[recibimos y publicamos, en inglés, francés y checo]
(CS) Třídní válka 13/2021: „Rojavská revoluce“? „Protistátní“? „Antikapitalistická“? Nebo nová mystifikace?
(EN) Class War 13/2021: “Rojava Revolution”? “Anti-State”? “Anti-Capitalist”? Or a new mystification?
(FR) Guerre de Classe 13/2021 : « Révolution au Rojava » ? « Antiétatique » ? « Anticapitaliste » ? Ou encore une nouvelle mystification ?
(EN) The essential question we should ask ourselves about Rojava is the following one: Is what some call the “Rojava Revolution” really a social revolution or better said is it a part of the dynamics of destruction of the present social order (that is to say capitalist order)? Or, on the contrary, wouldn’t it be rather about a process of instrumentalization and containment by social-democrat institutions (and therefore bourgeois ones), under the pretext of “social liberation”, of an authentic movement of revolt against misery and State repression, in order to better justify their “struggles of national liberation?
The revolutionary movement naturally sought the answer to this question in discussions and confrontations of often conflicting, vague and complex views, testimonies and analyzes. As “Class War” we took part in this debate too, and we published a selection of contributions on our blog.
(FR) La question essentielle que nous devons nous poser à propos du Rojava est la suivante : ce que d’aucuns appellent la « Révolution du Rojava » est-elle vraiment une révolution sociale ou, mieux dit, s’inscrit-elle bien dans une dynamique de destruction de l’ordre social présent (c’est-à-dire l’ordre capitaliste) ? Ou, au contraire, ne s’agirait-il pas plutôt d’un processus d’instrumentalisation et d’encadrement par des institutions sociale-démocrates (et donc bourgeoises), sous couvert de « libération sociale », d’un authentique mouvement de révolte contre la misère et la répression étatique, afin de mieux justifier leurs « luttes de libération nationale » ?
Le mouvement révolutionnaire a naturellement cherché la réponse à cette question dans des discussions et des confrontations de points de vue, de témoignages et d’analyses souvent divergents, confus et complexes. Notre groupe « Guerre de Classe » a également pris part à ce débat, et nous avons publié une sélection de contributions sur notre blog.
Los estadounidenses se retiran de Afganistán
para
intervenir en otras partes
El hundimiento
de un régimen titere
Nada funcionó: ni los acuerdos “históricos” firmados en
febrero de 2020 en Doha bajo la presidencia de Donald Trump entre los
talibanes y los estadounidenses para la apertura de negociaciones de
paz, ni las armas dejadas en gran cantidad al ejército afgano, ni
las declaraciones. el gobierno y las instituciones afganas: en pocos
días el régimen de Kabul se derrumbó; tan pronto como las tropas
estadounidenses comenzaron su retirada, las tropas leales se negaron
a luchar, las autoridades provinciales opusieron solo una mínima
resistencia, incluso manifestaron lealtad al Talibán.
Símbolo
de este hundimiento ha sido la apresurada huida del presidente Ashraf
Ghani, sin siquiera tomarse el tiempo de advertir a sus ministros y
apenas unas horas después de una entrevista con Joe Biden donde el
mandatario estadounidense le aseguró su inquebrantable apoyo, luego
de la entrada sin pelear de los talibanes a la capital... Y si los
estadounidenses y sus aliados pudieron repatriar a miles de
nacionales y protegidos, es gracias a la buena voluntad de estos
talibanes que ellos mismos habían expulsado del poder ¡hace veinte
años!
Este
colapso es la demostración de que el régimen de Kabul era
controlado únicamente por la fuerza de las tropas estadounidenses y
por las transferencias financieras internacionales decididas bajo la
égida de los Estados Unidos, sin gozar de ningún apoyo sólido
entre la población. Si gracias a este maná una economía a la
occidental había podido desarrollarse en Kabul y en las grandes
ciudades, creando una capa pequeñoburguesa occidentalizada, era solo
una isla mientras la gran mayoria de la población, en el campo donde
3 / 4 de los habitantes viven pero también en las ciudades,
permanecen alejados, sufren de pobreza extrema: según estimaciones
de las ONG, 9 millones de personas, o más de un tercio de la
población, no pueden permitirse cubrir sus necesidades básicas
básicas y sufren de hambre.
El régimen de
Kabul: miseria de las masas
y enriquecimiento de las élites corruptas
Los medios
occidentales ensalzan el progreso de la condición de la mujer, pero
este progreso afecta solo a una pequeña parte privilegiada de la
población urbana. La situación es muy diferente para los demás:
Afganistán es uno de los países con mayor mortalidad materna (así
como mortalidad infantil), un país donde solo el 36% de las niñas
van a la escuela (el porcentaje de niños apenas llega al 50%) (1).
Ahora se pretende descubrir la corrupción generalizada en el país,
donde por ejemplo los generales creaban cuerpos de ejército
fantasmas para recibir parte de los subsidios estadounidenses y donde
el primer presidente, Hamid Karzai estaba en la mira del público,
vinculado al tráfico de opio, de lo que el país es uno de los
mayores productores.
Pero esta corrupción era solo
el corolario inevitable de la ocupación estadounidense: ¡de alguna
manera había que comprar a los partidarios de la presencia
occidental! Es fácil entender por qué las masas afganas no se han
levantado para defender un régimen construido para el
enriquecimiento de una verdadera mafia de corruptos...
