Manifiesto internacionalista contra la guerra y la paz capitalista en Ucrania…

 

| Français | English | Español | PDF ǀ

“¡Sus guerras! Nuestros muertos”. Bajo esta bandera, los proletarios radicales se distanciaron de las marchas pacifistas organizadas en marzo de 2004 en las calles de España tras los atentados de la masacre de Madrid que dejaron más de 200 muertos. Fue esta consigna derrotista la que plantearon en respuesta al compromiso militar de España en Irak y a la “guerra contra el terrorismo” impuesta por el Estado capitalista mundial y su rama española, haciéndose así eco de las muchas manifestaciones históricas del derrotismo revolucionario que marcan el desarrollo de las sociedades de clase y, por tanto, de la lucha de clases, de la guerra de clases.

Como proletarios social-revolucionarios, comunistas, anarquistas…, no tenemos absolutamente ningún interés material en ponernos del lado del Estado capitalista y su democracia, sea cual sea, de nuestros enemigos de clase, de nuestros explotadores, de aquellos que, con la bayoneta en la mano, siempre nos han devuelto “plomo, metralla, cárcel” cuando luchamos y salimos a la calle a reivindicar nuestra humanidad. Y esto es cierto independientemente de la naturaleza y la orientación política del régimen de la patria A o de la patria B, que luchan en un conflicto interestatal por sus propios intereses de conquista y poder. Jamás nos solidarizaremos con ninguno de nuestros explotadores.

¡Sus intereses! ¡Nuestros muertos! No nos posicionamos a favor de ninguno de los estados en conflicto, ya sea que uno sea categorizado según la moral política burguesa dominante como “el agresor” y el otro como “el agredido” o viceversa. Sus respectivos intereses en juego son exclusivamente suyos y están en total oposición a los de la clase explotada, es decir, nosotros, los proletarios; por eso, fuera y en contra de todo nacionalismo, de todo patriotismo, de todo regionalismo, de todo localismo, de todo particularismo, ¡afirmamos alto y claro nuestro internacionalismo!

El proletariado, como clase revolucionaria, no muestra ninguna neutralidad hacia ninguno de sus explotadores que se enfrentan en la redistribución de sus cuotas de mercado, sino que, por el contrario, los envía de vuelta como si fueran las dos caras de una misma realidad, el mundo de la explotación de una clase por otra, y expresa su profunda solidaridad con todos los sectores de nuestra clase que sufren los asaltos multiplicados de uno u otro de sus enemigos históricos. Pero seamos claros, nunca jamás negaremos a los proletarios la necesidad imperiosa de defenderse de cualquier agresión, represión, tortura, masacre…

Y aquí, en este caso, los proletarios de Ucrania ya no tienen delante sólo a su enemigo habitual y cotidiano, es decir, el “atacado” Estado ucraniano y sus burgueses locales (llamados “oligarcas” para ocultar mejor su verdadera naturaleza de clase, como si fueran diferentes de todos los demás capitalistas del mundo), ya no sólo tienen que sufrir los ataques de su propia burguesía (con recortes salariales, despidos, economía de guerra, represión de los movimientos huelguísticos que se suceden), sino que desde el 24 de febrero de este año, también tienen que enfrentarse a la ofensiva militar del estado “agresor” de los capitalistas rusos con su ejército, sus bombardeos, sus misiles, sus masacres diarias…

¡Sus naciones! ¡Nuestros muertos! Y a todos los belicistas de la izquierda y de la extrema izquierda del Capital que acusarán una vez más a los revolucionarios de ser “neutrales” y de no “tomar partido”, les contestamos que es todo lo contrario lo que proponemos en este manifiesto y en nuestra actividad militante en general: tomamos partido sin fisuras por el partido del proletariado y la defensa de sus intereses históricos e inmediatos, tomamos partido por su acción de subversión de este mundo de guerra y de miseria, tomamos partido por el desarrollo, la generalización, la coordinación y la centralización de los actos de confraternización, de deserción, de motín ya existentes a ambos lados del frente, contra los dos beligerantes, contra los dos estados, contra las dos naciones, contra las dos fracciones locales de la burguesía mundial… Apoyamos la extensión de estas luchas y su vinculación orgánica como momentos de una totalidad con todas las luchas que se llevan a cabo desde hace varios meses, en todas partes bajo el sol negro de la dictadura social del Capital, ya sea en Sri Lanka, Perú, Irán, Ecuador o Libia…

Tomamos partido por el desarrollo del tercer campo, el único que defiende los intereses globales del proletariado en su lucha inmediata e histórica contra la explotación, el trabajo asalariado, la miseria y la guerra. Este tercer campo es el del proletariado revolucionario internacionalista que se opone a todos los campos belicistas burgueses presentes, es el campo de nuestros hermanos de clase que luchan por sus propios intereses, que son antagónicos a los intereses de todos aquellos que defienden la propiedad privada, el dinero y el orden social que lo acompaña…

¡Su paz! ¡Nuestra explotación! Si rechazamos categóricamente todas las guerras burguesas, en las que el proletariado sólo sirve de carne de cañón, sea cual sea el bando al que se incorpore, rechazamos igualmente y con la misma fuerza la “paz”, que nunca es más que el momento invertido pero complementario de la “guerra”. La paz es sólo un momento de reconstrucción entre dos guerras, porque la guerra es necesaria para que el Capital resuelva temporalmente las crisis inherentes a su modo de producción. Pero la guerra es también el momento supremo de la paz social, y ésta no es más que la materialización de la guerra permanente que se libra contra nuestra clase mediante la explotación de nuestra fuerza de trabajo, la mercantilización de nuestras vidas y la alienación de nuestras existencias.

Volviendo a Ucrania, queremos subrayar aquí que si nos oponemos firmemente al apoyo de cualquier bando en la guerra actual, que no es más que una guerra interestatal, si nos negamos a tomar partido por cualquiera de los beligerantes burgueses, tanto el “agresor” ucraniano “ocupado” como el “agresor” ruso “ocupante”, nuestro juicio es diferente e incluso antagónico a la hora de analizar los acontecimientos que tuvieron lugar pocas semanas antes del inicio de la guerra en Ucrania. Nos referimos a la represión militar en Kazajistán y a la “ocupación” de este país por parte de las tropas de élite del ejército ruso: ¡una “ocupación” no equivale necesariamente a otra!

¡Nuestras revueltas! ¡Nuestras muertes! Evidentemente, nadie se escandalizó, o muy pocos lo hicieron, por la represión de la revuelta obrera en Kazajistán el pasado mes de enero, y con razón. Ni siquiera en Occidente, donde finalmente los capitalistas comprendieron muy rápidamente que la burguesía rusa, al “invadir” Kazajstán, que se había vuelto socialmente incontrolable, al aplastar al proletariado en revuelta, al restablecer por el terror el orden de los buenos negocios, el orden de los negocios internacionales, estaba de hecho trabajando objetivamente para los intereses de todos los capitalistas, y por lo tanto también de las multinacionales que tienen su sede en Occidente. Aquí radica toda la diferencia de naturaleza entre, por un lado, la “ocupación” de Kazajistán para reprimir un movimiento social que ponía parcialmente en peligro el actual orden de cosas, el orden capitalista, y, por otro lado, la “ocupación” de una parte de Ucrania en un conflicto que responde a intereses geoestratégicos entre distintas fracciones del mismo Capital mundial.

Todo el mundo comprenderá fácilmente que el enfoque proletario de estos dos tipos de ocupación, y la forma de tomar partido, será totalmente diferente. En el caso, como en Ucrania, de que haya dos actores burgueses que se enfrenten, tomar posición y comprometerse contra uno, contra el “agresor” (aquí en este caso, el Estado ruso), pero no contra el otro, el “agredido” (el Estado ucraniano), equivale objetivamente, y sobre todo de manera eminentemente práctica, a quererlo o no, a pesar de su propia voluntad, a pesar de lo que se afirma, para comprometerse y apoyar a este último, y esto tanto más en ausencia de una verdadera dinámica de autonomía frente a las estructuras militares, las estructuras de abastecimiento, que enmarcan este compromiso. Porque no nos engañemos, no había antes del estallido de la guerra, y no hay por el momento, ningún movimiento revolucionario fuerte en Ucrania, suficientemente antagónico para que pueda afirmar el poder social de nuestra clase y defender sus intereses inmediatos, así como los históricos.

En cambio, en el caso de un levantamiento proletario en una región determinada que la burguesía se ve obligada a reprimir mediante la aportación de una fuerza de intervención “externa” (debido al derrotismo que mina las fuerzas locales de represión), la “ocupación” resultante adquiere un carácter completamente diferente. Nuestro enemigo es nuestra propia burguesía, por supuesto, pero es sobre todo la burguesía que tenemos directamente enfrente, la que nos reprime, la que nos bombardea, la que nos masacra, la que ocupa el lugar de la fracción burguesa que inicialmente nos explotaba, la que se sustituye por ella. Por supuesto, entendemos que ante la “agresión”, ante la “ocupación”, ante las masacres y la represión, los proletarios quieran resistir, tomar las armas, defenderse… Pero tanto como en Kazajstán esta resistencia armada tendría por objetivo defender el levantamiento social, defender un embrión de dinámica revolucionaria, tanto en Ucrania la resistencia de los proletarios, una vez más si ésta se dirige a uno solo de los protagonistas del enfrentamiento bélico, corre el riesgo de ser rápidamente aniquilada en los brazos del Estado ucraniano, de sus aliados y de sus intereses burgueses. Esto es al menos lo que la historia de las luchas de nuestra clase nos ha mostrado siempre, hasta que se demuestre lo contrario… y el ejemplo histórico de España 1936-37 es revelador al respecto ya que allí se sacrificó la revolución en nombre de un “mal menor” a defender, la república burguesa, el frente popular antifascista, frente a lo que se representaba como “el mal absoluto”, el fascismo.

