[Ecuador] ¡Contra el libre porte de armas y la guerra de todos contra todos, formemos comunidades de lucha al calor de una nueva revuelta!
¿Para qué el gobierno del banquero sociópata Lasso decretó el libre “porte de armas de uso civil para defensa personal” justo después del juicio político en su contra a fin de destituirlo, en medio de la actual escalada de la violencia asociada al narcotráfico, el desempleo y la pobreza, así como también de la criminalización y represión de la protesta social?
En el largo plazo y visto a profundidad, el decreto de libre porte de armas en esta región sólo es la gota que está derramando el vaso de una realidad histórica y estructural ya existente: no sólo que la sociedad actual está en descomposición porque el llamado narcoterrorismo la gangrena, y que, en ese sentido, Ecuador ya está a la par de Colombia, El Salvador y México; sino que el capitalismo es la guerra de todos contra todos y que el Estado es la mafia de las mafias; que el capitalismo y su Estado son el mayor crimen organizado contra la humanidad (y la naturaleza); que el sistema capitalista es un sistema de violencia, terror y muerte, aquí y en todo el mundo; y, que o matamos al capitalismo haciendo la revolución social mundial o el capitalismo nos mata como especie humana. El futuro distópico es aquí y ahora.
En realidad, el capitalismo siempre ha sido mafioso, sólo que ahora su naturaleza se ha desnudado y es más brutal, evidente y escandalosa que antes, debido al creciente poderío del narcotráfico y las redes sociales. Esto no es una anomalía ni una excepción a la regla. No es "narcocapitalismo" ni "narcoestado": eso mismo es el capitalismo y el Estado, así como la democracia en realidad es la dictadura de la burguesía.
Y no es casualidad que esto acontezca bajo el gobierno de un banquero. Los bancos asimismo han existido desde principios del capitalismo y desde entonces han sido mafias de cuello blanco y corbata; pero mafias, al fin y al cabo: el robo y el asesinato para acumular más capital y poder son su “marca registrada”. Antes de y durante su gobierno actual, la mafia de Lasso o del Banco de Guayaquil lo ha demostrado empíricamente una vez más en esta pequeña región del planeta: “Pandora Papers”; “narcogenerales”; masacres carcelarias; redes de corrupción en empresas públicas y privadas; impunidad y hasta indemnizaciones para mafiosos “de alto nivel” (banqueros, políticos, narcos, etc.); “El Gran Padrino”; asesinatos de luchadores sociales, periodistas y testigos clave; este último decreto, etc.
Las diferentes mafias capitalistas siempre han estado en guerra entre sí por dinero, poder y territorio. Dicho de otra forma, no hay capitalismo sin guerra interburguesa. Hoy día en Ecuador, la guerra interburguesa está protagonizada por el gobierno mafioso de la burguesía financiera que vive a costa de la usura de la mayoría de la población vs. las mafias o carteles de drogas de la lumpenburguesía y sus bandas delincuenciales que están compuestas por miles de proletarios sin trabajo ni educación ni futuro de los suburbios. El poder (económico, social, político, militar, etc.) de ambas fracciones de la clase capitalista radica en la explotación y la dominación de todos los sectores de la heterogénea y fraccionada clase trabajadora, la cual también se encuentra en violenta competencia interna por sobrevivir a como dé lugar.
En ese marco, el reciente decreto para el libre “porte de armas de uso civil para defensa personal” en Ecuador (decreto ejecutivo 707) es parte de un mecanismo violento de acumulación de capital frente a la actual crisis de valorización capitalista que, por cierto, está haciendo quebrar a varios bancos y empresas en todo el mundo. Y también es parte de un mecanismo violento de disciplinamiento y reproducción de la fuerza de trabajo colectiva (formal e informal) en aras de esa acumulación de capital en manos de la clase dominante. ¿Por qué?
Porque cuando la economía está en crisis y para prevenir que los explotados, oprimidos y marginados protestemos o nos rebelemos contras nuestras miserables condiciones de existencia, las mafias burguesas dentro y fuera del Estado que están en guerra entre ellas hacen treguas y alianzas temporales bajo la mesa a fin de imponernos su poder de clase mediante el terror, como ya dijimos al inicio, de manera impune y como si fuese una "limpieza social". El Capital, mafioso por naturaleza, destruye todo aquello que no produce valor o que no le produce ganancia. Ya ha pasado en Colombia, Brasil, El Salvador, México, EE. UU., Rusia, Ucrania y todo el mundo. Ahora es el turno de Ecuador y, como también ya lo dijimos, tiene un solo nombre: terrorismo capitalista.
La consecuencia más grave y terrorífica de esta medida estatal es que, precisamente por lo fraccionada y descompuesta que está la clase trabajadora por y para el Capital, la guerra interburguesa abierta que se viene con el libre porte de armas tendrá como protagonistas y carne de cañón a los proletarios sobrantes y los lumpenproletarios que habitan los barrios, los suburbios y las cárceles. A lo que se sumaría la formación de bandas paramilitares de burgueses y pequeñoburgueses psicópatas y violentos de extrema derecha (ya que ellos poseen el dinero para comprar y tener armas), operando junto al ejército y la policía supuestamente "contra la delincuencia" o "por la seguridad ciudadana". Más claro: chapas, milicos, paracos, narcos y delincuentes comunes dándose bala entre ellos, pero también reprimiendo juntos la protesta social. En suma, una guerra civil antirrevolucionaria en las calles de este país. Una guerra de todos contra todos para imponer la paz social capitalista de los cementerios con miles de muertos. Una contrarrevolución preventiva y sangrienta.
¿Qué podemos hacer frente a esta catástrofe acelerada y mortal? ¿Guardar un silencio cómplice? ¿Rezar de rodillas para que las mafias estatales y paraestatales no nos maten en medio de su guerra? ¿Pedirle a la mafia mayor que es el Estado capitalista que nos dé “empleo, educación, salud y seguridad”; es decir, pedirle peras al almo? ¿Armarnos y ser violentos? ¿O más bien practicar la solidaridad de clase, de manera organizada y autónoma, y protestar de esa manera contra la situación actual hasta que la protesta se transforme en revuelta y la revuelta en revolución?
Nosotros los comunistas radicales afirmamos que nuestra mejor arma es la solidaridad de clase, junto con la autoorganización y la acción directa de masas, en forma de asambleas, consejos y/o comités de proletarios/as en todos los espacios y territorios para defender y transformar nuestras vidas en todos los aspectos: desde la forma de “ganarse la vida”, la alimentación y la vivienda hasta el uso del tiempo libre, las relaciones interpersonales y la salud mental. Unificarnos como clase y formar comunidades de lucha por la vida, al calor de una nueva revuelta.
Asociarnos, cuidarnos e intentar vivir de otra manera mientras luchamos contra el capitalismo, el Estado y todas las formas de opresión (sexual, racial, etc.) es la clave, porque como individuos aislados somos presa fácil de la violencia y la muerte en esta guerra interburguesa. En cambio, durante el Paro Nacional de Junio de 2022 el índice de criminalidad y narcotráfico se redujo debido: 1) a que los narcotraficantes y criminales mayores, los policías y los militares, se vieron obligados a dejar de traficar para reprimir la revuelta; y, sobre todo, 2) a la masividad y la solidaridad propias de la revuelta, pese a sus límites y contradicciones. Porque cuando en las barricadas se combate por la vida y todos “los nadies” comemos gracias a las Ollas Comunes, no hay necesidad de delinquir para los proletarios sin trabajo ni futuro que hoy lo hacen.
