todas las fuerzas políticas y sindicales, la dominación totalitaria de la burguesía sobre la sociedad en general y el proletariado en particular. Los gobernantes saben que la devastadora crisis económica, sin precedentes, provocará tarde o temprano la reacción de los proletarios que son las primeras víctimas (según el semanario fiel a Macron Challenges of 25/11 "El ejecutivo está paralizado por el riesgo de una explosión social"). Esto explica básicamente el último "reprobable punto de inflexión" del gobierno destacado por los medios de comunicación y no ciertamente las amenazas terroristas. Este "punto de inflexión" se manifiesta en particular tanto con la agravación de las medidas contra los inmigrantes y los solicitantes de asilo, presentados a la población como chivos expiatorios, como con la nueva ley de seguridad, que sigue a muchas otras ya vigentes: el poder, que hasta ahora no ha dudado en recurrir a la represión, se prepara así para futuros enfrentamientos.
Pero
hay otro aspecto de esta preparación antiproletaria que hay que
destacar y es la labor de los opositores oficiales, los sindicatos y
los partidos llamados de "izquierda".
La cólera de
decenas y decenas de miles de personas (2) que se manifestaron el 28
contra la violencia policial ha sido desviada por los organizadores
de la "Marcha de las Libertades" (desde los sindicatos CGT,
FSU, SUD, hasta los partidos de izquierda, PS, PCF, Insoumis, Verts,
NPA, etc.) hacia una movilización contra un "ataque a la
democracia" ("comunicado unitario" NPA, France
Insoumise, etc.) y por la defensa del "estado de derecho".
Todas estas personas se cuidan de decir que el Estado es el pilar del
orden burgués, encargado, como tal, de reprimir las luchas
proletarias y que la democracia sólo sirve para velar la dictadura
de la burguesía. Hacen todo lo posible para consolidar las ilusiones
destruidas del Estado y la democracia, proporcionando así una ayuda
insustituible a la clase dirigente. Es más, cuando algunos de ellos
estuvieron en el gobierno, no sólo sirvieron al capitalismo lo mejor
que pudieron, sino que también lideraron la escalada represiva que
se venía produciendo desde hace años contra los trabajadores
militantes, la juventud combativa y los manifestantes en general (3).
Los proletarios ya han visto innumerables veces que son parte de sus
adversarios.
La
respuesta a la agresión, la brutalidad y los delitos policiales sólo
puede ser eficaz si se lleva a cabo con independencia de las
orientaciones de estos partidarios de la conciliación social,
verdaderos agentes de la colaboración entre las clases.
Sólo una lucha de clase, claramente anticapitalista, puede hacer recular al gobierno y a la burguesía movilizando al proletariado. Esto se aplica a la defensa contra la violencia policial, así como a la defensa de los salarios, la lucha contra los despidos, la represión de los solicitantes de asilo o de los trabajadores indocumentados.
¡Abajo
la democracia burguesa, viva la lucha de clases y la unión de los
proletarios contra el capitalismo y el Estado burgués!
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
http://www.pcint.org/01_Positions/01_04_es/201129_Francia-brutalidad-policia.htm
(2) 135.000 según la policía, de 300 a 500.000 según los organizadores
(3) El ex presidente François Hollande tuvo la poca vergüenza de unir su voz a la crítica de la ley de seguridad en discusión, él que ha encubierto todos los abusos policiales cometidos bajo su mandato e incluso el ministro "socialista" del Interior, Cazeneuve, que en noviembre de 2016 había declarado sobre el asesinato de Adama Traoré: "Lo que ya no puedo aceptar es el interrogatorio permanente [....] del trabajo realizado por la policía, la teorización de la consubstancialidad de la violencia policial..."...
[Prisiones chilenas] Palabras del compañero Marcelo Villarroel Sepúlveda para Almuerzo Solidario

Desde la kárcel de alta seguridad hago llegar estas palabras de saludo en Resistencia para este encuentro de Solidaridad Antikarcelaria en donde konfluye la konciencia aktiva de lucha kontra el poder y la insistencia en la konstruxión kolektiva de una memoria antiautoritaria ke no olvida a sus presxs, kaídxs y a todxs kienes no renuncian ni abandonan el konflikto por la liberación total.