Tanto en España ayer como en Rojava y Ucrania hoy, “el pueblo en armas” no es, ni mucho menos, el proletariado armado; armado con las armas de la crítica que permiten el desarrollo de la crítica real por las armas…

Por lo tanto, sólo podemos saludar a los proletarios que se niegan a situarse en uno u otro de los campos burgueses presentes y que, por el contrario, afirman su internacionalismo y se organizan para oponerse a los dos hermanos enemigos. Como en los años 80 del siglo pasado cuando los desertores “iraquíes” se organizaron con los desertores “iraníes” durante la terrible carnicería que duró ocho largos años y cuando se unieron para luchar juntos contra los dos ejércitos burgueses.

Saluamos a las mujeres proletarias de Ucrania, tanto en la región occidental de Transcarpacia (por tanto, bajo administración militar ucraniana) como en el Donbass, en las “provincias orientales” (por tanto, bajo administración militar rusa), que salieron a la calle para expresar su desprecio por la “defensa de la patria” y exigir el regreso de sus hijos, de sus hermanos, de sus familiares enviados a cualquiera de los frentes para defender intereses que no son los suyos.

Saludamos a los proletarios de Ucrania que acogen clandestinamente a los soldados rusos que han desertado, por su cuenta y riesgo, porque cuando son detenidos, ya sea por las autoridades militares rusas o por las ucranianas, se les hace comprender dónde está la fuerza legal en este asqueroso mundo, qué bando y qué patria deben defender y que no se tolerará ninguna confraternización.

Saludamos a los proletarios de Ucrania, que a pesar del reclutamiento obligatorio, huyen de su incorporación a las unidades militares por todos los medios a su alcance, legales o no, y se niegan así a sacrificarse y a servir bajo los pliegues del trapo nacional ucraniano.

Saludamos a los soldados rusos que, desde el inicio de las “operaciones especiales” en Ucrania, huyen de la guerra y de sus masacres, abandonando tanques y vehículos blindados en condiciones de uso, y buscando su salvación en la huida, a través de redes de solidaridad con desertores de ambos ejércitos.

Saludamos también (¡aunque la información sobre este tema es menos segura, debido a la guerra de comunicados y propaganda militar!) a los 600 soldados de la Infantería de Marina rusa que se negaron a desembarcar al principio del conflicto, frustrando así una operación anfibia en la región de Odessa.

Saludamos también (con las mismas reservas) a los soldados rusos que supuestamente se amotinaron y se negaron a asaltar Kharkov, también al principio del conflicto.

Saludamos a los soldados del ejército de la “República Popular de Donetsk”, incorporados a la fuerza y enviados al frente de Mariupol, que se negaron a seguir luchando, a servir de “carne de cañón” (¡según su propia expresión!), aunque esta vez fueron enviados a defender la vecina “República Popular” de Lugansk

Saludamos a los rebeldes y saboteadores que en la Federación Rusa ya han quemado decenas de oficinas de reclutamiento militar y otras oficinas de cerdos en todo el país.

Saludamos a los trabajadores ferroviarios de Bielorrusia que han saboteado repetidamente las vías férreas que son esenciales para mantener las líneas de suministro del ejército ruso desplegado en Ucrania.

Saludos a los proletarios de Ucrania que tan pronto como los primeros bombardeos comenzaron a organizar saqueos colectivos de tiendas abandonadas por sus propietarios, supermercados y centros comerciales como se informó en Melitopol, Mariupol, Kherson e incluso Kharkov, planteando así la satisfacción de sus necesidades elementales de supervivencia en contra de todas las leyes y la moral que protegen la propiedad privada.

Saludamos a todos los proletarios, en el frente, que organizan huelgas y se niegan a ofrecer su trabajo y sudor a la economía de guerra, a la economía de la paz social y, por tanto, a la economía en general, sean conscientes de ello o no.

Por último, saludamos a los proletarios, a los ferroviarios, a los estibadores… en Europa, en Grecia, en Inglaterra… que se niegan a transportar material militar para la OTAN a Ucrania.

Saludamos a todos los que se niegan a sacrificarse en el altar de la guerra, la miseria y la patria.

Y el día, que esperamos esté muy cerca, en que los proletarios salgan a las calles de Moscú y Kiev, y de todas las grandes zonas urbanas de Rusia y Ucrania, coreando a una sola voz “¡Putin y Zelenski, fuera!”, entonces responderemos a nuestro vez, haciendo referencia a los compañeros que blandían en las calles de Argentina hace unos veinte años la consigna “¡Que se vayan todos!” Los Biden, los Johnson, los Macron, los Scholz, los Sánchez, los von der Leyen, los Michel, los Stoltenberg… todos estos hacedores de guerras y miserias… ¡y todos aquellos, absolutamente todos, que llegan a la puerta de la alternancia política!

Pero seamos claros: sólo son intermediarios en este sistema de prostitución generalizada que es el trabajo asalariado, la venta obligatoria de nuestra fuerza de trabajo. Más allá de todas las personas que encarnan la dictadura social del Capital, es sobre todo una relación social impersonal que puede ser, es y ha sido reproducida por cualquier elemento, burgués o proletario, cooptado para ello. Así pues, aunque compartamos plenamente la alegría de los proletarios de Sri Lanka que, tras derrocar al presidente en funciones hace unos días, invadieron su palacio presidencial y se zambulleron en su piscina de lujo, la pregunta que debemos hacernos es: cómo llevar la dinámica revolucionaria hasta sus últimas consecuencias, cómo expropiar a la clase poseedora y reapropiarse de nuestros medios de existencia… ¡y sobre todo cómo no volver atrás! Aquí es donde comienza la verdadera aventura humana…

Guerra de clases – 31 de julio de 2022

 


 

 Los parados organizados de Nápoles de nuevo en el terreno de la unificación de la lucha de clases

 

   La asamblea de los desempleados organizados en Nápoles del "Movimiento de Lucha de los Desempleados 7 de noviembre" junto con el "Movimiento de Desempleados 167 Scampia" en la universidad central de la calle Mezzocannone fue un paso crucial para el futuro de estas organizaciones.  

Desde hace aproximadamente una década, los "7 de noviembre", como herederos de los históricos parados organizados, se han hecho visibles a través de su lucha, ganando la atención de las instituciones locales y nacionales. En comparación con las organizaciones del pasado, están más abiertos a otras organizaciones de desempleados, pero sobre todo a las realidades obreras que se ven empujadas a la lucha con la perspectiva de no perder sus puestos de trabajo ante las políticas de destrucción industrial, especialmente de las multinacionales. Por lo tanto, el rechazo a las listas y a las listas clientelares las sitúa, en perspectiva, en un terreno más amplio que implica a diferentes sectores de la clase proletaria. Incluso si ha llegado el momento de mantener la guardia contra las políticas del gobierno y del Ayuntamiento, que también tienen la fortaleza que sacan de sus experiencias pasadas, y que tenderán a dividir, oponer y escindir el movimiento, porque quieren que no quede nada formal sino el recuerdo de un pasado lejano. La oposición entre proletarios, pero sobre todo entre obreros y parados, es un baluarte histórico del oportunismo, siendo, para la burguesía, un elemento fundamental para presionar a la fuerza de trabajo empleada, por tanto a los salarios y contra la reanudación de la lucha de clases.

A lo largo de los años de protestas y marchas de esta organización, no ha faltado la represión, que ha llevado a la detención de varios desempleados acusados de conspiración criminal, algo que aún se está resolviendo. Pero la lucha intransigente, como siempre, ha dado resultados tangibles al menos en términos políticos. El reconocimiento del movimiento por parte de los medios de comunicación fue una preparación para su reconocimiento también por parte de las instituciones. Las vagas promesas iniciales y una cierta dilación no desanimaron a los parados, que se enfrentaron a la represión y la intimidación de las fuerzas del orden de forma digna y combativa, abarcando todo el territorio. De hecho, las manifestaciones de solidaridad no faltaron ni faltarán en el futuro, por ejemplo en el tema de las cárceles, con guarniciones frente a la prisión de Poggioreale. Igualmente hacia los trabajadores de algunas fábricas que luchan por defender sus puestos de trabajo y algunos son denunciados por el mismo motivo. También criticó la desintegración de la sanidad pública, estigmatizando el cierre de hospitales históricos en el centro de la ciudad. También criticaron la guerra y el consiguiente gasto militar en detrimento del proletariado, y en oposición y con determinación exigieron un puesto de trabajo o al menos la garantía de un salario.

Y fue gracias a este empecinamiento que se arrancaron las primeras reuniones con la concejalía, que tras varias repeticiones dieron lugar a citas más importantes, como la reunión con el Ministro de Trabajo el 27 de mayo de este año, donde se acordó una cita posterior entre el Alcalde de Nápoles y una delegación de desempleados, en la que se iba a tratar el restablecimiento de la coordinación entre los organismos de acompañamiento de los desempleados en el itinerario específico de formación/empleo, además de los instrumentos financieros ya existentes y en proceso de publicación como el G.O.L. (GARANTÍA DE EMPLEABILIDAD DE LOS TRABAJADORES).

Los desempleados, sin ilusiones y sin rendirse, volvieron a salir a la calle el 14 de junio para acelerar el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento, la Ciudad Metropolitana y el Ministerio de Trabajo. La concejala de Empleo del Ayuntamiento de Nápoles, Chiara Marciani, informó al movimiento de desempleados directamente en la plaza de que los primeros documentos de orientación habían sido finalmente remitidos al Ministerio de Trabajo para que se celebrara una reunión productiva, a diferencia de las anteriores mesas redondas, para evaluar los méritos de las distintas propuestas.