Por lo tanto, lo único que puede frenar la matanza civil que se viene con el libre porte de armas es una revuelta masiva y contundente que vaya en contra y más allá de este gobierno burgués mafioso y de las mafias lumpenburguesas de narcotraficantes. Decir “no al libre porte de armas y a la violencia” no es suficiente ni efectivo. A corto plazo, para salvar el pellejo de la gente de aquí es vital hacer un Nuevo Paro Nacional que tumbe este decreto de muerte y este gobierno del banquero sociópata Lasso. Mientras tanto, la violencia y los muertos seguirán en ascenso; sus cifras se dispararán.
A largo plazo, dado que el problema es de fondo y que los látigos de la contrarrevolución a veces ponen a andar a los caballos de la revolución, la solución de fondo, para este y para todos los males actuales, sólo puede ser la Revolución Social Mundial que suprima las causas de toda esta violencia capitalista: la propiedad privada, el trabajo asalariado, el dinero, las clases sociales, el mercado, el Estado, las fronteras nacionales y las opresiones de género y "raza".
Más concretamente, la solución en última instancia es apropiarnos colectivamente de los medios de producción para producir colectivamente y satisfacer las necesidades colectivas, junto con la creación y desarrollo de nuevas relaciones humanas entre los individuos en todos los aspectos. La autoorganización, la acción directa y la solidaridad son y serán nuestras mejores armas para llevar a cabo ese proceso histórico.
Pedirle a la mafia o banda delincuencial mayor que es el Estado capitalista que nos dé "empleo, educación, salud y seguridad", que “garantice derechos” o que “no nos abandone y nos proteja” es pedirle peras al olmo, porque no lo ha hecho ni lo va a hacer, sino todo lo contrario. Así pues, la socialdemocracia o el reformismo de todos los colores es desmentido y superado una vez más por el mismo progreso catastrófico del capitalismo. Muy por el contrario, la solución sólo puede venir desde abajo y sólo puede ser radical: la revolución proletaria para abolir y superar la sociedad de clases.
Sabemos bien que las mafias burguesas dentro y fuera del Estado reaccionarán con suma violencia frente a una revuelta y más aún frente a una revolución, a fin de no perder sus propiedades, sus negocios y su poder, que sólo son tales a costa de la desposesión, explotación y dominación de las nueve décimas partes de la sociedad. Usarán todo su terrorismo. Lo cual, a su vez, obligará a las comunidades en lucha por la vida a tomar medidas de legítima autodefensa (como las comunidades mapuches en la región chilena y los anticapitalistas de Exarchia en la región griega). El pacifismo es cómplice del terror de Estado y lo refuerza. No tiene cabida en una revuelta y mucho menos en una revolución.
Teniendo claro que nuestra mejor arma no es la violencia por la violencia, sino la solidaridad en tanto que germen de un mundo nuevo sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos. De nada o poco sirve una insurrección si no es para producir la comunización de todo lo existente. Dicho de otra forma, la revolución es la combinación de insurrección y comunización, aquí y en todas partes, hasta que todo sea de todos y nadie sea enemigo ni verdugo de nadie. No sería el paraíso en la tierra, pero sí sería una Comunidad humana real, una comunidad de comunidades.
Esto no es una cuestión de ideología política. Es una cuestión de vida o muerte de millones de seres humanos. La catástrofe capitalista en curso que hoy amenaza con matarnos como especie en el fondo pide a gritos revolución comunista mundial para salvar y transformar nuestras vidas. De lo contrario, la catástrofe actual será cada vez peor o cada vez más insufrible. De lo contrario, nosotros y nuestros seres queridos moriremos violentamente peor que perros de la calle.
El capitalismo es muerte, la revolución es vida. Tomemos partido y actuemos en consecuencia. La protesta y la revuelta con cabeza y mano propias, sin caudillos ni representantes, son los primeros pasos de la revolución. Demos esos primeros pasos aquí y ahora, desde la presente hasta las futuras generaciones.
La rebeldía es la vida, la sumisión es la muerte. ¡Vamos hacia la vida!
¡Formemos comunidades de lucha por la vida al calor de una nueva revuelta!
Proletarios Hartos De Serlo
Quito, abril de 2023
FUENTE: http://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2023/04/ecuador-contra-el-libre-porte-de-armas.html
Francia
Ante el fracaso de la táctica sindical, sólo hay una alternativa: ¡la lucha de clases anticapitalista!
A pesar de que en los últimos tres meses millones de proletarios se han movilizado, manifestado y declarado en huelga contra la "reforma" de las pensiones deseada por los capitalistas y aplicada por el gobierno a su servicio, éste no ha dado marcha atrás.
Este fracaso no se ha debido a la falta de determinación de los trabajadores, desmintiendo a quienes aseguraban que los proletarios estaban resignados después de haber sido doblegados por la imposición de toques de queda y otros confinamientos durante la crisis de Covid. Todo ha sido mérito de la orientación dada al movimiento por la Intersindical. Esta última, temiendo un "estallido social" (como no ha dejado de repetir en sus llamamientos al gobierno y a Macron) ha retomado la vieja táctica de las movilizaciones parciales -mediante repetidas "jornadas de acción" a intervalos más o menos distantes y "huelgas intermitentes" en algunos sectores aislados- con el pretexto de reducir los sacrificios realizados durante la lucha y ahorrar la energía de los huelguistas y manifestantes. Esta misma táctica condujo a la derrota en las grandes luchas anteriores por las pensiones porque, como todo el mundo puede ver, debilita efectivamente la lucha, agota a los proletarios en vanas "jornadas de acción" sin futuro y acaba inevitablemente por desmoralizarlos. Pero para los dirigentes sindicales, verdaderos bomberos sociales infaliblemente apegados a la defensa del orden establecido, esta táctica les permite minimizar los daños causados a la economía capitalista y evita en la medida de lo posible cualquier "desbordamiento" de la lucha proletaria... que correría el riesgo de convertirse en una verdadera lucha de clases uniendo a todos los proletarios contra los capitalistas y su Estado.
La orientación de la Intersindical se deriva inevitablemente de la naturaleza de las organizaciones que la componen: sumidas en la red burguesa de colaboración de clases, orgullosas de mostrar a la burguesía su actitud "responsable", no pueden sino dar la espalda a cualquier lucha por el respeto de los principios de diálogo entre los "interlocutores sociales" y de paz social. Por eso, después de alinear su movilización con las aventuras del circo parlamentario, desde hace unos días piden una simple "pausa" de la reforma, el nombramiento de un "mediador"; en el último comunicado de la Intersindical (28/3) ya no se habla de retirar la reforma; y, a pesar del claro rechazo de sus propuestas por parte de las autoridades, como fieles servidores, se han apresurado a reunirse con el primer ministro...
¡POR UNA ORIENTACIÓN DE CLASE EN LA LUCHA PROLETARIA!
