Contra las amenazas de guerra entre Venezuela y Colombia,
¡Solidaridad y lucha de clases internacional de los proletarios!

 

 

 

El domingo 21/3, en el suroeste de Venezuela, región de Apure, enfrentamientos militares cobraron la vida de 2 soldados venezolanos y dejaron varios heridos, provocando además la huida de cientos de indígenas, campesinos y proletarios que trabajan y viven en la zona hacia el país vecino, Colombia. Aparentemente los enfrentamientos estallaron entre el ejército venezolano y grupos disidentes de las Farc-Eln y por tanto del tratado firmado por estos últimos en Cuba en 2016 (1). Otras fuentes dicen que son grupos narcotraficantes vinculados a los cárteles mexicanos o una mezcla de ambos.

 

Se afirma que este ejército disidente sembró un número indeterminado de minas antitanques que ya han dejado fuera de combate un vehículo blindado venezolano de origen ruso. Sin embargo, es un poco extraño que un pequeño grupo de guerrilleros tengan tales dispositivos a su disposición ... Mientras tanto, el gobierno colombiano ha enviado 2000 soldados que se encuentran apostados en la zona (2). Un disidente chavista declara que «El capitán Diosdado [Cabello, segundo en la jerarquía del poder venezolano, NdR] de manera irresponsable, llama a zafarrancho de combate, el presidente azuza, la ologarquia colombiana moviliza sus tropas» (3)

 

Hoy un conflicto de alto nivel parece imposible, pero, dada la posición estadounidense frente a Venezuela, los incidentes actuales podrían ser el pretexto para el inicio de una escalada y un mayor grado de beligerancia hasta que el conflicto armado se vuelva inevitable. Si bien es poco probable en este momento, los tambores de guerra suenan en ambos lados de la frontera para reavivar el nacionalismo con el fin de lograr la unidad nacional. Ambos gobiernos, – ¡en apuros! – afrontan graves dificultades económicas y sociales; una movilización bélica, aunque se mantenga en el nivel de la propaganda, es un medio formidable para sofocar los movimientos de protesta de las masas y para unir a todas las clases detrás de la defensa del capitalismo nacional. La tensión social es especialmente evidente en Colombia, que durante el último año ha visto el renacimiento de un movimiento social que había estado amordazado durante décadas y enmascarado por el enfrentamiento entre la guerrilla y la contraguerrilla de las fuerzas militares estatales.

 

 

¿Cuáles son las fuerzas militares presentes?

 

Engels explicó ("El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado") que el Estado burgués se resume en último análisis en una «banda de hombres armados» : el ejército es el pilar último, después de la policía, para la defensa del capitalismo nacional, ya sea contra otros Estados o contra el «enemigo interno», el proletariado. Esto es cierto en todas partes, incluso en los Estados más poderosos, más avanzados y más «democráticos». Pero en los Estados con un capitalismo más débil y menos desarrollado, el ejército a menudo se ve obligado a desempeñar un papel aún más importante ; también participa en el campo económico para compensar la debilidad o ausencia de capitalistas en ciertos sectores: ver el caso de Egipto, Argelia o Birmania, por nombrar algunos ejemplos. Esto también se ve en la Venezuela chavista.

 

El ejército venezolano es inferior al colombiano en número de soldados y experiencia en el terreno: 50 años de experiencia para el ejército colombiano tanto internamente, contra las guerrillas del ELN como contra las FARCS colombianas, que externamente, participando en la Guerra de Corea y la  del Golfo entre otros hechos de gloria ...

 

Por otro lado el ejército venezolano, cuyo gobierno es apoyado abiertamente por Irán, Rusia y China, está mucho mejor equipado pero sin ninguna experiencia notable salvo contra las guerrillas guevaristas de los años 60 y 70 al interior del país y un compromiso muy limitado. en Vietnam, que resultó en la muerte de un soldado. El colmo es que tiene más generales que la OTAN: ¡200! Pero la mayoría de ellos están en empresas públicas ... (4).

 

Más importante que la contabilidad de las fuerzas en el papel es el hecho de que se basan en parte en un sistema de reclutamiento, es decir, en el servicio militar obligatorio. Si bien la disciplina militar se esfuerza por convertirlos en dóciles verdugos, los reclutas no son ajenos a las tensiones sociales que existen en el país; de esta forma, pueden contaminar el ejército hasta el punto de dificultar su uso en determinadas circunstancias (Lenin explicó que para ganar una revolución, esta debe triunfar primero en el ejército). Los poderes burgueses buscan evitar este peligro aumentando el papel de los soldados profesionales. En Colombia, la obligación teórica del servicio militar de hecho ha dado paso al voluntariado, y los soldados son reclutados en su mayoría en la pequeña burguesía ylas clases medias; pero estos ahora están arruinados por la crisis...

 

Los proletarios deben denunciar la propaganda bélica y las maniobras militares en curso y en las que en realidad son las víctimas propiciatorias, oponiendo la solidaridad internacional a la defensa de la «patria» que no es otra cosa que la defensa del sistema capitalista del hambre, de la miseria y la explotación.

 

 

¡Ni un soldado para defender una frontera que no existe, ni una sola gota de sangre proletaria!

¡Contra las guerras nacional-imperialistas, por la guerra de clase revolucionaria internacional!

¡El principal enemigo del proletariado está en su propio país!

 

 

 


 

(1) «Durante y después de los acuerdos de paz de La Habana entre la guerrilla y el gobierno colombiano, varios grupos abandonaron las FARC para formar grupos disidentes que continúan armados y operando en varias partes del país». cfr. https://www. france24. com/es/ am%C3% A9rica-latina/ 20210326-desplazados- enfrentamientos- ejercito-venezuela-disidencias-farc

(2) Según la revista digital colombiana “Semana”, accesible solo a sus suscriptores, el presidente Duque presuntamente envió 2.000 soldados al Municipio de Arauquita, Departamento del Arauca, Colombia cerca de la frontera norte. (Cfr.: Https:// www. youtube. com/ watch?v=4_ zwjmChO1U&ab_ channel= SANTIAGOGUTIERREZVILLEGAS).

