Farsa electoral, represión y huelgas en Bielorrusia


El anuncio oficial de la victoria electoral del presidente Lukashenko en las elecciones presidenciales 

del 9 de agosto, con el 80% de los votos contra menos del 10% de su principal opositora, Svetlana 

Tikhanovskaya, ha desencadenado numerosas protestas en todo el país, porque este increíble recuento

 sólo puede ser el resultado de un fraude masivo. Contrariamente a cuanto acaeció en el 2011 cuando 

las protestas se limitaron a la inteligentsia pequeño burguesa de la capital, Minsk, las protestas han 

tocado ahora a prácticamente todo el país.

El poder ha respondido a las manifestaciones con una represión brutal y masiva (casi 7.000 arrestos,

2 muertos, malos tratos, torturas de prisioneros, uso de balas de goma, la interrupción de Internet, etc.)

sin llegar a calmar a los manifestantes. La rabia de los opositores, al contrario, se ha redoblado, las 

manifestaciones anti gubernamentales se han generalizado en pocos días, llegando a muchas fábricas

y empresas donde han estallado huelgas, en particular contra la represión (como por ejemplo entre 

los conductores de autobús de Minsk, para pedir la readmisión de uno de sus colegas); los trabajadores 

de la televisión han dejado de trabajar, etc. Los llamamientos a una huelga general han comenzado 

a circular desde la semana pasada, aún si inicialmente las huelgas estaban aparentemente limitadas.

Las declaraciones de desprecio por parte de Lukashenko que comparaban a los huelguistas con 

las ovejas y mantenía que el número de estos no superaba los 200 en una gran empresa, han 

tenido el efecto contrario al esperado.

El domingo 16 de agosto se desarrolló en Minsk (así como en otros muchos lugares) una 

manifestación de 100.000 a 200.000 personas para pedir la dimisión de Lukashenko; al mismo

tiempo, la manifestación de apoyo a este ha contado probablemente con menos de 10.000 personas

(60.000 según exageradas cifras oficiales), traídas desde todo el país. El 17 de agosto, cuando iba 

a dar un discurso en la fábrica más grande de la ciudad, MTZ (construcción de tractores), 

Lukashenko delante de una platea de obreros presumiblemente escogidos por la dirección, fue 

pitado estruendosamente; los huelguistas, después, salieron en manifestación. El martes 18 de 

agosto, los sindicatos independientes, que dicen estar detrás de los comités de huelga en las minas

y en varias empresas, han llamado a la generalización de dichos comités y a la rápida formación 

de un “comité de huelga nacional”. Pero después de haber dejado que las manifestaciones de 

los últimos días se desarrollasen pacíficamente, Lukashenko, afianzado por una declaración de 

apoyo por parte de Putin, ha invitado a la policía, el miércoles 19 de agosto, a prevenir 

“desórdenes” en Minsk, cuando ciertas noticias hablaban de un movimiento de huelga... 

Por ejemplo, sostenían que sólo había 2.000 huelguistas de los 16.000 trabajadores de la MTZ, 

donde las manifestaciones de apoyo a la huelga fueron dispersadas por las fuerzas del orden. 

Todavía el 18 de agosto, la producción de cloruro de potasio de las minas de Belaruskali en 

Soligorsk (el mayor sitio de producción del mundo de este mineral) fue completamente bloqueada 

por los mineros en huelga y la continuación de las huelgas fue declarada en muchas empresas 

no obstante las intimidaciones y los arrestos.



Las razones de la cólera

Un pequeño país de poco más de 9 millones de habitantes, Bielorrusia ha visto, por primera vez, 

durante los 26 años de presidencia de Lukashenko, un periodo de notable crecimiento económico, 

facilitado por el petróleo a bajo coste provisto por Rusia (parcialmente reexportado a precios del 

mercado mundial) que es su principal socio económico (representa el 44% de las exportaciones 

bielorrusas y el 60% de sus importaciones) Esta prosperidad, muy relativa pero real si se compara

a la explosión de las desigualdades en un país como Ucrania, explica la popularidad de la cual 

goza desde hace el tiempo el régimen.