En medio de los continuos e insistentes intentos de criminalización y ostracismo por parte de los medios de comunicación y las instituciones, el 6 de julio los desempleados "7 de noviembre" y los desempleados "167 Scampia", que habían coordinado sus luchas, celebraron, pero en dos momentos diferentes, una mesa en la Prefectura de Nápoles junto con el Prefecto, el Ayuntamiento, el Departamento de Trabajo y los partidos técnicos pertinentes. El tema en cuestión se llama: "Mesa de confrontación con los movimientos que representan a los parados de larga duración en el área metropolitana de Nápoles". 

En la reunión se ilustraron varias hipótesis de proyectos aportadas por el municipio de Nápoles y sometidas a la consideración del Ministerio de Trabajo, que fueron compartidas por el ejecutivo de los desempleados.

La asamblea del 15 de julio hizo un balance de la situación, denunciando el contexto en el que la crisis capitalista ha llevado a las masas proletarias a los límites de la supervivencia con la subida de los precios de los productos de primera necesidad y de las facturas de los servicios públicos, y el riesgo no lejano de racionamiento de los recursos energéticos como el gas, el agua, la electricidad, etc. Por lo tanto, se hace necesario, instó un representante de la ejecutiva, reforzar la unidad entre todos los proletarios que luchan por un puesto de trabajo o un salario con vistas a relanzar la lucha de clases. Más allá del gobierno que se impondrá tras la crisis de momento, el ejecutivo llamó a comprometerse con una gran manifestación en Roma y otra nacional en Nápoles con la participación de los trabajadores de las fábricas en crisis, en la perspectiva de un movimiento de protesta a nivel nacional. La asamblea concluyó con las reivindicaciones recogidas en el folleto elaborado para la ocasión titulado "HASTA LA VICTORIA", que son: 

 

- ¡Contra la guerra y los costes sociales que se trasladan a nuestras vidas!

- Por la garantía salarial, por la reducción de la jornada laboral a cambio de la igualdad salarial, porque todos trabajen y trabajen menos.

- ¡Por un plan de trabajo extraordinario, destinado a la realización de proyectos socialmente necesarios!

 

Sabemos por experiencia directa que la mera perspectiva de alcanzar objetivos concretos dificulta el mantenimiento del movimiento. Esta es la lucha política prioritaria a la que deben dedicarse las fuerzas que se preocupan por la reanudación de la lucha de clases. La formalización de un organismo de lucha inmediato y duradero, con una plataforma de lucha programática que abarque diferentes luchas y diferentes sectores de la clase, es el objetivo prioritario a alcanzar para no volver a empezar cada vez. En más de medio siglo de luchas de los desempleados, que ha visto, sí, la adquisición de trabajo en diversas formas, nada ha quedado de esas experiencias en cuanto a la formación de organismos de clase independientes capaces de involucrar tanto a los desempleados como a los trabajadores debido a la labor demoledora del oportunismo político y sindical presente en todas partes y representado por los sindicatos tricolores CGIL, CISL y UIL y las falsas organizaciones comunistas.

Damos nuestra solidaridad al movimiento de los parados organizados y a los sectores obreros en lucha, con un solo grito:

 

¡SALARIO DEL TRABAJO O SALARIO DE DESOCUPACIÓN!

 

 

Partido Comunista Internacional

19 de julio de 2022

www.pcint.org

 

¿Cómo murió Rubén Collio?

X victoria aldunate morales, Lesbofeministas antirracistas Tierra y Territorio

 

Tiene varias causas él”… El carabinero de la 7° comisaría de Villarrica pareció burlarse refiriéndose a la muerte de Rubén Collio, aquella noche del miércoles 16 de febrero. También preguntó irónico: “¿y por qué cosa luchaba?”. Por su compañera asesinada, le respondió Ninoska, pero él uniformado no depuso su actitud insultante: “¡Se la pasaba en puras marchas y mira cómo terminó!”1.


Para Ninoska Gómez Pailakura, compañera de Rubén los últimos tres años, toda la entrevista que ella se vio obligada a tolerar en Carabineros de Chile de Villarrica ese día, “fue irrespetuosa”, pero explica que “lo más indignante fue esa afirmación sobre ‘como terminó’. “Es como si me estuvieran diciendo que no fue un accidente”, nos explica.


Defensores visibles como Rubén Collio Benavides, han constituido obstáculos para las trasnacionales y para el Estado chileno y todos sus gobiernos. Son gobiernos que no reconocen que sus instituciones (SML, Carabineros, fiscalías, PDI y otras) no investigan debidamente (¿obstruyen?) la justicia, tal como el en caso de Macarena Valdés Muñoz, compañera de Rubén, quien –sabemos- no se suicidó. Que ella no se suicidó lo demuestran al menos cuatro peritajes y autopsias independientes de expertos como Luis Ravanal Zepeda, master en Medicina Forense (2017 y 2018), la doctora Carmen Cerda Aguilar, directora del departamento de Anatomía y Medicina Legal de la U. de Chile (2018), el doctor John Clark, patólogo forense de Glasgow, Reino Unido (2019), y la psicóloga Valeria Moscoso Urzúa, especialista en ciencias jurídico-forenses (2019)2.

También hay que señalar que Rubén Collio un mes antes de su muerte ya tenía convenido con organizaciones de derechos humanos de Europa Central, un viaje a Viena, Austria (para abril de este año). Viaje que no se concretó y que tenía como objetivo denunciar el femicidio empresarial (2016) contra Macarena Valdés, en el mismo país de origen de la hidroeléctrica RP Global S.A., contra la cual luchaban Macarena, su comunidad y Rubén Collio.


¿A qué hora fue?

Los horarios que encontramos en los documentos oficiales contrastados con otras informaciones parecen –por lo menos- imprecisos.

Ninoska recibió por medio de una aplicación un último mensaje de Rubén que se entregó a las 23:43, aunque puede haberlo enviado pocos minutos antes pues no siempre hay señal en la ruta. En redes sociales como “Villarrica al día”, se informa del accidente a las 12:40 y en “Villarrica Lacustre”, 35 minutos antes: a las 12 y 5. Este último (Lacustre) en un primer momento describe que habría “atrapados” (en plural), luego esto se borra y dice “atrapado” en singular.

Por otro lado, el “parte denuncia” de carabineros dice en su hoja 1 que el “delito” habría sido a 12 y media de la noche, mientras en el mismo “parte denuncia”, pero en su hoja 2, en la “relación de los hechos”, dice que habrían “recepcionado un comunicado vía radial” 11 minutos más tarde (00:41). Por su parte, un tercer carabinero en su “formulario para la toma de datos de accidente de tránsito” dice que lo habría hecho a 1 de la madrugada, y que el formulario de atención pre-hospitalaria del SAMU, informaría que Rubén se habría encontrado fallecido a las a las 12 y 43 minutos.

Entre el último mensaje de Rubén y las distintas horas declaradas en los documentos oficiales, puede haber una hora (y más) de diferencia: ¿Qué pasó en ese lapso de tiempo con Rubén? ¿A qué hora realmente llegaron carabineros de Villarrica? ¿Qué pasó entre las 23:43 y las 12 y 5 de la noche en que informa Villarrica Al Día el accidente? ¿Rubén estaba solo? ¿Qué lo hizo volcar?


Autopsia: ¿10 o 12 horas de muerte?

La SIAT, Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito, afirma que “por causas que se investigan”, el chofer desvió “el direccionamiento del móvil hacia la izquierda traspasando el eje de la calzada, accediendo a la berma, chocando con un árbol”, (el árbol es pequeño), y que luego “por proyección, se vuelca”. Pero la calzada que fuera revisada por familiares de Rubén a las pocas horas, se observa en buen estado; esa noche estaba despejado, era verano y la visibilidad era buena.

Tuvimos acceso al protocolo de autopsia del servicio de la Unidad de Tanatología del SML de Temuco, que responde a la solicitud de autopsia de la fiscalía de Villarrica. Este informa un peritaje hecho a las 11:30 del día 16 de febrero que arrojaría como causa de muerte un “traumatismo craneoencefálico abierto grave, compatible con el antecedente de haber sufrido un accidente de tránsito”. Sin embargo también se afirma en ese documento que se cuenta “con escasa información del sitio del suceso, lo que podría condicionar las conclusiones”. (No las condicionamos nosotras, si no el protocolo de autopsia).

A las 11:30 del día miércoles 16 de febrero, Rubén Collio habría llevado 10 a 12 horas muerto… Pero: ¿10 o 12 horas?... Es que no es menor lo que puede haber sucedido en dos horas, ni lo que puede haber sucedido entre las 23:43 del martes 15, hasta la 1 una de la mañana del miércoles 16 cuando se llena el formulario de “accidente de tránsito”.

Sabemos que ese automóvil no era suyo, el suyo estaba en reparaciones y el que volcó había sido facilitado por un conocido. No había alcohol en la sangre de Rubén, pero a 5 meses de su deceso, no contamos con un peritaje del automóvil ni del sitio del suceso: ¿Cuánto rato agonizó? ¿Por qué o para qué se desvío de la berma? ¿Qué o quiénes le hicieron desviar?

A 5 meses de la muerte de Rubén Collio, las instituciones que nos informan sobre un “accidente” mortal de éste (quien además fuera pareja de Macarena Valdés), son las mismas instituciones que a 6 años no han sido capaces de revelar la verdadera causa de muerte de la defensora: las fiscalías locales y nacionales, Carabineros de Chile que no hizo pericias adecuadas en Panguipulli donde ella apareció colgada, el SML, en este caso de de Valdivia, que entregó en agosto de 2016, peritajes de “suicidio”, que más tarde cada año expertos independientes desmienten con nuevos hallazgos... Es decir, razones para dudar, sobran.