(3) «Hace días estaba en un nivel donde cualquier falso positivo precipitaría las acciones, y ahora los raros sucesos de la frontera les han dado excusa a los insensatos, a los guerreristas de lado y lado, para saciar sus torcidas expectativas». https:// www. aporrea. org/ actualidad/ a300998.html

(4) «El ejército colombiano, para dar una cifra, es el segundo de América del Sur, después de Brasil. El de Colombia tiene 445.000 hombres, más 185.000 en reserva, para un total de 630.000 hombres. Venezuela tiene 115.000 miembros, 438.000 reservas, para un total de 553 mil integrantes. Estas cifras (...) incluyen a las milicias y la Guardia Nacional. Por lo tanto, esta cifra está un poco inflada en el caso venezolano». (cfr https://noticias.caracoltv.com/politica/ejercito-venezolano-vs-ejercito-colombiano-cual-es-realmente-mas-poderoso)

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

29 de marzo de 2021

         www.pcint.org

 

 

Paraguay: revuelta proletaria contra la gestión capitalista de la pandemia


Paraguay ha sido, como muchos otros países pobres, devastado por el virus Covid-19. Al contrario de 2020, en que el Estado había reaccionado vigorosamente para detener la propagación de la pandemia. Esta política no sobrevivió al verano ya que, por parte de los patrones, se levantaron las restricciones en julio. Hoy, la pandemia se ha salido de control. El número de infecciones, hospitalizaciones y decesos va en aumento y esto va acompañado de un colapso del sistema de salud pública. Este colapso era predecible y se produce en un país en el que las tres cuartas partes de la población no tiene seguro médico. La pandemia revela la flagrante insuficiencia de los servicios sanitarios: menos de 650 camas de cuidados intensivos para un país de siete millones de habitantes, una escasez estructural de médicos y personal hospitalario, un acceso limitado a los medicamentos... Los enfermos están obligados a comprarlos ellos mismos y algunas familias han tenido que endeudarse para hacerlo. Esto va aunado a la especulación de las empresas farmacéuticas y la corrupción generalizada. Faltan vacunas: inicialmente 4.000 y luego 20.000 provenientes de Chile para 7 millones de habitantes. ¡A este ritmo, la vacunación llevará siglo y medio!


Esta dramática situación provocó la movilización de los trabajadores de la salud, quienes también se sintieron indignados por los casos de corrupción en la compra de medicamentos y equipos médicos; el gobierno intentó apagar la protesta haciendo renunciar a los encargados del sistema de salud (1). Sin éxito.


El descontento de las masas explotadas es profundo, causado por el deterioro de sus condiciones al punto de ver reaparecer el hambre después de la crisis (aunque la burguesía afirma que la situación – ¡para sus ganancias! – es menos mala que en los países vecinos); además, el desempleo va en aumento (oficialmente un 8% pero esto no tiene en cuenta que alrededor del 60% de los empleos se encuentran en el sector informal, el primero en verse afectado) y la codicia de los capitalistas, como los del sector del transporte que quieren aprovechar la situación para aumentar sus precios.


Esta situación, este verdadero crimen social, provocó una sana reacción proletaria.


El viernes 5 de marzo tuvo lugar una manifestación masiva en Asunción, la capital. En respuesta, el gobierno suelta a sus policías contra los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma. Los manifestantes tomaron represalias y lograron hacer retroceder a los secuaces de la burguesía. Un manifestante fue asesinado a tiros.


En un intento por frenar el descontento, el presidente ha ofrecido la renuncia de algunos de sus ministros. Esto no detuvo las movilizaciones en las calles: miles de personas volvieron a manifestarse a pesar de una nueva represión policial. La rabia proletaria es profunda, pero aún no logra expresarse en el terreno de clase. Los manifestantes marchan con banderas nacionales o exigen un cambio de gobierno y la renuncia del presidente Benítez (hijo del secretario privado del dictador Stroessner que reinó con mano de hierro sobre el país durante 35 años, antes de ser derrocado por un golpe de Estado en 1989 después de perder el apoyo de los Estados Unidos). La oposición y la Iglesia católica están trabajando para canalizar y calmar el descontento.


La situación de Paraguay es la de toda América Latina: explosiva. En el otoño de 2019, cuando la crisis económica apenas comenzaba, muchos países experimentaron verdaderas explosiones sociales; la llegada de la pandemia, con las diversas medidas de control social tomadas por los gobiernos, sirvió para sofocar movimientos de descontento o incluso revuelta. Pero la pandemia ha profundizado las desigualdades, ha empeorado las condiciones proletarias y ha puesto de manifiesto el desprecio de las autoridades burguesas por el destino de las masas proletarias y explotadas. Esto inevitablemente empuja a las masas a las calles nuevamente. Los comentaristas burgueses dicen sentenciosamente que Paraguay no puede servir de ejemplo, dada la particular debilidad de las instituciones democráticas y sociales en este país; por el contrario, al entrar espontáneamente en lucha, las masas explotadas del Paraguay dan el ejemplo e implícitamente lanzan un llamado a sus hermanos de clase en el continente. No cabe duda de que tarde o temprano este ejemplo se multiplicará.


En este nuevo ciclo de luchas que se abre, no hay otra salida que la lucha proletaria independiente, rompiendo con todas estas fuerzas burguesas y pequeñoburguesas, y llevada a cabo con métodos y reivindicaciones de clase. De lo contrario, la rabia que se expresa incluso con violencia, será inevitablemente recuperada con un simple lavado de cara del régimen. Para resistir antes de que puedan ir al ataque, los proletarios en Paraguay como en otros lugares deberán dotarse de sus propias organizaciones, desde las organizaciones de defensa inmediata hasta el partido de clase internacional indispensable para conducir las luchas hacia el asalto revolucionario.


