Han enterrado el Primero de Mayo en el pantano de la colaboración de clases.
Solo podrá renacer y volver a ser un día exclusivamente proletario con la reanudación de la lucha de clases.
El Primero de Mayo como día en que el proletariado celebraba su lucha por las ocho horas nació en Estados Unidos, en una época en que las oleadas de emigración procedentes de Europa, sobre todo de Alemania, Bohemia, Italia, Grecia y los países del este, llenaban las ciudades industriales de Estados Unidos, entre las que destacaba Chicago.
Chicago, en los años ochenta y noventa del siglo XIX, era conocida como la «matadero del mundo» (porque allí se producía la mayor cantidad de carne de cerdo del mundo) y también como el «granero de América», gracias a las infinitas praderas del Medio Oeste que se extendían a los límites de su núcleo urbano. Estos récords se debían a la enorme masa de trabajadores asalariados emigrados de Europa que eran explotados con jornadas laborales de 12 a 16 horas al día, sin ninguna seguridad y en condiciones laborales al límite de la supervivencia. Contra esta superexplotación, y basándose en las experiencias de lucha ya vividas en los países europeos (en 1830 en Francia, en 1848, que sacudió la mayor parte de las capitales europeas, y en 1871 con la Comuna de París), comenzaron los primeros movimientos de huelga y se organizaron los primeros sindicatos obreros en América.
La reducción drástica de la jornada laboral a 8 horas y el aumento del salario fueron las dos reivindicaciones principales por las que se unieron los obreros y por las que lucharon con tenacidad y sin temor a la represión de los grandes capitalistas y de la burguesía dominante. En 1884, la Federación de Sindicatos y Uniones Laborales Organizadas dio a la lucha proletaria un objetivo histórico: a partir del 1 de mayo de 1886, los obreros trabajarían solo 8 horas al día, por el mismo salario que recibían por las 12-16 horas diarias, y si los patronos no aceptaban este horario diario se declararían en huelga y organizarían piquetes hasta que se aceptara esta reivindicación.
A medida que se acercaba esa fecha, el clima en Chicago comenzó a tornarse muy tenso: por un lado, los proletarios y los sindicatos propagaban la lucha y se organizaban para llevar a cabo lo proclamado dos años antes, mientras que los patrones de las fábricas, la administración municipal y la policía, por su parte, endurecían el clima de tensión tratando de intimidar a los proletarios por todos los medios. Ya en febrero de 1886, los trabajadores de una de las empresas más poderosas de la ciudad, la fábrica de cosechadoras McCormick, comenzaron a hacer huelga. McCormick respondió con el cierre patronal y la organización de los crumiri (los rompehuelgas) para que entraran a escondidas en la fábrica. Era obvio el intento de romper la unión de los trabajadores en huelga. Así se llegó al 1 de mayo, cuando una masa de entre 30 000 y 40 000 trabajadores de Chicago salió a las calles en huelga para reclamar la jornada laboral de ocho horas, mientras frente a la McCormick continuaban los piquetes; dentro de la fábrica, los esquiroles que habían logrado entrar seguían trabajando protegidos por cientos de policías. Las protestas y manifestaciones duraron tres días. Los enfrentamientos entre los huelguistas y los esquiroles que intentaban entrar en la fábrica fueron inevitables; la policía intervino disparando y matando a varios huelguistas. La reacción de los trabajadores no se hizo esperar; una asociación anarquista organizó una protesta pacífica en la plaza Haymarket, en el centro de una importante zona comercial de Chicago. Pero la policía se desató cargando contra los manifestantes para disolver la concentración; alguien lanzó una bomba contra los policías, matando a siete e hiriendo a unos sesenta. La policía respondió disparando y matando a otros tres manifestantes. Así comenzó una represalia sistemática contra los anarquistas, aunque nunca se encontró al responsable del lanzamiento de la bomba (y no se descarta que fuera alguien a sueldo de McCormick o de la policía...).
A pesar de que no había pruebas que indicaran que los responsables fueran los anarquistas, ocho de ellos, muchos de los cuales ni siquiera estaban presentes en la manifestación, fueron acusados de conspiración y asesinato: se les impusieron condenas a muerte, dos obtuvieron cadena perpetua, uno quince años de prisión y otro murió «misteriosamente» en prisión y los demás fueron ahorcados.
En 1889, en el congreso socialista de la Segunda Internacional celebrado en París, el 1 de mayo, en honor a los proletarios de Chicago y a su lucha, se declaró el día internacional del proletariado en lucha, día que se extendió rápidamente por Europa y otros países como México, Cuba y China. Pero la masacre de Haymarket, las condenas a muerte de los anarquistas que no eran culpables de esa bomba y el recuerdo de la extrema combatividad que manifestaron los proletarios de Chicago para conseguir las ocho horas diarias de trabajo era un peso demasiado grande de soportar para la burguesía estadounidense, pero también era un peligro porque la celebración del 1 de mayo podía hacer renacer en los proletarios estadounidenses el recuerdo de aquellas luchas, renovando una tradición contra la que toda la burguesía siempre ha luchado. De hecho, en Estados Unidos, el día que conmemoraba la dura lucha de los trabajadores se trasladó al primer lunes de septiembre (por lo que nunca es el mismo día), mientras que en Europa y en muchos otros países, el Primero de Mayo se transformó en un día festivo denominado Día del Trabajo, y a esta transformación en un día pacífico aceptado por todos los patronos y por todos los Estados contribuyó de manera sustancial la labor oportunista de los sindicatos y de los partidos, entregados a la paz social, a la colaboración de clases, a la sumisión permanente del proletariado a las exigencias de vida del capital.
El fuerte impulso a la industrialización de los Estados Unidos de América creó en gran parte del país una clase obrera numerosa y concentrada que, objetivamente, podía representar un gran peligro para el dominio burgués, como por otra parte ocurría en Europa, sobre todo en Inglaterra, Francia y Alemania, donde el comunismo revolucionario, desde la aparición del Manifiesto de Marx y Engels, tuvo una gran resonancia entre las masas obreras, y sobre cuyas bases ideológicas y programáticas se habían organizado los partidos obreros y su Asociación Internacional. Que la clase obrera estadounidense era decididamente combativa lo demuestra el hecho de que siguió luchando por aumentos salariales y por la reducción de la jornada laboral a ocho horas durante al menos treinta años, hasta las puertas de la primera guerra imperialista mundial. Famosa fue la huelga de la Pullman Company de Chicago, fábrica de vagones y material ferroviario, desencadenada en la primavera de 1894 contra los despidos y la reducción de salarios tras la crisis económica del año anterior; una huelga que dio inicio a un boicot ferroviario nacional que duró desde el 11 de mayo hasta el 20 de julio de 1894, en el que participaron no menos de 250 000 trabajadores de 27 estados y que interrumpió gran parte del tráfico de mercancías y pasajeros. Naturalmente, estas acciones de lucha tan decididas se enfrentaron no solo a Pullman, sino también al Gobierno federal, que envió al ejército para romper las huelgas y el boicot, con el apoyo de la Federación Americana del Trabajo (AFL, el principal sindicato de EE. UU., de tendencia colaboracionista) y detuvo y juzgó a los sindicalistas de la ARU que la habían proclamado y dirigido (la American Railway Union, liderada por el socialista Debs). La violencia de las fuerzas del orden provocó treinta muertos solo en Chicago, mientras que, según una investigación del historiador David Ray Papke, se contabilizaron otros cuarenta muertos en los enfrentamientos en otras ciudades.
La historia de las luchas proletarias en Estados Unidos está llena de episodios de este tipo, desde los Molly Maguires hasta los IWW, con los mineros siempre en primer plano, en particular los de origen irlandés y alemán. Pero, junto con los proletarios inmigrantes europeos, con sus experiencias de lucha y organización, también emigraron a América los capitalistas y políticos europeos, con sus experiencias de represión de las luchas obreras y con un considerable bagaje de políticas oportunistas que utilizar, junto con la violencia de la represión, para influir y desviar a las organizaciones obreras y a los movimientos políticos obreros del terreno de la lucha frontal contra la burguesía al terreno de la colaboración de clases a través de la clásica corrupción de las cúpulas sindicales y políticas.
Estas breves referencias al pasado de las luchas obreras en América, que dieron origen al Primero de Mayo proletario, no sirven para celebrar el recuerdo de un pasado glorioso, que no volverá gracias al desarrollo de un capitalismo cada vez más rico y poderoso, no solo en Europa y América del Norte, sino también en el resto del mundo: sirven para no olvidar que las luchas entre las clases no forman parte de una historia ya pasada, sino de una realidad que el propio capitalismo regenera continuamente a través de sus contradicciones económicas y sociales cada vez más agudas y de alcance cada vez más internacional.
Alimentar la competencia entre proletarios: objetivo fundamental de toda burguesía.
Mientras que las burguesías se han enriquecido de manera inconmensurable gracias a su sistema mundial de explotación del trabajo asalariado, y aunque en muchos países con economías capitalistas avanzadas han alcanzado un nivel de vida sin duda más alto que el de hace un siglo o dos, los proletarios no solo se mantienen en condiciones de dependencia absoluta del capital, por lo que deben su vida a la burguesía capitalista, sino que están sujetos a una brecha y a desigualdades sociales entre las clases que han aumentado progresivamente, alcanzando niveles de inseguridad de la vida nunca antes vistos. Y así, a pesar de que en los países capitalistas avanzados, como en los atrasados, los impulsos de lucha por parte de los proletarios nunca se han apagado, transformándose en determinados momentos en verdaderas revueltas sociales, el proletariado ha sido precipitado, gracias a la contribución esencial de las fuerzas oportunistas, cada vez más hacia la impotencia, incluso para defender sus condiciones de vida y de trabajo inmediatas.