Más información sobre el caso en: https://puntadaconhilo.cl/category/lesbofeministas-antirracistas-tierra-y-territorio/macarena-valdes-munoz-defensora-mapuche-de-la-tierra/

 


 

_________________

1 El sargento 1° Carlos Arias Garcés, según documento oficial, se encarga de procedimiento y el sargento 2° Francisco Javier Ramírez Espinoza confecciona el parte. Uno de ellos se entrevistó con Ninoska Gómez.

2 Metaperitaje del 29-07-2017 de Luis Ravanal Zepeda, experto en Medicina Legal; Informe de autopsias del 12-01-2018 (también) de Luis Ravanal Z.; Informe anatomopatológico realizado por la Doctora Carmen Cerda Aguilar, experta en Anatomía y Medicina Legal; “Comentarios sobre la muerte de Yudi Macarena Valdés Muñoz” del 12 agosto 2019 de John Clark, patólogo forense; Autopsia psicológica de diciembre 2019: Peritaje psicosocial de la psicóloga Valeria Patricia Moscoso Urzúa, especialista en Derechos Humanos, Ciencias Penales, Salud Mental y Psicología Clínica, Jurídico-Forense, Social y Comunitaria.

 

 

DENEGADO EL DERECHO AL ABORTO

EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA



La abolición del derecho federal al aborto en los Estados Unidos de América por parte del Tribunal Supremo ha causado un gran revuelo en el mundo occidental. Desde los partidos más marcadamente socialdemócratas y parlamentarios hasta los partidos (autoproclamados) "marxistas" de la oposición, se han lanzado gritos contra esta afrenta a los derechos humanos, afrenta que parece aún más grave por el hecho de que sea un país "avanzado" el que ha aplicado dicha política. Nosotros, en cambio, lo vemos como una confirmación de nuestras tesis sobre la democracia y la supuesta "civilización" de la sociedad burguesa actual. Sin embargo, si queremos abordar la cuestión de forma más orgánica, parece oportuno hacer un breve recorrido por la historia del derecho al aborto en Estados Unidos, con algunas notas sobre la situación en Italia.

En Estados Unidos, el derecho al aborto se institucionalizó a nivel federal con la sentencia Roe v. Wade en 1973. Antes de esta sentencia, el aborto estaba regulado por las leyes de cada estado de forma independiente, lo que lo convertía en ilegal en todos los casos para un gran número de estados (al menos 30), dada la elección de las administraciones locales de tendencia conservadora y cristiana. El caso de Jane Roe, seudónimo de Norma McCorvey, fue especialmente importante en el desarrollo del derecho en Estados Unidos. La mujer, que nació y vivió en el llamado Sur profundo y se casó a los 16 años, decidió demandar al estado de Texas por su legislación antiabortista mientras esperaba su tercer hijo. El abogado defensor del Estado era Wade, que da nombre a la demanda. El Tribunal Supremo de EE.UU., que conoció el caso después de tres años de litigio, sostuvo que la Constitución de EE.UU. (en particular la 14ª Enmienda) debía garantizar la limitación de la injerencia del Estado en el individuo incluso en el ámbito del aborto. Esta sentencia tuvo una importancia trascendental, ya que obligó a un gran número de estados a cambiar su legislación sobre el aborto y preparó directamente el camino para la ley federal sobre el aborto. En esta historia, podemos ver ciertamente cómo, aunque evidentemente había presiones sociales, el fallo fue un paso esencialmente legal por parte de un pequeño círculo de burócratas: podemos por tanto entender esta liberalización como un proceso (como ocurre tan a menudo en el sistema capitalista moderno) de limitación de las fricciones de clase mediante concesiones para aliviar las penurias de la vida proletaria.

Para completar el escenario, hay que señalar que en Italia, con la ley 194 de 1978, se habló de controlar el aborto y no de liberalizarlo. Las grandes luchas (instrumentalizadas por las distintas corrientes políticas burguesas) para conseguir este resultado, en medio del caos, de referendos opuestos, de votaciones en el parlamento y de mítines contrarios, han conducido a un resultado decididamente subóptimo, como era de esperar de la legislación burguesa. Además, el porcentaje de objetores de conciencia en Italia es muy alto, lo que socava la posibilidad de que las jóvenes proletarias tengan un acceso seguro y discreto al aborto. La presión de las familias reaccionarias, el escaso acceso al servicio y las condiciones de dificultad generalizadas provocan grandes problemas y evidentes deficiencias en la legislación italiana al respecto. Por lo tanto, la cuestión no está cerrada ni siquiera en Italia, y estamos seguros, como venimos diciendo desde hace más de cuarenta años, de que "sólo un poder dictatorial de la clase obrera podrá imponer a los intereses que hoy dominan que no dominen" (1).

En Estados Unidos, por tanto, la última sentencia del Tribunal Supremo anuló el caso Roe contra Wade, provocando un retroceso legislativo de casi 50 años. Y mientras el trumpismo se regocija de su gran logro, comienza la polémica de los demócratas sobre el tema, en un interminable debate digno de las peores universidades teológicas de la Edad Media. ¿Quién paga estas maniobras políticas sin escrúpulos? ¡Qué preguntas! Los 40 millones de mujeres en edad fértil que ahora viven en estados antiabortistas (que representan el 58% de las de Estados Unidos, como señala el Centro de Derechos Reproductivos), que son en su inmensa mayoría proletarias. Una vez más, una cuestión que concierne en primer lugar a las condiciones de las mujeres proletarias se convierte en un pretexto para dar más fuerza a las instituciones democrático-burguesas, alimentando una polémica entre fuerzas que nunca podrá resolver realmente los problemas y contradicciones de este sistema. Por el contrario, esta sentencia es una prueba más de la quiebra del sistema democrático, de que es un mero instrumento de la clase burguesa para llevar a cabo sus reivindicaciones desafiando una abstracta "voluntad popular". El proletariado nunca podrá obtener condiciones de vida verdaderamente humanas y un sistema que vele por sus intereses, si no es forjando su propia revolución de clase internacional: sólo la dictadura del proletariado podrá resolver las contradicciones del Estado capitalista, eliminando las contradicciones de la democracia junto con la propia democracia.

¿Dónde nos situamos entonces los marxistas revolucionarios? Como siempre, en la de la continuidad e invariabilidad del marxismo. Siempre hemos exigido "un aborto asistido completamente libre y gratuito, extendido a las menores" (2), pero no en nombre de un miserable humanitarismo socialdemócrata. Consideramos que ésta es una reivindicación complementaria a todas las demás reivindicaciones para la mejora de la vida de las mujeres proletarias, por lo que "es necesario luchar en defensa de todas las condiciones de vida y de trabajo que aquejan a las mujeres proletarias en primer lugar" (ibid.). Es muy importante que estas reivindicaciones se entiendan en un sentido esencialmente clasista, y no como luchas extemporáneas y desorganizadas: sin esta consideración, caemos en la manía reformista de la burguesía, y no seguimos la estela de la decisión revolucionaria del proletariado.

La actuación del Tribunal Supremo es indudablemente reaccionaria y antiproletaria, porque afecta no sólo a las mujeres en general, sino a las mujeres proletarias en particular, ya que las mujeres burguesas, como siempre han hecho, si no pueden abortar en el estado donde viven, pueden permitirse hacerlo en otros estados de la Unión o incluso en el extranjero. A las mujeres proletarias les queda el aborto clandestino, que se paga muy caro, a menudo con la vida.

El terreno contrarrevolucionario, afirmaba Marx, es dialéctica e históricamente también el terreno revolucionario. Así, el terreno de la reacción más odiosa, como la que se produce contra la dignidad y el cuerpo de las mujeres, se convertirá dialécticamente en el terreno de la reanudación de la lucha de clases en EEUU, como en cualquier otro país. Sin un encuadre clasista del problema, reaccionar a esta sentencia reaccionaria con los habituales métodos impotentes del debate parlamentario, creyendo en las promesas de los demócratas y del presidente Biden de acudir en ayuda de las mujeres, es volver a caer en las ilusiones de la democracia burguesa, legitimándola por enésima vez.

No es el voto lo que cambiará la sociedad, sólo la dura lucha de clases. Refiriéndonos al caso italiano y viendo cómo el problema ya ha sido abordado por el partido (en relación con el referéndum para derogar la ley 194 en Italia, mencionado anteriormente), podemos leer en el artículo de 1981 citado anteriormente: "Esta ley, por lo tanto, no debe ser defendida (e ir a votar, aunque el no la defienda). Hay que ponerlo en cuestión, sí, pero mediante la lucha de las mujeres, que debe ser preparada por la agitación, la propaganda, la organización, en primer lugar en las fábricas, en los centros de trabajo, abarcando no sólo una, sino todas las reivindicaciones que defienden concretamente las condiciones de la mujer proletaria, porque sólo con su contribución fundamental se puede implementar la defensa de la mujer en general.”

Por lo tanto, no nos sumamos al grito de indignación de los demócratas americanos, europeos, asiáticos o africanos, porque nuestro grito es uno solo desde hace casi dos siglos: ¡proletarios de todos los países, uníos! En nombre de este lema, preparamos la redención mundial de la clase obrera.


¡PROLETARIOS!

¡ORGANIZARSE PARA CONQUISTAR UN VERDADERO DERECHO AL ABORTO!