¡Contra todas las fuerzas burguesas, contra las orientaciones interclasistas, populares y nacionalistas y las ilusiones democráticas!


¡La salvación está en la lucha de clase anticapitalista!


Partido Comunista Internacional, 15/3/21


_____________



(1) En efecto, «el presidente del Instituto de Previsión Social, Andrés Gubetich, renunció este miércoles 10 de marzo por ser parte de una red criminal que vende fármacos esenciales que deben ser distribuidos gratuitamente entre la población». (Cfr. https://kaosenlared.net/paraguay-una-semana-continua-llevan-las-protestas-sociales-que-exigen-la-salida-del-presidente-mario-abdo-benitez/).


 

Barrick Gold, Hands Off Dominican Republic!

 

Barrick Gold is a Canadian multinational gold mining company with a track record of killing
and displacing people from the Global South. Barrick Gold arrived to the Dominican
Republic in 2009 and started production in 2012 in Pueblo Viejo, Cotui. Barrick Gold’s
destruction of the central part of Dominican Republic, Cotui, Bonao has caused great alarm
among the Dominican masses. Barrick Gold’s looting of natural resources, the mineral
resources which are gold and copper have resulted in campesinos being displaced from
their land and dying slow tortured deaths. In 2019, Diario Libre reported that many women
in Cotui now have serious reproductive health disorders resulting in babies born with
strong developmental conditions. Barrick Gold’s use of the harmful cyanide poison in its
mineral extraction process poisons Dominican campesinos and their land. Dominicans have nicknamed the mining company El Monstruo (The Monster).

Barrick Gold is now planning to build a massive waste dam project named “Pueblo Grande,”
by the Ozama river which will affect many arteries, many rivers, corners of the country
and island. The municipal waters of important communities will be affected, from Villa
Mella to Santo Domingo Este. The Ozama river affects all these pockets of lands,
communities which are very much marginalized and oppressed. The environmental
destruction unleashed by the Barrick Gold also affects neighboring Haiti. The Dominican
government and the Dominican elite maintain close ties with foreign capitalists and
imperialist governments which is why Barrick Gold operates with impunity.
Barrick Gold frequently harasses and threatens radical organizers. The mining company uses social
media to hack and spy on radical activists. Recently, activists spotted a massive drone spying during a
mass and combative national assembly of anti- Barrick Gold organizers from all corners of DR in
Cotuí. According to campesino communities, they are in constant surveillance.
We denounce the Dominican government’s complicity with Barrick Gold and call on
President Luis Abinader to rescind the state’s contracts with the mining company. We also
call on progressive organizations and individuals, labor unions, student organizations,
environmental activists, feminist and LGBTQ organizations as well as writers and artists to
express solidarity with people in the Dominican Republic who continue to fight Barrick Gold
and other extractivist mining companies in the face of state repression.


Contact: maglut@yahoo.com

 Birmania (Myanmar)
¡Golpe militar y “transición democrática” son las dos caras de una misma moneda!

¡Por la independencia de clase del proletariado!

¡Por una lucha abierta contra todas las facciones burguesas!

 

 

El lunes 1° de febrero, los nuevos funcionarios electos se preparaban para ocupar los distintos hemiciclos parlamentarios y formalizar los resultados de las elecciones legislativas del 8 de noviembre, ganadas por la Liga Nacional por la Democracia (LND) liderada por Aung San Suu Kyi. Los militares interrumpieron el circo electoral que ellos mismos habían montado, encarcelaron al Jefe de Estado y a su Consejera de Estado y la lider arriba nombrada, ahora Ministra de Relaciones Exteriores, además de diversas personalidades de la NLD, en nombre de un Consejo Administrativo Estatal (SAC por sus siglas en inglés) creado para gobernar el país.

Los detalles del golpe y su cronología, la falta de carisma de los líderes de la junta o las ridículas justificaciones son irrelevantes. Lo esencial aquí es que una vez más el dúo democracia / autoritarismo es un arma anti-proletaria.

 

DESARROLLO CAPITALISTA Y ASCENSO DEL PROLETARIADO

 

Birmania es un país del sudeste asiático de 50 a 60 millones de habitantes según estimaciones, todavía mayoritariamente agrícola (el campo emplea al 70% de los trabajadores del país), pero que se encuentra en pleno desarrollo capitalista: hoy está experimentando un fuerte crecimiento económico, impulsado por un afluencia de capitales occidentales y asiáticos, especialmente chinos. El principal objetivo de la “democratización”, instituida desde 2011, era atraer estas inversiones normalizando el régimen y abriendo gradualmente la economía.

Esta expansión capitalista dio a luz a un joven proletariado. El antropólogo Stephen Campbell describe esta dinámica basándose en el éxodo rural: “la población activa de las zonas industriales de Yangon [Rangun] está formada principalmente por antiguos aldeanos expulsados de las zonas rurales debido a una deuda inmanejable, la devastación de la infraestructura provocada por el ciclón Nargis en 2008 y el robo total de sus tierras por intereses militares y comerciales privados. La especulación inmobiliaria y el desarrollo urbano elitista durante la última década han elevado el costo de la vivienda, lo que ha llevado a cientos de miles de migrantes que llegan a las ciudades a no tener más viviendas estatales y a optar por ocupar ilegalmente viviendas baratas en las afueras de la ciudad. Muchos de estos nuevos residentes urbanos buscaron empleo en fábricas de alimentos y otras plantas de procesamiento que producían para el mercado interno, o en fábricas de prendas de vestir que producían para la exportación. En 2018, más de un millón de trabajadores, en su mayoría mujeres jóvenes, incluidos muchos ocupantes ilegales, estaban empleados en fábricas de prendas de vestir, textiles, calzado y accesorios en Myanmar, principalmente en los alrededores de Yangon” (1).

