Comunicado de Fernando Bárcenas y Abraham Cortés
Fuente: CNA México
Fuente: CNA México
28 de septiembre
A lxs compañerxs rebeldes
A los pueblos y comunidades en pie de guerra
A los esclavxs emancipados
A quienes se identifiquen con estos sentires y palabras…
Por la liberación total declaramos hoy
una huelga de hambre indefinida como un acto de autodeterminación, de
incitación a la revuelta generalizada. Porque no podemos seguir
simplemente asistiendo día con día al genocidio de nuestras comunidades y
pueblos.
Existe una realidad oculta en esta
sociedad; la democracia es un golpe de Estado que por las fallas no pone
tanques sino cámaras de televisión y micrófonos de periodistas, la
democracia gobierna con el poder de su propaganda y por eso sostenemos
que la democracia es la técnica y la ciencia que usa el poder para no
ser percibida como opresión, el capitalismo es el jefe y la democracia
es su portavoz de prensa.
Y es por eso mismo que no nos dirigimos a
los medios, ni a las clases dominantes, nos dirigimos y hablamos a
nuestrxs compañerxs del presidio inmenso llamado tierra que como
nosotros también son hijos de la guerra sólo por el hecho de haber
nacido desheredados.
Pero estas palabras no tienen la
intención de instrumentalizar sus fuerzas rebeldes ni mucho menos para
unificarlas bajo una bandera cualquiera; sino más bien para abrir un
lazo de comunicación, un espacio de sintonía de las luchas y de todo
cuanto emerge de contestación y actos de autodeterminación en todas
partes…
A nuestro entender y bajo nuestra
perspectiva; donde hay autoridad existe la cárcel y es por eso que la
cárcel es mucho más que sólo la estructura física que se nos impone
mediante la imagen de muros y alambradas. La cárcel, a nuestro entender
está constituida por la sociedad entera mientras que las prisiones
físicas son solamente una expresión concreta del aislamiento social que
sustenta y legitima el poder.
La urbanización (por poner un ejemplo)
es la representación misma del encarcelamiento masivo o lo que es igual a
la fortificación del espacio urbano, acompañado del exterminio de las
clases populares más marginadas y se presenta hoy en día como parte
integral de la última fase geohistórica del capitalismo tecnoindustrial.
(Último esfuerzo de reestructuración en esta etapa de crisis en la que
la única manera de sostener el dominio es mediante la guerra)
Ya no podemos creer en sus mentiras
porque su “mundo maravilloso” no existe en nuestro alrededor; nos llaman
delincuentes así como llamaron salvajes a los antiguos pobladores de
América y así justificaron su genocidio; lo que sucede a diario en
nuestros barrios es una guerra colonial que busca apaciguar el fervor
revolucionario de nuestra gente con tácticas tan sucias como la
inundación de drogas y armas y su consecuente resultado de llevar más
tropas de ocupación a nuestros barrios y comunidades. Todo esto se
conecta directamente con el aumento de la pobreza y la carencia de
educación y salud en las comunidades y barrios más marginados. Dando
como resultado un alza al índice de criminalidad, lo que justifica la
represión del aparato político-militar del Estado, la cárcel se
convierte en un monumento de la matanza, siendo el basurero social a
donde se arroja lo que no agrada o molesta al sistema capitalista…
Sin embargo, hay actualmente 226 mil
presos en el país y aunque las cárceles están sobrepobladas, la tasa de
criminalidad no baja, sino que por el contrario, aumenta o se mantiene
estable. Por lo tanto, el problema no está en las 226 mil personas
presas, sino en la sociedad tecnoindustrial que necesita justificar la
matanza.
La cárcel es una empresa que legitima la
guerra contra los pobres y protege el exterminio y la sociedad basada
en la acumulación capitalista.
¿Y cuál es el pretexto para hacer la
intervención encubierta? Que los barrios están asolados por el crimen,
asaltos, robos, asesinatos y disturbios, “las calles no son seguras”,
entonces las alcaldías y ayuntamientos están de acuerdo con los
residentes que piden “más protección”, sin ponerse a analizar el
trasfondo de esta guerra sucia.
Claro que es un hecho de que las
víctimas de la plaga de la droga son los responsables de los crímenes
que ocurren en los barrios, es algo que no se puede negar. Pero antes de
que por desesperación saltemos gritando y pidiendo “más protección
policial”, mejor recordemos quién impuso la plaga a nuestros barrios y
comunidades. Será mejor recordar quién se beneficia en última instancia
con la adicción de la gente a las drogas, será mejor recordar que la
policía son tropas de ocupación enviadas a nuestras comunidades por la
clase dominante, no para proteger la vida de la gente pobre, sino más
bien, para proteger los intereses y la propiedad privada de los
capitalistas.