Pero las cosas comenzaron a cambiar en los últimos años. El crecimiento económico se ha frenado; 

Bielorrusia tiene cada vez más problemas para pagar sus importaciones de materias primas, 

sobre todo después de que Rusia haya aumentado el precio del petróleo que le vende, mientras 

sus exportaciones de mercancías producidas por un sector industrial poco rentable padecen 

una competencia cada vez más aguerrida. Las crecientes dificultades económicas han llevado 

a las autoridades a aumentar las medidas anti sociales y anti obreras: los contratos colectivos 

de trabajo se han sustituido por contratos individuales de corto término, se han reducido las 

pensiones de vejez y, además, se ha introducido un impuesto sobre las indemnizaciones por 

desocupación. Esta ha aumentado (está cerca del 10%) y los salarios reales han disminuido 

más de un 30% como consecuencia de la inflación (1), todo esto en una situación en la cual 

la libertad de organización y de lucha de los trabajadores están muy limitadas.

 

Bielorrusia y el imperialismo

La importancia de las relaciones económicas con Rusia se traduce inevitablemente en estrechos

lazos políticos entre ambos países. Pese a ello, en el último periodo estos lazos se han vuelto 

más tensos. Bielorrusia ha refutado el proyecto de integración político económica propuesto 

por Moscú y ha hecho varios gestos hacia Europa; se ha vuelto también hacia Estados Unidos 

para adquirir su petróleo después del fin del trato preferencial dado por Rusia. A finales de julio, 

la policía bielorrusa arrestó a una treintena de mercenarios rusos, acusándolos de querer 

desestabilizar el régimen durante las elecciones. Un adversario “democrático” en prisión, 

Barbaryko, había sido acusado previamente de ser un agente de Moscú (2). Estas declaraciones

anti rusas sirvieron efectivamente para alimentar el nacionalismo, que es la principal carta política 

del régimen.

De hecho, apenas estallaron las manifestaciones, Lukashenko ha cambiado de sentido: no es ya 

Rusia, sino la OTAN y Polonia a quienes acusa de quererlo desestabilizar siendo los organizadores 

de las manifestaciones. Putin ha vuelto a lanzar declaraciones –moderadas- de apoyo a su aliado: 

para el líder ruso, que afronta grandes manifestaciones en la parte extremo-oriental de su territorio (3), 

no debe permitirse de ninguna manera el ejemplo de un gobierno cediendo a la presión de la calle.

Los imperialismos occidentales, por su parte, rechazan validar los resultados de las elecciones, 

afirmando su apoyo verbal al “pueblo” de Bielorrusia y han anunciado sanciones económicas 

contra algunos altos responsables del país. En realidad, cuentan con Rusia para evitar que 

Bielorrusia se convierta en otro foco de inestabilidad en esta parte de Europa. Ninguno de estos 

imperialismos se preocupa de la suerte de los proletarios o de la población en general: para ellos

cuenta sólo la defensa de sus intereses, económicos o geoestratégicos.

Para el proletariado la solución no es la unión democrática interclasista, sino la lucha 

proletaria para la defensa de sus intereses de clase.


Los opositores democráticos mantienen “la unión de todas las clases” para lograr la democracia; 

esto no puede ser un objetivo para el proletariado, que necesita urgentemente, en lugar de esto, 

luchar para defender sus propios intereses contra los capitalistas y el primero entre ellos, el Estado 

bielorruso (el sector estatal es aún el dominante en el país): la democratización del Estado no 

cambiará nada su destino. Su participación en los últimos días de lucha ha demostrado el poder 

que posee; hasta ahora se ha movilizado como una fuerza guiada por los opositores democráticos 

y pequeño burgueses. Esto era inevitable dada la ausencia de cualquier tipo de organización y 

de tradición de lucha clasista. Existen muchos sindicatos llamados independientes y “democráticos” 

(BKDP); si bien no son siervos del sistema como los grandes sindicatos que sirven sobre todo

 para disciplinar la fuerza de trabajo, sí que es cierto que son organizaciones colaboracionistas, 

extrañas a las posiciones de clase y reconocidas por las instituciones. Lo han demostrado de nuevo 

en los sucesos recientes. El 12 de agosto lanzaron una declaración pidiendo el fin de la represión 

y la libertad de los presos, pero sin llamar a hacer huelgas, dado que esto implicaría el riesgo de  

"despidos masivos”. Barridos del movimiento, pocos días después (17/08) han llamado a la 

formación de un Comité Nacional de huelga, como hemos visto: pero su formación y su papel 

sería el de bombero social. El objetivo que se han prefijado es, de hecho, dejar salir al país de 

la crisis política poniendo fin a la “situación de doble poder” (entre Lukashenko y su rival) gracias 

a este Comité que sería el único capaz de “empeñarse en un diálogo directo con las autoridades 

acerca de un traspaso del poder” (4) ¡Pero no es del diálogo con las autoridades de donde puede 

salir algo positivo para el proletariado! Sólo la lucha contra esta autoridad, a la espera de tener 

la fuerza de acabar con ella, puede permitir obtener concesiones sustanciales.