Esta joven clase trabajadora es víctima de una explotación feroz: sus paupérrimos salarios permiten atraer inversores extranjeros, desviándolos de países como Vietnam donde los salarios de miseria no son suficientes para los explotadores capitalistas. Por supuesto, esta explotación va acompañada de una severa represión antiobrera (legal o extralegal) y de la integración de la protesta obrera en las instituciones burguesas de negociación y “diálogo”. Esto es lo que Campbell explica con más detalle: “El gobierno cuasi civil de U Thein Sein, que asumió el poder en 2011, introdujo una nueva legislación elaborada con el apoyo de la OIT [Organización Internacional del Trabajo], legalizando la creación de sindicatos (en octubre de 2011) y formalizando la negociación colectiva (en marzo de 2012). Las nuevas leyes apuntan a frenar las huelgas, proporcionando a los trabajadores vías institucionales para buscar reparación por sus quejas laborales”.

Estas medidas no impiden la protesta obrera, pero su objetivo es encerrarla en un marco burgués para evitar que encuentre el camino de la lucha clasista.

 

UNA “TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA” CONTRA EL PROLETARIADO Y LAS MINORÍAS ÉTNICAS

 

En noviembre de 2010, los militares liberaron a la líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, y se embarcaron en una democratización del régimen: reducción de la censura de los medios, reducción del presupuesto militar, aumento del presupuesto de educación y salud, liberación de varios presos políticos, etc.

Las elecciones de 2012 permitieron la legalización de los partidos políticos y reformas constitucionales en las urnas. Los militares, sin embargo, obtuvieron asientos reservados en las asambleas. Finalmente, en 2015, Aung San Suu Kyi se convirtió en la Primera Ministra de facto del país (“Asesora”).

Esta democratización no solo estuvo acompañada de medidas represivas contra la clase trabajadora (para garantizar la inversión de capital extranjero), sino también de una política genocida contra los rohingyas, una de las muchas minorías étnicas en Birmania (estas minorías constituyen el 30% de la población y el poder central tiene una larga tradición de persecución contra ellos). En 2017, el ejército lanzó una campaña sistemática de masacres, violaciones e incendios en las aldeas contra esta minoría musulmana profundamente oprimida, que mató a miles y provocó un éxodo masivo hacia el vecino Bangladesh.

El carácter criminal de la “transición democrática” hizo palidecer a la estrella del Premio Nobel de la Paz “La Dama de Rangún” celebrada en los medios imperialistas y las instituciones internacionales, pero no impidió que los imperialistas continuaran con sus asuntos: ¡business as usual!

 

IMPERIALISMOS AL ACECHO

 

Las potencias imperialistas de Europa, Estados Unidos, Japón y China están muy interesadas en Birmania. Además de encontrar allí mano de obra barata y vigilada, los burgueses están ávidos de los recursos naturales del país. Este es particularmente el caso de la multinacional francesa Total, que lleva varias décadas explotando el petróleo birmano, actividad que estuvo acompañada bajo la dictadura militar de una violencia bárbara contra la población civil de las zonas productoras de petróleo, incluida su reducción a la esclavitud.

Los imperialistas europeos también han buscado fortalecer su presencia estableciendo una cooperación militar con los torturadores en uniforme. Las fuerzas policiales han sido capacitadas en el “manejo de multitudes” por la Unión Europea, en el marco del programa MYPOL implementado desde 2016 (2)

Por el lado japonés, el influyente lobby al origen de la política japonesa hacia este país ha impulsado la Asociación Japón-Myanmar (antes Comité de los Intereses Birmanos     ), además del desarrollo de inversiones en diversos campos (las inversiones japonesas están en el primer puesto después de las inversiones chinas), el establecimiento de vínculos militares entre Yangon y Tokio a principios de este año. Japón es también el mayor proveedor de “ayuda” a Birmania (más de mil millones de dólares al año) obviamente para defender sus intereses. Todo esto explica hasta hora el rechazo a hablar de sanciones contra los militares. Los capitalistas japoneses también temen que las críticas a los militares hagan el juego al competidor chino.

Por su parte, el imperialismo chino ve a Birmania como un socio importante en sus “nuevas Rutas de la Seda”. Las inversiones chinas son, de lejos, las más importantes del país. Birmania es un socio comercial pero también un punto geoestratégico que permite evitar el Estrecho de Malaca para mover las exportaciones e importaciones chinas por mar. No debería sorprender, entonces, que el gobierno chino no criticara el golpe y vetara una resolución de la ONU que lo condenaba.

En reacción a la posición china, Estados Unidos se acercó al régimen birmano en la década de 2010, en un intento por reducir la influencia de Beijing y es hoy el crítico más vehemente de la junta militar.

 

¡NO ES LA DEMOCRACIA LA QUE DEFENDERÁ AL PROLETARIADO!

 

La población que había manifestado su rechazo a los militares votando a favor del LND, salió a la calle masivamente contra la junta. El ejército respondió con una sangrienta, aunque relativamente mesurada, represión contra manifestantes y huelguistas.

En diferentes sectores (ferrocarriles, astilleros, etc.) los trabajadores se declararon en huelga contra la nueva dictadura y se lanzaron convocatorias de huelga general. Desafortunadamente, esta protesta sigue teniendo como base la democracia burguesa. Como explica el diario británico The Guardian: “Las demandas de los manifestantes ahora van más allá de desafiar el golpe. También piden la abolición de la constitución de 2008, redactada bajo supervisión militar, que otorgó a los generales poder de veto en el parlamento y control de varios ministerios, así como el establecimiento de un sistema federal en una Myanmar étnicamente diversa”(3).

Ante la inevitable ofensiva capitalista – militar o civil, autoritaria o democrática – la clase obrera no tiene otra solución que prepararse para la lucha abierta, en total ruptura con las demandas democráticas o nacionalistas (incluso bajo una máscara “antiimperialista”), independientemente de todas las fuerzas burguesas y pequeñoburguesas. Solo forjando una fuerza de clase, anticapitalista y antidemocrática, aguerrida en movilizaciones proletarias contra todos los ataques del capital, tanto en el campo económico como en el político y social, podrá enfrentarse a la burguesía y su aparato militar.