Ciertamente, desde el final de la segunda guerra imperialista mundial, los proletarios de los países capitalistas avanzados pueden contar con políticas sociales que las burguesías dominantes han llenado de amortiguadores sociales. Estas políticas sociales han sido conseguidas por los trabajadores gracias a las luchas, revueltas y revoluciones proletarias de los cien años anteriores al fatídico 1939, pero también a la inteligencia política de las burguesías dominantes, que han podido y querido utilizar una pequeña parte de la enorme masa de beneficios obtenidos de la explotación bestial de sus propios proletarios y de los proletarios de las colonias y de los países atrasados para destinarla a los amortiguadores sociales con los que financiar la corrupción sindical, política y social dentro de sus propias masas asalariadas. Es evidente el objetivo de acallar las necesidades más apremiantes del proletariado en el plano económico, pero también el de alimentar la competencia entre proletarios creando dentro de su masa nacional una capa mejor pagada y más «garantizada» (la famosa aristocracia obrera), vinculándola cada vez más a la defensa de la economía y la sociedad burguesa y enfrentándola a los demás proletarios. De este modo, la burguesía domina más fácilmente a todas las demás capas proletarias, entre las que ha desatado una guerra cotidiana por un puesto de trabajo, aunque sea precario o en negro, y por un salario, aunque sea de hambre o esporádico.
En esta vasta operación económica y social destinada a defender, en todos los países, un nivel de paz social gestionable a pesar de las inevitables luchas generadas por las crisis que la propia burguesía es incapaz de evitar, se ha insertado también el fenómeno de la inmigración que, con el paso del tiempo, es cada vez más numerosa e ilegal.
Cuanto más generan crisis y guerras las contradicciones económicas y sociales del capitalismo, más adquiere una dimensión mundial el fenómeno de las migraciones de masas proletarias cada vez más numerosas hacia los países más ricos y, al menos temporalmente, más estables. Así, los migrantes se convierten, más allá de su voluntad, en una carta más que la burguesía utiliza para aumentar la competencia entre los proletarios. La burguesía, mientras por un lado hace la guerra a la inmigración « ilegal», reprimiéndola, encarcelándola, tratando de bloquearla en las fronteras de cada Estado, rechazándola a los países de donde partió y donde su destino está marcado por la tortura, la explotación bestial y la violencia de todo tipo, o dejando morir a los migrantes en las travesías por mar o por el desierto, golpeando, con todo el cinismo del que es capaz, incluso a las organizaciones humanitarias; por otro lado, propaga la condición de marginación y precariedad de vida de los migrantes como una condición en la que pueden caer los proletarios autóctonos si no colaboran con los patrones y con el Estado, si no aceptan los sacrificios que la clase dominante burguesa exige para que su economía no se derrumbe.
Cada vez es más evidente lo que sostenía el Manifiesto de Marx-Engels en 1848, es decir, que no solo la supervivencia del capital se basa en el trabajo asalariado, en la explotación burguesa de la fuerza de trabajo obrera, sino que el trabajo asalariado se basa exclusivamente en la competencia entre los trabajadores.
La competencia entre obreros refuerza el dominio capitalista sobre la economía y el poder burgués sobre la sociedad. Por lo tanto, la lucha proletaria en defensa de sus intereses inmediatos de clase debe prever la lucha contra la competencia entre proletarios. Esta lucha de carácter general, que afecta a todos los proletarios, de cualquier país, edad, sexo y credo religioso o político, es una lucha que contiene toda la larga lista de reivindicaciones inmediatas, desde el salario hasta la jornada laboral, desde las medidas de seguridad en el trabajo hasta la nocividad, etc.
La lucha de clases del proletariado requiere objetivos, medios y métodos de lucha incompatibles con los intereses burgueses.
Las reivindicaciones inmediatas del proletariado y la lucha por conseguirlas, cuando se consiguen, no cambian por sí mismas la relación de fuerzas entre proletarios y burgueses; el capitalismo sigue en pie, los proletarios siguen siendo explotados como antes, con alguna pequeña variante positiva con respecto a la condición anterior, variante que los proletarios saben por experiencia que es temporal y que tarde o temprano será anulada o revocada. Lo que resulta ser realmente un hecho positivo desde el punto de vista de clase, y por lo tanto más general para los proletarios, se refiere a la lucha, los medios y los métodos de lucha, su organización, su orientación.
Las décadas de colaboracionismo sindical y político con la clase dominante burguesa han formado una gruesa costra sobre las tradiciones clasistas de la lucha proletaria, hasta el punto de hacer olvidar a las generaciones obreras actuales la capacidad disruptiva que posee la lucha proletaria en la medida en que se reapropia de los medios y métodos de lucha clasistas, es decir, de los medios y métodos que, respondiendo a una orientación general de clase de la lucha —y, por lo tanto, incompatibles con los intereses tanto inmediatos como históricos de la burguesía dominante— contribuyen a formar en las filas del proletariado una experiencia de lucha que la clase proletaria en general necesita absolutamente para poder sentirse una verdadera fuerza social capaz de cambiar completamente las condiciones de sometimiento a los capitalistas y a su poder político.
Los proletarios pueden volver a tener una fuerza social poderosa en la medida en que logren cortar los lazos con los que la burguesía los encadena a la defensa de sus intereses. Estos lazos están constituidos, en particular, por la red organizativa y política de las fuerzas oportunistas, tanto sindicales como políticas, alimentadas y sostenidas por la clase burguesa dominante porque sabe que el servicio de estas fuerzas en defensa del orden constituido le es vital. Hay situaciones en las que la democracia, el «Estado de derecho», las «libertades civiles» con todos sus aparatos especialmente creados ya no son tan eficaces para la defensa del poder político y social de la burguesía, o porque el proletariado ha llegado, concretamente, a amenazar con derribar el poder burgués con su insurrección y su revolución (y la respuesta de la burguesía fue el fascismo en los años veinte del siglo pasado), o porque la burguesía no tiene la fuerza económica y social para lograr que su propio proletariado se someta dócilmente a sus intereses (como es el caso de las dictaduras militares de Pinochet o Al-Sisi). El hecho es que, en las largas décadas posteriores al segundo matadero imperialista mundial, el proletariado de los países avanzados se vio profundamente influenciado por el oportunismo reformista que alimentó las ilusiones democráticas y por el estalinismo que alimentó las ilusiones de un socialismo à la carte, en realidad un capitalismo nacional menos elitista y más «popular». Esta influencia política y social siempre se ha basado precisamente en esas migajas de beneficio que la burguesía dominante había decidido conceder al proletariado en general para mantenerlo tranquilo y seguir ilusionándolo con las propiedades taumatúrgicas de la democracia parlamentaria, gracias a la cual se abrían las puertas del gobierno a los partidos que se definían «socialistas» y «comunistas».
El desarrollo del capitalismo en su fase imperialista, además de impulsar la concentración económica a niveles monopolísticos nunca antes vistos, empuja al mismo tiempo la competencia en el mercado mundial a niveles antagónicos cada vez más agudos, hasta obligar a las burguesías de todos los países a privilegiar sus aparatos militares y políticos por encima y en contra las instituciones democráticas y parlamentarias de las que se ha servido y se sigue sirviendo hasta hoy. La tendencia del Estado a pasar de «Estado de derecho» — falsamente «al servicio de la sociedad» — a Estado policial es ya evidente en todos los grandes países imperialistas que, a su vez, han marcado y siguen marcando el camino de los demás países. Y, una vez más, lo que los Estados Unidos de América heredaron de la Europa imperialista se lo devuelven con la confirmación de que esta es exactamente la dirección que deben tomar los Estados imperialistas, mostrando también cómo el proletariado estadounidense ha sido corrompido y aprisionado en la red de la colaboración de clases.
El proletariado se encuentra hoy en una situación muy particular: ha aumentado numéricamente a nivel mundial, pasando a constituir la gran mayoría de la población incluso en los países atrasados en términos capitalistas mientras que, en los países avanzados en términos capitalistas, capas de la pequeña burguesía arruinadas por las crisis económicas han acabado, y acaban sistemáticamente, en las condiciones de existencia del proletariado. Estas capas de la pequeña burguesía, sin embargo, traen consigo las aspiraciones, los hábitos y los prejuicios característicos de estas clases medias que oscilan continuamente entre la gran burguesía y el proletariado: aspiraciones, hábitos y prejuicios que inevitablemente refuerzan, en las capas proletarias, junto con las ilusiones democráticas y reformistas, también los sentimientos nacionalistas y racistas que distinguen precisamente a la pequeña burguesía, sobre todo en períodos de crisis económica y social prolongada.
Contra la influencia directa de la clase burguesa dominante, contra la influencia adicional de la pequeña burguesía y contra las tendencias oportunistas con las que la burguesía tiende a envolver a la masa proletaria en una telaraña viscosa y paralizante, la clase proletaria solo puede defenderse y contraatacar rompiendo su colaboración de clase con la clase de los explotadores y con los estratos sociales que la sostienen. El proletariado debe cortar los lazos demócratas, nacionales y patrióticos que lo atan al carro de la burguesía, gracias a los cuales esta última lo prepara no solo para sacrificios aún más pesados que los que ya soporta a causa de las crisis económicas, sino sobre todo para convertirse en carne de cañón en una guerra que ya está presente en Europa y en sus fronteras (ayer en la ex Yugoslavia, hoy en Ucrania y Gaza) y que se prepara para convertirse en una guerra mundial.