Hay quienes imaginan que sería posible empujar a las direcciones sindicales a convocar una huelga general hasta la victoria. Pero si, excepcionalmente, convocaran una huelga general, sólo sería para controlar el movimiento y garantizar la defensa de los intereses de la economía burguesa. No hay otra alternativa a la orientación de clase en la lucha, en ruptura total con la orientación legalista y pacifista del aparato sindical, contra la demagogia de los partidos pseudo-obreros o "rebeldes" y sus satélites, y por tanto en ruptura con la influencia de las múltiples fuerzas pro-burguesas de colaboración de clases.
La organización independiente sobre una base de clase es la única manera de que los proletarios tomen sus luchas en sus propias manos, eviten la derrota y se preparen para el ataque general contra el capitalismo el día de mañana.
Contra la "reforma" de las pensiones y contra todos los ataques burgueses, ¡por una orientación de clase en la lucha, rompiendo con las orientaciones derrotistas de las organizaciones colaboracionistas!
¡Unión en la lucha de todos los proletarios, públicos y privados, empleados y desempleados, activos y jubilados, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, franceses e inmigrantes!
Reducción drástica de la jornada laboral y de la edad de jubilación.
¡Aumento general de los salarios, las prestaciones de desempleo, las pensiones y todos los mínimos sociales!
Contra toda discriminación, ¡igual salario por igual trabajo!
Regularización de los trabajadores irregulares.
No a la represión policial.
¡Revocación de todos los cargos contra huelguistas y manifestantes!
Solidaridad con los huelguistas.
Por la lucha revolucionaria contra el capitalismo, contra sus preparativos de guerra y su dominio imperialista, ¡unidad de los proletarios de todo el mundo!
5 de abril de 2023
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
3 comunicados de prensa sobre la situación de S., entre la vida y la muerte tras la represión en Sainte-Soline
“En la etapa actual abierta por el movimiento contra la reforma de
las pensiones, la policía mutila e intenta asesinar para impedir el
levantamiento, y defender a la burguesía y su mundo.
Pero nada debilitará nuestra determinación de poner fin a su dominio.”
Comunicado N°1 de compañeros de S.
“El sábado 26 de marzo, nuestro compañero S. fue alcanzado en la cabeza por una granada explosiva durante la manifestación contra los embalses. A pesar de su estado crítico, la prefectura impidió intencionadamente que los servicios de urgencias intervinieran en primer lugar y que le trasladaran a una unidad de cuidados adecuada en segundo lugar. Actualmente se encuentra en reanimación neuroquirúrgica. Su pronóstico vital sigue estando comprometido.
El estallido de violencia represiva que sufrieron los manifestantes se saldó con centenares de heridos, varios de ellos con lesiones físicas graves, tal y como recogen los diversos informes disponibles. Los 30.000 manifestantes habían acudido con el objetivo de bloquear la construcción del megaembalse de Sainte-Soline, un proyecto que pretende monopolizar la gestión del agua en manos de una minoría que se beneficia de un sistema capitalista que no tiene nada más que defender salvo la muerte. La violencia del brazo armado del Estado democrático es la expresión más clara de esto.
En la etapa actual abierta por el movimiento contra la reforma de las pensiones, la policía mutila e intenta asesinar para impedir el levantamiento, y defender a la burguesía y su mundo. Pero nada debilitará nuestra determinación de poner fin a su dominio. El martes 28 de marzo y los días siguientes, reforcemos las huelgas y los bloqueos. Salgamos a la calle, por S. y por todos los heridos y encarcelados de nuestros movimientos.
Viva la revolución.
Camaradas de S.
pd: Si tienes alguna información sobre las circunstancias en las que hirieron a S., ponte en contacto con nosotros.Deseamos que este comunicado tenga la mayor difusión posible.
Comunicado N°2 de compañeros de S.
Mientras nuestro camarada Serge lucha como un león para aferrarse a la vida que el Estado intenta arrebatarle, asistimos a un nuevo estallido de violencia, esta vez procedente de los medios de comunicación, que intentan presentarlo como un individuo que debería ser legítimamente fusilado. En la actualidad, Serge sigue en coma con pronóstico reservado. Nuestra solidaridad para Mickaël y a todos los que han sido objeto de violencia policial.
Las palabras del Estado se repiten incansablemente en las principales plataformas para dar un perfil mediático al enemigo que quieren combatir. La cortina de humo no aguanta ya las decenas de testimonios de primera mano que reconstruyen los hechos. La gendarmería utilizó granadas para herir explícitamente a los manifestantes y voluntariamente actuó con negligencia denegando los primeros auxilios a tiempo, incluso si esto significaba dejar a los compañeros morir.
Los servicios de inteligencia están distribuyendo los antecedentes penales de Serge a las redacciones de las principales agencias de prensa para imponer el punto de vista de la policía y difamar lo que somos. No nos entretendremos aquí desmontando cada una de las versiones policiales tergiversadas deliberadamente. Eso sería tanto como creer que puede haber alguna verdad sobre este asunto proveniente de las cloacas de la propaganda estatal y mediática. Serge, como luchador revolucionario, ha participado durante años con toda su determinación en diferentes luchas de clase contra nuestra explotación, siempre preocupado por la ampliación, el fortalecimiento y las victorias para los proletarios.
Porque sí, no podemos resignarnos a que nos aplasten.
Llamamos a todos los que le conocen a hablar con sus amigos y camaradas sobre quién es. Pero debemos recordar siempre una cosa: Serge, en la lucha, rechaza la estrategia del poder para separar a los “buenos” luchadores de los “malos”. Estamos con él en esta línea.
El martes 28 de marzo, en pleno movimiento contra la reforma de las pensiones en Francia, personas de todo el mundo tuvieron la iniciativa de mostrarnos su solidaridad. También hemos recibido muchos mensajes de compañeros de otros países. Les agradecemos calurosamente y les invitamos a continuar y reforzar la lucha. Ya están previstas otras iniciativas y llamamos a los solidarios a sumarse a ellas y a multiplicarlas, sin moderación, en Francia y en el mundo.
Llamamos a una difusión masiva de este comunicado.
PD: Circulan muchos rumores sobre la salud de Serge. No los difundáis. Os mantendremos informados a medida que evolucione la situación.
Comunicado de los padres de Serge
Nuestro hijo Serge se encuentra actualmente hospitalizado con “pronóstico vital reservado”, a raíz de la herida causada por una granada GM2L, durante la manifestación del 25 de marzo de 2023 organizada en Sainte-Soline (79) contra los proyectos de embalses de riego.
Presentamos una denuncia por tentativa de homicidio, obstrucción deliberada a la llegada de los servicios de urgencia, y por violación del secreto profesional en el marco de una investigación policial, y utilización indebida de información contenida en un expediente.
A raíz de los diversos artículos aparecidos en la prensa, muchos de ellos inexactos o engañosos, queremos hacer saber que:
Sí, Serge está en la lista “S” —como miles de activistas en la Francia actual.
Sí, Serge ha tenido problemas judiciales —como la mayoría de las personas que luchan contra el orden establecido.
Sí, Serge ha participado en muchos mítines anticapitalistas —como millones de jóvenes en todo el mundo que piensan que una buena revolución no estaría de más, y como los millones de trabajadores que luchan actualmente contra la reforma de las pensiones en Francia.
Consideramos que no se trata de actos criminales que mancillarían a nuestro hijo, sino que, por el contrario, estos actos le honran.