La condición sine qua non es la lucha por reivindicaciones y con métodos y medios de clase, y la presencia de un verdadero Partido Comunista para orientarlo hacia una perspectiva revolucionaria internacional. Esto requerirá la ayuda de los proletarios de otros países que, como primer aporte, deben desmarcarse de la actual campaña democrática, desenmascarar las hipócritas condenas de su propio imperialismo y entrar en lucha contra ellos.

 

¡Abajo el golpe militar! ¡Abajo la “transición democrática”!

Contra el ejército y la oposición, contra todas las aves de rapiña imperialistas, contra todas las divisiones étnicas, una perspectiva proletaria: ¡la lucha de clase independiente!

¡Por la solidaridad proletaria internacionalista!

¡Por la reconstitución del Partido Mundial de la Revolución Comunista!

 



(1) https://www.revolutionpermanente.fr/Myanmar-La-classe-ouvriere-face-au-putsch-entre-la-resistance-et-le-piege-democratique-bourgeois
(2) Salai Ming “Golpe de Estado en Birmania: resistencia al espectro de 1988”, https://asialyst.com/fr/ 2021/02/19/coup-etat-birmanie-resistance-face-spectre-1988/
(3) https:// www. theguardian.com/ world/2021/feb/10/myanmar-protesters-streets-naypyitaw-yangon-police-coup-violence

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

26 de febrero 2021

www.pcint.org 


 

Apoyo a los 6 arrestados el 1/3/18 en Patras-Grecia, acusados de enfrentarse con la policia

 

El jueves, 1 de marzo de 2018, después de la manifestacion antinacionalista-antifascista en respuesta a las protestas nacionalistas por la cuestión de Macedonia, que se produjeron en varias regiones del país, siguieron violentos enfrentamientos con la policía, como un acto de solidaridad con el prisonero en huelga de hambre /sed, Dinos Giagtzoglou. La policía hizo 6 arrestos.

Después de mucha violencia verbal y brutalidad policial y 4 días de detención en pésimas condiciones, fuimos liberadas con restricciones, incluida la prohibición de reunirse con fines politicos en todo el país, la obligación de presentarse en la comisaría cada dos semanas y una fianza de 7.000 €.

Nuestra presencia en la comisaria para firmar cada dos semanas sigue vigente, una rutina nada agradable. Constantemente nos vemos obligados a enfrentar las ironías, las miradas y en general el odio de las autoridades, que por naturaleza odian a todo aquel que no esté de acuerdo con el monopolio de la violencia que poseen. Tres años después, en el dia 3/3/2021 el caso será juzgado por el jurado mixto en el juzgado criminal de Kalavryta. Por un lado, este es un momento que llevamos mucho tiempo esperando, ya que para nadie la espera es una condición agradable, sobre todo, cuando se trata de decisiones relacionadas con la restricción de libertades, mas por otro lado es un proceso extremadamente costoso económica y moralmente que tiene el proposito del agotamiento psicológico y físico de todos aquellos que están luchando. Los cargos presentados contra nosotros se han clasificado como delitos menores así como delitos graves, mientras que estamos obligadas a ahorrar la enorme cantidad de 6.000 €, para los costos de las tasas judiciales. Todo esto durante un período en el que todos los aspectos de nuestras vidas han sido suspendidos e incluso la supervivencia de millones de personas es una lucha diaria contra las restricciones, la miseria y la muerte.

La situación actual con la pandemia de Covid-19 nos encuentra a todos en una posición terrible, compleja e insegura. Al mismo tiempo, las políticas del estado son un crimen constante contra todas las personas que pertenecen a la clase baja. La represión está en todas partes, en la falta de medidas básicas y necesarias de protección y cuidado para quienes viven hacinados en campos de concentración de migrantes o en cárceles, a la gente sin hogar y con falta de alimentos. La gente tiene que morir sola, ya que el destrozado sistema de salud pública no puede tratar a todas las personas que lo necesitan, cuando al mismo tiempo la culpa de todo esto recae sobre nosotros a través de la retórica de la "responsabilidad individual" .

Hablando de la política represiva del Estado durante la pandemia, no podemos dejar de mencionar algunos recientes flagrantes ejemplos. ¿Cómo contribuye la prohibición de reunir a más de cuatro personas a la restricción de la propagación del virus, en días como el aniversario del levantamiento del 17 de noviembre o el asesinato de Alexis Grigoropoulos cuando al día siguiente la gente se reune por cientos en las tiendas haciendo compras para la Navidad? ¿Cómo el incremento en la violencia policial contra cualquiera que se atreva a cuestionar estas prohibiciones irracionales, ayuda a reducir el número de casos de covid-19?¿Cómo se puede relacionar la gestión de la pandemia con el hecho de que en el aniversario del asesinato de Alexis Grigoropoulos por la policía, su memorial sea "custodiado" por los policías asesinos? ¿Cómo pueden los arrestos, las intervenciones violentas en espacios públicos, los ataques a espacios y personas que actúan en base a la autoorganización y ayuda mutua, las multas que igualan el salario mensual, las ciudades ocupadas por policías, los registros exhaustivos y los allanamientos y registros en las celdas de los presis, la brutalidad policial diaria y la manifestacion de poder, ayudan a reducir el número de personas que mueren por el covid-19?