El proletariado de los países imperialistas tiene una gran responsabilidad histórica hacia su propio futuro y hacia el futuro del proletariado mundial: su lucha de clases es la única que podrá levantar el destino del proletariado mundial frente al dominio aplastante del imperialismo. La lección extraída de la gloriosa lucha revolucionaria del proletariado ruso, que se levantó en plena Primera Guerra Mundial imperialista y salió victorioso en su revolución antizarista y antiburguesa gracias a la firme y visionaria dirección del partido de Lenin, y capaz de sostener durante un decenio la organización internacional de la lucha proletaria sin la aportación decisiva del proletariado de los países capitalistas avanzados – de Europa y América – es una lección histórica que no debe olvidarse. Si la revolución internacional, iniciada en Rusia en 1917, no pudo afirmarse en Europa, constituyendo así un bastión invencible contra la burguesía mundial, y a pesar de la enorme combatividad del proletariado alemán, en aquel momento punto de referencia del proletariado mundial, es porque la influencia aún dominante del oportunismo reformista y democrático de la socialdemocracia de entonces paralizaba de hecho el movimiento proletario en todo el mundo civilizado. El oportunismo obrero se apoya en bases materiales bien precisas, lo sabe la burguesía dominante y lo saben los comunistas revolucionarios. Las bases materiales están constituidas por las reformas, las concesiones que la burguesía realiza para que la lucha proletaria no adquiera el carácter de clase, es decir, el carácter específicamente antiburgués y anticapitalista. La burguesía sabe por experiencia histórica que no tiene ninguna posibilidad de enterrar para siempre la lucha de clases del proletariado, no puede hacerla desaparecer de su horizonte social porque es su propio modo de producción el que genera las contradicciones de la sociedad dividida en clases antagónicas, contradicciones que son la causa de la lucha de clases. La burguesía no domina, sino que está dominada por el modo de producción capitalista que, una vez activado a través del desarrollo de las fuerzas productivas y canalizado hacia las relaciones de propiedad privada, la producción mercantil para las empresas y las relaciones de apropiación privada de la producción social, escapa al control preventivo de la clase burguesa. Es por esta razón que la burguesía no es capaz de resolver de una vez por todas sus crisis económicas, en particular las crisis de sobreproducción que cíclicamente ponen en peligro la estabilidad de toda la sociedad. Pero la lucha de clases que la propia burguesía ha librado desde su aparición, y que sigue librando contra el proletariado, le ha enseñado que, a la tendencia del proletariado a unir sus fuerzas para defenderse de las exigencias cada vez más intolerantes de la burguesía, debe responder con el aumento de la precariedad de la vida de las masas proletarias y con el aumento de la competencia entre los proletarios. El aumento de la precariedad de la vida y el aumento de la competencia entre los proletarios son las armas sociales que la burguesía de todos los países utiliza sin cesar.
Por esta razón, los proletarios deben luchar en estos dos niveles, niveles que no se anulan mutuamente, sino que exigen que la lucha proletaria avance en ambos si se quiere que tenga éxito en el camino hacia la emancipación del trabajo asalariado: a) en el terreno de la defensa de sus intereses inmediatos, relacionados con el salario, la duración de la jornada laboral, las condiciones de trabajo y de vida, lucha que se desencadena inevitablemente a nivel de una sola fábrica o un solo sector y en la que los proletarios experimentan y reconocen los puntos fuertes y débiles de su lucha, de su organización; b) en el terreno más amplio que afecta a las condiciones generales de vida de los proletarios, el terreno de la lucha contra la competencia entre proletarios, en el que desarrollar la solidaridad de clase que es la verdadera savia de la lucha de clases antiburguesa y anticapitalista.
Entonces, el proletariado de todo el mundo tendrá una razón real, de clase, para hacer renacer el Primero de Mayo como día internacional de la lucha proletaria contra el capital, una lucha insertada en la perspectiva de una emancipación de clase verdadera, sólida y eficaz de toda opresión capitalista, de toda contradicción económica y social, de toda degeneración social e individual causada por la sociedad mercantil por excelencia, la sociedad burguesa.
El futuro que la clase burguesa asegura al proletariado a nivel mundial es un futuro de esclavitud salarial, de miseria creciente, de opresión y represión, de crisis y guerra. El futuro al que está históricamente destinada la clase proletaria es un futuro en el que la mercancía, el capital y la clase que se apropia de él con toda la violencia de que dispone son derrotados y enterrados para siempre. En su lugar, en lugar de una economía que, como un cáncer, debilita, erosiona y destruye la energía vital de las fuerzas productivas, sometiendo el trabajo vivo al dominio del trabajo muerto, de los medios de producción y del capital, el proletariado revolucionario —una vez derrocado el poder político dictatorial de la burguesía e instaurada su dictadura de clase— pondrá en marcha una verdadera economía social, una economía que responda exclusivamente a las necesidades sociales de la humanidad y no al mercado y al beneficio capitalista. Una economía que no necesita una sociedad dividida en clases, que no necesita la división del trabajo, del dinero y que no necesitará, cuando la burguesía sea completamente derrotada a nivel internacional, un Estado de clase, de un Ejército Rojo que defienda al Estado proletario de los ataques de las burguesías aún capaces de luchar por restaurar su dominio y las leyes del capital y de la producción capitalista.
La sociedad comunista es el futuro histórico no solo del proletariado, sino de la especie humana: el proletariado, en cuanto clase social creada por el capitalismo, precisamente por su característica histórica de ser la clase sin reservas, sin propiedad y, por lo tanto, sin patria, en cuanto clase productora de toda riqueza, es la única clase revolucionaria de la sociedad burguesa, la única clase que en esta sociedad no tiene nada que perder, porque no posee nada, pero tiene un mundo que ganar; es la única clase que lucha por alcanzar una sociedad sin clases, por la desaparición de las clases y, por lo tanto, por la desaparición de toda opresión, de toda violencia de clase, de todo Estado que es el emblema de la violencia de la clase que domina sobre las demás clases sociales. ¡El partido comunista revolucionario lucha hoy por ese mañana!
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
www.pcint.org
23 de abril de 2025
Recibimos y publicamos los siguientes afiches y gráficas de
contenido agitativo, anti-capitalista y de crítica radical. Son puestas a
disposición para su libre uso y difusión en publicaciones o propaganda
(periódicos, revistas, fanzines, sitios web, octavillas, carteles, flyers, stickers etc.) que compartan alguna afinidad.
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Recomendamos también los blogs:
VER TODO: https://materialesxlaemancipac
Bélgica
¡Solidaridad de clase con Imad y todas las víctimas del capitalismo!
El 23 de marzo se celebró una manifestación en Seneffe, una ciudad de la provincia de Hainaut (Valonia), convocada por el comité «Justicia para Imad», exactamente dos años después del asesinato de Imad, un padre de 43 años, a tiros por parte de la policía. Con una bala en la cabeza y otra en el corazón. ¿Su crimen? Negarse a obedecer... Su coche estaba parado cuando la policía le disparó: una auténtica ejecución digna de un escuadrón de la muerte. Durante dos años, su familia y sus seres queridos han estado luchando para que se haga justicia y para que los agentes de policía implicados en su muerte sean procesados. No solo no han sido interrogados hasta ahora, sino que el pasado mes de febrero, a pesar de todas las pruebas, el fiscal pidió que se archivara el caso. Tal sobreseimiento, cuando se pronuncia, como suele ocurrir, equivale a una absolución pura y simple, es decir, al derecho a matar.
Los eslóganes coreados durante la manifestación expresaban la rabia de los manifestantes ante esta realidad: «¡No a la acción judicial, rabia popular!», «¡Sin justicia no hay paz!»...
La muy democrática Bélgica garantiza de hecho la impunidad de la policía si sus víctimas son de origen
extranjero o pertenecen a la clase trabajadora (desde la muerte de Imad, 5 personas han muerto a manos
de la policía): ¡no se trata de errores, sino de delitos graves! Los demócratas atribuyen la culpa de lo que llaman errores a las «manzanas podridas» y propugnan diversas medidas para prevenir estos «deplorables incidentes» que amplían la brecha entre la policía y los ciudadanos; incluso hemos visto a un sindicato policial, el CGSP, denunciar la violencia de algunos agentes de policía que «empañan la imagen de la policía» y dañan «la confianza de la opinión pública en la policía» (1)!
Pero incluso en las democracias más democráticas, la policía no es más que un instrumento de control y
represión al servicio del orden burgués; utiliza la fuerza, la violencia, y para cumplir su función nunca
dudará en violar todas las reglas que deberían hacerla más «humana», más respetuosa con las formas
legales. Puede suceder que la violencia policial sea condenada, como en el caso de la represión de la
manifestación del 24/1/21 «contra la justicia de clase y racista» (2), pero se trata solo de una excepción
que confirma la regla: más del 94 % de las denuncias contra agentes de policía se archivan y las raras
condenas que se pronuncian suelen ser suspendidas, cuando no anuladas en apelación (3). «El Estado de
derecho» es una falsificación de la burguesía; la justicia es, de hecho, justicia de clase: solo una relación de fuerzas suficiente puede hacerla retroceder puntualmente.
La justicia definitiva para todas las víctimas de la policía y del capitalismo en general no vendrá de una
democratización ilusoria, sino del proletariado de clase que se vengará de ella derribando para siempre
este sistema asesino.
________
(1) Comunicado de prensa conjunto de la CGSP-Policía y la CGSP-Bomberos
tras la paliza a los bomberos en Bruselas durante la manifestación del
13 de enero. Un policía de paisano fue incluso golpeado por sus colegas,
que lo confundieron con un manifestante: los riesgos del oficio... No
hace falta decir que la toma de posición del CGSP fue inmediatamente
condenada por los altos mandos de la policía y por los sindicatos
policiales mayoritarios...
(2) Condena pronunciada el 14 de marzo por
maltrato contra el Estado, la policía de Bruselas y el alcalde (PS) de
Bruselas-Ciudad. Por supuesto, estas autoridades han recurrido...
(3) https://collectifisos.be/index.php/justice-pro-police/
7 de abril de 2025
Partido Comunista Internacional
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La llamada “guerra comercial” de los aranceles lanzada por el ultraderechista Donald Trump, está provocando un nuevo salto en la crisis económica mundial del capitalismo. Pocas veces se ha visto que una medida de un presidente de los EE.UU. provoque tal desbarajuste en la economía mundial. Trump lo logró.
El lunes 7 de abril se lo definió como un “lunes negro”: los mercados bursátiles mundiales se desplomaron tras los aranceles impuestos por Trump. Pero tal es la crisis que ya el jueves 3 hubo otra caída que se dijo que era “un jueves negro”
Los analistas ya calificaron lo ocurrido como una caída “histórica” e incluso como un verdadero “baño de sangre” en los mercados asiáticos y europeos y de “consecuencias devastadoras”. No quieren aún hablar de “crac” pero es lo más parecido.
