CONTRA SUS GUERRAS, CONTRA SU PAZ!!


 

 Desde los inicios de la dominación, la guerra ha desempeñado un papel determinante, ya sea en la extracción de recursos de todo tipo y de explotación humana y animal, ya sea como motor de la innovación tecnológica, desde la domesticación del caballo hasta Internet y la inteligencia artificial (IA). El caso de la IA está especialmente claro, sus defensores la presentan como la solución de los problemas del mundo (el clima, el hambre… la paz mundial) pero de momento su uso más relevante ha sido el militar, como en el genocidio de Gaza.

La guerra también ha sido la impulsora económica del capitalismo, y ahora mismo, en torno a la guerra de Ucrania, es la excusa para el rearme (reindustrialización armamentista) con un reimpulso tecnológico y económico del complejo militar/industrial para los intereses geopolíticos. Actualmente, el rearme está en curso. Se han aprobado unos planes de financiación de 800.000.000.000 de euros para la industria militar europea, mientras que el estado español, según la OTAN, ya ha aumentado, de momento, en el 2% del PIB la partida destinada al gasto militar. Esto se traduce en más de 30.000.000.000€ en total.

Cabe destacar que los efectos del aumento del gasto militar también alcanzan al clima. Un reciente estudio del “Conflict and Environment Observatory” apunta a que un aumento del 2% del PIB de los países miembros de la OTAN equivaldría a un nivel de emisiones similar al de un país tan productivo y poblado como Pakistán (hasta 194 megatoneladas de CO2 añadidas). Si el plan aprobado por la comisión europea es aplicado, se estima que el gasto militar de los estados europeos alcanzaría entre
el 3,5% y el 4% del PIB. Además, cabe recordar que el objetivo marcado por Mark Rutte, secretario general de la OTAN, y Donald Trump, presidente de EEUU, es alcanzar el 5%.

En este simulacro de peligro guerrero, ya que guerras las hay por todo el globo, la mayoría más antiguas que la de Ucrania: La invasión a Palestina sin ir más lejos, pero también los conflictos militarizados de África, no sólo el del Congo, también Sudán, África Central, Cabo Delgado en Mozambique y un larguísimo etc. el Cáucaso… el narcotráfico en México, y más zonas del mundo, prácticamente el 100% están ligados directa o indirectamente con el control, extracción y transporte de los recursos naturales y la energía, ligados a la devastación de la Tierra… una guerra global colonial en la que cada centro de poder (básicamente poder corporativo) mueve sus fuerzas para conseguir el predominio.

En estos momentos parece que el peso de la pugna se ha desplazado desde los recursos energéticos (aunque siguen siendo importantes) hacia los necesarios para la digitalización (litio, tierras raras…) en torno a los cuales veremos girar las próximas guerras y disputas capitalistas.

No debe limitarse la mirada sobre la guerra convencional, al margen de estos conflictos más evidentes, la violencia se extiende de forma menos visible en forma de control, fronteras, tecnocontrol y represión,
especialmente brutales en los países periféricos del sistema tecnoindustrial.

Desde Barcelona, Cataluña y el Estado Español nuestros gobernantes (políticos y corporativos) nos obligan a financiar un abultado presupuesto militar. Además, desde los centros de poder político y
social utilizan herramientas de  control ideológico para fabricar el necesario consentimiento que permita la aplicación de políticas de guerra. Es a través del miedo a la alteridad y no del orgullo patriótico
que este mensaje toma su forma más convincente. La batalla es también discursiva.

Podemos observar cómo la máquina de guerra, conformada por instituciones públicas, entidades financieras y la industria militar, va aglutinando más financiación, toma fuerza y nos empuja hacia el precipicio bélico. En nuestro entorno se mueven con plena tranquilidad  las corporaciones que alimentan la violencia extractivista y la guerra global. 