Los tiempos son de lucha konstante, de definiciones permanentes en kuanto a nuestra existencia komo individuxs ke nos rebelamos frente a lo existente. El miedo y la indolencia, el oportunismo, el silencio y olvido no pueden ganar terreno entre kienes entregan lo mejor de sus días kombatiendo la totalidad de la oferta de vida ciudadana ke nos impone la democracia, el estado y el kapital.
La kárcel, komo destino posible para kienes se rebelan, es un espacio ke el poder usa para intentar domestikar, a lxs de espíritu libre e indómito. No hay lugar de encierro trankilo, ni kárcel buena, no hay nada en estos lugares ke se pueda replikar salvo la voluntad de Resistir toda la estruktura podrida de cemento y metal penitenciario.
Los centros de exterminio son lugares ke deben desaparecer, esta es una definición inherente a la klara konciencia de konfrontación ke guía a lxs ke no se akomodan ni renuncian.
La represión no desaparece así komo las polítikas del poder para destruir las ideas y práktikas ke lo kombaten. De este modo los últimos años hemos asistido a la implementación silenciosa de planes de anikilamiento de las ideas antiautoritarias ke han konsistido en uso de téknikas de guerra sucia komo la delación y difamación de personas y espacios aktivos, la introduxión de práktikas afianzadas en lógikas de guetto y separación, la deskonfianza propagada komo arma del Estado e inkluso la muerte se han vuelto poko a poko algo kotidiano.
No podemos seguir mirando komo si nada sucediera, kaminando por la realidad sin ke nos duela ni esperar a ke nuevas vidas se vayan en esta lucha para luego sólo rekordar.
Nuestro énfasis tiene ke ser klaro y direkto: Romper la fragmentación y kombatir generosamente toda la basura ke rodea la lucha antikarcelaria. Nuestra klara memoria de Resistencia sabe en donde enkuentra hermanxs así komo en donde hoy se aglutinan lxs ke reparten veneno sirviendo klaramente kon sus gestos y aktos al Estado y a kienes lo sostienen.
Reciban un fuerte abrazo kómplice a todxs lxs ke organizan y participan solidariamente hoy en este almuerzo así komo la insistencia ofensiva en memoria de todxs lxs kaídxs en esta larga lucha kontra la sociedad karcelaria.
¡¡¡KON TODXS NUESTRXS MUERTXS EN LA MEMORIA OFENSIVA DE LUCHA KONTRA LA AUTORIDAD!!!
¡¡¡FRENTE A LA INDIFERENCIA MASIVA: RESISTENCIA ANTIKARCELARIA AKTIVA!!!
¡¡¡MIENTRAS EXISTA MISERIA HABRÁ REBELIÓN!!!
Marcelo Villarroel Sepúlveda.
Prisionero Libertario.
A 10 años y 9 meses de haber sido encarcelado en Newken, Argentina…
Nada ha terminado, todo kontinúa!!!
15 de Diciembre de 2018.-
SEGUIMIENTO Y ACTUALIZACIONES DESDE LA WEB DE CRIMETHINC: https://crimethinc.com/2017/07/05/announcing-continuous-live-coverage-of-the-g20-in-hamburg-with-an-update-from-the-clashes-of-july-4
#DisruptJ20 - Huelga General USA - El anarquismo de EEUU propone resistir al gobierno de Donald Trump
Nada de transición pacífica
Facebook: http://tinyurl.com/disruptj20
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PROTESTAS CONTRA LA ELECCIÓN DE TRUMP, (11-12-13 de noviembre, 2016)
Una persona fue herida de bala en la ciudad de Portland, en el estado de Oregón, en una de las numerosas manifestaciones realizadas en Estados Unidos en contra del presidente electo Donald Trump.
“Informes preliminares indican que un sospechoso se encontraba en un vehículo sobre el puente y que se registró una confrontación con alguien en la protesta. El sospechoso salió del automóvil y realizó varios disparos, hiriendo a una persona”, reportó este sábado la policía de Portland.
La agresión sucedió la noche del viernes en el marco de las numerosas protestas que por tercer día consecutivo se registraron en las calles de Estados Unidos contra Trump, al que muchos acusan de haber sostenido un “discurso de odio” durante su campaña, así como de misoginia y racismo.