La Bolsa de Tokio fue una de las más afectadas, desplomándose un 7,8 % y también experimentaron fuertes caídas en Seúl (5,6 %), Sídney (4,2 %) y Hong Kong, donde el índice llegaba a perder cerca de un 13 %. Las bolsas europeas no escaparon al pánico: el DAX alemán cayó un 6,5%, situándose en 19.311,29 puntos, mientras que el CAC 40 de París retrocedió un 5,9% hasta los 6.844,96 puntos. En Londres, el FTSE 100 perdió un 5%, cerrando en 7.652,73. También cayeron las bolsas de los EE.UU. con Wall Street a la cabeza.
Los aranceles es más leña al fuego a la crisis de la economía capitalista
Trump anunció con “bombos y platillos” esta “guerra arancelaria” planetaria como “el día de la liberación” y con el falso y ridículo argumento de que EE.UU. era un “victima” de los países del mundo que se “enriquecieron con EE.UU.”. Puso de ejemplo, casi grotesco, a Camboya. “Miren Camboya”-dijo, cuando según el propio Banco Mundial el trabajador camboyano promedio gana 6,65 dólares por día. O sea, que no llegan ni a 140 dólares por mes.
La realidad es que los EE.UU., con sus multinacionales, sus bancos y el FMI, son los opresores y saqueadores de los países y pueblos del mundo. Las diez empresas más grandes del mundo, por ejemplo, son estadounidenses. Son parte del 1% de la población mundial (unos 56 millones de personas en un mundo de 8 mil millones de habitantes) que se apropian del 45% de la riqueza mundial.
La debacle y decadencia del sistema capitalista-imperialista lleva a que un desesperado ultraderechista como Trump lance esta “guerra” arancelaria pretendiendo extorsionar a los países con los que tiene intercambio comercial, incluso sus aliados y subordinados para negociar y sacarles concesiones políticas y económicas.
Tan locoide y desesperado ha sido el anuncio de los aranceles, que Trump incluyó en la lista a dos pequeños y remotos islotes solo poblados por pingüinos y focas. Las islas Heard y McDonald, ubicadas a 4.000 km al suroeste de Australia, solo son accesibles mediante un viaje en barco de siete días desde Perth, y no han sido visitadas por humanos en casi una década.
Según Trump, esta “guerra arancelaria” haría que los EE.UU. pase a tener “una era de oro” y que “salga de su declive”. Anunciando entusiastamente que ya “llegan las inversiones” y que se “abrirían nuevas fuentes de trabajo”. El “sueño americano” estaría otra vez a la vuelta de la esquina. Pero todo indica que puede ocurrir lo contrario, en EE.UU. y el mundo.
El terremoto económico en curso puede derivar, según los propios analistas imperialistas, en una recesión en EE.UU. y en el mundo. Lo que llevaría a un mayor estancamiento de la economía capitalista con caída del empleo y de los salarios. La inflación que Trump dice combatir podría crecer en el país del norte ya que los aranceles, a los productos importados (alimentos, juguetes, calzado o automóviles) hará que los empresarios descarguen esos impuestos sobre los precios, Con lo cual hará caer el nivel de vida del pueblo trabajador estadounidense.
Hasta sus aliados de las multinacionales y el FMI lo critican
Tal es el caos que ha provocado Trump que encumbrados aliados de Trump salieron a poner en duda o, directamente, a cuestionar esta política arancelaria.
Entre ellas está la directora general del FMI, Kristalina Georgieva, que señaló que los aranceles “representan claramente un riesgo considerable para las perspectivas mundiales en un momento de débil crecimiento”. (Clarín, Argentina,4/4/2025).
El presidente de JPMorgan, Jamie Dimon, se ha sumado al creciente clamor empresarial contra la guerra comercial: “La fragmentación económica con nuestros aliados puede ser desastrosa a largo plazo”, advierte el banquero. (…) que cree que los aranceles frenarán el crecimiento, aunque cree que aún está por ver si provocarán una recesión. Los analistas del banco, el mayor de Estados Unidos, han convertido ya la recesión en su escenario central para Estados Unidos y también ven crecientes probabilidades de recesión global. Dimon pide que se aclare el panorama lo antes posible para minimizar el daño” (El País, 7/4/2025).
El multimillonario dueño del grupo Virgin, multinacional que invierte en diversos sectores, como viajes, telecomunicaciones, música y entretenimiento, Richard Branson, critica los aranceles y dice que “este es el momento de reconocer un error colosal y cambiar el curso”.
Dan Ives, analista principal de Wedbush Securities califica a los aranceles de Trump como «el mayor desastre visto en los mercados. Será en Armagedón económico” (Clarín, 6/4/2025).
Insólitamente, hasta las grandes multinacionales tecnológicas, que apoyan a Trump, se ven afectadas en sus super ganancias. Son las llamadas “Siete Magníficas”. Entre ellas, Apple, Amazón, Alphabet (Google), Microsoft, Nvidia y hasta Tesla, de Elon Musk, que sufrió una caída del 50% en sus acciones. Además, casi todas estas empresas tienen la mayor parte de su producción en China o Vietnam, países que sufren altos aranceles de Trump.
En menos de una semana, por la caída de las bolsas, se perdieron la extraordinaria suma de 6 billones de dólares (millones de millones) de las principales empresas que cotizan en Wall Street (Datos AP, Bloomberg, en Clarín, 6/4/2025).
Ante la crisis provocada, Trump no piensa aflojar. Salió a amenazar a China con poner un 50% más de arancel, por sobre los ya anunciados. Ante las críticas y las protestas callejeras, un Trump virulento no tuvo pelos en la lengua y señaló: “Estados Unidos tiene la oportunidad de hacer algo que debería haberse hecho hace décadas. ¡No sean débiles! ¡No sean estúpidos! ¡No sean unos “Panican” (un nuevo partido basado en personas débiles y estúpidas)! Sean fuertes, valientes y pacientes, ¡y la grandeza será el resultado!” (Ámbito, Argentina, 7/4/2025)
Trump expresa que el capitalismo sufre la crisis más grave de la historia
Esta pateada de tablero de Trump, político y económico, se explica porque desde hace décadas, el capitalismo imperialista está atravesando una crisis enorme, económica, política, social y ambiental.
No es una crisis coyuntural. Pero si la política de Trump está provocando el comienzo de un nuevo pico agudo de crisis económica global.
Los socialistas revolucionarios consideramos que es la más grave de su historia porque incluso es superior a la del año 29 del siglo XX. Primero y principal porque es más duradera, se extiende más en el tiempo que aquella. Comenzó en 2007/2008 y ya lleva 17 años. Segundo porque se terminó encadenando con otras nuevas y con el agravamiento de la crisis ambiental generada por el propio capitalismo.
Se trata de un proceso más amplio de decadencia absoluta y de desorden del capitalismo imperialista. La causa más importante de no superación de la crisis tiene que ver con que pese a los planes de ajuste y saqueo de los gobiernos capitalistas, la clase trabajadora y los pueblos, continúan resistiendo con sus luchas. Por eso la perspectiva, es a más crisis y a su profundización sino logramos su superación con gobiernos de las y los trabajadores que abran el camino del socialismo.
En este marco Trump lanza una contraofensiva imperialista contrarrevolucionaria. Busca subordinar a su política de saqueo y explotación, a los imperialismos como China, que es la segunda potencia mundial, a los imperialismos menores, como la Unión Europea o Rusia y las semicolonias del mundo. Y, por otro lado, trata de derrotar las luchas de movimiento de masas, revertir las conquistas de la cuarta ola de las mujeres, los derechos de las disidencias sexuales. Unido a una ofensiva racista y anti migratoria en los EE.UU. y el mundo.
Trump combina esta ofensiva de cambio buscando un nuevo realineamiento mundial, rompiendo los acuerdos interimperialistas post Segunda Guerra Mundial. Se acerca, por ejemplo, a un pacto con Putin y Rusia, rompiendo los acuerdos con la Unión Europea. Pretende quedarse con territorios, como Groenlandia, o con el control del canal de Panamá, que violaría las propias leyes internacionales de la burguesía imperialista que formalmente se impusieron hace 80 años.
El intento de Trump de superar la crisis y el desorden mundial que vive el imperialismo, está condenado al fracaso. La tendencia de la realidad es a que pegue un salto la crisis económica global, que aumenten los roces y choques inter burgueses y que, sobre todo, crezcan las luchas obreras y populares en EE.UU. y el mundo contra las consecuencias de mayor pobreza y crisis social que provoca el plan de Trump y de los planes de ajustes y resortes de sus gobiernos aliados.
La primera gran respuesta la comenzó a dar el pueblo estadounidense con más de 1200 movilizaciones, el 5 de abril, en distintas ciudades del país y que también se replicaron en muchas capitales de Europa. En EE.UU. la movilización tenía como consigna central ¡Quita tus manos! Dirigida contra Trump y Elon Musk, quien está a cargo de los despidos masivos de trabajadoras y trabajadores del estado. Se habrían movilizado más de 5 millones de personas.
Estas movilizaciones de trabajadores, estudiantes, inmigrantes, mujeres y disidencias marcan el camino para enfrentar y derrotar los ataques reaccionarios del ultraderechista Donald Trump en Estados Unidos y todos los países del mundo.
7 de abril de 2025
Miguel Sorans - Miembro de las direcciones de Izquierda Socialista, de Argentina, y de la Unidad de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta internacional (UIT-CI)
A comienzos de marzo del 2025 en el municipio de Tehuchitán Jalisco, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, conformado por familiares y voluntarios ocupados en la búsqueda de fosas clandestinas para la identificación de cuerpos de personas desaparecidas, se toparon con un macabro hallazgo, el cual se equiparó al de un campo de exterminio.