Muchas preguntas y las respuestas son tan complejas como obvias. El poder siempre necesita guardias. Personas consumibles que, bajo el pretexto de la seguridad de los ciudadanos, protegen los intereses del poder a todo costo. Y el coste es la represión de los de abajo, de los que demuestran que este mundo está construido sobre cimientos miserable, de los que producen la riqueza que el poder necesita para reproducirse y mantenerse.De hecho, tener un Estado policial establecido, vendido como mecanismo preventivo sanitario, imponiendo medidas irracionales, lleva a decenas de incidentes de brutalidad policial y violencia diaria, contra cualquiera que resista y lucha. Finalmente, estamos siendo juzgadas el dia 3/3/21, acusadas de violencia contra oficiales de policía totalmente blindados, de destrucción de propiedad pública, y un montón más de irónicas formulacuones. Y la ironía reside en el hecho de que el policía, como un cuerpo ejecutivo estatal puede asaltar libremente, cuando nadie de los oprimidos jamás podría hacerlo asi: violencia profesional, metódica y eficaz, con su objetivo principal todo aquel que se desvía de la normalidad, a los más vulnerables, a el que se atreve a levantar la cabeza y luchar, a luchar contra lo existente y cualquier tipo de poder que genere. Por nuesta parte, como personas que luchamos por la libertad y defendemos la vida, no podemos dejar de proponer la solidaridad entre todos los reprimidos y explotados, entre todos los luchadores. Hasta que escuchen, hasta que respiren libres.

PD Muchas de las actividades, que solían ser organizadas por personas del espectro político radical más amplio, ahora no pueden realizarse, debido a las restricciones. Por lo tanto, no se están puediendo realizar eventos para apoyar encomicante y cubrir lοs costes judiciales. Sin embargo, aclaremos aquí que para nosotros la solidaridad no es una condición estéril que se limita al apoyo económico. Por supuesto, el coste económico es claramente una realidad y debemos cubrirlo, pero, sin embargo, creemos que sería un proceso vacío, de carácter procesal, si se quedara solo ahí.

La solidaridad es una relación continua, diaria y recíproca en la que elegimos basar y construir nuestras relaciones. En un mundo que promueve la individualidad, la competencia, la internalización de la dificultad y del dolor, optamos por permanecer unidos, con dignidad, fortaleciendo constantemente nuestros vínculos, nutriéndolos, extrayendo fuerzas unos de otros, luchando vigorosamente por una vida sin opresión, explotación, y poder.

Cualquier individuo, grupo o colectivo puede contactarnos en : allhlegguh@riseup.net, y apoyarnos en https://www.firefund.net/solidaritysix

La Solidaridad es nuestra arma

!Que nadie quede solo en los manos del estado!

Extraido de aquí :https://athens.indymedia.org/post/1609872/

 


 

 

Washington: día negro para el Capitolio, la casa-símbolo de la democracia estadounidense

 

 

6 de enero de 2021: ese día, desde el Capitolio en Washington, la Cámara y el Senado reunidos en sesión plenaria, al vicepresidente aún en el cargo, Mike Pence, autorizado por el colegio electoral, no le quedó más remedio que proclamar a John Biden como el 46 ° presidente de la Estados Unidos de America.

Pero la victoria electoral de Biden dada por descontada desde la confirmación de los primeros resultados, ha sido impugnada por Trump, que denuncia un fraude, especialmente en los estados decisivos, razón por la cual Trump ha lanzado una serie de acciones legales alegando, obviamente, que él es el ganador. “Una elección confiscada”, esta es la acusación; y en apoyo a esta acusación, Trump ha pedido a sus fanáticos que se manifiesten en todo el país. Realizadas las investigaciones necesarias, los distintos tribunales negaron que hubiera habido fraude, confirmando la regularidad de las votaciones y, por tanto, de la victoria de Biden.

Pero Trump sigue sosteniendo la tesis del fraude y de la “elección robada”, y concerta una cita con sus partidarios para el 6 de enero, frente al Capitolio, para demostrar su protestade viva voz   “Stop the steal”, paren el robo, esta es la consigna que lanzó Trump en el parque de la Casa Blanca el mismo día. Al mismo tiempo, siguió presionando a los senadores republicanos para que impidiesen la proclamación de Biden como ganador, declarando la irregularidad del voto y luego reemplazando a los grandes votantes que salieron de las elecciones por otros nombrados por el vicepresidente por mandato. Pero, cuando Mike Pence se niega a hacer lo que exige Trump, los manifestantes trumpistas se desatan; suben corriendo las escaleras al Capitolio, arrollan el débil cordón de policías que custodiaban la escalera y la entrada al recinto, e irrumpen violentamente en las salas. Cabe señalar que, frente a las manifestaciones contra las brutalidades policiales ejercidas contra los negros indefensos, se desplegaron unidades antidisturbios armadas hasta los dientes; pero, en defensa del Capitolio de las predecibles incursiones de manifestantes pro-Trump solo había un cordón policial... que luego abren las barreras para dejar entrar a la multitud... Todos los medios hablan de un verdadero asalto al Capitolio; los parlamentarios huyen y se refugian en sitios más protegidos, mientras algunos agentes de seguridad, armas en mano, se enfrentan a la multitud que mientras tanto invade el templo de la democracia estadounidense, destroza los pasillos y oficinas; se escuchan disparos. Afuera, entre la multitud, hay quienes incitan a un motín. Al parecer el propio vicepresidente Pence, que siempre ha sido leal a Trump, llama a la Guardia Nacional a restaurar el orden tanto dentro como fuera del Capitolio. La jornada deja 4 muertos [más el de un policía ya grave, ndr], decenas de heridos y 52 detenidos.

La sesión plenaria del Congreso, interrumpida durante varias horas por este asalto, se reanuda posteriormente en la noche, que finaliza con la proclamación de Biden como presidente. De esta manera intentaron reparar la cicatriz en la casa-símbolo de la democracia estadounidense? llevando a cabo el procedimiento previsto por el sistema electoral, a pesar de la violenta incursión. Pero los 14 días que transcurren entre el 6 de enero, día de la proclamación formal del presidente, [según mensajes en Twiters, eliminados rápidamente por el proveedor, para el 19 de enero los votantes pro-Trump tienen pensado realizar otra manifestación, ndr] y el 20 de , día en el que el inquilino de la Casa Blanca debe Irse definitivamente para dar cabida a su sucesor, seguirán siendo días cargados de tensión. Y no solo porque Trump y sus seguidores seguirán acusando a Biden y los demócratas de haber “robado” las elecciones, sino porque el malestar subyacente de la sociedad estadounidense no va a desaparecer de la noche a la mañana: es terreno fértil, especialmente para los estratos pequeño-burgueses de la América “blanca” que encontraron su líder en Trump, para expresar su descontento y sed de venganza contra quienes llegaron al poder con los votos especialmente de afroamericanos e hispanos.