¡LOS ASALARIADOS, MUJERES Y HOMBRES, DEBEN UNIRSE POR LA REANUDACIÓN DE LA LUCHA DE CLASES!

¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL INTERNACIONAL!


Partido Comunista Internacional (El Proletario)

4 de julio de 2022

www.pcint.org




  1. Cf. “Aborto: solo con la lotta proletaria, con la sua organizzazione si può agire per gli interessi proletari” ["Aborto: sólo con la lucha proletaria, con su organización, se puede actuar en favor de los intereses proletarios"]El Programa Comunista, nº 6/1981 (véase www.pcint.org., Archivos, Il Programma Comunista 1952-1983).

  2. Ibid.


 

 

El Antifascismo como arma de contrainsurgencia

A continuación difundimos texto publicado por compañero comunista antiestatal  que visitó la region $hilena hace unas semanas participando de distintos foros e instancias de debate en torno a la lucha antifascista y la critica anticapitalista. 


 


 

 

EL ANTIFASCISMO COMO ARMA DE CONTRAINSURGENCIA

Argumentos contra la colaboración con el enemigo

En el anuncio que se hizo para esta presentación, aparece que soy un comunista antiestatal de la región llamada Suiza. Suiza es una imagen perfecta de un Estado montañoso en el centro de Europa. También es un importante centro imperialista. Suiza es una bestia demoniaca que funciona como un importante centro para el comercio internacional de materias primas. También está explotando una población migrante considerable en su territorio. Muchos chilenos viven en Suiza. La principal exportación de Suiza es el oro refinado y la sangre refinada. Se nota en su bandera una vez que la miras.

Es fácil explicar por qué la ideología del antifascismo sirve a los objetivos de la contrainsurgencia en Suiza. El antifascismo en Suiza es una doctrina de Estado en este país, desde la segunda guerra mundial. Ante la amenaza de invasión por parte de la Alemania nazi, los partidos de derecha y liberales de Suiza formaron un gobierno de unidad con los socialdemócratas. Esta unidad en el gobierno adoptó una doctrina para −lo que ellos llamaron− la defensa espiritual de la nación. Y aunque esta unidad de partidos de derecha e izquierda está en constante cambio de composición −aun así−, continua hasta hoy gobernando el país sin ninguna oposición. Suiza es un Estado imperialista, corporativista y proteccionista, postfascista. Es un país en el que la población nativa ha sido promovida para ser trabajadores del capital al mando de mano de obra migrante. Estos capataces, predominantemente suizos, viven en condiciones relativamente seguras y bien remuneradas. Mientras que la base material de este estilo de vida está siendo pagada por las masas oprimidas del mundo.

Soy miembro de la Industrial Workers of the World-IWW (Trabajadores Industriales del Mundo). Nuestros compañeros trabajadores¹ sufrieron graves accidentes laborales en el taller de una planta bioquímica prácticamente nueva, construida por la multinacional estadounidense Biogen en Suiza. Los compañeros sufrieron quemaduras a causa de los productos químicos y la maquinaria que debían limpiar durante su funcionamiento. Vi fotos de compañeros que salían del turno sangrando por los oídos y la nariz. No se les permitía ver al médico presente en las instalaciones. No se les permitía beber agua de las fuentes de la empresa. Tenían que trabajar sin un fin de semana libre garantizado, en turnos creo que, de 13 horas, con equipos pesados. Cuando los compañeros ven a un suizo en el trabajo, se trata de un jefe. Tales son las condiciones de trabajo en el país de los sueños de la derecha liberal del mundo.

Sobre esta situación, la izquierda suiza está derramando su mala conciencia mientras se compadece de nosotros, los inmigrantes. Argumentando que nosotros como clase debemos votar a tal o cual partido de lamebotas, para que evitemos lo que ellos llaman fascismo o extrema derecha. Todo esto mientras nuestros compañeros están ahora mismo en una lucha ante los tribunales en la antigua ciudad suiza de Basilea. La ciudad donde se encuentran las sedes centrales de empresas como Nestlé y Novartis. Debido a que un compañero de trabajo contó a la prensa las condiciones de trabajo en la planta mientras estaba en las instalaciones de la empresa, fue despedido. En Suiza está prohibido por ley hablar al público en el lugar de trabajo. Una federación de sindicatos de base, entre los que se encuentra la IWW, ha interpuesto una demanda contra este despido. Los abogados contratados por la multinacional Biogen y sus subcontratistas (con oficinas aquí en Chile −a la vuelta de la esquina−) contra la IWW, son descendientes de una vieja, blanca y patriota familia de la clase dominante (los Burckhardt) de Basilea. Esta fina familia burguesa remonta su dominio desde la época del Renacimiento europeo, en 1490. Y esto les quiero señalar: las campañas xenófobas y clasistas de la derecha son una herramienta, no contra la inmigración en sí, sino para mantenernos desfavorecidos, no solo ante la ley, sino en la vida cotidiana. Después de todo, nos quieren a los inmigrantes aquí, disciplinados y trabajando.

Este comportamiento antisocial en las filas de nuestra clase, esta autocomplacencia narcisista, mientras, como especie humana, en este momento nos enfrentamos cada vez más a la catástrofe de toda la sociedad, no es sólo una prerrogativa de la derecha. Se oye el mismo discurso en las filas de la izquierda política y parlamentaria, cuando sus funcionarios nos instan a votar, levantando el dedo como los pedagogos y buenos policías que son, advirtiéndonos a los trabajadores de la amenaza del fascismo y la dictadura, si preferimos no hacerlo. Quieren que votemos a un sistema que nos esclaviza y que es, en definitiva, una pura forma sin contenido. Así que, por favor, discúlpenme, pero antes de responder a la pregunta sobre el antifascismo, tengo que arrojar una luz y desarrollar algunos conceptos sobre nuestras democracias postfascistas para que nos quede claro, qué se entiende por el concepto de antifascismo hoy en día. Por favor, quédense conmigo. Y disculpen que lo diga, pero dada la intensificación del trabajo en las metrópolis desde los años 70, la gente debería tener mejores cosas que hacer que desperdiciar su pensamiento en el funcionamiento de la democracia. Pero aquí estamos. Lo hacen. Ahora, ¿qué debemos, según nuestros amos, estar apoyando?

A primera vista, la democracia tiene mucho sentido. Parece ser buena para nosotros y para nuestros intereses. Dentro de la democracia existe una obligación ideal de atribuir el poder al pueblo. Sin embargo, al mismo tiempo existe una pretensión real de la oligarquía de gobernar sobre el pueblo. Esto lleva a una contradicción general. La contradicción existe entre la pretensión individual de gobernar y el contenido de las sociedades modernas, que son sociedades de masas basadas en la división del trabajo. Por lo tanto, en las sociedades modernas todo Estado debe dar cuenta de las masas en su territorio. Darles una expresión. Una Constitución hace precisamente eso. Para una Constitución democrática burguesa, Karl Marx, a quien cito aquí, está criticando una contradicción que las engloba. Escribe:

“Pero la contradicción de más envergadura de esta Constitución consiste en lo siguiente: mediante el sufragio universal, otorga la posesión del poder político a las clases cuya esclavitud social debe eternizar: al proletariado, a los campesinos, a los pequeñoburgueses. Y a la clase cuyo viejo poder social sanciona, a la burguesía, la priva de las garantías políticas de este poder. Encierra su dominación política en el marco de unas condiciones democráticas que en todo momento son un factor para la victoria de las clases enemigas y ponen en peligro los fundamentos mismos de la sociedad burguesa. Exige de los unos que no avancen, pasando de la emancipación política a la social; y de los otros que no retrocedan, pasando de la restauración social a la política”

Marx dice que, con una Constitución democrática y el sufragio universal, ya no hay ninguna garantía política para la burguesía de que su poder social no le será arrebatado repentinamente. Pero precisamente este retroceso del dominio político −la pérdida de su garantía política de dominio− es hasta ahora el mayor triunfo de la burguesía. Porque los conflictos sociales se dirigen ahora como conflictos políticos al Estado.

Con una Constitución existe, sin embargo, una ampliación formal de las libertades civiles, pero el contenido de estas libertades es restringido. Porque para las masas también puede existir la posibilidad de reclamar el poder político, pero el poder político está separado del poder social. La extensión del poder social de la clase significaría la politización de las relaciones de producción. Pero en estas relaciones de producción es donde se asienta el poder social de la burguesía. Por lo tanto, el Estado burgués simplemente no puede otorgar el poder a las masas, está atado al propósito de asegurar la propiedad privada.

En la conciencia cotidiana, entonces, exactamente esta dependencia funcional −el propósito del Estado de asegurar la propiedad privada− desaparece, se desvanece tras la apariencia del Estado como encarnación del principio común y general de la soberanía popular. Y, por tanto, el Estado encarna el bien común y, al conceder el acceso al gobierno político a los desposeídos, transmite con éxito la conciencia de ciudadanía hasta los estratos más bajos de la clase. En definitiva, una Constitución democrática es una performance de integración −o de domesticación− por excelencia.

Al negar la realidad de los intereses de clase irreconciliables, en un Estado democrático, el antagonismo entre el capital y el trabajo se mediatiza como un mero sentimiento consumidor que reclama ser reconocido como tal o cual identidad, mezclada dentro de un pluralismo de intereses que se orientan todos en su conciencia social hacia la esfera de la distribución o las políticas distributivas del Estado. Exactamente este interclasismo es un resultado histórico del fascismo −la versión uniforme y pluralista de los partidos populares democráticos, y, sus sindicatos de izquierda y derecha, se encuentran como una expresión progresiva de su predecesor histórico−, el partido de unidad fascista y los sindicatos de unidad fascista. Es llamativo que instituciones sociales como la del jardín infantil en Italia o la seguridad social en Alemania se valoren como logros sociales muy modernos de la nación democrática, mientras que en realidad se aplicaban como políticas fascistas.