Historicament Afganistán
siempre ha sido el juguete de los paises más potentes que lo han
invadido varias veces, no por sus riquezas – muy limitadas – sino
debido al riesgo de perturbaciones que este pais representa para la
region. Fue en nombre del mantenimiento de la estabilidad regional
(léase: la estabilidad de la presencia soviética) que los rusos la
invadieron en 1979, como los ingleses en el siglo anterior para
proteger su imperio indio; y fue en nombre de la estabilidad
internacional que los estadounidenses hicieron lo mismo en el siglo
siguiente. Estos diversos invasores, con el pretexto o apoyándose en
rivalidades internas entre grupos étnicos y centros regionales de
poder, más el débil desarrollo económico y social del país, nunca
permitieron su unificación.
La retirada de
Afganistán señala la transformación
de las relaciones interimperialistas en Asia y el mundo
No es desde ayer que el imperialismo estadounidense busca separarse de Afganistán, temiendo sufrir el destino de los rusos que fueron desangrados por una guerrilla interminable (¡apoyados y armados por los estadounidenses!). La administración Obama, que incluía a Joe Biden, ya quería salir del país, pero convencida por los militares de que la victoria estaba a su alcance, intensificó las operaciones bélicas, aumentando el número de soldados estadounidenses de 30.000 a más de cien mil, antes de reducirlos ante la falta de resultados de este “aumento”. Dependía de la administración Trump sacar esa conclusión abriendo negociaciones con los talibanes para una retirada final. El gobierno de Biden decidió honrar este acuerdo y abandonar rápidamente el país independientemente de las consecuencias inmediatas.
Los medias internacionales presentan la retirada estadounidense
como una victoria de rusos y chinos, pero nada es menos seguro: si
estos dos imperialismos buscan llenar el vacío dejado por los
estadounidenses, es porque temen sobre todo la “desestabilización”
provocada por esta retirada que el gobierno de Beijing ha considerado
“irresponsable”; los chinos temen la influencia en su país de
rebeldes uigures que luchan junto a los talibanes; en cuanto a los
rusos, estos han organizado maniobras militares en las últimas
semanas con Uzbekistán y Tayikistán cerca de la frontera afgana:
para estos Estados fronterizos y para Turkmenistán, vasallos de
Rusia, débiles e inestables, la victoria de los talibanes constituye
una amenaza para su seguridad interior.
Sin embargo, esta
retirada es parte de una transformación en curso de las relaciones
interimperialistas que está preparando las alineaciones para un
futuro conflicto mundial.
Los proletarios
no deben equivocarse: la retirada de Afganistán no significa que el
imperialismo estadounidense cese sus intervenciones, militares o no,
en todo el mundo; al contrario, significa que, sabiendo que no puede
intervenir en todas partes al mismo tiempo, quieren liberarse del
grillo afgano para intervenir allí donde los enfrentamientos son más
importantes. Mientras EE. UU. se retira sin gloria de Afganistán, la
vicepresidenta de EE. UU. acababa de realizar una gira por Asia en la
que llevó el apoyo de EE. UU. contra China a Vietnam, de donde
habían sido expulsados, hace 46 años.
Esta coincidencia
tiene un valor simbólico; el imperialismo estadounidense, incluso
debilitado por el ascenso de sus rivales, sigue siendo el
imperialismo dominante, capaz de regresar después de sus derrotas.
Las escenas de caos en el aeropuerto de Kabul no son una debacle; el
imperialismo estadounidense es y será siempre tan agresivo que no
dudará en iniciar un nuevo conflicto mundial para defender sus
intereses y su dominio. Si bien esta perspectiva no es inmediata, no
obstante se acerca, al ritmo de las crisis económicas.
El imperialismo
estadounidense se está retirando de Kabul, pero sigue siendo el
enemigo número uno de las masas y del proletariado mundial, el pilar
del capitalismo internacional.
Tendrá que ser
derribado por la revolución comunista de los proletarios
estadounidenses y del mundo entero para que la humanidad ponga fin a
las guerras para siempre.
Partido Comunista Internacional, 30/8/2021
(1) https://www.oxfam.org/fr/decouvert/pays/afghanistan
Análisis de la actual crisis y revuelta en Cuba desde la perspectiva comunista radical
Los hechos y sus falsas versiones de derecha y de izquierda
Mediante acciones directas y espontáneas de masas que van desde hacer marchas y asambleas autoconvocadas hasta volcar a mano propia autos de la policía y saquear tiendas, el proletariado de la región cubana se está levantando en las calles contra el hambre y contra la tiranía estatal, es decir contra las miserables condiciones materiales de existencia impuestas por el capitalismo y su crisis actual, al igual que lo ha hecho el proletariado de las regiones colombiana, birmana, iraní y sudafricana durante este año, y al igual que lo hizo el proletariado de las regiones ecuatoriana, chilena, haitiana, francesa e irakí, entre otras, hace dos años.
Con todas sus debilidades, limitaciones y contradicciones internas (patriotismo, interclasismo, falta de autonomía revolucionaria, aislamiento, etc.), la revuelta proletaria de estos días en la región cubana es un eslabón o un episodio más de la tendencia hacia la recomposición de la revuelta proletaria internacional que se abrió en el 2018-2019 y se vio "interrumpida" por la pandemia y la dictadura sanitaria contrainsurreccional o la contrarrevolución preventiva del 2020-2021 por parte de todos los Estados de este planeta.
Blog:
http://proletariosrevolucionar
Página FB:
https://www.facebook.com/Prole
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OTROS TEXTOS :
¿Arde Cuba? https://www.autistici.org/
Disturbios en Cuba: http://valladolorinternacionalista.blogspot.com/2021/07/disturbios-en-cuba.html
Disturbios en Cuba:
Ni con la “oposición democrática” ni con el régimen castrista.