En el lugar de los hechos se encontraron con hornos crematorios clandestinos, restos óseos, vestimenta, calzado, cartas de despedida y varios objetos personales; que días después algunos fueron reconocidos por familiares de las víctimas desaparecidas. Se confirmó también que en esa propiedad donde se hizo el hallazgo, era un centro de operaciones y adiestramiento perteneciente al Cártel Jalisco Nueva Generación. En los días posteriores, en otros estados del país como Tamaulipas y Veracruz, otros colectivos buscadores hallaron también fosas clandestinas, sumándose a las miles de fosas encontradas en todo el país en las últimas décadas.
Desde hace años ya circulaba información en diversos reportajes acerca de la desaparición de jóvenes precarizados de clase trabajadora de entre
18 y 25 años, que eran reclutados por la fuerza por los cárteles de la droga, enganchándolos con artimañas y engaños mediante falsas ofertas de trabajo, para que, una vez acudieran a un lugar citado, fueran secuestrados para obligarlos, por medio de la violencia, a trabajar para ellos [1] . En este sentido, dichos hechos arrojan por tierra el mito de que ser sicario era sinónimo de una vida de lujos y exceso (viajando en autos de alta gama, derrochando el dinero en fiestas, rodeados de mujeres, mascotas exóticas, joyas y alcohol fino), el cual ha incentivado a muchos jóvenes de zonas rurales y marginadas a unirse a las filas de los cárteles. Con el paso de los años se demuestra que ha perdido cierta credibilidad, pues los miles de muertos, desaparecidos, desplazados y familias rotas no han sido en vano y sirven de ejemplo para no tomar parte en ese negocio. Es por esto mismo, que estas mafias organizadas no tienen otra opción que recurrir a métodos cada vez más deleznables para reclutar gente que haga su trabajo sucio.
Por otro lado, la respuesta del gobierno oficial y de la izquierda nauseabunda encabezada por MORENA y los simpatizantes que le dan su “apoyo crítico”, ha sido la del negacionismo de los hechos, con un alto grado de cinismo, deslindándose de toda responsabilidad y acusando de “complot y conspiración” “orquestado por la oposición derechista para deslegitimar su gobierno”. De más está decir que poco o nada le importan los asesinatos y desapariciones, ni mucho menos dar con los culpables.
No nos extraña tal posicionamiento proveniente de una izquierda mojigata delirante, socia y servil de los grandes capitalistas nacionales y extranjeros. El actual gobierno, que se jacta de ser “progresista” y brindar “apoyos sociales”, lejos de ser la caricatura que nos pintan los derechistas que lo acusan de ser un “gobierno socialista” y hasta “comunista”, en los hechos reales no busca trastocar siquiera un poco la estructura económica y social, sino por el contrario, se ha encargado de impulsar proyectos de desarrollismo capitalista urbano y de “seguridad” [2] que solo benefician a los a intereses de los sectores empresariales y conglomerados nacionales y extranjeros (turísticos e inmobiliarios), a costa de la destrucción de la naturaleza, el desplazamiento forzado de poblaciones [3] .
Por su parte, la derecha rancia (encabezada por PAN, PRI, Movimiento Ciudadano) ha aprovechado la situación y ha abogado en su discurso por
reavivar la estrategia del mequetrefe Felipe Calderón de “guerra contra las drogas con mano dura” [4] , aderezándola con copiar el modelo de Nayhib Bukele en el Salvador, cuya campaña de “estado de excepción” lejos de lo que canta la prensa y los medios, no ha hecho otra cosa que
encarcelar a miles de personas inocentes sin relación alguna con las pandillas y usarlas como fuerza laboral en condiciones de esclavitud.
Lejos de haber eliminado el problema de las pandillas, solo ha provocado que muchos de sus líderes simplemente emigren a otros países para continuar sus operaciones o unirse a otros cárteles locales [5] .
En este sentido, el combate a las drogas tiene más una careta moralista que real, los Estados no combaten al narcotráfico, simplemente lo regulan moviendo las piezas a su conveniencia. Las capturas de capos, la incautación de sus cuentas bancarias, los decomisos de drogas, la destrucción de laboratorios y las múltiples medidas tomadas, nunca frenarán la epidemia del consumo de drogas, porque este es un problema estructural bien incrustado en el funcionamiento de la sociedad capitalista. El tráfico de sustancias ilegales es un gran negocio que retribuye en grandes ganancias que fluyen hacia los bancos y la bolsa de valores. Un gran negocio que posibilita, además, pagar grandes sobornos a funcionarios del Estado (presidentes, gobernadores, alcaldes, mandos policiales, militares e incluso miembros del clero), por consiguiente, no es extraño que existan grandes intereses en preservar y hacer que crezca esa fuente de dinero.
El narcotráfico es una industria que no puede separarse del capitalismo empresarial que opera legalmente. Esas mafias encabezadas por grandes capos, cuyas estructuras jerarquizadas se alimentan de la sangre humana, no tienen nada que envidiar a los grandes conglomerados y corporaciones madereras, mineras y petroleras, cuyo modus operandi en todo el mundo, también es el despojo y el asesinato de poblaciones endémicas (y que casualmente muchos de esos grupos armados que emplean las empresas para amedrentar, son conformados por miembros de las mismas mafias de traficantes).
No es que el Estado y sus instituciones estén corrompidas por la mafia, el Estado es una mafia más en sí mismo, pero que opera bajo la cobertura de la legalidad. El Estado es una fuerza organizada, un monopolio de la violencia al servicio de la burguesía; no importa si gobierna la izquierda o la derecha, sus cambios camaleónicos son solo una careta para encubrir su verdadera función: servir al sistema capitalista.
Por otra parte, el adiestramiento y la formación de los cuadros logísticos y militares de los miembros de los cárteles, no sería posible sin la participación de las mismas fuerzas armadas (incluyendo a altos rangos del ejército y fuerzas especiales) y de las corporaciones policiacas, que abastecen de activos a sus filas; los cuales son los encargados de transmitir todo el conocimiento sobre tácticas en uso de armas, inspección del terreno, asesinato, interrogación, vigilancia y tortura (mismo conocimiento que es utilizado contra el proletariado cuando se rebela e insurrecciona)-
Otro de los principales responsables de la situación son los EEUU (capitalismo imperialista en decadencia), siendo el principal consumidor de sustancias a nivel mundial [6] , primero por crear en la población la adicción a los analgésicos (a base de opioides) que son vendidos sin prescripción médica alguna; además de ser el principal proveedor a granel de armas a los cárteles. Todo esto evidencia que la estrategia propuesta por Donald Trump, que las derechas aplauden, de una “intervención militar en México para combatir a los carteles” es una burda falacia, que en nombre de “la seguridad”, esconde intereses de mayor control e injerencia [7] en su guerra política y comercial contra las potencias orientales.
Esclavitud, tráfico de mujeres, tráfico de órganos, cobro de piso, eliminación física de grupos rivales, empleo del terror armado, son solo algunos de los aspectos derivados de una industria psicópata que opera bajo la dinámica y las leyes del capitalismo (competencia, lucro, estafa), solo que, llevada a su máxima expresión, operando libremente sin trabas legales y despojándose de todo discurso moral. Como ya se mencionaba en la obra El Capital, el capitalismo viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies a la cabeza.
Es necesario que, como clase desposeída, como proletarios, entendamos que ni el Estado ni la burguesía son nuestros aliados. No solamente porque están hasta el hueso de coludidos con las mafias de traficantes, sino porque sus intereses están dirigidos a preservar este estado de cosas existente. En toda “guerra contra las drogas” siempre seremos el “daño colateral” de los reajustes en su negocio, ya sea por encontrarnos en el fuego cruzado o como carne de cañón que se enlista en su ejército; mientras la burguesía y los poderosos se orinan y cagan sobre nosotros.
El único camino que nos queda es empuñar el arma de la crítica sobreponiéndonos a la razón dominante, frente a la noción de que este es “el mejor de los mundos posibles” y el “orden natural de las cosas”; como proletarios, debemos afirmar la perspectiva revolucionaria, la comunidad de lucha, el apoyo mutuo y la confianza en nuestras propias fuerzas, a contracorriente de la figura de individuo ciudadano, atomizado y aislado, pues ese es el ideal que la burguesía quiere para nosotros, porque así resulta más fácil mantenernos vulnerables y dóciles ante sus manipulaciones.
Agrupación Autónoma Rabia Colectiva
Marzo 2025
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Notas:
1 - Hay testimonios de sobrevivientes que escaparon del secuestro.
2 - En los sexenios anteriores donde gobernaron los partidos de la derecha, se buscó decretar la institucionalización de una policía facultada legalmente para ejercer tareas que hasta ese momento eran “exclusivas” del ejército, ante lo cual, la izquierda oficial encabezada por AMLO se opuso bajo la bandera de la paz y las libertades civiles. No obstante, cuando en el 2018 esa misma izquierda conquistó la presidencia y la mayoría parlamentaria, logró barrer con todos los obstáculos legales para la formación de esa policía militar, dando paso a la creación de la Guardia Nacional. Pero no sólo en este aspecto Morena fue superior a sus antecesores, sino que además, brindó mayores poderes y facultades al ejército, otorgándoles control sobre infraestructura estratégica como puertos, trenes y aeropuertos. Por si fuera poco, desde la administración e AMLO, se ha absuelto de sus crímenes a altos mandos del ejército, que habían sido arrestados por su comprobada complicidad con el narcotráfico y relacionados al caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
3 - La gentrificación y la turistificación ha sido impulsada y respaldada desde la administración de AMLO, contribuyendo al incremento de la explotación y precarización de las condiciones de vida de la clase trabajadora.
4 - Guerra que además de costar miles de muertos y desaparecidos, en realidad fue una patraña encubierta para apoyar al Cartel de Sinaloa en su disputa contra el Cartel del Golfo y los Zetas.
