Venezuela
La Asamblea Nacional
Constituyente, tierra en los ojos de las masas proletarias...
En medio de esta refriega civil en Venezuela, que parece aumentar cada día más, y que ya pasa de los ciento veinte días, aparece la receta de una Constituyente que le da el poder “plenipotenciario” al pueblo. Esta proposición lanzada por el gobierno chavista, no estalla cual rayo en cielo sereno, ella surge de los problemas económicos que ahora han sido trasladados inevitablemente al terreno político. Gracias al voto democrático, el pueblo, expresando su voluntad soberana, podría así modificar la Constitución actual. ¿Pero es que realmente esta constitución (¡que también es chavista!) es la causante de las dificultades socio-económicas del país y de las crecientes dificultades del proletariado y de las masas? ¿Acaso es esta constitución la que estaría impidiendo aportar soluciones a esos problemas? ¡Todo el mundo ve muy bien que no! Estos problemas son causados por el capitalismo y no pueden ser resueltos mediante una reforma del Estado burgués, o el paso a un Estado “popular” como se pretende la ANC, dentro de un cuadro parlamentario en que las necesidades vitales del proletariado serán metidas junto con muchas “necesidades” del nuevo empresariado venezolano, en una falsa unidad “popular” y “nacional”; estas no pueden ser afrontadas y resueltas sino mediante la lucha abierta e independiente de explotados contra explotadores, de clase contra clase!
Por lo tanto, la Constituyente es otra burbuja de
ilusiones más...
La Constituyente, convocada por los dirigentes chavistas es una Constituyente “rosada”, como llamaban los marineros, soldados y obreros rusos a la Constituyente de Kerensky en 1917. En Rusia, la Asamblea Constituyente prometida desde marzo por su gobierno, termina por realizarse luego de la victoria de la insurrección de Octubre. Esta solo reflejaba el espíritu de las masas campesinas, a penas tocadas por el fragor revolucionario, y daba una mayoría al Partido Socialista Revolucionario (los llamados “eseristas”) de derecha y al partido socialdemócrata menchevique, hostiles todos a Octubre, es decir, a Lenin y sus bolcheviques. Antes de la inauguración de esta Asamblea Constituyente, ya el poder revolucionario se había afirmado con los Soviets de obreros y soldados ganados para la revolución. Como rechazaba la victoria de la revolución, esta Asamblea fue barrida por la revolución: el enfrentamiento social se torna tan agudo en los periodos revolucionarios que la sociedad se polariza alrededor de las dos clases fundamentales en lucha, haciendo saltar por los aires los cuadros formales de la democracia que pretende conciliar los intereses de los diversos grupos sociales. ¡Creer que la lucha de clases depende del mecanismo y sistema democráticos y constitucionales es caer en el cretinismo parlamentario, tal cual decía Marx, en un periodo en que todavía los comunistas podían participar en los parlamentos y elecciones burgueses!
Contra todas las tentativas de “reparaciones” o reformas del Estado existente, los bolcheviques habían lanzado la consigna de “todo el poder a los Soviets”. Los Soviets eran la forma de organización política que se habían dado espontáneamente los proletarios ya en la revolución de 1905; estos reaparecieron en 1917, fuera de las estructuras estáticas y tendían a organizar la vida y las luchas de los proletarios y masas pobres contra los patronos, los terratenientes, la jerarquía militar, etc. Evidentemente, debían formar la base de la dictadura del proletariado, luego de la destrucción del Estado. ¡Los “ecologistas” bolcheviques debían arrancar la mala hierba para que pudiera crecer la que era óptima a la cosecha revolucionaria!
Nada que ver, pues, con la Constituyente actual que se quiere establecer en Venezuela. En la Alemania de 1850 o en la Rusia zarista, es decir, en países en que la revolución burguesa no había tenido lugar todavía, las reivindicaciones y principios democráticos – entre ellos, la Constituyente – podían en teoría tener un carácter revolucionario o “progresista”. En el caso de Venezuela, un país burgués que ha conquistado su independencia política nacional, la Constituyente no puede tener de ninguna manera un rol o carácter revolucionario; tampoco modificará la situación económica gangrenada y recesiva actual. Esta maniobra, de un proceso electoral “express”, significa, primero, el impasse en que se encuentra el gobierno chavista con respecto a los inmensos problemas que tienen las clases trabajadoras y explotadas, incluyendo a los pequeños burgueses, y segundo, demuestra el hecho notorio de que ambas facciones, de derecha y de izquierda, están de acuerdo con salvar al capitalismo, ¡y la forma que ha adoptado el chavismo es la más adecuada actualmente! En efecto, proponer a los proletarios y a las masas una alternativa parlamentaria, al mismo tiempo que se denuncian las supuestas amenazas a la soberanía nacional, no hace sino reforzar las ilusiones electoralistas y la intoxicación nacionalista, y tiene por finalidad impedir una reacción de los proletarios en el terreno de clase, el único eficaz.
De su parte, la oposición de derecha propuso también, una alternativa democrática con su consulta electoral – alternativa que no puede tampoco tener ninguna eficacia. Ya lo hemos dicho anteriormente, la Mud no tiene mucho interés en tomar el poder, tal como se encuentra hoy el país poseedor de las más grandes reservas de petróleo del mundo. ¡Revolución y contrarrevolución de los ilusos!