La policía, los políticos y los grandes
empresarios están encantados de que los jóvenes proletarios sean
víctimas de la plaga, y esto por dos razones, la primera es que el
tráfico de drogas es una empresa económicamente rentable y la segunda es
que se dan cuenta de que mientras puedan mantener a nuestros jóvenes en
las esquinas “generando” para una dosis, no tendrán que preocuparse de
que libremos una efectiva lucha de liberación.
La policía no puede resolver el problema
porque es parte del problema, tampoco las instituciones del sistema
pueden resolver los problemas sociales, económicos y políticos de la
población, porque ellos los fabrican y se nutren de ellos. La “guerra
contra las drogas” no es otra cosa que una doctrina de contra-revolución
encargada de mantener y reforzar la dominación, la explotación y el
encarcelamiento de las clases más oprimidas del proletariado.
Somos los únicos capaces de erradicar la
plaga de nuestras comunidades y por eso, en vez de colaborar con esta
sociedad enferma y decadente hemos decidido vivir al margen de ella para
construir un mundo con nuestras propias manos y esto pasa
necesariamente por la organización revolucionaria del pueblo.
Libera un espacio, okupa, ármate y cuida a los tuyos.
Cuantos más de estos actos se
manifiesten descompuestos y desordenados, sin ningún centro, más bien
haciendo referencia a miles de centros, cada uno autodeterminado,
entonces mucho más serán irreductibles a una formalización y
recuperables para el sistema tecnológico.
Vivimos en una era tecnológica en la que
el capitalismo se reestructura mediante aplicaciones tecnológicas al
sistema de control social y todo esto ha modificado el mundo de manera
sustancial.
La realidad virtual de las necesidades
ficticias ya se ha impuesto, y los intereses del proletariado rotos en
miles de pedazos, se pierden en los meandros de la realidad virtual. La
misma democracia es una de las realidades virtuales como todas las
otras.
Queda caro que u sistema de este tipo no
puede ser defendido sino mediante la trasnormacion en policías del
sistema a las mismas personas que viven en el territorio, ningún aparato
represio seria capaz de garantizar tal sistema.
Y es por eso que el Estado/capital
tecnológico/moderno, sólo puede ser destruido en el territorio mediante
el ascenso generalizado de la insurrección.
La respuesta pues, no se haya en las
teorías, sino concretamente en las exigencias y necesidades de los
excluidos por el sistema, los insubordinados, en fin, los linchamientos
sociales que son el fruto natural de la sociedad dividida en
privilegiados por un lado y subyugados por el otro.
La rebelión también es un hecho natural que no descubren los anarquistas, ni los demás revolucionarios.
Pero esa rebelión no es inmediatamente
reconducible a los viejos programas y manuales “revolucionarios” la
rebelión de nuestros días es descompuesta, desordenada, un fin en si
misma.
Para nosotros, en tanto rebeldes
sociales, la insurgencia es un rechazo total a las ideologías por ser
parte fundamental del sistema que nos oprime.
Provisto de este método basado en la
práctica de la acción directa, en la conflictividad permanente y la
autorganización de las luchas, sin la aceptación de moderadores, quedan
abiertas largas posibilidades de desemboque insurreccional.
Desde esta perspectiva queda claro que
el anarquismo no es una ideología sino una forma concreta de oponerse a
lo existente por su definitiva y total destrucción.
Somos pues por la revuelta permanente,
por la insurrección generalizada; única forma que hace imposible que se
manifieste el poder centralizado.
Declaramos este grito de guerra, una
forma defender la lucha de los presos estadounidenses y así mismo nos
solidarizamos con los compas afroamericanos que, al igual que nosotros,
viven el genocidio de la droga.
Solidaridad con los pueblos y comunidades rebeldes.
Solidaridad con los pueblos y comunidades rebeldes.
Solidaridad total con nuestro compañero Luis Fernando Sotelo Zambrano.
¡Por la liberación total! ¡Por la destrucción de la sociedad carcelaria!A tres años de encierro de Abraham Cortés Ávila, 2 de Octubre del 2013.
Fernando Bárcenas
Abraham Cortés Ávila
Más información: [México:] PRESOS LIBERTARIOS EN HUELGA DE HAMBRE : http://alasbarricadas.org/noticias/node/37088