5 - Cabe agregar que más allá de las bellas idealizaciones que se le adjudican, Bukele ha decretado la reactivación de la industria minera en El Salvador, que beneficiará a capitalistas privados y ha despojado a poblaciones pobres y contaminando sus tierras y mantos acuíferos. Por si fuera poco, su gobierno ha autorizado que las mega cárceles recientemente construidas, funcionen también como un “Guantánamo” para los inmigrantes venezolanos deportados por el gobierno de Trump.
6 - Récord que viene encabezándolo desde los años 70s, por la demanda de heroína para los soldados vueltos de Vietnam. Además, es importante recordar que fue el mismo gobierno norteamericano quien introdujo las drogas en los barrios pobres como estrategia anti-subversiva y contra la organización de proletarios negros y chicanos, durante las décadas de los 60s y 70s. También destaca el hecho de que, durante la ocupación yanki en Afganistán en la primera década del siglo XXI, se disparó la producción de opio para su comercialización mundial, y que además creó un gran número de adictos entre la población local.
7 - A saber, la apropiación de los recursos naturales como es la intención de hacer con Ucrania.
Los líderes burgueses se preparan para la guerra,
¡Preparémonos para la guerra de clases!
Los anuncios de la inminente introducción por parte de los Estados Unidos de elevados aranceles aduaneros sobre las mercancías europeas, después de los ya vigentes sobre las canadienses, mexicanas y chinas, acompañados de las declaraciones antieuropeas de Trump y sus colaboradores más cercanos (como la petición de anexionar Groenlandia, territorio bajo dominio danés) provocaron consternación entre los líderes europeos ante la amenaza de una guerra comercial. Pero la decisión de Trump de obligar a Zelensky a detener los combates, incluso suspendiendo de un día para otro los envíos de armas y la información de la «inteligencia» estadounidense a Ucrania, y de negociar un acuerdo de paz directamente con Rusia, sin involucrar a los europeos, supuso, para ellos, un verdadero shock: hasta entonces, la posición de los líderes europeos, reiterada por todos los medios de comunicación, era la de apoyar a Ucrania, junto con Estados Unidos, «hasta la victoria» de sus ejércitos; cualquier idea de alto el fuego antes de alcanzar este objetivo era denunciada casi como una traición a favor de los rusos.
Los líderes de la burguesía europea se reunieron rápidamente para asegurar a Zelensky su apoyo inquebrantable, pidiendo a su vez un alto el fuego (!), antes de que el presidente ucraniano, en acto de reparación y disculpándose con los estadounidenses, afirmara estar dispuesto a trabajar «bajo la firme dirección del presidente Trump» y firmar un acuerdo unilateral que concedería a Estados Unidos una parte significativa de los minerales del país.
En el momento de la independencia (1991), alrededor del 30 % de la industria bélica de la antigua URSS estaba localizada en Ucrania; en este sector operaban unas 700 empresas ucranianas, que daban empleo a más de un millón de personas. Pero las graves dificultades económicas imposibilitaron las grandes inversiones que habrían sido necesarias para reorganizar esta industria, privada repentinamente del mercado soviético, y para modernizarla. Tras caer en una profunda crisis durante años, la industria militar ucraniana ha experimentado un renacimiento gracias a las cuantiosas inversiones estatales a partir de 2014 (fecha de la anexión de Crimea por parte de Rusia y de los primeros enfrentamientos en el Donbass): en vísperas de la guerra con Rusia, en 2021, el presupuesto militar de Ucrania había aumentado un 1300 % con respecto a 2014. Hoy en día, hay unas 500 empresas industriales en el sector de armamento en el país (sin contar más de mil «start-ups») que emplean a casi 300 000 personas. Antes de que la guerra limitara sus ventas de armas al extranjero, Ucrania era el undécimo mayor comerciante de armas del mundo, justo después de España. Todo esto demuestra la realidad y el poder del complejo militar-industrial ucraniano, que no puede dejar de influir en la política de guerra de este Estado (1). Sin embargo, para librar la guerra, Ucrania depende en gran medida de los suministros militares occidentales, procedentes principalmente de Estados Unidos, que disponen así de un medio decisivo para ejercer presión sobre ella: a pesar de sus declaraciones, los Estados europeos no son capaces de sustituir el apoyo estadounidense. Ante la imposibilidad de continuar la guerra hasta el último ucraniano, los líderes europeos han reaccionado anunciando una aceleración sin precedentes de los gastos militares, que ya estaban aumentando considerablemente, y multiplicando las declaraciones bélicas.
En Alemania, el 5 de marzo, los socialdemócratas del SPD y los conservadores de la CDU-CSU acordaron someter a votación en el Parlamento, sin esperar a la toma de posesión del nuevo gobierno salido de las elecciones, una ley destinada a eliminar la disposición constitucional que limita el déficit presupuestario; esto permitirá aumentar el gasto militar hasta casi 100 000 millones de euros al año, el doble de la cantidad actual (además de aumentar la inversión en infraestructuras del país), mientras se avanza en el restablecimiento del servicio militar obligatorio. En Gran Bretaña, el primer ministro había anunciado el 25 de febrero que el gasto militar, ya el segundo más alto de Europa, aumentaría del 2,3 al 2,5 % del presupuesto en 2027, el «mayor aumento del presupuesto militar británico desde el final de la Guerra Fría», y que debería alcanzar el 3 % en 2030. En Francia, el 20 de febrero Macron había estimado que el gasto militar podría aumentar hasta el 5 % del presupuesto (frente al 2,1 % actual) y en su declaración televisiva del 5 de marzo reiteró, sin dar cifras, que había que emprender más gastos militares «lo antes posible». En Italia, el presupuesto previsto para gastos militares aprobado el pasado mes de octubre para 2025 indicaba un total de 32 000 millones de euros (+12,4 % con respecto a 2024 y más del 60 % con respecto al decenio 2016-2025). Esto significa que en 2025 Italia gastará 7 000 millones más que en 2024 y, según el plan ReArm Europe de 800 000 millones en el cuatrienio 2025-2028, gastará 17 000 millones más en 2026, 27 000 millones más en 2027 y 37 000 millones más en 2028, es decir, 88 000 millones de euros más en total respecto al 1,5 % del PIB actual (2).
En el caso de España, que es el país de la OTAN con el presupuesto militar más bajo (no llega al 1,6 % oficial en las cuentas del Ministerio de Defensa, si bien supera ampliamente esta cifra teniendo en cuenta los “gastos ocultos” que se disimulan en las cuentas de otros ministerios pero que responden realmente a Defensa) el presidente Pedro Sánchez se ha comprometido a aumentarlo, para 2029, a 32.000 millones de euros, lo cual implicará colocarse en el entorno del 2% que exigen sus socios europeos (3).
El 6 de marzo, los líderes de la UE aprobaron el plan de la Comisión Europea de 800 000 millones de euros para «rearmar Europa», etc. Para completar el cuadro, añadamos que los británicos y los franceses han declarado estar dispuestos a enviar soldados para garantizar un alto el fuego en Ucrania y que los franceses han propuesto extender su «paraguas nuclear» a otros Estados europeos (4). El aumento de los gastos militares y el «apoyo a Ucrania» se justificaron ayer con el argumento de que era necesario asegurar la victoria de Kiev y castigar a Rusia por sus violaciones del derecho internacional y sus crímenes de guerra: todos han visto que en el caso de Israel las violaciones del derecho internacional y los crímenes de guerra no han supuesto ningún «castigo» por parte de los países europeos, que en realidad han sido cómplices, porque los estados burgueses respetan la ley solo si sirve a sus intereses. El fuerte aumento adicional de los gastos militares anunciado con gran alboroto y el clima belicista difundido por los medios de comunicación se justifican hoy en día por la inminente amenaza que Rusia representaría para Europa en el probable caso de un cese de los combates en Ucrania y en la perspectiva de una retirada de los Estados Unidos (5).
Lo absurdo de los argumentos utilizados por esta propaganda burguesa no puede ocultar el hecho de que el capitalismo se está moviendo inexorablemente, a escala internacional, hacia enfrentamientos militares de «gran intensidad», algo de lo que todos los Estados burgueses son conscientes. La perspectiva de un tercer conflicto mundial, resultado inevitable en algún momento de las crisis capitalistas, se está volviendo cada vez más concreta, aunque todavía no es inminente. Si los Estados Unidos de Trump quieren detener la guerra en Ucrania, no es por amor al «paz», sino porque, tras ver el fracaso de la guerra actual, buscan redirigir sus fuerzas hacia Asia, donde le espera un enfrentamiento decisivo con China. Los Estados europeos, que ya no tienen la certeza de mantener la alianza con los Estados Unidos, se están preparando a gran velocidad para poder desencadenar una guerra «por su cuenta». Y esta preparación no consiste sólo en el aumento de los gastos militares; consiste también y sobre todo en la regimentación de la población en general y de los proletarios en particular en torno a la unión nacional, es decir, en la defensa de los intereses del capitalismo nacional: los proletarios y los explotados están llamados a aceptar sacrificios, a renunciar a defender sus intereses de clase en nombre de la defensa de la patria antes de ser llamados, si es necesario, a derramar su sangre. Los proletarios pagarán los gastos militares adicionales en forma de reducción de los gastos sociales, que no son un regalo del Estado burgués, sino que forman parte del salario «diferido», ese salario no pagado directamente que ahora se utilizará para pagar los gastos militares: ¡la economía de guerra es ante todo guerra contra los proletarios!
Si no quieren ser super explotados hoy y servir de carne de cañón mañana, los proletarios deben negarse a someterse a las exigencias burguesas. Es posible oponerse a los sacrificios en beneficio exclusivo del capitalismo, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra, a condición de luchar por la defensa intransigente de los intereses proletarios. La negativa a la mortal unión nacional, la oposición a la paralizante colaboración entre las clases en nombre de la defensa de la patria, el retorno a la verdadera lucha de clase, basada en medios, métodos y organización clasistas, permiten unir a los proletarios de todas las nacionalidades contra el capitalismo y los Estados burgueses, con la perspectiva de derrocar este sistema de miseria, explotación y guerras y abrir el camino a la sociedad sin clases y sin Estados, el comunismo.