El proletariado cubano sólo tiene una salida: la lucha de clase.
Desde hace varios días, las principales ciudades de Cuba, especialmente La Habana, viven enfrentamientos continuos entre manifestantes y policía. De acuerdo a la información que proporciona la prensa internacional, que siempre debe ser tomada con cuidado dada la especial tendenciosidad que anima siempre sus noticias sobre Cuba, a las manifestaciones que desde el fin de semana pasado tienen lugar en la isla, el gobierno de Díaz-Canel ha respondido mediante la militarización de las ciudades, ya que la policía no se bastaba para contener a la marea de amotinados. La misma prensa señala que el gobierno cubano se ha visto obligado a reconocer que en los disturbios ha muerto al menos una persona, cuando protestaba delante de una comisaría en la periferia de La Habana. Mientras la represión, a la que el propio presidente Díaz-Canel ha arengado en sus redes sociales, intenta calmar la tensión a base de porras y disparos, el gobierno ha comenzado una serie de repartos de comida en los barrios más desfavorecidos de La Habana y Santiago a la vez que ha hecho cesar los apagones eléctricos que estaban en el origen de las protestas.
Más allá de estos hechos, la realidad para la mayor parte de la población cubana es que sus condiciones de existencia han caído drásticamente en los últimos años. Los efectos del embargo que Estados Unidos mantiene contra cualquier actividad comercial con Cuba se agravaron con la llegada de Donald Trump a la presidencia porque revirtió todas las medidas de apertura que su antecesor, Obama, había puesto en marcha. Con la victoria electoral de Biden el pasado mes de noviembre, las cosas no han cambiado y las consecuencias de la política de restricciones se hacen notar en forma de carencia de prácticamente todo tipo de bienes de primera necesidad.
Pero el embargo norteamericano sólo es una de las causas de la situación por la que atraviesa la mal parada economía cubana. Como es sabido, Cuba depende casi por completo del turismo para subsistir. La crisis de la Covid 19 ha liquidado bruscamente los viajes turísticos a la isla y esto ha implicado la pérdida de una fuente de ingresos de primera necesidad dado que con las divisas provenientes de estos viajes se financiaba la compra de buena parte de los bienes de equipo, especialmente agrícolas, que necesita el país.
Finalmente, el tradicional apoyo venezolano, que vendía a bajo precio petróleo y otras materias primas de primer orden, también se ha visto restringido drásticamente, agudizando la carencia de fuentes de energía que está detrás tanto de la subida del precio de la luz como de los apagones que las grandes ciudades han vivido en los últimos meses.
A la crisis económica el gobierno cubano respondió, en enero de 2021, con una serie de medidas financieras que únicamente lograron agravar la situación de la clase proletaria: el tradicional sistema de dos monedas (peso cubano, de uso normal en la isla y peso convertible, utilizado para el comercio internacional) ha desaparecido, quedando en pie únicamente el peso cubano fijado a una tasa de convertibilidad de 24 pesos por dólar. Con ello se genera una devaluación de la moneda para el sector económico estatal, que es el único en condiciones de importar los bienes necesarios para la vida diaria en Cuba, y por lo tanto una drástica subida de precios de estos bienes. Así, el gobierno “socialista” de Díaz-Canel procedió a eliminar las subvenciones a casi todos los productos básicos. Como compensación, el gobierno incrementó salarios y pensiones hasta en un 450%... una medida del todo inútil cuando existe un problema fundamental de carestía de bienes y servicios y que por lo tanto no mejora el poder adquisitivo de los proletarios cubanos.
Esta situación catastrófica algunos comentaristas internacionales la comparan con lo que supuso en términos económicos el famoso “periodo especial”, es decir la larga década que transcurrió después de que la implosión del bloque del Este dejase a Cuba sin su principal fuente de abastecimiento y su principal comprador en el mercado internacional. Entonces los disturbios del conocido como “maleconazo” en 1.994 y la “crisis de los balseros” en los años posteriores fueron la respuesta que los proletarios cubanos dieron a la crisis económica y social que vivía el país. Una respuesta desesperada, que llevó a la muerte a decenas de cubanos que se ahogaban en el mar Caribe, y que fue rápidamente sofocada dentro del país por una combinación muy conocida de fuerza represiva y persuasión a cargo de los principales líderes del gobierno.
Hoy la realidad es completamente diferente a la de entonces. En primer lugar porque los años transcurridos tanto desde la revolución castrista de 1959 como de la caída del bloque de países del Este en 1991 han contribuido a diluir la ilusión, que tanto pesó, en el supuesto “socialismo cubano”: las medidas económicas, políticas y sociales con las que se salió de la crisis del “periodo especial” han debilitado enormemente la creencia en que gobierno y proletariado cubano marchan juntos hacia el socialismo o, si quiera, hacia la derrota del imperialismo norteamericano.
En segundo lugar porque precisamente esas medidas, que se aceleraron a partir de la llegada al poder de Raúl Castro y que iban destinadas a favorecer una “apertura” de la economía cubana tanto a los mercados internacionales (principalmente al turismo) como a pequeño comercio local, mediante la liberalización de ciertas actividades de compra venta ha provocado un incremento de la polarización social. Por un lado, la casta conformada por la cúpula militar y los líderes del Partido “comunista” que controlan las empresas nacionales no han dejado de reafirmar un poder inamovible que a medida que pierde su ascendente entre las masas debe reaccionar con mayor violencia contra estas. En segundo lugar, una pequeña pero consistente capa de clase media, de pequeña burguesía, enriquecida con la apertura comercial y que ha sido capaz de utilizar la liberalización del comercio para mejorar su posición económica mediante los establecimientos que compran y venden sólo en dólares, etc. Finalmente, una masa proletaria en el campo y la ciudad, tradicionalmente empleada por una u otra rama del sector público, que padece los vaivenes económicos sin ninguna perspectiva de mejora, sin posibilidad de organizarse sindical o políticamente y por supuesto sin poder acceder a las “ventajas” de los espacios de libre comercio que se abrieron durante los últimos seis años.