Cerca de nosotros existen numerosas empresas y organismos que promueven y se lucran con la extracción y la guerra (INDRA, Airbus, MWC, ENDESA, ICL, BBVA, Santander, CaixaBank o Sabadell) deben ser nuestro objetivo y cuanto más “locales” mejor. El frente de la lucha pasa por la puerta de nuestra casa.

Como anarquistas no podemos limitarnos a la solidaridad declarativa contra la guerra colonial extractivista y debemos desarrollar, en la medida de lo posible, tácticas y acciones contra los principales actores de ésta. Por todo ello, necesitamos ser conscientes del peligro que supone delegar nuestras vidas en el interés del capital. Debemos apelar a la desobediencia, a la insumisión, al sabotaje y a toda forma de acción directa que tenga como objetivo desarmar al capital a nivel internacional


NO BUSCAMOS LA PAZ, SU PAZ, QUEREMOS GANAR LA GUERRA, LA GUERRA CONTRA EL CAPITAL Y EL ESTADO!!

CONTRA SUS GUERRAS, CONTRA SU PAZ, GUERRA SOCIAL!!

 


 

 

Bélgica

Contra Arizona se necesita una verdadera lucha de clases

 

 

La huelga general del miércoles 26 de noviembre, que siguió a las huelgas del lunes 24 (huelga de transportes) y del martes (huelga del sector público), tuvo un gran éxito, con numerosos piquetes y bloqueos de carreteras. La huelga afectó, entre otros, a los sectores metalúrgico, químico, alimentario, logístico, minorista, aeroportuario, portuario, etc. En el transporte público, los piquetes bloquearon a menudo el tráfico de autobuses durante tres días, mientras que en el sector ferroviario se estableció un servicio alternativo reducido gracias a los empleados que no se sumaron a la huelga. En Correos, las autoridades anunciaron una tasa de participación en la huelga del 40 %, miles de profesores se declararon en huelga y se manifestaron, etc., etc.

 Estas huelgas de finales de noviembre se producen tras varias jornadas de movilización y huelgas desde principios de año: huelgas nacionales el 31 de marzo, el 21 de abril y el 14 de octubre, con una gran manifestación central en Bruselas que reunió a decenas de miles de personas (140 000 según los sindicatos), más que durante la manifestación de febrero (100 000 según los sindicatos), a lo que se suman huelgas sectoriales como las del transporte o los profesores, etc. El descontento por las medidas antisociales decididas por el gobierno de Arizona desde su inicio es profundo y se refleja en una voluntad de lucha más fuerte que nunca, como se ha visto en las huelgas de estos últimos días: la movilización ha alcanzado un nivel nunca visto en décadas.

Al paralizar prácticamente la economía capitalista, la clase obrera ha demostrado su potencial poder: el capitalismo depende de su trabajo, que explota en sus empresas para obtener los beneficios esenciales para su supervivencia. Cuando la situación económica se vuelve difícil y amenaza los beneficios, o cuando se ve obligado a aumentar sus costes (como en el caso de los gastos militares), el capitalismo no tiene otra solución que aumentar la explotación, atacar las condiciones de vida y de trabajo del proletariado, directamente mediante la reducción de los salarios reales e indirectamente mediante la reducción de las prestaciones sociales, que constituyen lo que se denomina salario indirecto (la parte del salario no pagada a los trabajadores que se utiliza para financiar las prestaciones sociales): esto es exactamente lo que el gobierno de Arizona se ha comprometido a hacer, organizando, centralizando y planificando ataques antiproletarios al servicio de los capitalistas. El 24 de noviembre, primer día de movilización sindical, anunció su proyecto de presupuesto, demostrando así que los días de huelga no lo hacían vacilar; el paquete de medidas incluye un aumento del precio de la gasolina, una reducción de la duración de las prestaciones por desempleo, la eliminación de las prestaciones por invalidez para casi 100 000 personas, el fin de la indexación salarial (actualmente solo para salarios superiores a 4000 euros brutos o 2500 euros netos), modificaciones del IVA, etc. Esta maniobra forma parte, por tanto, de un ataque de clase, que solo puede ser combatido con éxito con una respuesta de clase, una lucha decidida con medios y métodos clasistas que afecten a los intereses capitalistas.