Para el partido popular constitucional de toda la vida, ya no hay conflicto, todas las identidades se vuelven correctas, todos se unen contra el enemigo del pueblo, etc. La primera tarea histórica del fascismo fue disolver el proletarismo sin tocar el capitalismo. El resultado del fascismo es el Estado autoritario en su vertiente neoliberal post-fascista que tenemos hoy. Este Estado autoritario se basa en la voluntad de los privilegiados de hacer sacrificios mientras la libertad y la prosperidad puedan ser protegidas.

Insisto en que lo que caracteriza a la democracia posfascista, o lo que consiguió el fascismo históricamente, lo que es nuevo, es ante todo la formación de la sociedad en la línea de un compromiso interclasista. Y a pesar del aumento del número de revueltas en todo el planeta, ninguno de los movimientos hasta la fecha, se acerca a cuestionar el poder social de la burguesía. Todos los levantamientos han sido recuperados por formas políticas.

Pero la forma política es el límite de la emancipación.

Por poner un ejemplo reciente. En 2004, un ministro o algo así de la izquierda radical en el gobierno de la capital y del estado de Berlín vendió la mayor parte del stock de viviendas sociales al mercado. De este modo −como se afirmó− se salvó al Estado de la quiebra. Un objeto vendido en 2004 tenía un valor contable de 405 millones, que hoy vale 7 billones.

Hoy, el mercado de la vivienda y con él, los conflictos sociales van en aumento. Cito al grupo autónomo Los Amigos y Amigas de la Sociedad sin Clases sobre la situación de la vivienda en Berlín, con su texto, “Ningún barco nos vendrá a salvar”:

“Durante muchos años, los alquileres de la ciudad eran más bajos que en la mayoría de los lugares alemanes, por no hablar de otras capitales europeas como Londres o París. Sin embargo, en los últimos diez años, la población de Berlín ha crecido en 400.000 personas −más del diez por ciento− y el gobierno local prácticamente ha dejado de construir viviendas asequibles. Esto ha llevado a que los alquileres aumenten considerablemente: un cuarenta y dos por ciento (para nuevos arriendos) desde 2016, más que en cualquier otro lugar del país. Y con una tasa de propiedad de la vivienda de apenas el quince por ciento, este problema afecta a una enorme parte de la población.

En este contexto, algunos activistas de izquierda iniciaron un referéndum sobre la expropiación de los stocks de viviendas de las empresas en la ciudad. Con el nombre de una de esas corporaciones inmobiliarias, la iniciativa ‘Expropiar Deutsche Wohnen & Co.’ (EDW) consiguió primero un gran número de voluntarios para recoger las 170.000 firmas necesarias y luego, en septiembre de 2021, ganó en las urnas con un 56,4% de votos a favor.

[¡Pero!]

Incluso si la expropiación prevista fuera simplemente una venta forzosa, representaría una intromisión en la sagrada libertad de propiedad. Por eso, el Senado ha dicho en repetidas ocasiones que una medida así enviaría ‘una señal equivocada’.

Ahí está el problema de todo gobierno de izquierdas: también él debe cortejar al capital, porque sin inversión no hay puestos de trabajo ni ingresos fiscales. Y ahí está, por consiguiente, el meollo de la campaña: por mucho que tenga un tono pragmático y ejerza experiencia presupuestaria, el paso que exige es uno que ni siquiera un Senado de izquierda es probable que tome. Algunos representantes de la campaña son conscientes de las consecuencias previsibles de la expropiación, pero no ven ningún problema en ello: ‘Si la agencia de calificación Moody’s amenaza a Berlín con rebajar su calificación crediticia, nosotros decimos con nuestra campaña: sí, aléjate. No los queremos aquí’. Ningún gobierno, por muy nominalmente de izquierdas que sea, puede adoptar esa postura si todavía tiene medio cerebro de derecha. Pero la campaña ha decidido depositar todas sus esperanzas en el gobierno. [Los Amigos y Amigas argumentan] Lo que sin duda asustaría a la clase trabajadora realmente existente sería un hundimiento del referéndum. ‘Las victorias, en cambio, inspiran y crean confianza’, escriben dos defensores de la campaña. Pero este tipo de fracaso es inevitable. Al final, es probable que se produzca una enorme desmoralización: el incansable esfuerzo de varios miles de activistas habrá sido, con toda probabilidad, inútil. O bien el Senado diluye el asunto y se llega a un compromiso que no ayuda a nadie, o bien, en contra de lo esperado, presenta una ley para comprar 240.000 departamentos a bajo precio, en cuyo caso intervendrán los tribunales. O, y esto sería un resultado aún más fatal políticamente, la ‘expropiación’ pasará, pero la ‘locura de renta’ continuará corriendo rampante”.³

La única opción sana que nos queda es recuperar esta lucha política como una lucha social revolucionaria contra el Estado. Porque al final −como argumentan Los Amigos y Amigas− ningún barco vendrá a salvarnos. Pero si esto ocurre, si el proletariado rechaza la difusión política de su interés social inmediato, una vez que la comuna de Berlín brote finalmente, la amenaza del fascismo y de una guerra sangrienta sería segura. En cuanto a la clase dominante, el Estado debe ser fuerte y la economía libre. Porque lo que la burguesía teme, es la politización de su base social después de haber perdido su garantía política para gobernar. El fascismo promete que, si la despolitización de la sociedad y el estilo tecnocrático de gestión política son cuestionados por el proletariado, este objetivo puede ser alcanzado mediante el terror organizado contra las masas. Pero gracias a la pasividad actual de las masas, gracias a la eficacia de la propaganda electoral y constitucional, para la clase dominante hoy en día, simplemente no hay necesidad todavía de organizar e incurrir en el coste improductivo de un terror estatal extendido contra ellas.

Una dimensión de esta propaganda pro-capitalista y estatista es la ideología del antifascismo como arma de contrainsurgencia. Bueno, hay una dimensión del antifascismo, que infunde miedo en los corazones y las mentes de aquellos pro-revolucionarios que decidieron que sería mejor para uno mismo y para la humanidad dejar este paisaje infernal para una vida mejor. Nadie sabe si la clase dominante prefiere evaporar el planeta antes que renunciar a su poder. En este sentido, la “Acción Antifascista” tiene un vínculo muy directo con la contrainsurgencia para aquellos que sostienen que la tarea de la emancipación humana es imposible de lograr de todos modos. Pero para los enemigos de una revolución mundial comunista la vida es un infierno y un sufrimiento y quizás un infierno en el futuro. ¿Son masoquistas los que realmente creen que el capitalismo es capaz de reformar el mundo y convertirlo en un lugar mejor? No. Lo que llama la atención es el hecho de que el evangelio del antifascismo sea predicado precisamente por aquellas personas que no se escudan en él, que ellas mismas y como organizaciones abandonaron cualquier pensamiento riguroso sobre el mundo real en favor de la salvaguarda de sus propios privilegios en sus comunidades cerradas, en las metrópolis, en sus pequeños trabajos formales o retirados en las sedes del gobierno. Que el mundo se vaya al infierno.

Al mismo tiempo, los gobiernos progresistas parecen impotentes para detener el avasallamiento del Estado autoritario sobre lo que queda de nuestras libertades civiles. En todo el planeta se promulgan políticas cada vez más represivas con el argumento de proteger la Constitución. Por ejemplo, los ciudadanos suizos votaron a favor de una ley, el año pasado, que faculta a la policía para encarcelar a los niños y obligarlos a trabajar a voluntad, si se atreven a hablar en público de derrocar al Estado.

Veo dos tendencias históricas en juego. En primer lugar, como he argumentado, la burguesía se abstuvo de gobernar políticamente. La tendencia hacia un Estado autoritario no sólo está impulsada por la manipulación de los que tienen dinero y los capitalistas. Las contradicciones del capitalismo se intensifican al pasar el tiempo y con ello la Constitución se interpreta cada vez más como un instrumento de control. Se trata de un retroceso histórico o de un deshacer el ideal de la democracia hacia la dictadura del capital en el terreno de la Constitución.

En segundo lugar, históricamente, mientras las contradicciones del capitalismo mundial se intensifican, citando a Walter Benjamin, la socialdemocracia pensó que era conveniente asignar a la clase obrera el papel de redentora de las generaciones futuras, cortando así los nervios de su mayor fuerza. Esta formación hizo que la clase obrera olvidara tanto su odio como su espíritu de sacrificio. El antifascismo es una ideología que es una pérdida de tiempo, posponiendo la revolución a un día santo olvidado.

Gracias Johannes Agnoli.4

Un comunista antiestatal de la región suiza

 

Descarga modo lectura


1.Que pertenecen a la IWW. [N. de VHLV]

2. Marx, Karl (2015) Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850. Madrid: Fundación Federico Engels. [N. de VHLV]

3.Disponible en inglés en: https://brooklynrail.org/2022/03/field-notes/No-Ship-Will-Come-to-Save-Us [N. de VHLV]

4.Fue un politólogo “marxista” germano-italiano. Señaló que el Estado es una agencia del capitalismo, una organización que transforma los intereses estrechos de los capitalistas individuales en el interés de un capitalista universal ideal (el ideelle Gesamtkapitalist), que explica la existencia de la explotación. [N. de VHLV]

 

La posición de clase del proletariado contra la guerra imperialista, en cualquier país, en Rusia y Ucrania, en Europa y América, en China, Japón y todo Oriente, en Australia y África, es una sola: lucha de clases, en primer lugar contra su propia burguesía, y lucha de clases contra las burguesías de todos los demás países.