Los padres de Serge
29 de marzo de 2023
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OTROS COMUNICADOS:
[recibimos y publicamos]
Hoy, mientras escribimos estas lineas, los compañeros franceses se encuentran en la novena jornada de Huelga convocada contra la reforma de las pensiones. Difundimos, promovemos, apoyamos... Por la extensión de las luchas, y por la solidaridad de clase
"Pero, ¿qué se esconde realmente detrás de este enfrentamiento y su puesta en escena? ¿Qué se apodera de los corazones, da coraje o rabia? Seguramente lo que está en juego es el rechazo del trabajo. Evidentemente, nadie se atreve a decirlo así porque en cuanto hablamos de trabajo, una vieja trampa se cierne sobre nosotros. Su mecanismo es sin embargo rudimentario y bien conocido, detrás del concepto mismo de trabajo, "nosotros" hemos confundido deliberadamente dos realidades muy distintas. Por un lado, el trabajo como participación singular en la vida colectiva, su riqueza y su creatividad. Por otro lado, el trabajo como forma particular de esfuerzo individual en la organización capitalista de la vida, es decir, el trabajo como dolor y como explotación. Si nos aventuramos a criticar el trabajo, o incluso a desear su abolición, la mayoría de las veces se entenderá como un capricho pequeñoburgués o un nihilismo dog-punk. Si queremos comer pan, necesitamos panaderos, si queremos panaderos, necesitamos panaderías, si queremos panaderías, necesitamos albañiles y para la masa que metemos al horno, necesitamos campesinos que siembran, cosechan, etc. Obviamente, nadie está en posición de disputar tal evidencia. El problema, nuestro problema, es que si tanto rechazamos el trabajo, si somos millones los que estamos en las calles golpeando el pavimento para que no nos inflijan dos años más, no es porque 'somos flojos'. o soñar con pertenecer a un club de Bridge, sino porque la forma que toma el esfuerzo común y colectivo en esta sociedad es invivible, humillante, muchas veces sin sentido y mutiladora. Si lo piensas, nunca luchamos por la jubilación, siempre contra el trabajo."
Hoy, jueves 16 de marzo, está convocada una HUELGA GENERAL en Grecia por el accidente de tren que causó, al menos, 57 muertos.
Reproducimos un texto escrito en inglés por un compañero presente en las manifestaciones de estos días pasados. Grecia está hoy paralizada por la Huelga general de 24 horas que tiene como principal demanda que se encuentre a "los verdaderos culpables".
Diario de los disturbios: la colisión del tren griego, 1ª parte
Como alborotador habitual en Atenas, intento resistirme a escribir este tipo de "reportajes" en inglés, ¿para qué? Parece un viaje existencial del ego, un perro meando en una boca de incendios: "¡Yo estuve AQUÍ! EXISTO".
En este caso, creo que no ha habido mucha cobertura anarquista en lengua inglesa de la respuesta popular al choque de trenes del 28 de febrero de 2023 en Grecia. Ahora, casi dos semanas después, el levantamiento general ha sido extraordinario. Algunos de los que vivieron (y participaron) en las insurrecciones de hace una década han dicho que el alcance y el sentimiento de este levantamiento son similares... y aquellas insurrecciones de entonces estuvieron a punto de derrocar al Estado.
Ha habido muchos días y noches de manifestaciones, disturbios, ocupaciones y huelgas en toda Grecia desde el choque de trenes; lo que sigue es la primera entrega de mi experiencia personal. No soy periodista, ni reportero, ni experto, simplemente un partidario que escribe.
(...) Tales son las cintas con las que adorno este pequeño diario: solidaridad con los combatientes, deseos de fuego y violencia a los buitres paraestatales y a los "periodistas de aventura" extranjeros, y compasión sin límites por esos extremistas en ciernes que se sienten como maníacos solitarios varados en un maizal complaciente. Creo en ti, como creo en mí mismo.
EL DÍA DEL DESCARRILAMIENTO - MIÉRCOLES 1 DE MARZO
El 28 de febrero, poco antes de medianoche, un tren de pasajeros en dirección norte, lleno en su mayor parte de estudiantes que regresaban del carnaval griego, chocó frontalmente con un tren de mercancías en dirección sur que circulaba por la misma vía. Este desastre ocurrió en un lugar relativamente remoto, junto al valle de Tempe, y la gravedad del accidente tardó en filtrarse. Se han identificado los restos de 57 personas, pero aún hay otras tantas "desaparecidas". ¡Desaparecidas! ¿Estaban en el tren y ahora están desaparecidos? Esto significa, para mí, que el número de muertos es superior a 100. Incluso con 57 muertos, es fácilmente el peor desastre ferroviario en la historia de Grecia. El interior de los vagones descarrilados ardió a 1300 grados centígrados, la temperatura utilizada para fundir vidrio en un horno. Como el gobierno y la compañía ferroviaria no saben exactamente cuántos billetes se vendieron para el tren, y de todos modos siempre hay docenas de pasajeros sin billete, incluidos inmigrantes sin redes familiares regionales, la pérdida de vidas humanas nunca será objeto de una contabilidad forense tecnocrática completa. Es decir, los estadísticos y numerarios no podrán acorralar este desastre en sus estadísticas; es simplemente un horror, una conflagración tan intensa que borró la especificidad.
Grecia no es un país grande, por lo que una catástrofe de esta magnitud tiene un impacto proporcionalmente enorme.
El día de la colisión varios grupos, entre ellos anarquistas, convocaron una manifestación inmediata en las oficinas de Hellenic Train en Atenas. Hellenic Train es la empresa privada de capital italiano que compró la mayoría de los servicios ferroviarios de Grecia al Gobierno griego allá por 2017. La venta del sistema ferroviario nacional de Grecia a una empresa privada era algo que la UE había exigido, una condición para que los bancos centrales europeos condonaran las deudas del Estado griego.
El ambiente general del miércoles parecía más de dolor aturdido que de rabia, por lo que mi compañero y yo no estábamos seguros de cuánta gente acudiría a las oficinas. Varios centenares lo hicieron, y los dos llegamos justo a tiempo para que nos lanzaran gases lacrimógenos. A menudo soy un vaquero de los gases lacrimógenos, pero este fue un rociado extremo; tuvimos arcadas y nos tambaleamos. Los pelotones de antidisturbios que custodiaban el edificio del Hellenic Train eran muy agresivos, al igual que los escuadrones que vigilaban los surtidores de las gasolineras cercanas.
La calle a la que da el edificio de Hellenic Train, Andrea Siggrou, es una de las principales vías de Atenas. Con seis carriles y un poco de terreno neutral, no me habría parecido un mal lugar para recibir gases lacrimógenos, pero el enorme volumen de gas desplegado y la quietud del aire entre los altos edificios de oficinas lo convirtieron en una pesadilla debilitante. Entre la multitud había todo tipo de personas, de todas las edades y tendencias políticas; la mayoría respondió a la embestida inicial de la policía abandonando la zona inmediatamente. Esto fue inteligente, porque era infernal.
En medio del caos, nuestros camaradas no consiguieron romper ninguna de las ventanas reforzadas del edificio, pero arrojaron pintura sobre la policía y el piso inferior del cuartel general del tren, incluyendo pintadas del tipo "ASESINOS" y "EL ESTADO MATA, MATA AL ESTADO".