Este no es el camino que han tomado las organizaciones del Frente Común Sindical, que organizan el movimiento; su declaración al día siguiente de la huelga general se limitaba a calificar de «extremadamente lamentable» el hecho de que el Gobierno no tuviera en cuenta que sus «medidas están debilitando la confianza (...) en los líderes políticos» (!). Y tras esta triste observación, aseguró que los sindicatos «reflexionarían en los próximos días sobre los próximos pasos a dar para el movimiento social» (1)

Estas organizaciones se consideran, de hecho, «interlocutores sociales»; centran sus acciones en una perspectiva de colaboración de clase con la patronal y el Estado y, por lo tanto, tratan de hacerse oír por el Gobierno, no de combatirlo frontalmente. La huelga general se reduce así a un medio para ejercer presión para «influir» en las decisiones gubernamentales (2), y la dirección sindical se esfuerza por canalizar y controlar el movimiento para evitar cualquier «desbordamiento» que pueda poner en peligro el orden establecido (3). La movilización se fragmenta en jornadas de acción organizadas esporádicamente, anunciadas con mucha antelación para permitir que los patrones y el Estado se preparen, y en luchas rotativas o corporativas que, a largo plazo, solo pueden agotar a los trabajadores, con mínimas dificultades para los capitalistas y sin lograr sacudir la determinación del gobierno.

El proletariado belga tiene una larga historia de luchas duras, pero también una larga historia de luchas traicionadas por dirigentes sindicales reformistas y colaboracionistas: es una lección que no hay que olvidar.

 

Para ganar, tendrá que romper con las orientaciones oportunistas y derrotistas, tomar las riendas de sus luchas y comprometerse en una verdadera lucha de clases anticapitalista.

 

 

8 de diciembre de 2025 


 

(1) https://fgtb.be/presse/les-syndicats-affiche-une-determination-intacte

(2) Un sindicalista explica: «Para luchar contra Arizona, no estamos siguiendo una estrategia intransigente con una huelga ilimitada y consignas claras que piden la caída del gobierno. Nuestras organizaciones sindicales prefieren movilizarse en masa para obtener márgenes de negociación». Parece que los sindicatos querían contar con el apoyo de los socialistas flamencos (Vooruit), que forman parte de la coalición Arizona.

(3) El 9 de septiembre, el Frente Común Sindical presentó ante la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento un dictamen contra una propuesta de ley destinada a prohibir los piquetes de huelga: este dictamen afirma que el derecho (a participar en piquetes) «solo puede limitarse en caso de intimidación o violencia». En otras palabras, nuestros sindicalistas defienden los piquetes solo si son inofensivos... https://fgtb.be/echo/ lavis-du-front-commun-syndical-contre-la-proposition-de-loi-mr-sur-la-liberte-de-travailler-en

 

 

 

Partido Comunista Internacional

Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program

 

Una multitud antiminera salió a la calle para rechazar el proyecto San Jorge en Mendoza

 

 

Con carteles, banderas y cánticos en defensa del recurso hídrico, los manifestantes advirtieron que no permitirán que el proyecto avance en la provincia. 

Una multitudinaria movilización se realizó este martes en Mendoza en rechazo al proyecto minero San Jorge. La marcha antiminera, que avanzó por el microcentro y culminó en la Plaza Independencia, reunió a vecinos, asambleas ambientales y organizaciones sociales que se manifestaron a favor del cuidado del agua y en contra de cualquier iniciativa que consideren contaminante.

Ante la inminente definición institucional del futuro de la minería en Mendoza desde la histórica resistencia forjada en la provincia se multiplicaron las manifestaciones callejeras. Con carteles, banderas y cánticos en defensa del recurso hídrico, los manifestantes advirtieron que no permitirán que el proyecto avance en la provincia. La convocatoria se extendió durante varias horas y se desarrolló de manera pacífica, pero con un fuerte mensaje hacia las autoridades provinciales.