Trump se había impuesto en el Partido Republicano, en 2016, como candidato presidencial a pesar de no haber crecido políticamente dentro del partido, ni haber tenido una carrera política o militar anteriormente. Como magnate de los casinos y la construcción, siempre ha tratado de facilitar su negocio gracias al apoyo político, como por otro lado hacen todos los grandes capitalistas (vale sobre todo el ejemplo de Silvio Berlusconi). Apoyó ora a los demócratas, ora a los republicanos, según sus chanchullos, para volver de nuevo con los republicanos – mucho más afines a sus posiciones supremacistas y racistas – que, después de George W. Bush, no encontraron un candidato lo suficientemente fuerte contra Hillary Clinton. Lo encontraron en Trump quien, en las elecciones de 2016, contra todo pronóstico, ganó, convirtiéndose en el primer presidente electo en Estados Unidos sin haber sido senador o gobernador de ningún estado, ni alto oficial militar. También desde este punto de vista era considerado una especie de out-sider que podía asumir, en la batalla política y en el enfrentamiento con las facciones burguesas opuestas, caracteres y movimientos imprevisibles para los adversarios, pero también para ellos, los republicanos. Por otro lado, precisamente este currículum “político” diferente y la propaganda inflada de sus éxitos empresariales personales, mezclados con el mito estadounidense según el cual incluso aquel que “ha surgido por sí solo” puede llegar a ser presidente, le ha permitido atraer a su radio de influencia también una parte de la clase trabajadora de los Estados del Norte que solían votar por los demócratas, pero que estaba sufriendo un empeoramiento de las condiciones de vida tras los efectos de la crisis financiera que estalló en 2008 y continuó durante los años siguientes. .

Como es habitual en el régimen burgués, los partidos políticos y sus exponentes no son más que la expresión política de intereses económico-financieros muy concretos y es evidente que la política tendencialmente aislacionista y patriótica resumida en el lema “America First” que Trump alardeaba continuamente, expresó y expresa los intereses específicos de los capitalistas estadounidenses que hoy sufren la competencia internacional, la de la China en particular. No solo eso, sino que estos intereses fuertemente nacionalistas también suelen estar entrelazados con las posiciones antiinmigrantes y racistas que en Estados Unidos, aunque siempre presentes, han retornado, particularmente durante los cuatro años de la presidencia de Trump.

Como ocurre sobre todo en tiempos de crisis y en los que el futuro cercano se vuelve cada vez más incierto para las grandes masas, no solo proletarias sino también pequeñoburguesas, siempre hay facciones de la gran burguesía que no se conforman con los efectos ideológicos que la democracia electoral y los parlamentarios tienen objetivamente sobre las masas, sino que tienden a forzar situaciones para que sus intereses predominen sobre los de las facciones contrarias. Este contraste es parte de la lucha competitiva entre grupos burgueses en todos los niveles, económico, financiero, político, y surge inevitablemente de forma violenta no solo cuando la crisis económica reduce significativamente el pastel de las ganancias, sino también debido a la cada vez más encarnizada competencia internacional que se está acumulando gradualmente.

El hecho es que Trump, ya sometido a una serie de investigaciones por parte del Poder Judicial por evasión fiscal y otros delitos similares, dado que pronto dejará de ocupar el cargo de presidente de Estados Unidos, estará sujeto a una aceleración de las investigaciones que podrían golpearlo fuertemente en lo económico y personal. Tiene, por tanto, un interés muy personal en alborotar al gallinero contra un voto que no le favorecía y, aunque sabía que – tras fracasar en su maniobra de pedir el recuento de votos para anular el resultado a su favor – difícilmente podría haberlo ganado, en todo caso, podía contar con el caos provocado por la movilización de la calle sobre un tema que seguirá dando vueltas el mayor tiempo posible: el de la “elección robada”...

La pobre democracia, desgarrada y pisoteada, ha mostrado un rostro – el del desorden, del caos, de la violencia que normalmente esconde bajo mantos de engaños y mentiras – que socava su credibilidad y pone en peligro su control sobre las masas. Pero, si el capitalismo tiene siete vidas gracias a las cuales – a pesar de la interminable serie de crisis económicas, catástrofes sociales, desastres ambientales, masacres por guerras, miseria y hambr – aún logra mantenerse en pie y sostener la dominación política y social de la clase burguesa, siete vidas también parece tener el sistema democrático, no obstante las innumerables manifestaciones que lo denuncian como un sistema político en beneficio exclusivo de la minoría capitalista burguesa que maneja, por supuesto, las palancas del poder. Incluso cuando los burgueses son los primeros en mostrar su capacidad sistemática para pisotear sus propias leyes y su propio sistema político, con el único propósito de defender sus intereses privados, el mito de la democracia no se desvanece, vuelve poderosamente para alimentar un sistema político y social en plena podredumbre. La ilusión de una democracia honesta, pacífica e igualitaria es dura de morir...

 

¿Qué hará el proletariado para liberarse de él?