Los que no quedaron satisfechos después de ese primer enfrentamiento se dispersaron y se reunieron en marchas más pequeñas; un grupo de tamaño decente que parecía ser en su mayoría comunista finalmente se unió en Siggrou y marchó de nuevo más allá del edificio del Tren Helénico, fluyendo alrededor de los contenedores en llamas. Coreaban "Venganza", un bonito sentimiento, además de las habituales soflamas sobre el incipiente ascenso del proletariado.
La más numerosa y alborotada de las marchas más pequeñas no se quedó ahí, sino que avanzó -también podría decirse que corrió- por Siggrou hacia el edificio del Parlamento, a unos 400 metros de distancia. Un número significativo de policías persiguió a esa escisión, bombardeándola con gases y granadas de estruendo. En Syntagma (el edificio del parlamento griego, pero también la gran plaza pública, la estación de metro y la calle más cercana) había aún más gases lacrimógenos.
A esas alturas, ya me había retirado a los elegantes parques que rodean la Acrópolis. Me tambaleaba con los ojos irritados, la piel ardiendo y los pulmones resollando entre las familias de turistas que paseaban tranquilamente. ¡BUM! BOOM! de las granadas de gas lacrimógeno, un bombardeo que parecía no tener fin. Sentí una rabia inmensa.
EL DÍA DESPUÉS DEL DESCARRILAMIENTO - JUEVES 2 DE MARZO
Los principales medios de comunicación griegos son pésimos desde cualquier punto de vista. El griego medio es mucho más culto e instruido que el estadounidense medio, pero el paradigma de las noticias aquí comienza en el equivalente balcánico de Rupert Murdoch y se vuelve más derechista y sensacionalista a partir de ahí. Es un espectro ideológico que va desde la "solemne regurgitación de la propaganda del partido gobernante" hasta la absoluta mierda conspiranoica de los chiflados.
Mientras el gobierno se esforzaba por acorralar y redirigir la ira popular, al pueblo griego se le ofrecían explicaciones cuidadosamente elaboradas de por qué no deberíamos culpar a Nueva Democracia, el partido derechista que ha estado en el poder desde 2019 y durante doce de los últimos veinte años.
En el lado sobrio, los medios de comunicación y el gobierno tomaron como chivo expiatorio a un único jefe de estación de 59 años; los locutores de los noticiarios se sumergieron a fondo en su culpabilidad, publicando fotos de los miembros de su familia (¿por qué?), vilipendiándolo y anatematizándolo mientras que nunca mencionaron los múltiples sistemas automáticos de emergencia que deberían haber evitado su supuesto "error humano".
Por el lado de la conspiración, los expertos populistas y los trolls de Internet propagaron el rumor de que los romaníes (eterno objetivo de la derecha) habían provocado el accidente saboteando las líneas. También surgieron las primeras "preguntas" del tipo Sandy-Hook por parte de los nacionalistas en línea sobre, por ejemplo, si lo que ocurrió podría haber sido en realidad una misteriosa explosión en lugar de una colisión. No disfruto transmitiendo lo anterior, pero creo que merece la pena entender el entorno mediático griego. Lo más importante es que tras el accidente de tren hubo un rechazo casi unánime de estas mentiras. Las evidentes campañas de mentiras del gobierno y los medios de comunicación sólo sirvieron para enfurecer más a la gente.
La manifestación del jueves por la tarde fue en Syntagma. Mientras caminábamos hacia allí, empezó a llover. Un flujo constante y creciente de gente caminaba en dirección contraria. Soy un invitado del movimiento aquí en Grecia, y hasta cierto punto un invitado del pueblo griego, por lo que intento ser cuidadoso cuando hablo de "los griegos" como un monolito, pero no se puede negar que los griegos aborrecen el mal tiempo. La más leve llovizna o chaparrón provoca la cancelación de todo lo imaginable; todo el mundo corre al interior. Es una característica cultural. Por eso, para mí, la lluvia del jueves significaba que la manifestación no se celebraría.
Mi compañero de manifestación estaba muy enfadado por el descarrilamiento del tren y decidido al menos a intentar marchar, y yo no iba a ser un aguafiestas, así que nos arrastramos hasta Syntagma en lo que se había convertido en un aguacero helado.
Las farolas alrededor de Syntagma estaban apagadas, lo que daba un aire aún más lúgubre. "La oscuridad es nuestra aliada", aseguré a mi camarada, un sentimiento en el que creo, pero que no me pareció especialmente cierto en ese momento. Estaba bastante oscuro y cada vez hacía más frío. Los riachuelos de agua recorrían los contornos de la calle y las aceras, y los únicos sonidos, aparte de la lluvia, eran el de una mujer sola gritando "¡Quemen este gobierno!" y el de una furgoneta de sonido comunista autoritario que emitía música metálica. En el oscuro bulevar frente al Parlamento, unos cientos de jóvenes comunistas, empapados pero férreos, permanecían en formación con sus simbólicos garrotes (banderas rojas sobre robustos palos, que rara vez se usan como armas).
Durante unos minutos deambulamos por la saturada situación, en busca de otros hooligans, pero nadie parecía el tipo. Las líneas de metro estaban cerradas debido a la huelga, pero bajamos por las grandes escaleras hasta la plaza de Syntagma y nos refugiamos bajo el saliente de la boca de metro. A pesar de las condiciones, era una escena simpática: un grupo aleatorio de manifestantes apiñados en un arco de piedra, charlando y compartiendo cigarrillos. Finalmente, alguien apareció en lo alto de los escalones cercanos a nuestro refugio: "Vamos, chicos", gritó, "¡Se mueve!".
Cuando salimos del refugio del túnel, vimos que, efectivamente, había una marcha en marcha, y era asombrosamente grande: eran miles. Nunca en mi vida había visto a tantos griegos salir a la calle con un tiempo tan absolutamente miserable. Intentamos encontrar un sitio cerca de gente afín a nuestras creencias y acabamos junto a un grupo anarco-comunista (...).
La visibilidad era baja. No parábamos de confundirnos, pero sabíamos que estábamos en la parte más o menos correcta de la marcha porque teníamos un montón de policías antidisturbios flanqueándonos a ambos lados. La marcha fue enorme, lenta y sin incidentes, el tipo de acontecimiento que normalmente encuentro desalentador, pero su fuerza se vio reforzada por su desafío a la lluvia. Nos siguieron más policías antidisturbios y el Aura, el emblemático camión griego con cañones de agua de gran tamaño(...).
El momento culminante de la manifestación fue cuando pasamos por delante del Rex, un teatro ocupado recientemente por artistas y actores en huelga, y nos aclamaron desde detrás de su entrada atrincherada. El bloque respondió con un cántico atronador: "¡10, 100, 1000 okupas, contra el mundo de la podredumbre organizada!". Los policías antidisturbios que se encontraban entre el teatro y la marcha empezaron a girarse incómodamente de un lado a otro, y el espacio de su línea previamente organizada se amontonó y colapsó mientras se apresuraban a alejarse del teatro.
Al final llegamos a la plaza de Omonia (y la llenamos), todavía bajo una lluvia constante. Esperaba que la manifestación visitara la comisaría de policía cercana, pero en lugar de eso se dirigió hacia la estación de tren de Atenas(...).