Proletarios del mundo uníos, significa exactamente eso.

 

 

La guerra desatada por Rusia contra Ucrania es una guerra imperialista que actualmente se circunscribe a Ucrania y que afecta directamente a los países europeos. Sus características imperialistas han implicado inevitablemente a los países del imperialismo occidental, en primer lugar a los Estados Unidos de América y al Reino Unido, y a todos los países de la Unión Europea. Pero esta guerra tiene raíces mucho más lejanas en el tiempo. Hay que remontarse a 1991-1992, al colapso de la URSS y al agravamiento de un desorden mundial que avanzaba con las crisis capitalistas que sacudían el mundo desde la gran crisis mundial de 1975.

Rusia, en cinco años, perdió así su dominio sobre los países de Europa del Este, que representaban para Rusia lo que, en cierto modo, los países de América Latina representaban en su momento para los Estados Unidos de América: el llamado patio trasero en el que el país dominante dicta la ley con su política imperialista y su infalible talón de hierro. También perdió el control sobre los países del Cáucaso y del Este de Rusia. Lo que no perdió fue su tendencia histórica a extender su dominio a las zonas vecinas de su "continente euroasiático". Hacia Europa intentó recuperar el control sobre Bielorrusia y Ucrania; en el primer caso lo consiguió, en el segundo no. El contraataque preparado por la Unión Europea y Estados Unidos (a través de su incorporación a la UE y a la OTAN) tuvo éxito en prácticamente todas las antiguas repúblicas soviéticas de Europa del Este. Ucrania iba a ser el gran país con el que el Occidente "democrático" cerrara las fronteras militares europeas del Oso Ruso.

La diatriba de la "desmilitarización" y la "desnazificación" de Ucrania, de la que hizo gala la Rusia de Putin para justificar su guerra, fue un burdo intento de hacer pasar una guerra de pillaje por una guerra "patriótica" con la que defender a la Gran Madre Rusia del ataque que preparaban las potencias occidentales utilizando la Ucrania "nazi" de Zelensky como un organismo especial de la OTAN para doblegar al Estado ruso a los intereses del Occidente imperialista.

Que hay intereses imperialistas en juego y que estos intereses combinan factores económicos y político-militares está fuera de toda duda. Las reservas minerales del Donbass, la gran fertilidad de la tierra que hace de Ucrania uno de los mayores exportadores de grano del mundo, y la posición estratégica del país con respecto al Mar de Azov y al Mar Negro, son razones suficientes para que el zarismo primero, y la Rusia estalinista e imperialista después, hayan pretendido siempre dominar esta nación.

La propaganda rusa que ensalzaba la defensa de la población prorrusa de Ucrania, acusando al gobierno de Zelensky de reprimirlos como prorrusos con la intención de "ucranianizarlos" a toda costa, era un contrapeso a la propaganda ucraniana de independencia y soberanía nacional "ganada" tras el colapso de la URSS y que los prorrusos de Crimea y el Donbass cuestionaban. Ante el golpe de Estado ruso por el que Moscú se anexionó Crimea en 2014, el gobierno de Kiev, apoyado por los imperialistas occidentales y espoleado para oponerse económica, política y militarmente a las provincias prorrusas del Donbass que reclamaban su autonomía, se vinculó cada vez más a Washington, Londres, Berlín, París y Roma para acelerar su camino hacia la adhesión tanto a la Unión Europea como a la OTAN.

En los ocho años transcurridos desde la anexión de Crimea a Rusia, el enfrentamiento sólo podía aumentar, llevando la tensión entre ambos países al nivel de un enfrentamiento bélico.

Los proletarios rusos y los proletarios ucranianos fueron objeto de una propaganda dirigida a este choque de guerras, tanto del lado ruso como del ucraniano, como lo demuestra el hecho de que, al mismo tiempo, el gobierno de Kiev se armaba gracias a las importantes contribuciones de, sobre todo, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania e Italia. Solo Estados Unidos, desde 2014 hasta finales de 2021, apoyó al gobierno de Kiev con más de 4.600 millones de dólares, de los cuales 2.500 millones fueron para armamento (1). Pero los armamentos occidentales no sólo se han ido por el camino de Kiev. A pesar de las grandes declaraciones de paz y de las sanciones impuestas a Rusia por haber "atacado la soberanía nacional ucraniana" con la anexión de Crimea, entre 2015 y 2020 hasta 10 países (Francia, Alemania, Italia, Austria, Bulgaria, República Checa, Croacia, Finlandia, Eslovaquia y España) exportaron a Rusia armas por valor de 346 millones de euros, de los cuales Francia se llevó la mayor parte, con 152 millones, seguida de cerca por Alemania, con 121,8 millones. Pero Italia no se quedó atrás; el gobierno de Renzi, con Paolo Gentiloni como ministro, vendió a Rusia vehículos blindados terrestres por 25 millones de euros en 2015, y en 2021, el gobierno de Draghi, con Di Maio como ministro, le vendió armas y municiones por otros 22 millones de euros (2). ¡¡¡Hasta aquí la paz agitada a los cuatro vientos y las sanciones a la Rusia agresora!!! Los negocios son los negocios.

Los gobiernos burgueses, tanto de Europa como de América o de cualquier otro país, demuestran por enésima vez que toda la palabrería sobre la paz, sobre los valores de la democracia que hay que defender, sólo tiene un gran propósito, enmascarar la verdadera naturaleza del poder burgués, la verdadera naturaleza del capitalismo sobre el que la burguesía ha implantado su poder: el beneficio y la dominación imperialista sobre las naciones más débiles. Y para estos objetivos no tienen reparos en echar gasolina al fuego, vendiendo armas de todo tipo a ambos países beligerantes. En cualquier caso no es el capital, no es el sistema capitalista el que sale perdiendo; son las masas proletarias, las poblaciones civiles que son masacradas bajo los bombardeos, obligadas a huir como animales asustados; poblaciones que, al intentar refugiarse en lugares y países donde no hay guerra, acaban en boca de los mismos bandidos imperialistas que estimularon y prepararon la guerra de todos modos.

Los proletarios europeos, directamente implicados en la guerra ruso-ucraniana, a los que todos los gobiernos apelan para que realicen los sacrificios económicos y sociales necesarios para llevar ayuda a Ucrania en su "guerra de defensa", no tienen ningún interés que compartir con sus respectivas burguesías dominantes que, también a través de esta guerra, pretenden, por un lado, hacer el mayor negocio posible y mantener la recuperación económica puesta en peligro por la propia guerra haciendo recaer el mayor peso de las exportaciones perdidas sobre las condiciones de vida y trabajo de los proletarios, mientras que, por otro lado, tratan de vincular aún más a sus proletarios a la colaboración de clases, necesaria para obtener beneficios en tiempos de paz, pero aún más indispensable en tiempos de guerra porque cuando llegue la "llamada a las armas", la burguesía de cada país querrá tener un proletariado disciplinado y preparado para satisfacer las exigencias del capitalismo nacional en la lucha con otros capitalismos nacionales competidores.

El interés histórico del proletariado es liberarse de la explotación a la que está sometido en la sociedad burguesa, emanciparse de la esclavitud asalariada que sólo le obliga a alimentarse a condición de someterse a las relaciones sociales y de producción burguesas, y que le obliga a convertirse en carne de cañón cada vez que la burguesía dominante entra en conflicto armado con las burguesías extranjeras. Este interés histórico, que descansa en el antagonismo de clase inherente a la sociedad capitalista, se convierte en la tarea que tienen los proletarios de todos los países de revolucionar toda la sociedad del capital de arriba abajo.

La lucha por vivir, o más bien por sobrevivir, que todo proletario se ve obligado a librar a lo largo de su vida bajo la dominación de la burguesía, se convierte en una lucha de clases, es decir, en la lucha de todos los proletarios como asalariados, independientemente de su edad, sexo, nacionalidad o profesión, para que el sistema económico y social que los coloca desde su nacimiento en la posición de clase sumisa, de clase explotada, de clase dominada, sea derrocado de una vez por todas para dar paso a un sistema económico y social en el que ya no haya clases dominantes y clases dominadas, explotación del hombre sobre el hombre, y por tanto antagonismos entre clases, competencia y guerras. Este objetivo no es utópico, no es una fantasía fuera de la realidad, por la sencilla razón de que será el resultado histórico de la propia realidad del capitalismo y de la sociedad burguesa erigida sobre él.

El trabajo asalariado es la característica típica de la sociedad burguesa, del capitalismo. No existía antes de la sociedad burguesa, y no existirá después de la sociedad burguesa. El trabajo asociado y la aplicación de la ciencia a la producción con sus continuas revoluciones técnicas, de ahí la gran industria, y la universalización de las comunicaciones y las relaciones entre los distintos países del mundo, constituirán la contribución básica de la sociedad actual a su transformación en una sociedad sin clases, sin valores de cambio, sin dinero y sin competencia comercial; en una sociedad en la que ya no habrá despilfarro, producción nociva, contaminación y conflictos entre países y pueblos, porque las bases económicas del despilfarro, de la producción nociva, de la contaminación y de los conflictos entre países y pueblos habrán sido anuladas y sustituidas por bases económicas capaces de satisfacer, no los mercados, no el capital, no las bolsas, no los beneficios capitalistas de los que sólo disfruta una ínfima minoría de la burguesía en detrimento de la vida de las grandes masas del mundo, sino las necesidades vitales de los miles de millones de personas que habitan el planeta.