Las revueltas de los últimos días han puesto en juego tanto a esta clase proletaria como a la pequeña burguesía. Esta última se ha visto afectada también con dureza por las medidas financieras del pasado enero, lo cual ha contribuido a acrecentar un enfrentamiento contra el gobierno que maduraba lentamente a través de grupos artísticos, de opinión, etc. como el llamado “movimiento San Isidro”. Es esta clase media la que lanza las consignas de “democracia” y “libertad” o la de “patria y vida” (por contraposición al célebre “patria o muerte”), que se escucharon en las protestas. Todo su interés está puesto en capitanear el descontento social, en lograr ponerse al frente de los proletarios que salen espontáneamente a la calle para imponer sus propias exigencias, que obviamente difieren tanto en lo político como en lo económico de las de la clase obrera. Esta pequeña burguesía, que aspira únicamente a ver reconocido su estatus económico mediante una entrada moderada en las estructuras estatales, que a su vez le permita reforzar ese estatus, es también la coartada de todas las potencias imperialistas europeas y americanas que tienen interés en forzar un cambio de gobierno en Cuba.
Por su parte, la clase proletaria se presenta a la lucha con las manos desnudas. Y esto no sólo porque de nuevo ha puesto su cuerpo desarmado frente a policías y militares, sino porque sobre ella todavía pesa con demasiada fuerza el falso mito del “socialismo nacional” cubano. La presión de más de sesenta años de gobierno de los Castro, líderes antaño de la revolución, y de alineamiento con este gobierno y contra la presión del imperialismo norteamericano, todavía es capaz de evitar que los proletarios cubanos reconozcan en ese régimen capitalista disfrazado de “socialismo” y en ese falso partido “comunista” en el cual se organiza su enemigo de clase, el verdadero enemigo a abatir.
Es por ello que, más allá de los disturbios espontáneos, las dificultades que afronta el proletariado cubano para romper con la política de colaboración entre clases que supone la defensa del “Estado socialista” son inmensas: ni sobre el terreno de la lucha económica inmediata, en el cual el Estado controla todas las organizaciones sindicales existentes, ni sobre el terreno de la lucha política, consigue ir más allá.
Pero cada una de estas explosiones sociales, de las que auguramos habrá muchas más, cada una de estas revueltas, contribuyen a mostrar la cruda realidad: en Cuba existe el capitalismo, existe por lo tanto la clase proletaria y existen sus enemigos de clase, la clase burguesa dominante cubana, por reducida que sea, y los estratos de la pequeña burguesía urbana y rural que han desarrollado la función de pegamento social durante el dominio político castrista y falsamente socialista y que, una vez se acabaron las ayudas provenientes de Rusia y de los países del Este europeo a ligados a esta y aquellas del chavismo, se refiere siempre a un protector de más altura, el imperialismo de los Estados Unidos, que no es otra cosa que uno de los grandes enemigos de los proletarios de todos los países. A medida que esta realidad se hace más visible, el mito del “socialismo cubano” se va erosionando y la presión, ideológica y material, que ejercía sobre los proletarios se va debilitando.
La importancia de este hecho no tiene un alcance únicamente nacional cubano: el mito de la Cuba “socialista” se extiende mucho más allá de sus fronteras. En primer lugar a América Latina, donde el propio Estado cubano de una manera u otra ha hecho valer este mito para defender sus intereses nacionales y donde ha encontrado siempre un gran arraigo entre la clase proletaria y las masas populares. En segundo lugar al resto del mundo, empezando por España, donde la adhesión, aunque sea en términos “humanitarios” y contra el bloqueo norte americano, sigue siendo una referencia de primer orden para las fuerzas locales del oportunismo político y sindical.
El valor de los motines de los últimos días está, por lo tanto, en son expresión de una fuerza social que tiende inevitablemente a mostrar que la lucha de clase del proletariado, en cualquier país y en cualquier circunstancia, continúa siendo la gran cuestión en el mundo burgués. Que incluso allí donde la burguesía ha tenido que disfrazar su dominio bajo el disfraz del falso socialismo, este tiende a caer a medida que las exigencias de la propia sociedad burguesa, que llevan a crisis periódicas y a fases de miseria cada vez más frecuentes para el proletariado, vuelve a poner la lucha de clase en primer lugar.
¡Contra el falso “socialismo” nacional!
¡Contra las exigencias democráticas de la pequeña burguesía!
¡Por el retorno de la lucha de clase del proletariado!
¡Por la reconstitución del Partido comunista, internacional e internacionalista!
Partido comunista internacional (el proletario)
15/07/2021
Un camionero que salía con su camión del almacén de Lidl en Biandrate, se lanza contra el piquete de trabajadores de logística durante la huelga nacional del sector, atropella a tres trabajadores, mata a uno - Adil Belakhdim, y hiere a los otros dos.