 

Defenderse ante todo como una clase independiente, como una clase que lucha no por una democracia “verdadera”, “honesta”, “liberal”, sino contra la explotación a la que es sometida desde su aparición, contra el constante chantaje de un trabajo. (y, por tanto, de un salario), aceptando las condiciones impuestas por los patrones, contra toda opresión, desde la social hasta la racista; como una clase que no cede a la conciliación y colaboración entre clases, sino que se enfrenta a la burguesía y a todos sus partidarios – ya sean demócratas, republicanos, supremacistas, racistas o “socialistas” –, aceptando el terreno de lucha en el que la burguesía misma, a través de sus múltiples ramificaciones, la ataca. Las condiciones de existencia de los proletarios, en un régimen burgués, son las condiciones impuestas por los capitalistas que, en situaciones de crisis económica o crisis sanitaria como la actual, tienden a agravarse y solo la lucha dura, tenaz e inteligente contra ellos. puede limitar el empeoramiento de estas condiciones. Si son los mismos burgueses, los mismos multimillonarios, los mismos gobernantes los que pisotean su democracia, ¿por qué los proletarios deberían defenderla, querer reparar sus grietas, embellecerla? De la democracia burguesa los proletarios, no importa si son blancos, negros, asiáticos, hispanos, mestizos, nunca han obtenido una mejora social y económica real; y aun cuando han obtenido mejoras sociales, o se les otorgaron derechos civiles, solo ha sido después de luchas muy duras, pero estas mejoras y derechos, con la primera crisis, desaparecerán y serán pisoteados. La misma burguesía, que pisotea su democracia, sus leyes a cada paso, pretende que las grandes masas respeten las leyes y crean en la democracia.

Hoy el proletariado, y no solo en América, no es una clase independiente. Los sindicatos están corrompidos hasta la médula, los partidos que pretenden defender a los trabajadores son en realidad organizaciones de colaboración entre clases y, por tanto, al servicio de la conservación burguesa y capitalista. El proletariado es prisionero de un mecanismo político y social que, por un lado, lo aplasta a diario para aprovechar al máximo su fuerza de trabajo y, por otro, lo adula con la idea de que el mecanismo democrático es el instrumento de su bienestar general, de su emancipación. Pero nunca ha habido una democracia que haya logrado evitar las crisis económicas, que haya logrado eliminar las desigualdades sociales, erradicar la pobreza y el hambre, vencer las guerras y su devastación. La democracia no es más que el manto ideológico de la clase burguesa que no tiene ningún interés ni intención de perder los privilegios derivados de las relaciones capitalistas de producción y propiedad, de la clase burguesa que, para seguir dominando la sociedad, debe aplastar a las clases inferiores condenándolas a una vida de sudor y sangre.

El proletariado es la única clase inferior de esta sociedad que en la historia ha demostrado que expresa un programa y un objetivo histórico totalmente antagónicos al programa burgués; la única clase cuya fuerza social y política teme la burguesía, en Estados Unidos como en cualquier otro país. No la teme como un peligro hoy, dado que el proletariado aún no ha expresado esa fuerza que solo su organización independiente puede darle y que solo la dirección política, la del partido de clase, puede asegurarla. Pero la experiencia histórica también le ha enseñado a la burguesía estadounidense, tras las revoluciones proletarias que estallaron en Europa y Asia en el siglo pasado, que la lucha de clases, especialmente en una era en la que los contactos internacionales son mucho más fáciles de lo que solían ser, puede tener un nivel muy alto de contagio. La democracia burguesa, gracias al trabajo del oportunismo político y sindical, ya ha demostrado ser un excelente baluarte contra la lucha de clases proletaria, porque a través de estos métodos de control social el proletariado se confunde, confunde los objetivos burgueses con los propios, considera los intereses de las empresas burguesas como sus propios intereses, considera al país en el que es explotado, brutalizado, masacrado con fatiga, marginado, asesinado, como su propia “patria” a defender de agresores “externos”, mientras que el primer agresor de sus condiciones de existencia lo tiene en casa y es su burguesía. Y no importa si los burgueses se pelean entre ellos, revuelvan las cartas o las papeletas en las urnas, también luchan ferozmente entre sí para conseguir un trato o un privilegio exclusivos: es cierto que todos ellos están interesados en mantener al proletariado en total confusión, condicionándolo a las necesidades del buen desempeño de la economía empresarial así como de la economía nacional. Y mientras el proletariado se alimenta de... democracia, el burgués se alimenta de su sudor y de su sangre.

El asalto a Capitol Hill, instigado y organizado por seguidores de una facción burguesa, la de Trump y los senadores y gobernadores que lo apoyan, no fue realmente un ataque a la democracia en general, sino una manifestación violenta de una multitud a la que se le dio un blanco físico contra el cual una masa de pequeñoburgueses descontentos con su vida debía desahogar su disgusto, su rabia, su malestar. Y como toda meta a alcanzar incluso con violencia, se le ofreció un motivo fácil: el robo, en este caso el robo de una victoria electoral que se pasó por una victoria de esa masa elevada al rango de patriotas. No en vano, después del asalto al edificio del Congreso y su vandalización, Trump tuiteó: “Esto sucede cuando se arrebata una victoria a los patriotas” (1).

La burguesía tendrá que presenciar un asalto muy diferente algún día, cuando las masas proletarias, bajando al terreno revolucionario y lideradas por el partido de clase, se propongan el mismo objetivo que los proletarios de Petersburgo se fijaron en octubre de 1917: el Palacio de Invierno.

Los comunistas revolucionarios trabajan para esa histórica cita, seguros de que la burguesía no es tan invencible como pretende. No es tarea sencilla, ni para el proletariado ni para su partido de clase, preparar esa histórica cita, pero la burguesía no podrá escapar de ella. No habrá democracia, gobierno, presidente o general capaz de detener esa futura marea roja. La clase de los sin reservas, la clase de los proletarios, no importa cuál sea el color de su piel o la nacionalidad en que los haya clasificado el registro burgués, emergerá poderosamente. Las cancillerías de todo el mundo temblarán porque los proletarios finalmente se reconocerán como protagonistas de su propia historia, ya no esclavos asalariados, sino combatientes por una sociedad sin opresión y sin esclavitud, por una sociedad sin clases, por el comunismo.

  


 

(1) Cfr. Il fatto quotidiano, 7 de enero de 2021.

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

8 de enero de 2021

www.pcint.org

 


 

 

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