…Y su verdadero propósito es ocultar el
antagonismo proletario creciente en Venezuela
Las fuerzas proletarias de vanguardia que existen actualmente en Venezuela, aunque sean escasas no deben rendirse a la falsa alternativa chavismo-anti-chavismo, porque esta ha sido diseñada precisamente para obstaculizar la presencia del antagonismo de clase verdadero, burguesía contra proletariado.
Para los comunistas revolucionarios aguantar a contracorriente, defendiendo contra viento y marea las verdaderas posiciones marxistas, es importante y necesario, ya que el piso en que se mueven las alternativas políticas actuales tiende a hundirse muy rápidamente, a la misma velocidad con que la crisis económica se agudiza, y en la misma medida en que las legislaciones sociales, que prometen asegurar la Constituyente chavista, se vuelvan ineficaces frente a la realidad capitalista.
¿Defender la actual Constituyente, la
Constitución de 1999?
Algunos opositores de izquierda al chavismo madurista (1), o cripto-chavistas, lo son en nombre de la defensa de la Constitución vigente hasta hoy. Es el caso de Marea Socialista que denuncia justamente el carácter de maniobra política con eso de una nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que de todas maneras no responde para nada a las necesidades elementales de las masas. Marea Socialista critica a Maduro y sus partidarios desde un punto de vista democrático, es decir, interclasista, y no desde el punto de vista de clase. Marea Socialista defiende la plena puesta en vigor de la Constitución actual como la única forma de defender la “democracia que agoniza” (2) y propone la organización de referendos consultivos: ¡exactamente lo que la oposición burguesa (Mud) hizo, organizando su propio referendo, que llamaron consulta! Marea Socialista propone a los decepcionados del chavismo “reconstruir un proyecto nacional”, “un movimiento de izquierda, democrático, plural”, etc., en pocas palabras, un nuevo movimiento reformista e interclasista, por lo tanto, anti-proletario.
¡No! ¡Los proletarios y las masas explotadas
tienen necesidad de otras cosas!
Lo que los proletarios y las masas
explotadas tienen necesidad no es de reconstruir un “proyecto
nacional”, nuevo o viejo, sino de reconstituir sus organizaciones
de clase para defenderse ante todo contra el capitalismo nacional; no
de defender la “democracia que agoniza”, sino la de defender su
independencia de clase, rompiendo con el reformismo y la colaboración
democrática entre las clases, de dar vida a la lucha proletaria
contra la burguesía nacional e internacional; de trabajar por la
constitución del partido de clase internacionalista e internacional,
para que dirija esta lucha hasta la toma revolucionaria del poder en
todos los países. Dicha perspectiva no puede ser inmediata, sin
embargo es la única verdaderamente realista. Contra la propaganda
demagógica de toda especie, todo paso que se haga en esta dirección
abre realmente la vía de la revolución futura y de la emancipación
proletaria.
¡En lugar de hacer llamados a la solidaridad de todos los “pueblos” del mundo por el “pueblo” venezolano, llamar a la lucha general proletaria en cada país contra el capitalismo nacional, que es la verdadera solidaridad antiimperialista hacia los otros proletarios del mundo de todas las razas y religiones, en lucha contra el enemigo que se encuentra en su propio barrio: la burguesía!
¡Abajo el Estado burgués y todas sus constituciones!
Partido Comunista Internacional, 15 de Agosto de 2017.
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(1) Otra vertiente salida de Marea Socialista-Aporrea bajo casi los mismos argumentos, es la encabezada por el politólogo Nicmer Evans quien, junto a la fiscal general, Ortega Díaz, ha conformado un grupo que también reivindica la Constitución de 1999.... Pero resulta que la Fiscalía General de la República es el brazo ejecutor de la justicia burguesa, y hoy se encuentra en el centro de toda la situación actual. Ahora que estalla el impasse entre la Fiscal General y el gobierno Maduro, sus entrañas se revelan en todo su esplendor, allí se descubre lo que siempre se presintió: la existencia de una verdadera Caja de Pandora del crimen y la impunidad, y que hace ver lo que debía suponerse: la justicia burguesa en Venezuela y muchos países, es el corazón de diversas industrias que deja enormes ganancias y pingües beneficios, además de influencia política: tráfico de drogas, secuestros, siembra o desaparición de pruebas, "pranes" como “directores” de las cárceles; es, prácticamente, dada la impunidad que ella ha generado, la responsable directa de tantas víctimas de la violencia social en las calles, de los miles de casos jamás resueltos de corrupción, dolo, desviación de recursos y divisas, etc. de crímenes nunca resueltos como el del Fiscal Anderson, etc., etc. Los dirigentes chavistas rechazan y denuncian a la Fiscal General con razón, pero parecen no darse cuenta que estuvieron con la Fiscal durante mucho tiempo, ¡y eran cómplices de cuanto ocurría en su interior!
(2) "Es hora de la fragua de un nuevo movimiento emancipador", Aporrea, 2 de agosto de 2017