Biandrate, provincia de Novara, centro logístico de la cadena de supermercados Lidl. Es uno de los muchos almacenes frente a los cuales los trabajadores de la logística, que llevan mucho tiempo luchando contra las condiciones de trabajo inhumanas y los despidos, muestran su combatividad no sólo contra un jefe especialmente cínico, que utiliza guardaespaldas armados para atacar a los trabajadores en huelga, sino también contra la colaboración cómplice de las grandes confederaciones sindicales que han demostrado por enésima vez que están del lado de la patronal y de sus beneficios contra los proletarios que luchan y que, para luchar, se organizan al margen de los aparatos de la CGIL, la CISL, la UIL.
Adil Belkhdim, 37 años, padre de dos hijos, ciudadano italiano de origen marroquí, un auténtico luchador y organizador de Si.Cobas en Novara (uno de los pocos sindicatos de base que luchan en defensa de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores de la logística, trabajadores que se encuentran entre los más explotados y oprimidos porque la mayoría son inmigrantes y siempre han sido "olvidados" por los sindicatos confederales), fue atropellado y muerto por un camión que arrolló el piquete que decenas de trabajadores hacían frente a las puertas del centro logístico de Lidl en Biandrate.
No fue un gesto "loco" de un camionero "loco": así lo sostiene el Si.Cobas nacional en su comunicado del 18 de junio; ¡"la patronal quería los muertos y lo consiguió"! Como, por otra parte, ocurrió hace cinco años en Piacenza, frente a las puertas de Gls, cuando un camión atropelló, matándolo, a Abd Elsalam Ahmed Eldanf, de 53 años, durante una disputa entre el sindicato de UBS y la empresa.
Sólo unos días antes, el 11 de junio, una guarnición de unos cuarenta trabajadores de Fedex en Piacenza (casi todos pertenecientes a Si.Cobas), frente al holding Zampieri en Tavazzano (en la provincia de Lodi) -que alqUILa sus almacenes a Fedex-Tnt- fue atacada con palos, fragmentos de paletas, piedras y botellas por unos cincuenta guardaespaldas contratados por la patronal y apoyados por algunos esquiroles. Durante los enfrentamientos, un trabajador, Abdelhamid, acabó en el hospital con la cabeza destrozada, pero afortunadamente no corrió peligro de muerte. La policía presente en la agresión no movió un dedo para impedirla, pero una vez que intervino detuvo a unos porteadores de Piacenza a los que se les impusieron 15 cargos. Por supuesto, esta agresión ha sido transformada por la Jefatura de Policía en "una simple reyerta desencadenada por el descontento de los trabajadores por las continuas huelgas", pero los vídeos en poder del Si.Cobas muestran claramente que la acción armada fue preparada por los concesionarios del Zampieri Holding que utilizan los guardaespaldas privados de Skp Global Intelligence, una conocida agencia de seguridad milanesa, ya conocida por sus numerosas intervenciones contra los trabajadores de los almacenes en huelga, como la del 26 de mayo en el almacén Zampieri de San Giuliano Milanese.
De hecho, hace mucho tiempo que la patronal de las grandes empresas de logística y transporte (de FedEx-Tnt a Correos de Italia, de Gls a Dhl, de Amazon a Brt, de Sda a Ups y otras) se ha enzarzado en un enfrentamiento sistemático contra sus propios trabajadores que se atreven a rebelarse contra unas condiciones laborales intolerables. La violencia empleada por la patronal contra los trabajadores cuenta con el apoyo abierto de las fuerzas policiales, a las que se recurre regularmente para aplastar las protestas y las huelgas. El objetivo de la patronal -que encuentra al Estado en su defensa- no es sólo aplastar las huelgas, sino también recuperar las concesiones que ha tenido que hacer ante las anteriores luchas obreras. El ejemplo de FedEx-Tnt es emblemático: su nuevo plan industrial prevé 6.300 despidos en Europa y, en Italia, ha comenzado con el despido de 300 trabajadores del hub de Piacenza. Otros trabajadores de otros hubs han tenido que elegir entre contratar directamente en Fedex o trabajar en la subcontratación: podría parecer una "elección" fácil, de hecho la contratación directa en Fedex se realizaría en las condiciones del contrato nacional firmado por las principales confederaciones sindicales, que es "mucho menos remunerador que el contrato de la empresa arrebatado por las huelgas y los piquetes" (ver "il fatto quotidiano", 19.6.2021). Y, al final de este proceso de reestructuración, continúa el diario citado, "la multinacional tendrá más empleados directos, pero se habrá deshecho de las subcontratas de las que aún era responsable solidaria: podrá no sólo mantener algunas empresas satélites, sino empezar a utilizar temporales y demás, deshacerse de los trabajadores más sindicalizados, cancelar los logros contractuales de la década anterior. El acuerdo que le permite hacerlo fue firmado por Filt CGIL, que obviamente lo defiende". Así se entiende que los intereses de la patronal coincidan con los de la CGIL: la patronal gana en todos los ámbitos, doblegando a los trabajadores a sus necesidades, y la CGIL marginaría a los sindicatos de base que en la última década han ganado afiliados y credibilidad.
Están en juego los enormes beneficios que estas empresas se han embolsado en los últimos años, y especialmente durante el último año y medio de la pandemia de Covid-19 en el que el tráfico de mercancías y entregas (el llamado B2C, business to consumer) ha aumentado enormemente. Por mencionar solo las entregas a domicilio, por ejemplo Amazon ha pasado, en el mercado "diferido" (entregas en 3-5 días) del 17% en 2016 al 59% en 2019, mientras que Gls se ha hecho con el 40% del mercado de entregas "express".