Cuando llegué a casa y me sequé, me enteré de que había habido grandes marchas por toda Grecia, muchas de ellas desafiando tormentas de lluvia similares. Los camaradas de Tesalia habían atacado una comisaría de policía, observé celosamente, pero había habido grandes y airadas manifestaciones en Volos, Larisa, Patras, en todo tipo de ciudades y pueblos, no sólo en los puntos calientes de la izquierda o el anarquismo. Había fotos en Internet de manifestaciones masivas en ciudades de las que nunca había oído hablar, y Grecia, como ya he dicho, no es tan grande. Me recordó un poco al verano de George Floyd en Estados Unidos, en el sentido de que la acción estallaba en lugares donde uno normalmente no esperaría verla. Empezaba a parecerse a un levantamiento.
FUENTE: https://bentley.noblogs.org/post/2023/03/14/riot-diaries-the-greek-train-collision-part-one/
EL 8 DE MARZO, QUE AYER FUE UNA JORNADA DE LUCHA PROLETARIA Y HOY SE HA CONVERTIDO EN UNA CELEBRACIÓN BURGUESA DE LA SOLIDARIDAD ENTRE CLASES, DEBERÁ VOLVER A SER UN SÍMBOLO DE LA LUCHA PROLETARIA
El 8 de marzo de 1917 (23 de febrero en el calendario ruso) las proletarias de Petrogrado, encabezadas por aquellas que trabajaban en el sector textil, salieron a la calle para luchar contra las penosas condiciones de vida que padecían como consecuencia de la guerra, los bajos salarios, la falta de alimentos, etc. Este levantamiento, verdadero origen de la conmemoración posterior del día de la mujer proletaria, dio la señal de salida a la mayor revolución que ha conocido la historia, a aquella que llevó al Partido Bolchevique al poder, al derrocamiento del Estado burgués, la instauración de los soviets de obreros y campesinos y al más extendido llamamiento a la insurrección proletaria mundial.
En aquel 8 de marzo, en una Rusia dominada aún por la monarquía zarista que la había conducido a participar en la Primera Guerra Mundial junto a las potencias imperialistas francesa e inglesa, las mujeres proletarias dieron un ejemplo que, en poco tiempo, provocó la extensión de los levantamientos tanto a las fábricas como al frente, donde miles de soldados jugaron un papel decisivo para fortalecer el poder obrero que se levantaba a través de los soviets.
Las mujeres proletarias padecían no sólo los rigores propios de la vida de la clase obrera en tiempos de paz, sino las condiciones especialmente duras creadas por la guerra imperialista, la carestía de alimentos, de ropa y de alojamiento: mientras los hombres trabajaban hasta el agotamiento en unas fábricas reconvertidas en centros de producción para la industria bélica, ellas soportaban en sus espaldas las consecuencias de una existencia impropia de seres humanos que se les exigía en nombre del interés superior de la patria y de las necesidades de la economía nacional.
Esas mujeres proletarias no se levantaron en nombre de una “igualdad” abstracta, no se enfrentaron a la policía zarista para defender los intereses de todas las mujeres, independientemente de la clase social a la que estas perteneciesen. Se levantaron, lucharon y murieron como proletarias y como tales también llamaron con su ejemplo al resto de proletarios de Rusia y de todo el mundo para que llevasen la lucha contra la guerra imperialista, contra todos los bandos burgueses, contra todas las naciones y todos los Estados, a todos los rincones del mundo.
Su acto no fue en balde. Con la revolución de febrero cayó el poder zarista y comenzó el primer episodio de la Revolución Rusa. Las fuerzas proletarias se batieron, desde entonces, contra los partidos burgueses que llevaban a los obreros al matadero en nombre no ya de la Corona y la tradición rusas, sino de la democracia y la libertad con que la burguesía pretendía gobernar el país. También se enfrentaron a aquellas corrientes pretendidamente proletarias, como los mencheviques, que querían apuntalar el Estado de clase burgués modernizando su estructura social, buscando un acomodo parlamentario para los proletarios a cambio de que estos aceptasen continuar siendo explotados y utilizados como carne de cañón en el frente. En pocos meses los proletarios rusos vieron pasar ante sus ojos las excusas religiosas, autoritarias, democráticas y liberales para que el orden social se mantuviese gracias a su esfuerzo y a su sangre. La lección que aprendieron, que la clase proletaria debe luchar por imponer su dictadura de clase o, de lo contrario, siempre estará sometida a la dictadura de clase del enemigo, les dio la fuerza para imponer, con el Partido Bolchevique a la cabeza, el primer Estado proletario propiamente dicho de la historia. Desde octubre de 1917 y durante varios años, Petrogrado y Moscú fueron un símbolo del poder revolucionario del proletariado y a allí miraban los proletarios de todos los países tomándolo como ejemplo de aquello que la clase obrera puede llegar a hacer.
El origen del 8 de marzo es la celebración de la gran revolución victoriosa del proletariado. Y se celebra en nombre de la mujer proletaria porque es de la fuerza que esta parte de la clase obrera tiene, de la rabia y el odio a la burguesía que puede llegara a albergar en su seno, que saltó la primera chispa insurreccional. La mujer proletaria, que padece doblemente los rigores del mundo capitalista, que a la explotación económica añade la opresión social que le impone su condición, fue con razón la primera en rebelarse contra la situación que padecía el conjunto del proletariado ruso y europeo en 1917. Y es esta fecha y esta lucha la que los comunistas defendemos hoy, más de un siglo después, y la que la clase proletaria debería llevar por bandera si no se hubiese pervertido, falsificado y malversado su significado durante tantísimos años.
Hoy el 8 de marzo es una fiesta en manos de banqueras, empresarias y ministras. Lo celebra incluso la reina. Es una fecha en que se llama a las mujeres proletarias a celebrar junto con sus opresoras, a luchar de la mano en defensa de unos derechos que las trabajadoras realmente no podrán disfrutar nunca en la sociedad burguesa. La libertad y la igualdad que se reivindica en este día son la libertad y la igualdad de las mujeres burguesas con respecto a los hombres burgueses: la libertad de explotar la mano de obra, la igualdad para dirigir el Estado en defensa exclusiva de los intereses de su clase social, la unidad de ambos sexos para enviar, de nuevo, a los proletarios a matarse en los frentes de guerra para defender las necesidades superiores de la nación.
¿Qué queda para la mujer proletaria? Más allá de las celebraciones institucionalizadas, más allá de los ministerios feministas o de los gobiernos progresistas, las trabajadoras siguen padeciendo su condición social con toda su carga: salarios cada vez más bajos, precios cada vez mayores, problemas para encontrar una vivienda, para criar a los hijos, etc. Y a esto se añade la presión específica que padecen por ser mujeres, tanto en aquellos países donde sus derechos más elementales les son negados (como es el caso de Irán donde la última oleada de protestas tuvo en su inicio el asesinato de una joven kurda… ¡por no ponerse bien el velo!) como en aquellos donde tales derechos están legalmente reconocidos pero son negados una y otra vez por al fuerza de una realidad en la que la mujer sigue ocupando un lugar subalterno.