Entre las protestas, Portland ha protagonizada por dos noches consecutivas las manifestaciones más caóticas y, por momentos, violentas. La policía calificó las manifestaciones de disturbios e instituyó la noche del viernes un toque de queda para menores de edad. En la protesta del viernes, manifestantes lanzaron proyectiles contra la policía, que en respuesta arrojó gas lacrimógeno a fin de dispersar a la multitud.
En Nueva York, miles de personas se reunieron en el parque de la plaza Washington, en el barrio de Greenwich Village, en la que la mayoría de las participantes eran mujeres jóvenes. Tal como sucedió los dos días anteriores, manifestantes se reunieron en la plaza Unión para avanzar hasta la Torre Trump, donde radica y tiene su centro de operaciones el presidente electo.Según la policía de Nueva York, 11 personas fueron arrestados por “conducta desordenada”.
En la ciudad de Dallas cientos de protestantes se enfrentaron con una contra-manifestación en la que participaron personas que instaron a aceptar el resultado de las elecciones del pasado 8 de noviembre.
Medios de comunicación locales reportaron también marchas en las ciudades de Miami y Atlanta, así como en varias ciudades de California, entre las que destacan San Francisco y Los Angeles.
Asimismo, se realizaron protestas en Detroit, Minneapolis, Kansas City, Olympia y Iowa, entre otras.
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Imagen de la protesta en Portland: la policía lanza gases lacrimógenos |
Pero al igual que para las reacciones sociales, como la campaña 'Black Lives Matter' -'Las vidas de los negros importan'-, 2015 ha sido también un año clave en la cifra de víctimas a manos de las fuerzas de seguridad.
Según un estudio elaborado por el diario británico 'The Guardian', los jóvenes negros tienen nueve veces más probabilidades de ser asesinados a manos de la Policía que cualquier otro estadounidense. Este estudio arroja una escalofriante cifra de personas muertas a manos de los agentes de seguridad del país: un total de 1.134. El colectivo negro es, de lejos, el que cuenta con la tasa de mortalidad más alta. A pesar de que constituyen sólo el 2% del total de la población estadounidense, los varones afroamericanos con edades comprendidas entre los 15 y los 34 años suponen más del 15% de todas las muertes registradas este año por una investigación, aún en curso, sobre el uso de la fuerza de policías con final fatal.
La tasa de mortalidad para este colectivo en incidentes en los que la Policía está involucrada es cinco veces más alta que para los blancos de la misma edad. Junto a los datos de mortalidad oficiales del Gobierno, este nuevo estudio indica que uno de cada 65 jóvenes negros en Estados Unidos muere asesinado por un agente policial.
La misma semana que un agente fue absuelto por un jurado tras el tiroteo que acabó con la vida de Tamir Rice, un niño negro de 12 años que llevaba una pistola de juguete, Packnett aseguró que el sistema judicial penal no supone ningún elemento disuasorio al uso excesivo de la fuerza con final fatal de la Policía. "Tamir ni siquiera llegó a cumplir los 15 años", indicó. "Demasiado rápidos con la fuerza letal" Tras la muerte de Brown en Ferguson, en el estado de Missouri, Estados Unidos se convirtió en escenario de multitud de protestas en las que se ha acusado a los agentes de ser demasiado rápidos a la hora de hacer uso de la fuerza letal contra afroamericanos desarmados.
En cifras generales, en todo el año han muerto al menos el doble de negros que de blancos, hispanos y nativos. En torno al 25% de los negros abatidos estaba desarmado, siete puntos por encima del porcentaje de blancos que murió en las mismas condiciones.
Las cifras del estudio de 'The Guardian' para 2015 han sido más de 2,5 veces superiores a los 444 "homicidios justificables" registrados por el FBI el año recién finalizado. En octubre, el director del FBI, James Comey, aseguró que era "vergonzoso y ridículo" que el Gobierno no ofreciera estadísticas integrales y calificó de "inaceptable" que diarios como 'The Guardian' o 'The Washington Post', que publican sendas bases de datos sobre los tiroteos de la Policía con resultado fatal, tuvieran mejores datos.
Fuente: http://www.publico.es/internacional/134-personas-han-muerto-eeuu.html
Chile – Algunos datos y reflexiones más sobre la muerte de dos estudiantes en Valparaíso durante una manifestación
Guerra contra el Estado policial y la ciudadanía-policía.