Mientras los amos de las multinacionales de la logística y el transporte de mercancías explotan y chantajean cada vez más a los trabajadores del sector, ¿qué hace la Confederación de Sindicatos Italianos (CGIL-CISL-UIL)? Durante más de una década, estos trabajadores han estado abandonados en manos de la patronal y de sus verdugos; pero se han organizado en los sindicatos de base, han luchado y siguen luchando a brazo partido, sabiendo muy bien que contra ellos actúan no sólo la patronal con sus chantajes y sus abusos, sino también policías, traficantes, esquiroles, infiltrados. ¿Los derechos sindicales tan cacareados en esta magnífica democracia italiana? Para estos trabajadores no existen, sobre todo cuando se rebelan y luchan contra unas condiciones de trabajo y de vida inhumanas. Pero, ante los episodios de agresiones armadas claramente escuadristas contra trabajadores pacíficos en lucha, la CGIL-CISL-UIL cantan el estribillo de siempre: "Paren este clima del salvaje oeste", clama Maurizio Landini, secretario de la CGIL; un clima que la misma CGIL y sus dignos compañeros CISL y UIL han contribuido a crear, reforzando con su baboso colaboracionismo la prepotencia de la patronal. Landini, tras el asesinato de Adil Belakhdim, declara solemnemente: "La muerte de un sindicalista, atropellado durante una guarnición sindical, es un hecho muy grave e inaceptable, sobre el que es necesario arrojar rápidamente toda la luz" (il manifesto, 19.6.2021); y si hubiera muerto no un "sindicalista" sino un simple trabajador, ¿habría sido más aceptable? El hecho es que el triple sindicato CGIL-CISL-UIL no ha movido un dedo para evitar situaciones de este tipo, ni, mucho menos, se ha movido en la solidaridad inmediata con la huelga en todo el país. La huelga que el triple sindicato ha proclamado por la muerte de Adil tiene todo el sabor de un parche puesto para no hacer el ridículo, sobre todo porque el mismo primer ministro Draghi -conocido hombre de las finanzas internacionales- utilizó las mismas palabras de Landini: "es necesario esclarecer el incidente inmediatamente". ¿Cuál de los dos ha copiado?
¿Qué han hecho los trabajadores de la logística en diez años de lucha? Las condiciones salariales y laborales, si es que han mejorado, no se deben al buen corazón de las multinacionales de la logística y el transporte de mercancías, ni a las actividades del triple sindicato -¡que firma convenios a cambio de nada!- sino por las combativas acciones de huelga y piquetes que los trabajadores han levantado y que el triple sindicato, junto con la patronal, pretenden aplastar.
El futuro próximo, y no sólo el lejano, de los asalariados está en manos de sus acciones directas de lucha, utilizando los medios de la lucha de clases con los que responder de forma organizada y continua en solidaridad con todos los que, por regla general, se ven afectados localmente. El sindicalismo de base, como Si.Cobas, es sin duda una primera respuesta al cobarde colaboracionismo de los sindicatos tricolores, y los trabajadores de la logística y del transporte de mercancías están demostrando, con su propia lucha y sus muertes, que la vía para defender sus derechos no es la vía del "enfrentamiento civil" con las "contrapartes", sino la vía de la fuerza, de la huelga hasta las últimas consecuencias, sin avisar, de la negociación con la huelga en pie y haciendo partícipes no sólo a los trabajadores del mismo sector económico, sino extendiendo las acciones de huelga también a los demás sectores, ¡porque los capitalistas explotan bestialmente y golpean por igual en todos los sectores!
Solidaridad sin peros con la lucha de los almacenistas, logísticos y transportistas, inmigrantes y autóctonos, regularizando a todos los trabajadores llamados "ilegales" que son los más explotados de todos, como se ha demostrado ampliamente en las campañas. Si en el campo están los capataces, en los hubs están los matones: básicamente tienen el mismo cometido, doblegar a la voluntad de los jefes la mano de obra asalariada, con "malos modos" si es que con los "buenos modos" (es decir, con el chantaje) no consiguenn su propósito.
En un futuro próximo, el uso de guardaespaldas, vigilantes, matones, no sólo en la logística sino en todos los sectores, estará cada vez más extendido. Los proletarios no deben encontrarse desprevenidos, deben organizarse en los sindicatos, por supuesto, defendiendo sus intereses y sus vidas, ¡pero también deben mirar más allá, hacia la perspectiva de la reanudación de la lucha de clases que tiene lugar contra todas las formas y prácticas colaboracionistas!
Partido Comunista Internacional
20 de junio de 2021
[recibimos y publicamos]
Hacemos de altavoz ante la grave situación que se está viviendo estos días en Kurdistán, especialmente en la zona de Bashur (Kurdistán Iraquí).
El Estado Turco, miembro de la OTAN, con el apoyo de Iraq y la complacencia de EEUU, está lanzando desde abril una campaña de ataques y bombardeos que buscan eliminar al movimiento revolucionario kurdo. Dichos bombardeos no discriminan; ha sido atacado incluso el campo de refugiados de Makhmur. Esto no solo está causando bajas entre la población civil, sino que, además, es un ataque contra el cambio social que las organizaciones revolucionarias kurdas están propulsando, cambio social que ya han comenzado a aplicar en Rojava (norte de Siria), la cual también está siendo invadida por Turquía desde hace más de un año.
Como internacionalistas y anticapitalistas debemos tener claro lo siguiente: Fueron las milicias kurdas quienes combatieron a sangre y fuego contra el Estado Islámico. También fueron ellas quienes iniciaron la "revolución" de Rojava, un cambio social que impulsa una sociedad más justa, basada en la liberación de la mujer, la convivencia étnica, la democracia directa, y dónde el bien común prime sobre los intereses capitalistas. Más allá de los múltiples intereses económicos e imperialistas que se desarrollan en la zona, ¡es por ello que las revolucionarias kurdas están siendo asesinadas!