Mientras que el 8 de marzo de 1917 era una fecha de lucha para la clase proletaria, el 8 de marzo burgués de hoy en día es una celebración de la solidaridad entre las clases, de sumisión por tanto de la mujer proletaria a las exigencias de la clase burguesa en su conjunto. El triunfo de movimientos como el feminista, que incluso se ha llegado a reconocer en un país como España como foco inspirador del Estado, es el triunfo de la movilización de las mujeres proletarias detrás de la bandera de la unidad nacional. En una época en la que la paz lograda tras la Segunda Guerra Mundial tanto dentro como fuera de las fronteras de los Estados parece dar los primeros síntomas de agotamiento, la movilización de la clase proletaria es fundamental para adiestrarla en la aceptación de las exigencias que la clase burguesa pueda necesitar imponerla. La exaltación de valores aparentemente colocados por encima de las clases sociales, como la igualdad, la llamada “sororidad”, etc. sirven como banderines de enganche para ilusionar a determinados sectores proletarios, en este caso especialmente a las mujeres, y colocarlas fuera del terreno de la lucha de clase.
Tras la derrota de la revolución proletaria de 1917 a manos de sus enemigos externos e internos, abiertamente burgueses o disfrazados, como iba el estalinismo, de comunistas, las décadas posteriores, hasta el día de hoy, lo han sido de contrarrevolución permanente y preventiva. En esta contrarrevolución que la burguesía libra por todos los medios y en todo momento contra cualquier conato de lucha independiente del proletariado, buscando desmovilizarla incluso antes de que haya surgido, corrientes como el feminismo, que promete a la mujer proletaria una salida a los problemas que le acarrea su condición sin necesidad de liquidar el sistema capitalista, sirven como potentísimos bloqueadores sociales, que inhiben cualquier tipo de respuesta que a los problemas específicos de la mujer pudiera darse en el terreno de la lucha de clase, mediante el enfrentamiento con la clase burguesa y por la vía de la defensa intransigente de las condiciones de vida del proletariado en su conjunto. A las cuestiones que afectan con especial dureza a la vida de la mujer proletaria, el feminismo, que es hoy una ideología de Estado, responde llamando al “fin de la discriminación”, a la “paridad”, etc. Cuando la mujer proletaria pierde su empleo al quedarse embarazada, la burguesía, a través de la doctrina feminista, clama por la “corresponsabilidad en la crianza”. Contra la violencia social, sorda y continua, que padecen las mujeres en el hogar, en el puesto de trabajo o en la calle, la burguesía responde redoblando las leyes ultra represivas y feministas que permiten al Estado reforzar su papel policial. Y así en todos los casos.
Desde el 8 de marzo de 1917 hasta hoy ha transcurrido más de un siglo. Estamos terriblemente alejados de episodios como el que aquel día protagonizaron las mujeres proletarias de Petrogrado. Y no tanto por el tiempo como por la profundidad de una contra revolución que ha sumido a la clase proletaria en la más terrible de las derrotas, impidiéndola tan siquiera referirse a los grandes eventos de su lucha de clase para comprender el mundo presente.
Pero, tarde o temprano, las fuerzas telúricas que mueven realmente la sociedad, las mismas que disponen la división de esta en clases sociales enfrentadas y que tienden por tanto a erosionar cualquier amortiguador que pueda utilizarse para suavizar la tensión que debe existir entre ambas, acabarán por horadar los cimientos de la paz social.
En el horizonte, quizá no inmediato pero sí que cada vez más próximo, vuelven a aparecer las nubes que presagian la tormenta bélica. En todas partes las burguesías nacionales se aprestan a volver a engrasar la maquinaria de propaganda con la que pretenden bombardear a la clase proletaria. Y, mientras tanto, las condiciones de vida del proletariado siguen deteriorándose…
Para los marxistas revolucionarios nuestra perspectiva no atiende al tiempo que dura una vida humana, sino a los ritmos históricos que se aceleran o se frenan, pero que siempre marchan hacia el triunfo definitivo de la sociedad sin clases. Por eso estamos completamente seguros de que el 8 de marzo proletario volverá con toda la fuerza con la que un clase proletaria que hoy parece derrotada se levantará de nuevo, como las obreras rusas de 1917, contra la guerra y la miseria y por la revolución social.
8 de marzo de 2023
¡Viva el 8 de marzo proletario!
¡Por la reanudación de la lucha de clase!
Partido Comunista Internacional
Siria-Turquía. Hacía casi un siglo que no se producía un terremoto tan devastador en la zona. Presionados por la represión antikurda turca y la represión antigubernamental de Assad, los más afectados son los pueblos kurdos y los refugiados que han huido de la guerra en Siria
En plena noche del 6 al 7 de febrero, dos temblores extremadamente violentos (uno de magnitud 7,8 y el siguiente de magnitud 7,5 en la escala de Richter) en el sur de Turquía, en la frontera con Siria (en el distrito de Nurdaği, provincia de Kahramanmaraş) provocaron destrucción y desesperación.
En Turquía, en su parte oriental, confluyen tres placas tectónicas diferentes: la Anatolia, la Arábiga y la Africana. La estructura de estas placas se caracteriza por un movimiento denominado transcurrente, es decir, las placas se deslizan unas junto a otras en un movimiento horizontal. A lo largo de la historia, se han producido muchos terremotos en esta zona y han tenido una característica común: se han formado a poca profundidad. El hipocentro del terremoto del 6 de febrero estaba a tan sólo 17,9 km.
La secuencia sísmica fue desencadenada por la falla de Anatolia Oriental, de unos 500 km de longitud, que atraviesa el este de Turquía de sureste a norte-noroeste, desde Hantay y el golfo de Alejandreta hasta Gazentep, para luego doblarse hacia los montes del Ponto hasta Estambul. Así pues, gran parte de Turquía está expuesta a terremotos debido a esta falla, que históricamente ha generado los seísmos más catastróficos. De hecho, Turquía es conocida como una zona muy propensa a los terremotos desde la época de las Cruzadas. Por tanto, no puede decirse que el reciente terremoto (como los de 1999, 2010 y 2011) haya sido una sorpresa. Lo que sí fue sorprendente fue el grado de devastación causado por el primer temblor con una magnitud de 7,9 en la escala de Richter y los posteriores con magnitudes, 7,8, 7,5, 6,9 y 6,4.
Las zonas de Gazentep y Kahramanmaraş son las que, según los informes, han sufrido mayores daños, con decenas de miles de víctimas (hasta la fecha se han encontrado más de 47.000) y unos cuantos millones de desplazados, la mayoría de ellos en Turquía y una parte importante también en el norte de Siria, en la región de Idlib, que ha sufrido una doble tragedia: los 4,5 millones de habitantes, que huyeron de la represión del régimen de Assad, además de ser golpeados por la miseria y sobrevivir sólo gracias a la ayuda internacional, han sufrido ahora también el terremoto que ha matado a más de mil personas, ha destruido viviendas y está impidiendo la llegada de socorro y ayuda internacional a esa región. Siria lleva doce años en guerra, y los millones de personas que viven en esa zona dependen de la apertura o cierre de la única puerta, Bab al Hawa, que les permite llegar; y, al igual que en Turquía, la ayuda internacional está centralizada por el gobierno, es decir, el régimen de Assad, que tiene interés en mantener controlada toda la región porque allí han acudido los supervivientes de la guerra y los kurdos, notoriamente reprimidos tanto por el bando sirio como por el turco. Pero las desgracias no terminan aquí, porque frente a las ciudades y pueblos devastados, la enorme masa de personas que lo han perdido todo y que, desplazadas, están siendo reagrupadas en las zonas vecinas, tendrá que hacer frente al problema de la falta de agua, higiene, frío, enfermedades. La ayuda no puede llegar rápidamente a todos los lugares donde se necesita, y en muchas partes no llega debido a las políticas antikurdas y antisirias. Y la promesa de Erdogan, que anuncia la reconstrucción de al menos 30.000 casas en un futuro próximo, deja mucho que desear...