 

 

“Una matriz productiva basada en el agua”

Los organizadores remarcaron que Mendoza “tiene una matriz productiva basada en el agua” y que la actividad minera metalífera a gran escala “pone en riesgo un recurso esencial para la vida y para la economía local”. Además, recordaron la vigencia de la Ley 7722, que regula el uso de sustancias químicas en la minería y es considerada un emblema ambiental en la provincia.

En la Plaza Independencia, donde finalizó la marcha, se realizaron discursos y se leyó un documento común que reiteró el rechazo a la explotación de San Jorge. Allí, los participantes insistieron en que continuarán movilizados “todas las veces que sea necesario” para impedir cambios normativos o decisiones gubernamentales que habiliten el proyecto.

La masiva presencia volvió a demostrar la sensibilidad social que tiene el tema minero en Mendoza y la firme postura de un sector amplio de la sociedad que defiende el agua como prioridad absoluta.

 

 NO a la Minería contaminante y NO al Proyecto San Jorge


 https://www.anred.org/chubut-movilizan-a-la-oficina-judicial-de-rawson-en-apoyo-a-vecinos-condenados-por-luchar-contra-la-megamineria/

 https://noalamina.org/




 

Túnez:

En Gabès, el capitalismo está envenenando a la población

 

 

 

Desde comienzos de octubre, la ciudad de Gabès, en el sur de Túnez, es escenario de manifestaciones y disturbios contra la contaminación provocada por el complejo industrial del Grupo Químico Tunecino (GCT), a las cuales el gobierno respondió con más de un centenar de detenciones. A pesar de esta represión, el 21 de octubre decenas de miles de personas se manifestaron en la ciudad (la mayor manifestación jamás vista en Túnez), donde la huelga general fue ampliamente secundada, y siguieron otras protestas.

 

Lo que desencadenó la cólera de la población fue el número de personas hospitalizadas a principios de septiembre por trastornos respiratorios (más de 300), incluidos escolares, como consecuencia de las emisiones de gases tóxicos procedentes de las fábricas del GCT. Se trata, en realidad, de un auténtico envenenamiento químico denunciado desde hace mucho tiempo por los habitantes de la región.

 

El complejo industrial fue instalado en la costa mediterránea, en Gabès, a comienzos de los años setenta del siglo pasado, con el objetivo de transformar el fosfato extraído de las minas de Gafsa en ácido fosfórico y fertilizantes agrícolas destinados a la exportación. El envenenamiento del aire y del agua a lo largo de los años ha sido consecuencia de la actividad de estas fábricas altamente contaminantes, que vierten sus residuos en el mar, en la tierra y en la atmósfera.

Antiguamente rico en peces y reserva de biodiversidad marina, el golfo de Gabès se ha convertido en el “cementerio del Mediterráneo”: no ha resistido el vertido – sin tratamiento alguno – de más de 500 millones de toneladas de fosfoyeso desde 1972. Subproducto del tratamiento del mineral con ácido sulfúrico para la producción de fertilizantes, el fosfoyeso libera diversos elementos tóxicos, acidifica el agua, emite gas radón y contiene materiales radiactivos. Hoy algunas playas cercanas muestran niveles de radiactividad de tres a cuatro veces superiores al límite recomendado internacionalmente. El vertido sin tratamiento del fosfoyeso y de otros desechos industriales sólidos, líquidos y gaseosos también ha devastado el entorno de este oasis costero, donde el 90 % de los palmerales ha sido destruido. Ha tenido consecuencias graves para la salud de los trabajadores y de los habitantes: muertes prematuras por cáncer y enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, fluorosis, malformaciones congénitas en recién nacidos, etc. (1).

