Los parados organizados de Nápoles de nuevo en el terreno de la unificación de la lucha de clases
La asamblea de los desempleados organizados en Nápoles del "Movimiento de Lucha de los Desempleados 7 de noviembre" junto con el "Movimiento de Desempleados 167 Scampia" en la universidad central de la calle Mezzocannone fue un paso crucial para el futuro de estas organizaciones.
Desde hace aproximadamente una década, los "7 de noviembre", como herederos de los históricos parados organizados, se han hecho visibles a través de su lucha, ganando la atención de las instituciones locales y nacionales. En comparación con las organizaciones del pasado, están más abiertos a otras organizaciones de desempleados, pero sobre todo a las realidades obreras que se ven empujadas a la lucha con la perspectiva de no perder sus puestos de trabajo ante las políticas de destrucción industrial, especialmente de las multinacionales. Por lo tanto, el rechazo a las listas y a las listas clientelares las sitúa, en perspectiva, en un terreno más amplio que implica a diferentes sectores de la clase proletaria. Incluso si ha llegado el momento de mantener la guardia contra las políticas del gobierno y del Ayuntamiento, que también tienen la fortaleza que sacan de sus experiencias pasadas, y que tenderán a dividir, oponer y escindir el movimiento, porque quieren que no quede nada formal sino el recuerdo de un pasado lejano. La oposición entre proletarios, pero sobre todo entre obreros y parados, es un baluarte histórico del oportunismo, siendo, para la burguesía, un elemento fundamental para presionar a la fuerza de trabajo empleada, por tanto a los salarios y contra la reanudación de la lucha de clases.
A lo largo de los años de protestas y marchas de esta organización, no ha faltado la represión, que ha llevado a la detención de varios desempleados acusados de conspiración criminal, algo que aún se está resolviendo. Pero la lucha intransigente, como siempre, ha dado resultados tangibles al menos en términos políticos. El reconocimiento del movimiento por parte de los medios de comunicación fue una preparación para su reconocimiento también por parte de las instituciones. Las vagas promesas iniciales y una cierta dilación no desanimaron a los parados, que se enfrentaron a la represión y la intimidación de las fuerzas del orden de forma digna y combativa, abarcando todo el territorio. De hecho, las manifestaciones de solidaridad no faltaron ni faltarán en el futuro, por ejemplo en el tema de las cárceles, con guarniciones frente a la prisión de Poggioreale. Igualmente hacia los trabajadores de algunas fábricas que luchan por defender sus puestos de trabajo y algunos son denunciados por el mismo motivo. También criticó la desintegración de la sanidad pública, estigmatizando el cierre de hospitales históricos en el centro de la ciudad. También criticaron la guerra y el consiguiente gasto militar en detrimento del proletariado, y en oposición y con determinación exigieron un puesto de trabajo o al menos la garantía de un salario.
Y fue gracias a este empecinamiento que se arrancaron las primeras reuniones con la concejalía, que tras varias repeticiones dieron lugar a citas más importantes, como la reunión con el Ministro de Trabajo el 27 de mayo de este año, donde se acordó una cita posterior entre el Alcalde de Nápoles y una delegación de desempleados, en la que se iba a tratar el restablecimiento de la coordinación entre los organismos de acompañamiento de los desempleados en el itinerario específico de formación/empleo, además de los instrumentos financieros ya existentes y en proceso de publicación como el G.O.L. (GARANTÍA DE EMPLEABILIDAD DE LOS TRABAJADORES).
Los desempleados, sin ilusiones y sin rendirse, volvieron a salir a la calle el 14 de junio para acelerar el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento, la Ciudad Metropolitana y el Ministerio de Trabajo. La concejala de Empleo del Ayuntamiento de Nápoles, Chiara Marciani, informó al movimiento de desempleados directamente en la plaza de que los primeros documentos de orientación habían sido finalmente remitidos al Ministerio de Trabajo para que se celebrara una reunión productiva, a diferencia de las anteriores mesas redondas, para evaluar los méritos de las distintas propuestas.
En medio de los continuos e insistentes intentos de criminalización y ostracismo por parte de los medios de comunicación y las instituciones, el 6 de julio los desempleados "7 de noviembre" y los desempleados "167 Scampia", que habían coordinado sus luchas, celebraron, pero en dos momentos diferentes, una mesa en la Prefectura de Nápoles junto con el Prefecto, el Ayuntamiento, el Departamento de Trabajo y los partidos técnicos pertinentes. El tema en cuestión se llama: "Mesa de confrontación con los movimientos que representan a los parados de larga duración en el área metropolitana de Nápoles".
En la reunión se ilustraron varias hipótesis de proyectos aportadas por el municipio de Nápoles y sometidas a la consideración del Ministerio de Trabajo, que fueron compartidas por el ejecutivo de los desempleados.
La asamblea del 15 de julio hizo un balance de la situación, denunciando el contexto en el que la crisis capitalista ha llevado a las masas proletarias a los límites de la supervivencia con la subida de los precios de los productos de primera necesidad y de las facturas de los servicios públicos, y el riesgo no lejano de racionamiento de los recursos energéticos como el gas, el agua, la electricidad, etc. Por lo tanto, se hace necesario, instó un representante de la ejecutiva, reforzar la unidad entre todos los proletarios que luchan por un puesto de trabajo o un salario con vistas a relanzar la lucha de clases. Más allá del gobierno que se impondrá tras la crisis de momento, el ejecutivo llamó a comprometerse con una gran manifestación en Roma y otra nacional en Nápoles con la participación de los trabajadores de las fábricas en crisis, en la perspectiva de un movimiento de protesta a nivel nacional. La asamblea concluyó con las reivindicaciones recogidas en el folleto elaborado para la ocasión titulado "HASTA LA VICTORIA", que son:
- ¡Contra la guerra y los costes sociales que se trasladan a nuestras vidas!
- Por la garantía salarial, por la reducción de la jornada laboral a cambio de la igualdad salarial, porque todos trabajen y trabajen menos.
- ¡Por un plan de trabajo extraordinario, destinado a la realización de proyectos socialmente necesarios!
Sabemos por experiencia directa que la mera perspectiva de alcanzar objetivos concretos dificulta el mantenimiento del movimiento. Esta es la lucha política prioritaria a la que deben dedicarse las fuerzas que se preocupan por la reanudación de la lucha de clases. La formalización de un organismo de lucha inmediato y duradero, con una plataforma de lucha programática que abarque diferentes luchas y diferentes sectores de la clase, es el objetivo prioritario a alcanzar para no volver a empezar cada vez. En más de medio siglo de luchas de los desempleados, que ha visto, sí, la adquisición de trabajo en diversas formas, nada ha quedado de esas experiencias en cuanto a la formación de organismos de clase independientes capaces de involucrar tanto a los desempleados como a los trabajadores debido a la labor demoledora del oportunismo político y sindical presente en todas partes y representado por los sindicatos tricolores CGIL, CISL y UIL y las falsas organizaciones comunistas.
Damos nuestra solidaridad al movimiento de los parados organizados y a los sectores obreros en lucha, con un solo grito:
¡SALARIO DEL TRABAJO O SALARIO DE DESOCUPACIÓN!
Partido Comunista Internacional
19 de julio de 2022