Casi no hace falta decir que casi todas las víctimas se deben al derrumbamiento de edificios. Aparte de la violencia del seísmo y de sus repetidos temblores -algo previsto por los geólogos de todo el mundo, y no desde ayer-, ¿por qué se derrumbó la inmensa mayoría de los edificios? ¿Por qué la construcción de los edificios no incluía ninguna medida antisísmica, mientras que, debido a la búsqueda sistemática del beneficio fácil mediante la utilización de materiales de mala calidad, se construyen edificios altos próximos unos de otros con el fin de ahorrarse el alquiler del terreno, hacinando así a millones de personas en un gigantesco hormiguero? La razón primera de la carnicería hay que buscarla en el sistema capitalista de producción, de explotación de la tierra, en la búsqueda espasmódica del beneficio, sabiendo perfectamente que, en caso de terremoto, esos edificios no habrían resistido ni siquiera temblores mucho más leves que los del 6 de febrero y los días siguientes. Este terremoto fue especialmente violento no sólo en sus temblores principales, sino también en las réplicas posteriores, de modo que los edificios que lograron resistir el primer gran temblor sin derrumbarse, se derrumbaron durante los temblores posteriores. Ante todo esto -aunque, a pesar de los notables avances de la ciencia geológica, no se puede predecir con exactitud el acontecimiento sísmico ni en magnitud ni en intensidad y duración de sus enjambres o réplicas-, ¿cómo se comporta el poder burgués? Con el fatalismo habitual que acompaña siempre a toda catástrofe: siempre es culpa de la mala suerte y sólo en parte culpa de la actividad del homus capitalisticus que ha... construido mal. Hasta un niño comprende que si se construye mal una casa, tarde o temprano se derrumba, y que el amontonamiento de casas en pequeños espacios, una vez derrumbadas en el suelo, impide el acceso y la circulación de los equipos de salvamento y de la maquinaria necesaria para excavar entre los escombros en busca de supervivientes, heridos y muertos.
Pero para Su Majestad el Capital, la catástrofe representa una jugosa oportunidad de negocio; toda catástrofe llamada "natural" es un banquete para el capital. El capital se explota sobre todo magnificando el capital fijo en el que emplea su fuerza de trabajo asalariada, y en periodos de crisis de sobreproducción, como la que vivimos desde hace muchos años, la destrucción masiva de medios de producción y productos desencadena la fiebre de la reconstrucción que, gracias a la emergencia creada por la catástrofe, crea a su vez gigantescos negocios. Las guerras y las pandemias lo demuestran.
La sociedad humana tiene la posibilidad de superar el largo calvario que representan las catástrofes capitalistas destruyendo el capitalismo, su modo de producción y enterrando de una vez por todas el sistema social que durante ciento sesenta y cinco años, en lugar de traer progreso y prosperidad a la humanidad, ha traído miseria y muerte. Este objetivo histórico no puede ser alcanzado por los medios que la clase burguesa utiliza para su supervivencia como clase dominante: ni por la democracia ni por su dictadura. El totalitarismo burgués-capitalista constituye la base de su poder y da igual que se disfrace con los símbolos de la democracia parlamentaria, electoral o reformista; las razones del capital, esa fuerza social impersonal, prevalecen siempre sobre las razones del capitalista individual que, individualmente, puede parecer honesto, solidario, bondadoso, humanitario, pero es incapaz de transformar el sistema económico y social del que él mismo es prisionero en un sistema en el que ya no existan la explotación, el hambre, la miseria y la guerra. Un sistema, por otra parte, que ha doblegado a la propia ciencia a las razones del lucro, y es por ello que la ciencia, por muchos pasos adelante que dé en el conocimiento de los misterios de la vida, de la tierra y del espacio, nunca es la primera voz que escucha la clase burguesa; por el contrario, cada vez que sus advertencias pueden afectar a las razones del lucro y del poder es silenciada, y los científicos que insisten en llevar adelante investigaciones que no produzcan beneficios lucrativos y no den elementos de alarde propagandístico a los poderosos son simplemente marginados y olvidados. ¿Quieren calcular el valor capitalista al inventor de Internet o del teléfono móvil comparándolo con un vulcanólogo, un biólogo o un geólogo que, para conseguir aunque sea un pequeño pero importante resultado en su investigación, necesita años y un capital que no puede dar beneficios en poco tiempo? Por esta razón, la ciencia de la prevención es una ciencia que nunca ha nacido realmente en la sociedad capitalista: catástrofe significa emergencia, emergencia significa blanqueo de dinero sin ningún control particular e incentivo para jugosos negocios en la reconstrucción. Cuanto más se destruye, más se reconstruye, y para los capitalistas, una guerra vale tanto como un terremoto devastador o una pandemia. Ante cada catástrofe, se advierte sistemáticamente de la necesidad de prevenir, se promete hacer lo necesario para evitar que se repitan. En realidad, sin embargo, las catástrofes no sólo se repiten, sino que tienden a repetirse cada vez con mayor gravedad. La sociedad burguesa nunca podrá vencer las causas de sus propias contradicciones, de su propia caída. Debe ocuparse de ella otra fuerza social, la clase que no tiene ningún interés en mantener vivo este sistema de producción, explotación y destrucción: esta fuerza social está representada por el proletariado, la fuerza de trabajo asalariada que produce toda la riqueza económica y social pero de la que está completamente excluida. Si algo ha hecho bien el capitalismo en la historia es haber desarrollado las fuerzas productivas hasta el nivel más alto al que podía aspirar una sociedad dividida en clases. Y la principal fuerza productiva, representada por el trabajo vivo de la clase obrera, es la que tiene objetiva e históricamente la solución a las contradicciones capitalistas. Debe tomar parte activa en una revolución histórica que ninguna otra clase social ha sido capaz de llevar a cabo hasta ahora: cambiar la sociedad dividida en clases en una sociedad sin clases, transformando la economía existente en una economía de clases y basando la vida social no en la valorización del capital, no en el trabajo muerto (capital fijo) que explota el trabajo vivo (trabajo asalariado), sino en fuerzas productivas cuyo desarrollo esté dirigido a satisfacer las necesidades de la especie humana y no del mercado, no del capital. Entonces el conocimiento, la ciencia, y por tanto la ciencia de la prevención, tendrán un desarrollo inimaginable porque ya no serán esclavos del beneficio capitalista sino que estarán al servicio de un mayor bienestar de la especie humana y de un mayor conocimiento de la naturaleza y de sus fuerzas misteriosas.
21 de febrero de 2023
Partido Comunista Internacional
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