Los ataques turcos violan el derecho internacional y los derechos humanos, la propia legislación de los estados burgueses, vuelve a quedar en evidencia. Los estados y prensa burgueses europeos miran hacia otro lado, e incluso la Policía Alemana ha impedido a una delegación de activistas y observadores viajar a Bashur. La complicidad entre potencias es patente.
Por su parte, el Estado Español apoya con bases militares y venta de material bélico a Turquía. ¡El estado español de nuevo es cómplice de la masacre!
Desde el movimiento kurdo se hace un llamamiento a la solidaridad, llamando a romper el silencio y difundir toda la información posible. Podéis seguir más de cerca la situación desde medios como https://anfespanol.com/ Pero también nos animan a solidarizarnos mostrando públicamente apoyo al pueblo kurdo, para darles fuerzas y hacerles llegar que su situación no está siendo ignorada.
¡Viva la lucha del proletariado internacional!
Aporte para el encuentro en el espacio anarquista Motín de los editores anarquistas de «Vetriolo». Madrid, 27 de febrero de 2021
Gracias a lxs compañerxs por la invitación, lamentamos que no hayan podido venir más compañeros. La causa de esta reducida presencia son las restricciones relacionadas con las leyes represivas promulgadas por los gobiernos, con el pretexto de la pandemia. Sin embargo, nos gustaría volver para nuevos enfrentamientos lo antes posible.
En las páginas de «Vetriolo» hemos definido el clima represivo que se respira, en Italia y en general en todo el Occidente democrático, como un «giro autoritario de nuevo cuño». Intentemos explicar mejor el significado de esta definición.
Una de las razones que nos impulsó a buscar una definición específica para el clima represivo de nuestra fase histórica, es la insatisfacción con las categorías clásicas del antifascismo. Algunxs de nosotrxs no creemos que exista de hecho un peligro fascista en la actualidad. Por supuesto que hay muchxs fascistas y también son muy peligrosxs, pero algunxs compañerxs de la redacción no creen que haya un peligro histórico y político de que se establezcan regímenes fascistas en Occidente. De hecho, pensamos que el fascismo fue una respuesta del Estado al peligro revolucionario. Como hoy no hay peligro de revolución social, desgraciadamente, tampoco creemos que el Estado liberal se convierta en un Estado fascista.
No todxs lxs compañerxs de la redacción están de acuerdo con esta deducción. Sin embargo, todxs están convencidxs de la insuficiencia de las categorías clásicas con las que se ha abordado el fascismo en el último siglo. Por ejemplo, la respuesta tradicional al fascismo se ha plasmado en el llamado «frentismo». En España han conocido el caso clásico de este «frentismo»: el Frente Popular. El Frente Popular es una amplia alianza de todas aquellas fuerzas que, por razones diversas y a menudo radicalmente divergentes, se oponían al avance de las fuerzas franquistas. Se trata, por tanto, de una alianza en la que confluyen fuerzas autoritarias y antiautoritarias, fuerzas burguesas y fuerzas proletarias. Los horrores históricos del Frente Popular pueden verse en el momento en que los anarquistas llegaron a ser ministros del gobierno republicano. Es una verdad histórica que la revolución social no fue derrotada por Franco, sino antes por las propias fuerzas del Frente Popular: el desarme de las milicias, la restitución a los antiguos propietarios o la nacionalización de las empresas autogestionadas en Cataluña, la negativa a conceder la independencia a los territorios coloniales en Marruecos, el asesinato de muchos anarquistas por los comunistas, etc. Opciones, las de los frentistas, que además de ser éticamente infames, eran contraproducentes para la propia lucha armada contra el fascismo. En Italia hemos conocido un ejemplo aún peor de frontismo en el CLN, el Comité de Liberación Nacional. El CLN era una alianza tan amplia que reunía a comunistas, socialistas, demócratas cristianos e incluso monárquicos. Todos se unieron con el objetivo de expulsar a los fascistas y a los ocupantes alemanes. Un frente tan amplio como para haber expresado, en un primer momento, incluso a un antiguo jerarca fascista como Pietro Badoglio como presidente del Consejo de los territorios «liberados».
Como creemos que el antifascismo lleva en su propio ADN el germen del frentismo, preferimos no hablar de un nuevo peligro fascista para la fase histórica que vivimos, sino de una nueva forma de giro autoritario. Significa que incluso la respuesta de lxs anarquistas, la única respuesta revolucionaria posible hoy en día, debe ser una respuesta antiautoritaria de una nueva forma.
Esta hipótesis nuestra no sólo se basa en los acontecimientos del pasado, sino que también se refleja en la dinámica actual. Hemos asistido en la última década a una lucha de poder en todo el mundo entre las fuerzas nacionalistas, los llamados soberanistas, de la nueva derecha de Trump, Salvini, Bolsonaro, Orban, etc., y las fuerzas liberalistas, las fuerzas de la globalización, encarnadas por las élites proeuropeas, el BCE y el Partido Demócrata en Estados Unidos. Ambas fuerzas en el campo en este choque de poder son nuestrxs enemigxs. Ambas facciones de la burguesía mundial son las portadoras del giro autoritario de nuevo cuño. Centrarse únicamente en la lucha contra los derechistas supondría el riesgo de convertirnos en aliados objetivos de los liberalistas, de la Unión Europea, de las multinacionales, de la izquierda estadounidense. Lo hemos visto en Estados Unidos, donde las luchas antifascistas y antisexistas se han recuperado finalmente para dar la victoria a Biden. Un nuevo presidente que amenaza con ser mucho más agresivo que Trump en materia de política exterior (ya amenaza a Rusia, China e Irán).
