El 24 de marzo se confirmó la aberrante condena de un tribunal de Egipto, dando pena de muerte a 529 activistas políticos relacionados con la Hermandad Musulmana.
En un juicio “relámpago”, reclamado por el gobierno militar egipcio, este tribunal produce la mayor pena capital de Egipto, en tiempos modernos, y de todo el mundo en tiempos recientes. La represión no es sólo contra la organización de la Hermandad Musulmana (HM): también decenas de activistas de la izquierda están siendo juzgados.
Esta condena significa uno de los ataques a los derechos democráticos y al derecho a la protesta más grande de la historia. Y bajo la ridícula acusación de matar a..un policía en medio de una manifestación masiva!!! Y todavía están siendo procesados con acusaciones similares otras 1.200 personas, entre ellos altos dirigentes de la HM como Mohammed Badie. A estas aberraciones jurídicas se suman los miles de detenidos por manifestar contra el gobierno militar.
Si todavía hay sectores de la izquierda que dudan del carácter del gobierno militar egipcio aquí está la prueba. Se trata de una dictadura que con el falso argumento que la HM es “terrorista” y “fascista” reprime masivamente a los sectores populares que tienen todo su derecho a expresarse contra los militares, a favor de la HM o de quien quieran. Con ese argumento la dictadura quiere mantener a raya al pueblo para seguir gobernando para las multinacionales, pactando con los EE.UU e Israel y yendo contra su pueblo y el pueblo palestino.
Con estos castigos lo que pretende la dictadura es acobardar a las masas populares y liquidar la revolución iniciada en enero del 2011 en la Plaza Tahir y que llegó a superar al gobierno de la Hermandad Musulmana que secuestró la revolución. Es la contrarrevolución la que pretende imponerse para reinstaurar el régimen militar, como manifiesta la candidatura del mariscal Al-Sissi a las presidenciales.
Pero el proceso revolucionario sigue vivo, por eso en febrero se produjo una oleada de huelgas de trabajadores textiles y de otros sectores que puso contra las cuerdas al gobierno cívico-militar. Al punto que debieron renunciar para buscar una recomposición política. Ahora avalan esta brutal condena en busca de atemorizar más al movimiento de masas. Pero puede volvérsele en contra porque aumentará el odio obrero y popular contra este régimen asesino.
No le concedemos ningún derecho a esta dictadura asesina para juzgar a nadie. Será el pueblo trabajador y la juventud, que iniciaron la revolución, los que podrán juzgar al ex presidente Mursi, y también a estos militares asesinos que pretenden hablar en nombre de la revolución cuando son los agentes de la contrarrevolución.
Abajo la condena a muertes de 529 manifestantes!
Libertad a todos los presos políticos!
Abajo la dictadura cívico-militar de Egipto!