Gran objetivo histórico, sin duda; pero que sólo la clase proletaria, la verdadera clase productora de toda la riqueza de la sociedad, podrá alcanzar. Para lograr este gran objetivo, el proletariado debe hacerlo suyo, sentirlo como una necesidad de vida, y para ello el proletariado debe luchar contra los enemigos que le impiden tomar este camino, debe prepararse para la lucha de clases, entrenarse para la lucha junto a sus hermanos de clase, con los proletarios de todas las épocas de todas las nacionalidades, hombres y mujeres, adquieran experiencia directa utilizando los medios y métodos de la lucha de clases (es decir, aquellos con los que se defienden exclusivamente los intereses proletarios, inmediatos y más generales) para poder reconocerse como parte integrante de un único gran ejército internacional y reconocer a los enemigos de clase. Enemigos de clase que no son sólo los capitalistas, los dueños de la tierra, de los productos, del dinero, del poder político, sino también los oportunistas, los que se hacen pasar por representantes de los trabajadores, pero que en realidad juegan el papel de escamoteadores de la lucha proletaria, de saboteadores de la lucha proletaria, que niegan la independencia de clase y apoyan la colaboración de clases. Las lecciones de la historia en estos campos son numerosas y forman parte del bagaje teórico y político del único verdadero representante de los intereses históricos del proletariado bajo todos los cielos: el partido de clase, el partido marxista revolucionario, que no se deja halagar por la democracia, ni engatusar por un reparto supuestamente "más justo" de la riqueza social, y menos aún por esa pequeña dosis de piedad y bondad que debería habitar en el corazón de todo burgués, de todo capitalista, de todo belicista.

Así como a la clase burguesa le llegó la hora, en su lucha contra la nobleza aristocrática, contra el clero y contra toda monarquía, de derrocar su poder y sustituirlos al frente de la sociedad, impulsando el desarrollo de la nueva economía capitalista frente a la vieja economía feudal y aislacionista, así también le llegará la hora a la clase proletaria, en su lucha contra toda la opresión burguesa, toda la opresión económica y social capitalista, para derrocar el poder de la clase burguesa como la última clase que representa la prehistoria de la humanidad, es decir, la última de las sociedades divididas en clases que la humanidad ha conocido en su largo y milenario curso histórico.

Pues bien, para luchar contra la guerra burguesa, que desde hace más de cien años no es más que una guerra de robo y de imperialismo, o los proletarios consiguen reaccionar contra la dominación hasta ahora indiscutible de las burguesías imperialistas, o están condenados a sufrir, guerra tras guerra, paz tras paz, las consecuencias cada vez más trágicas de las inevitables crisis del capitalismo. La guerra burguesa no resuelve la crisis económica y política que la desencadenó, superándola de una vez por todas. La guerra burguesa se produce porque la crisis de sobreproducción, característica del desarrollo del capitalismo, y que en el período histórico del imperialismo se hace cada vez más profunda y aguda, intenta devolver las condiciones de competencia entre los estados y entre los polos monopolísticos a la situación anterior, a una situación en la que la economía capitalista se expande en lugar de estancarse y retroceder. Pero es el propio sistema capitalista, por las características de su economía basada en la propiedad privada y en la apropiación privada de la riqueza social producida, por tanto en un sistema de competencia cada vez más fuerte y feroz, el que, si bien supera temporalmente el punto más crítico de la crisis de sobreproducción, vuelve a generar los factores de crisis aún más graves y mayores. Esta es la historia de todas las crisis capitalistas hasta la fecha.

Para superar los momentos más críticos de sus crisis, la burguesía capitalista no tendría éxito si no contara con el proletariado a su lado, si los asalariados -precisamente porque representan la fuente de valorización del capital, por tanto de la ganancia- no colaboraran, "haciendo su parte", es decir, sacrificando su propia vida hasta el final, en la precariedad, el desempleo, la miseria, muriendo en el trabajo y muriendo en la guerra. Así, la colaboración de clases, si bien por un lado es el punto fuerte de la burguesía para salir de sus crisis, es al mismo tiempo su punto débil sobre el que el proletariado puede y debe actuar con su lucha. Sin una lucha seria, puntual y amplia contra la colaboración de clases, el proletariado nunca tendrá la oportunidad de emprender el camino para emanciparse del capitalismo; siempre estará supeditado exclusivamente a las exigencias vitales del capital, de los mercados y de la ganancia capitalista, y volverá cada vez a ser sacrificado única y exclusivamente por el bienestar de la burguesía.

La guerra ruso-ucraniana demuestra una vez más que este es precisamente el quid que pone al proletariado en la peor posición: se le masacra sin tener la fuerza para reaccionar de forma independiente, en beneficio exclusivo de los capitalistas de un lado o del contrario.


¡Contra la guerra imperialista, por la reanudación de la lucha de clases independiente del proletariado!

Contra la colaboración de clases, en primer lugar con la propia burguesía nacional. Contra todo nacionalismo.

¡Por la reorganización clasista e independiente del proletariado por encima de las divisiones de raza, nación, género, edad, profesión!

¡Por la revolución antiburguesa y anticapitalista!

 

 

Partido Comunista Internacional

6 de junio de 2022

www.pcint.org




__________

NOTAS:


(1) Cfr. Il senso del supporto militare americano all’Ucraina, https://www.geopolitica.info/supporto-militare-americano-ucraina/, 21/01/2022.

(2) Cfr. Embargo a chi? Per anni armi “proibite” alla Russia, “il fatto quotidiano”, 17/03/2022.


ARCHIVO

Traduce-Translate-Μετάφραση

Etiquetas

comunicación proletaria solidaridad internacional internacionalismo chile comunicados pcint lucha de clases comunistas contra la represión protestas sociales grecia solidaridad con lxs presxs francia anticapitalistas revueltas acción directa guerra a la guerra Palestina internacionalismo proletario EEUU guerra de clases textos Venezuela memoria Italia anarquistas solidaridad proletaria internacionalista Argentina Territorio Mapuche english feminismo méxico Alemania análisis derrotismo revolucionario detenidas estado español (españa-XPAIN) contra la guerra lucha proletaria Shile huelgas mujer presos políticos huelga general kurdistán policía asesina 1º de mayo Ecuador Israel Rojava Siria Ukrania contra la democracia contra las elecciones covid-19 por el comunismo / por la anarquia proletarixs internacionalistas antimperialismo comunismo contra el capital francés migrantes okupacion Chequia antipatriarcado disturbios noticias oaxaca Rusia anticarcelario contra el estado policial contra el nacionalismo contra el trabajo fascismo y antifascismo solidaridad de clase solidaridad proletaria contra caridad cristiana 8 de marzo República Dominicana Turkia UK anticapitalismo antifascismo autonomía de clase brasil bélgica expropiación fotos guerra social lucha revolucionaria refugiados trabajadores en lucha Barcelona Mediterráneo antimilitarismo de clase contra el fascismo contra la patria contra la sociedad cárcel haití huelga de hambre insurrección libertad para todxs lucha obrera lucha social pintadas protestas trabajadores y estudiantes Portugal República Checa Uruguay antirracismo caribe chalecos amarillos cuba defensa de la tierra desalojos son disturbios irak pegatas perú revolución comunista terrorismo ucrania Colombia Egipto Gabriel Pombo da Silva Iran Irán Paraguay Polonia UIT-CI américa del sur atentados class war contra el reformismo y el oportunismo contra la burguesía desaparecidos deserción euskalherria indepedencia de clase minería no son accidentes propaganda. affiche reflexión revolución social saqueos teoría violencia revolucionaria África Catalunya China Claudio Lavazza G20 Golpe de estado Haiti India Nápoles PCI-ICP Sudán ZAD agitación antidesarrollismo antinazis asocianismo obrero barrios proletarios berlín brigadas internacionales catástrofes contra el mundial de fútbol contra la iglesia católica contra la religión contra la unidad nacional contra las fronteras contra las ongs derecho al aborto despidos economía política encuentros epidemia extradicción feminicidio feria grupos autónomos historia jornadas no borders pensiones revolución internacional sabotajes santiago maldonado un patriota un idiota 11deseptiembre América del norte Arabia Saudí Argelia Bielorrusia Birmania Bolivia Bosnia Bulgaria CNA Cibao Comuna de París Corea del Norte Corea del Sur Cuarta Internacional DIY Estado = Mafia Filipinas Flora Sanhueza GCI Gran Bretaña Guadalupe Hambach Forest Hong Kong Kenia Kosovo Libano Liberia Marcelo Villarroel Marco Camenish Martinica Mumia Abu Jamal Myanmar Nicaragua Portland Punki Mauri Presente! RIF Sebastian Oversluij Suiza Tendencia Comunista Internacionalista Tunez Túnez Val di susa Vietnam Yemen Zaragoza abolición del trabajo asalariado abstención activa afganistan angry asambleas de trabajadores ateismo atropello autodefensa autoorganización bangladesh caja de resistencia ccf censura contra el fracking contra la reforma laboral contra la socialdemocracia contra las olimpiadas contra toda nocividad crisis crítica de la ideología deconstrucción derecho de autodeterminación dictadura dirección donbass día del joven combatiente exarchia excluidos exilio ferroviarios gilets jaunes grupo Barbaria guerra comercial guerra sucia huelga ilimitada y sin preaviso indymedia interseccional ioannina jornadas anárquicas kobane kurdo latinoamérica lumpen marruecos miseria movimientos de parados narcotráfico no Tav normalistas novara organización organización anarquista piquete praxis revolucionaria presos programa pueblos originarios que se vayan todos rebelión registros resistencia revolución socialista san francisco somos lxs nietxs de las brujas que nunca pudisteis quemar son asesinatos sudáfrica trotsky turismo = miseria social violencia virus vivienda zapatista árabe