La burguesía se prepara para la guerra para defender el capitalismo, ¡preparémonos para la guerra de clases para poner fin al orden burgués!
Partido Comunista Internacional (El Proletario)- https://www.pcint.org/
9/3/2025
(1)Datos del SIPRI, 22/2/25 (https://www.sipri.org/commentary/topical-backgrounder/2025/transformation-ukraines-arms-industry-amid-war-russia ). A modo de comparación, en Francia operan directa o indirectamente en el sector de armamento entre 2.000 y 4.000 empresas, que emplean en total a 210.000 personas.
(2)https://www.milex.org/2024/10/30/esplosione-per-le-spese-militari-italiane-nel-2025-a-32-miliardi-di-cui-13-per-nuove-armi/ ; https://tg24.sky. it/mondo/2025/03/05/rearm-europe-spese-italia
(4) Pero Zelensky afirmó el 29 de enero que sería necesario desplegar «un mínimo» de 200 000 soldados europeos para garantizar la paz, algo imposible para los ejércitos europeos...
(5) Por ejemplo, el 19 de febrero, el primer ministro danés justificó el anuncio de un gasto militar masivo que debería superar el 3 % del presupuesto a finales de año con el temor de un rápido alto el fuego en Ucrania «porque podría dar al presidente Putin y a Rusia una mejor oportunidad [...] de movilizarse de nuevo y atacar a Ucrania o a otro país de Europa».
“BUSCAMOS LO MISMO QUE LA DEMÁS GENTE,
UN HOGAR”
Entrevista a Andrea Mellado, dirigenta
del campamento Vista Hermosa, Cerro Centinela
X victoria aldunate morales,
Lesbofeministas antirracistas Tierra y Territorio
“Es el sueño de tener un espacio para tus hijos. En Santiago vivíamos todos hacinados. El Felipe tenía 6 años cuando nos vinimos, allá no hablaba y acá pudo. Ahora dice que esta es su casa en la montaña. Acá protegemos la diversidad, hay boldo, tabaco del diablo, mucha flora nativa, estamos reforestando. Tenemos nísperos, manzanos y araucarias. Hemos estado limpiando porque antes llegaban camiones tolva y tiraban toda su basura”…
El cerro Centinela está alojado en la bahía del puerto de San Antonio y una parte de la comuna de Cartagena (Región de Valparaíso). Las comunidades de los 6 sectores de pobladoras y pobladores que lo ocupan están divididas por profundas quebradas. La toma se inicia en 2019 desde la invitación de los dueños a ocupar los terrenos. Cuando lograron elevar el precio de sus terrenos, esos mismos dueños demandaron a la gente. Desde entonces han pasado más de 4 años, varias demandas y amenazas, además del escarnio público.
Aunque no sucedió, la Corte de Apelaciones de Valparaíso recientemente había fijado el desalojo para el 27 de febrero (2025) desde las 10 de la mañana. Los medios de comunicación masivos como Radio Biobio (de alcance nacional) y otros, festinaban la medida defendiendo “la propiedad privada” de los empresarios. ¿Sera que esta prensa “seria”, no contempla el Derecho Internacional que indica que los gobiernos nacionales, regionales y locales deben dar protección y realización del derecho a la vivienda adecuada y no dejarla en manos del mercado?
ES ESPECULACIÓN FINANCIERA, NO “USURPACIÓN VIOLENTA”
Andrea relata: “El dueño le dijo a la gente que viniera a tomarse el terreno. Acá no hubo usurpación violenta, como lo llaman en la nueva ley. Fuimos invitados.
Los primeros dueños eran la familia Solari que vendieron los terrenos a la inmobiliaria San Antonio, que de todas maneras son parte de la misma familia. Aparecieron Luis Medel, representante legal y Ricardo Posada Copano. Medel dijo: ¡Habiten todo el cerro, traigan a sus familiares, construyan barrios, casas bonitas, saquen los malos elementos, que esto se llene de gente! Nosotros vamos a llegar a un acuerdo de venta…
Mi mamá fue a esas reuniones a fines de enero de 2020, después vino Pandemia, pararon las conversaciones y cambió el representante legal, pasó a ser el mismo Ricardo Posada. En 2020 fue la primera demanda y en 2023 hubo otra, a una dirigenta diciendo que no sabían nada de nosotros y que estábamos haciendo usurpación violenta. Hubo abogados que presentaron recursos y se los rechazaban. Luego las abogadas de Defensa Popular presentaron otros recursos y se aplazó el desalojo en 6 meses. Más vecinos presentaron recursos, se los rechazaron, hasta que uno lo aceptaron y hubo otro aplazamiento hasta el 31 de enero. Luego ya sabes, vino la orden de desalojo”.
Y es que los mercados inmobiliarios actuales son pura especulación del mercado financiero. La misma vivienda que -tal vez- hace un par de décadas se compró a 13 millones, hoy se vende a diez veces más.
El capitalismo financiero transformó la vivienda en “mercado inmobiliario” para aumentar sus ganancias. Colocó un piso irreal sobre el verdadero valor de intercambio y hoy la vivienda es tratada solo como una mercancía en lugar de ser un bien social. Los gobiernos y los medios de comunicación afines al empresariado, lo avalan.
Andrea Mellado es dirigenta del sector “Vista Hermosa”, estudia para técnica jurídica, tiene 46 años, es madre de una hija y dos hijos. La mujer y un varón ya son adultos, y el pequeño, “el conchito”, dice Andrea, tiene solo 11 años. Antes de encontrarnos con ella ese día, acompañamos a otra habitante de Vista Hermosa a hacer compras de alimentos para una actividad con niñeces que habría ese mismo día más tarde, al entrar en la casa de esa vecina, vimos un autobús antiguo pintado de hermosos colores, adaptado como “Escuelita Libre”.
En las calles de “Vista Hermosa” no percibimos miradas desafiantes ni tenemos sensación de peligro alguno; nada que se asemeje a las calamidades que transmiten la teve abierta y radios chilenas de alto alcance.
¿Cuéntanos de las demandas legales?
Como te decía, el 2020 justo después de que Medel había invitado a la gente a vivir aquí, aparece la primera demanda desde la “Inmobiliaria y constructora San Antonio con Alvarez”, que serían los dueños de “Hijuela LLo-Lleo” y “Parcela Catorce” (San Antonio y Cartagena), y que tiene varios dueños que a su vez, son empresas. El abogado de la demanda se llama Diego Pereira, es solo una cara visible. Una vez fueron un par de dirigentas a hablar con él, y el hombre las amenazó con más demandas. Nosotras no hemos querido ir porque es como ir a hablar con tu verdugo.
¿Cómo te decidiste a vivir acá?
Al principio llegaron familiares. Yo vivía en Santiago arrendando y un primo me decía: vénganse al litoral. Nos vinimos en 2004, arrendamos en varios lados, pero en 2013 nos volvimos a Santiago. Había trabajo allá, pero éramos tres familias viviendo juntas. En enero de 2020 se vinieron mi mamá y mi hijo grande al Litoral. Se quedaban en una carpa. A comienzos de la pandemia, yo vivía en La Victoria. Acá en la toma, mujeres habían hecho la olla común “Los tomates”, y nosotras desde allá con la Asamblea Territorial de la Victoria, hacíamos onces y vendíamos comida para mandar alimentos a la olla. Luego llegó el momento en que me vine con mi familia, con todos los permisos, con las gatas y los niños.
¿Qué sentiste con el cambio?
Fue un cambio total de vida y hábitos. Acá cada familia tiene su propio espacio, su patio, su entorno bonito. Ya no estamos hacinados y empecé en la dirigencia. Te diría que más que me eligieran, yo me la tomé, me puse a hacer cosas necesarias. Ver lo de la luz y a incentivar la vida comunitaria. Comenzamos haciendo teatro y talleres de volantines con los niños y niñas. Se acercaron otras vecinas y me dijeron, “te ayudo”. Hemos estado en esto, construyendo, plantando árboles, haciendo huertos… Y entonces vino la amenaza…
GRAVE VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS
El desalojo forzoso es una de las violaciones más graves a los derechos humanos en el mundo. El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y el artículo 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) lo subrayan. Chile ha ratificado todos los tratados internacionales y regionales de derechos humanos con todas las enmiendas realizadas en el siglo XXI, pero –una vez más- este Estado se mueve turbiamente, pues, en la práctica, no reconoce lo que firmó: el derecho a la vivienda adecuada, en Chile decimos “vivienda digna”. Pero no es solo eso, es que además el Estado chileno bajo el actual gobierno promulgó una ley que permite catalogar de “violentos usurpadores” a todos y todas quienes se agencian un espacio para habitar.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU dice que el concepto “vivienda adecuada” no da pie a interpretaciones que no proporcionen al menos: tenencia segura, protección contra desalojos forzosos o demoliciones arbitrarias, derecho a elegir la residencia, a determinar dónde vivir, acceso no discriminatorio y adecuación cultural del territorio tomando en cuenta la expresión de identidad de quienes lo habitan, y sobre todo, participación en la adopción de decisiones relativas a sus viviendas en los planos nacional y comunitario. Nada de eso se está cumpliendo. Las y los pobladores del Cerro Centinela reciben insultos mediáticos en medio de especulaciones económicas permitidas legalmente al gran empresariado, y también han debido contemplar negociaciones a puertas cerradas entre Estado y empresarios.
No desalojaron porque ni el gobierno local, ni el regional ni el nacional podían garantizar albergues para más de 4 mil familias y cientos de animales domésticos. Menos proporcionar programas habitacionales para viviendas definitivas o arriendos temporales. Carabineros debía desalojar, arriesgando el incumplimiento de su supuesto deber institucional -como servicio público- de proteger la salud e integridad física de personas de grupos prioritarios entre las y los habitantes: 3 mil niñes y adolescentes, gente adulta mayor y con discapacidades físico-mentales, migrantes.