Los gobiernos cambian, pero las políticas siguen siendo las mismas. El giro autoritario de nuevo cuño se ha acelerado increíblemente durante este último año pandémico. Leyes liberticidas con el tiempo de ocio de los individuos y al mismo tiempo extremadamente permisivas con la producción industrial han sido la medida de todos los gobiernos, de todos los colores políticos. El control social ha pasado por las nuevas tecnologías, las multas, el terrorismo mediático y la obediencia masiva. Unx sólx puede salir de casa para ir a ser explotadx.
La situación en Italia es especialmente dura. A nivel de represión de masas, tuvimos el encierro más duro de todo Occidente. Mientras 60 millones de personas estaban literalmente encerradas bajo arresto domiciliario durante unas 10 semanas, la Confindustria presionaba para dejar sus fábricas abiertas, provocando el contagio y haciendo que el resto de la población continuara con sus medidas restrictivas.
Las leyes de represión colectiva del último año se han sumado a una legislación contrarrevolucionaria ya muy severa. Las leyes especiales redactadas a finales de los años setenta y ochenta del siglo pasado para contrarrestar la propagación de la lucha armada nunca han sido abolidas, sino que se han endurecido progresivamente en los últimos treinta años.
Hoy en día, muchxs anarquistas están sometidos a una Vigilancia Especial, una medida policial que ni siquiera pasa por un juzgado, que impide al compañero afectado hacer cualquier actividad pública, participar en manifestaciones, reunirse con delincuentes, salir de casa por la noche o cambiar de ciudad sin avisar antes a la propia policía. Si se infringen estas medidas, se corre el riesgo de ser encarcelado o de que se prolongue el periodo de Vigilancia Especial.
Decenas de anarquistas han sido detenidxs en los últimos años gracias al artículo 270bis del Código Penal. Un artículo que golpea a las «asociaciones subversivas», por lo tanto golpea el hecho mismo de que te asocies, independientemente del delito concreto que te acusen de haber cometido. El castigo para el 270bis es de hasta 15 años de cárcel, en regímenes especiales de detención (normalmente lxs presxs de carácter político son encerradxs en secciones AS2, pero todavía hoy hay en Italia tres presxs comunistas encerradxs en la 41bs, la dura cárcel de la mafia). El artículo 270 bis se ha utilizado a lo largo de los años para golpear no sólo a lxs acusadxs de haber realizado acciones directas, sino también a las redacciones de los periódicos anarquistas, a los blogs, a todxs lxs que difundían las denuncias, a los que se declaraban afines al contenido o a las prácticas expresadas en ellxs, a lxs que organizaban actos de solidaridad o a lxs que recaudaban dinero para los juicios.
Queremos contar todo esto sin ningún tipo de victimismo. El Estado golpea, a menudo al azar, porque es atacado. Si ha habido una fuerza que en este nuevo siglo ha atacado al poder, especialmente en Europa y América Latina, ésta ha sido el anarquismo. Recientemente dos compañeros, Anna Beniamino y Alfredo Cospito, fueron condenados a 16 años y 6 meses y 20 años respectivamente, en un maxi-juicio en el que se sentó en el banquillo la historia de toda la Federación Anarquista Informal. La historia de la insurgencia de los últimos 20 años es reducida por el poder a la historia de los asuntos criminales de unos pocxs compañexs. Una historia que se pretende enterrar, sepultando a estxs compañerxs a muchos años de cárcel.
Por lo tanto, no nos quedaremos de brazos cruzados. El Estado se vuelve cada vez más autoritario a medida que el control social del capital entra en crisis. Desde este punto de vista, nos parece que la actual pandemia mundial no representa ninguna novedad cualitativa, sino un elemento de aceleración de un proceso ya en marcha desde hace tiempo.
Por lo tanto, queremos destacar cómo este nuevo giro autoritario, que afecta a lxs anarquistas y ahora afecta a toda la sociedad en general, continúa actualmente -en Italia y en el mundo- sin una modificación efectiva de la envoltura política democrática de los Estados. No se han suspendido las constituciones, no se han cerrado los parlamentos, no se han disuelto los sindicatos. Esta es una novedad peculiar del nuevo régimen autoritario del siglo XXI. A diferencia de hace cien años, el giro autoritario actual se produce sin golpes de Estado y sin «revoluciones fascistas». Es en el contexto de la formalidad democrática, incluso en Italia en el contexto de una república parlamentaria con gobiernos generalmente débiles y de corta duración. En resumen, el Estado actual es tan refinado que es perfectamente capaz de operar una suspensión efectiva de las «libertades» de sus súbditos, sin dañar en lo más mínimo su estructura democrática formal, incluso preservando sus crisis y trabas ministeriales.
Por tanto, debemos evitar caer en la trampa de una dinámica defensiva, de mera resistencia. No hay necesidad de resistir el avance de un régimen, no hay necesidad de formar un frente común con lxs demócratas, los liberales, la izquierda. Más bien hay que declarar en quiebra la organización social basada en la autoridad del Estado y la propiedad del capital. Nos corresponde atacar a una sociedad podrida, una sociedad que ahora se mantiene efectivamente viva en «cuidados intensivos». Cortar los cables, tirar del enchufe. Y respirar de nuevo.
extraído de : https://anarquia.info/italia-cabeza-en-alto-el-giro-autoritario-de-la-nueva-forma-de-la-represion-antianarquista/