 

Tras la caída de Ben Ali, las protestas contra la contaminación causada por el GCT se intensificaron. En 2013, después del bloqueo del sitio, la empresa aceptó detener los vertidos al mar – algo que nunca hizo realmente – mientras el gobierno de Ennahda recurría al chantaje laboral (con 4.000 empleados, el GCT es el mayor empleador de una región donde el desempleo alcanza el 25 %) para defender la empresa. La movilización se reanudó en 2017, exigiendo ahora no una reducción de la contaminación, sino el cierre del sitio. El 27 de junio de 2017 se firmó finalmente un acuerdo para el desmantelamiento progresivo del sitio de Gabès a lo largo de ocho años; los ocho años han pasado y no solo no se ha hecho nada, sino que el deterioro creciente de las instalaciones ha incrementado aún más la contaminación mediante múltiples fugas de gas.

Ante la indignación provocada por el envenenamiento de escolares, el presidente Kaïs Saïed declaró en un discurso a comienzos de septiembre que se había cometido un crimen contra la salud de la población desde hacía 50 años, y prometió actuar para que los habitantes respiren un aire puro.

Pero olvidó mencionar que su gobierno decidió en marzo de este año retirar el fosfoyeso de la lista de productos peligrosos, al mismo tiempo que planeaba quintuplicar la producción de fosfato debido a su papel clave en el crecimiento económico, y instalar una planta de producción de amoníaco en Gabès para abastecer al GCT, en el marco de un gran proyecto de producción de “hidrógeno verde” destinado a Europa, realizado por el GCT y respaldado por Total y otras grandes empresas europeas (2). ¡Lejos del desmantelamiento prometido, se trata en realidad de una ampliación!

 

Sea cual sea el gobierno – dictatorial o democrático, islámico o laico – obedece a las leyes del capitalismo, como han comprobado los jóvenes militantes de Gabès que, al parecer, apoyaron a Kaïs Saïed creyendo en sus promesas (3). Buscando convencer a las autoridades, los ecologistas realizaron cálculos complejos para estimar las pérdidas operativas sufridas por pescadores, agricultores, el sector turístico, así como las pérdidas causadas a la economía por las muertes prematuras y las enfermedades resultantes de la contaminación provocada por el GCT. Pero tales pérdidas no forman parte del ciclo productivo capitalista de la empresa, mientras que los gastos necesarios para invertir en sistemas de seguridad, saneamiento, descontaminación o traslado de las instalaciones contaminantes provocarían una disminución correspondiente en el beneficio. Para el capitalismo, eso es lo que importa – no las consecuencias desastrosas para los trabajadores y la población, mientras no obstaculicen la continuidad de su actividad. Como escribe Marx, en su desarrollo el capitalismo “agota al mismo tiempo las dos fuentes de las que brota toda riqueza: la tierra y el trabajador” (4).

En Gabès, es el capitalismo el que está envenenando – y es al capitalismo a quien hay que combatir.

 


 


1) https://www.get.omp.eu/2024/12/la-mousse-de-phosphogypse-un-vecteur-de-pollution-industrielle-affectant-la-biodiodiversite-mediterraneenne-et-la-sante-des-populations-cotieres-de-gabes-se-de-la-tunisie/

2) https://www.leconomistemaghrebin.com/2025/03/23/tunisie-vers-la-creation-hydrogene-vert/

3) https://mondafrique.com/politique/la-ville-de-gabes-dans-le-sud-tunisien-suffoque-et-se-souleve/

4) Karl Marx, El Capital, Libro I, sección 4, capítulo 15.