El catastro de las comunidades de los sectores San Antonio, Manuel Bulnes, Aguas Saladas, Fuerza Guerrera y Vista Hermosa, revela que la gran mayoría de sus habitantes son nacionales y el 13 por ciento migrantes con residencia definitiva o tramitándola; más de la mitad son familias haitianas.
En total son 10.251 personas, 4.136 familias, más del 45 por ciento son mujeres solas con hijos e hijas, personas con un alto índice de vulnerabilidad, pertenecientes a grupos del 60 y el 40 por ciento de menores ingresos del país. El 93 por ciento no tiene otra propiedad, esta es su única vivienda y son familias que no han logrado jamás un subsidio habitacional.
Mediáticamente se distorsiona la información diciendo que tendrían segundas viviendas…
Yo no soy de un discurso lastimero, pero la mayoría son casos sociales, por ejemplo, una mujer que salió de donde vivía porque abusaron a su hija, el agresor la tiene amenazada, entonces salió arrancando con la niña. Otra vecina arrancó con su hijo de un marido que le pegaba; una tercera por un hecho de violencia en donde vivía fue sacada por la policía y reubicada en el Litoral, pero después del juicio la dejaron a la deriva, no tenía cómo pagar arriendo y llegó acá. Mi mamá tuvo su subsidio en la población Santo Tomás en los años 80, se fue de ahí por lo peligroso y trató de comprar una vivienda que le ofrecía un empresario, ex militar dueño de una automotora, pero mi mamá llegó hasta 7° básico y firmó algo que la estafó, el tipo la dejó sin casa… Ese tipo de casos son personas de las que se dice que “tienen segunda vivienda”, pero en la realidad no la tienen.
¿Y lo de las familias de menos de tres integrantes?
La mayoría mujeres solas con un hijo, gente adulta mayor, pensionadas, discapacitadas y alguna gente joven que vieron en esto una oportunidad de no vivir allegados. Con esto que nos salieron ahora de “las cooperativas”, se supone que solo se acepta el 5 por ciento de familias unipersonales, pero para nosotros un requisito es que las acepten a todas.
CÓMO VA ESTO DE “LAS COOPERATIVAS”
Andrea explica: “Mira esto tiene una historia larga. Antes de la señora Gloria Maira, habíamos tenido reuniones con SERVIU. Ricardo Trincado habría conversado con los dueños para que unificara los terrenos y quedaran como uno solo, pero a Trincado lo echaron por el caso “Convenios” y hasta ahí llegaron las conversaciones. Después asumió Pablo Morán, dijo que venía a ayudar, que conocía el terreno porque era de San Antonio, pero no hubo avances. Vino el ministro de Vivienda a decir que se iba a comprar el terreno y que si los dueños se ponían “tozudos”, se iban a expropiar los terrenos. Belén Paredes, la SEREMI de Vivienda de la región, también vino con que iban a dar subsidios, pero después salieron con que no. Después de todo eso llego la señora Gloria Maira como delegada del ministro y se presentó como la gran salvadora. Nos dijo: “Yo traigo la solución, un abanico de propuestas”, pero no había tal “abanico”, al final nos salió con que la única opción era formar cooperativas y comprár. Según ella tenían conversaciones con los dueños, pero aun no acuerdos. Nosotros le insistíamos en que necesitábamos papeles firmados que digan que los dueños aceptan esto y el tiempo que se requiera para ello...
¿Hay otros campamentos que hayan hecho cooperativas?
Acá han venido todos. Vino también una señora de nombre Verónica Zorrilla del Ministerio de Vivienda, supuestamente experta en cooperativas y dio el ejemplo de la “17 de Mayo”. Que el Ministerio le estaría “haciendo” una cooperativa a esa toma. Pero tenemos comunicación con casi todos los campamentos y sabemos que son los mismos vecinos y vecinas de la “17 de Mayo”, quienes gestionan su cooperativa de forma independiente. Antes también el Estado les había ofrecido subsidios de arriendo, pero no les dieron nada, andan en búsqueda de terrenos. Y por otro lado, nosotros no estamos en la misma situación que la “17”, a ellos ya los desalojaron y son mucha menos gente.
¿Qué crees tú de las cooperativas?
Mira a nosotros si nos dicen algo tratamos de entender el tema. Trajimos a una persona que nos capacitó. Entendimos que es ilusorio porque no somos gente con capacidad de endeudarnos. Según la señora Gloria Maira el Estado sería nuestro garante ante los bancos que nos darían un crédito como cooperativa para financiar la compra. Nos habló de Banco Estado y COPEUCH. Fuimos a COPEUCH y no tenían ni idea; en Banco Estado tampoco, pero les pedimos que nos orientaran. Nos explicaron que la cosa es totalmente distinta. El Banco no habla con una cooperativa sino con una microempresa, y mide la capacidad de endeudamiento de cada integrante, y lo más que puede dar es una línea de crédito, pero jamás un crédito de consumo o un crédito hipotecario. Cuando se lo dijimos a la señora Maira, respondió que lo estaban viendo “a nivel gerencial”. Pero, no sabemos si simplemente ha sido estirar el tiempo como un chicle…
¿Para qué estirar el chicle?
Porque a ningún gobierno le conviene desalojar a tanta gente. Es un tema netamente político. No podemos predecir qué pasaría si llegan a desalojarnos en 6 meses más, si las cosas siguen igual, pero hay mucha gente que está dispuesta a defender sus casas… Siempre planteamos que la expropiación es la solución. La gente está de acuerdo en reordenarse, pero ellos tienen que hacerse responsables de la urbanización porque es algo inalcanzable para nosotros.
LA VIVIENDA, UN DERECHO, NO MERCANCÍA
Cuando le preguntamos si tiene alguna teoría sobre por qué quieren despejar el territorio de poblaciones, responde: “Por el proyecto del Megapuerto que comienza este año. Se lo ganó “Pavimentos Quilin” y, entre otros sectores, falta el tramo que cruza toda “Vista Hermosa” hasta Antonio Núñez de Fonseca. Cuando hablamos de eso con las autoridades, nos aquietaron diciendo que no iba a ser una carretera, sino solo una avenida. Pero como nunca se sabe, no tenemos certeza de cuánto metraje va a tener. Sacando la cuenta va a afectar a hartas familias, y nos dijeron que a esas familias la van a reubicar.
¿Qué crees de la “propaganda” sobre delincuencia y tren de Aragua en la toma?
No hay tren de Aragua acá, eso no existe. Sí hay sectores más complicados, pero es como en toda población porque somos más de 10 mil personas, sectores divididos por quebradas. Pero vemos que la gente trabaja para ganarse la vida, como comerciante ambulante, son pensionados, técnicos, profesionales. La delincuencia no es generalizada, no tenemos un problema de tráfico. Hemos pillado a tipos metiéndose a las casas y no son de acá. La comunidad se mantiene informada, si viene alguien que no conocemos, nos comunicamos por grupos de WhatSapp. En este sector hay 10 familias colombianas, 3 familias peruanas, y más allá, una familia haitiana. Hay un sector donde hay una gran comunidad haitiana también, y esa comunidad no tiene ningún problema con las demás nacionalidades. Los sectores se organizan. Logramos clases para que los vecinos y vecinas terminaran la enseñanza básica y la enseñanza media, y todos se graduaron. Hay una escuelita libre, hay actividades para la niñez, para los adolescentes y jóvenes, porque si nos autoeducamos, si nos ocupamos del entorno y la cultura, los jóvenes no se meten en leseras.
¿Qué crees de la crítica en redes sociales que reza que querrían “todo gratis”?
Sí lo he escuchado, pero sabes, digo que la mayoría de las villas o poblaciones de ahora, antes eran tomas, así comenzaron. La gente que opina, tal vez también habita sectores que sus padres se tomaron antes.
…Cuando la vivienda era un derecho y no una mercancía…
Exacto. La población El Arellano en Cartagena antes era toma, tiene más de 50 años, el Ensueño fue primero una concesión y la gente se quedó y ahora es Villa. La Dunas, arribita del Arellano, ahora es toma. En san Sebastián también hay tomas, El Chiflón del Diablo fue toma, la 27 de Febrero se hizo en 2010 porque hubo gente que quedó sin sus casas en el terremoto, y se fueron y se quedaron allá.
¿Y cuando les dicen que deberían haber postulado a subsidios, como otros?
Lo hemos hecho. Yo postulé a Villa Cartago que la hicieron en 2002, no quedé como otras decenas de familias. Somos familias que tal vez podríamos acceder a lo que llaman “vivienda social”, no a comprar a privados, pero ya casi no las construyen y cuando lo hacen, entregan unas pocas y las demás las venden a precios de mercado. Eso pasó en Costa Azul.
¿Y la calidad de las viviendas sociales?
Eso es lo otro. El condominio Vicente Huidobro son casas terribles, construidas con los peores materiales, se llovieron enteras, se inundaron, llenas de hongos. Otras viviendas sociales, El Faro, son torres que las han debido demoler dos veces. En Villa Génesis, la gente lleva 8 años viviendo y van a demandar a SERVIU porque están todos inundándose. Río Newen lo entregaron recién y vamos a ver cuánto va a durar… Juegan con el sueño de las personas pobres, tus sueños se empiezan a derrumbar… La mayoría de las viviendas sociales que han entregado en los últimos años son así. Las casas por subsidio, todas con problemas. En cambio, las casas que venden a privados, están bien. No hay calidad de vida para la gente pobre.
Es un negocio para las constructoras lo de los subsidios. SERVIU les pasa plata sin intereses para que hagan casas, construyen horriblemente y las desarman, luego esa misma constructora bajo otro nombre, vuelven a recibir plata de SERVIU para la construcción de otras casas y otras torres lamentables.
Cuando concluimos esta conversación con Andrea nos muestra sus árboles, su huerta, habla de “nuevos aires” para su hijo y reclama: “¡Cómo la gente igual a nosotros nos va a discriminar porque vivimos en tomas, si estamos buscando lo mismo que ellos, un hogar, y que el Estado no entrega! Algo que todo el mundo necesita”.