 

28 de noviembre de 2025

ARCHIVO

Traduce-Translate-Μετάφραση

Etiquetas

comunicación proletaria solidaridad internacional internacionalismo chile comunicados pcint protestas sociales lucha de clases comunistas contra la represión solidaridad con lxs presxs grecia revueltas francia guerra a la guerra anticapitalistas acción directa Palestina internacionalismo proletario EEUU guerra de clases textos Italia Venezuela anarquistas memoria Argentina solidaridad proletaria internacionalista Territorio Mapuche english feminismo méxico derrotismo revolucionario Alemania análisis contra la guerra detenidas estado español (españa-XPAIN) lucha proletaria Shile huelga general huelgas mujer presos políticos Ecuador Israel Ukrania kurdistán policía asesina proletarixs internacionalistas 1º de mayo Rojava Siria contra el capital contra la democracia contra las elecciones covid-19 por el comunismo / por la anarquia antimperialismo comunismo francés migrantes okupacion Chequia Rusia antipatriarcado disturbios noticias oaxaca anticarcelario bélgica contra el estado policial contra el nacionalismo contra el trabajo fascismo y antifascismo solidaridad de clase solidaridad proletaria contra caridad cristiana 8 de marzo República Dominicana Turkia UK anticapitalismo antifascismo autonomía de clase brasil expropiación fotos guerra social insurrección lucha revolucionaria refugiados trabajadores en lucha Barcelona Mediterráneo antimilitarismo de clase contra el fascismo contra la patria contra la sociedad cárcel haití huelga de hambre libertad para todxs lucha obrera lucha social pintadas protestas trabajadores y estudiantes Portugal República Checa Uruguay antirracismo caribe chalecos amarillos cuba defensa de la tierra desalojos son disturbios deserción irak minería pegatas perú revolución comunista terrorismo ucrania Colombia Egipto Gabriel Pombo da Silva Iran Irán Paraguay Polonia UIT-CI américa del sur antidesarrollismo atentados class war contra el reformismo y el oportunismo contra la burguesía desaparecidos euskalherria indepedencia de clase no son accidentes propaganda. affiche reflexión revolución social saqueos teoría violencia revolucionaria África Catalunya China Claudio Lavazza G20 Golpe de estado Haiti India Nápoles PCI-ICP Sudán Túnez ZAD agitación antinazis asocianismo obrero barrios proletarios berlín brigadas internacionales catástrofes contra el mundial de fútbol contra la iglesia católica contra la religión contra la unidad nacional contra las fronteras contra las ongs derecho al aborto despidos economía política encuentros epidemia extradicción feminicidio feria grupos autónomos historia jornadas marruecos no borders pensiones revolución internacional sabotajes santiago maldonado un patriota un idiota 11deseptiembre América del norte Arabia Saudí Argelia Bielorrusia Birmania Bolivia Bosnia Bulgaria CNA Cibao Comuna de París Corea del Norte Corea del Sur Cuarta Internacional DIY Estado = Mafia Filipinas Flora Sanhueza GCI Gran Bretaña Guadalupe Hambach Forest Hong Kong Kenia Kosovo Libano Liberia Madagascar Marcelo Villarroel Marco Camenish Martinica Mumia Abu Jamal Myanmar Nicaragua Portland Punki Mauri Presente! RIF Sebastian Oversluij Suiza Tendencia Comunista Internacionalista Tunez Val di susa Vietnam Yemen Zaragoza abolición del trabajo asalariado abstención activa afganistan angry asambleas de trabajadores ateismo atropello autodefensa autoorganización bangladesh caja de resistencia ccf censura contra el fracking contra la reforma laboral contra la socialdemocracia contra las olimpiadas contra toda nocividad crisis crítica de la ideología deconstrucción derecho de autodeterminación dictadura dirección donbass día del joven combatiente exarchia excluidos exilio ferroviarios generación Z gilets jaunes grupo Barbaria guerra comercial guerra sucia huelga ilimitada y sin preaviso indymedia interseccional ioannina jornadas anárquicas kobane kurdo latinoamérica lumpen miseria movimientos de parados narcotráfico no Tav normalistas novara organización organización anarquista piquete praxis revolucionaria presos programa pueblos originarios que se vayan todos rebelión registros resistencia revolución socialista san francisco somos lxs nietxs de las brujas que nunca pudisteis quemar son asesinatos sudáfrica toxicidad trotsky turismo = miseria social violencia virus vivienda zapatista árabe