Los proletarios de Bielorrusia deben librarse de la unión interclasista y de las ilusiones democráticas 

para tomar la vía de la organización y de la lucha de clase. Han dado ya un primer paso 

movilizándose masivamente contra Lukashenko; los próximos pasos contra el capitalismo, 

cualquiera que sea la forma de gobierno y cualesquiera políticos estén en el poder, no serán 

ni automáticos ni fáciles; pero más allá de los resultados inmediatos del movimiento actual, 

los proletarios de Bielorrusia han dado ya la señal de que el largo periodo de pasividad y de 

resignación impotente de los proletarios europeos va llegando a su fin.

 

¡A los proletarios de otros países les toca confirmar esto y llevarlo a una efectiva solidaridad 

lanzándose, sobre bases de clase, a la lucha contra los capitalistas y sus Estados!


Partido Comunista Internacional

 21/8/2020
www.pcint.org


_____________

(1) https://lvsl.fr/la-bielorussie-se-dirige-t-elle-vers-un-nouveau-maidan/
(2)El banquero Barbaryko ha sido arrestado con la acusación de lavado de dinero a favor de la sociedad rusa Gazprom.
(3)Durante semanas, en Khabarovsk han tenido lugar grandes manifestaciones anti gubernamentales para protestar contra el arresto del gobernador, opositor a Putin.
(4)Ver el comunicado del BKDP y la entrevista a su presidente de 18/08, que es miembro de la OIT (la organización de las Naciones Unidas que promueve la colaboración de clase) y es vicepresidente de la ITUC (confederación de los principales sindicatos colaboracionistas del mundo) https://belaruspartisan.by/politic/509539/

 

NOTA DE PRENSA. Jornadas León Trotsky 2020. Trotsky como alternativa revolucionaria ante la crisis capitalista 

 

 

Al cumplirse 80 años del asesinato del líder revolucionario, la CRT y Lucha Internacionalista, organizaciones políticas anticapitalistas y revolucionarias del Estado español, convocan las Jornadas León Trotsky 2020, en las que a mediados del mes de septiembre se realizarán actos presenciales en las ciudades de Madrid y Barcelona.

 

El 20 de agosto de 1940, el espía estalinista Ramón Mercader, bajo el disfraz de Frank Jackson, ingresó en la casa de León Trotsky en Coyoacán, México, y clavó un piolet en la cabeza del revolucionario ruso. Ramón Mercader era militante del Partido Socialista Unificado de Catalunya y se había infiltrado en los círculos trotskistas en Francia, bajo las órdenes de la NKVD, antecesora de la KGB. El asesino de Trotsky cumplía órdenes directas de Stalin, quien veía a Trotsky como una amenaza directa para el poder de la burocracia en la Unión soviética. El estalinismo español continuaba su camino de traiciones a la revolución mundial, con el método del asesinato político de los opositores, tal como había ocurrido con el dirigente del POUM, Andreu Nin, en junio de 1937.
 

80 años después de su asesinato, el nombre de León Trotsky sigue siendo sinónimo de “revolución”, y por eso sus enemigos se empeñan en denigrarlo, como se ha visto recientemente en la serie de Netflix financiada por el gobierno de Putin, que lo mostraba como un dictador personalista, distorsionando por completo la realidad. Algo que fue denunciado en una declaración internacional por cientos de intelectuales y personalidades de todo el mundo.

 

La obra y el pensamiento de León Trotsky sigue siendo una alternativa revolucionaria, frente a una nueva crisis que los capitalistas intentan descargar sobre la clase trabajadora en todo el mundo. Y sigue siendo una alternativa revolucionaria frente a quienes desde la izquierda reformista sostienen que el capitalismo se puede reformar o humanizar, o a quienes se integran directamente como parte de los gobiernos capitalistas, como en el caso de Podemos e Izquierda Unida, integrados como ministros con los neoliberales del PSOE.

Son momentos en que el sistema capitalista muestra sus brutales contradicciones ante los ojos de millones de personas, especialmente entre la juventud. Más importante que nunca dar a conocer ampliamente a nuevas generaciones las batallas de León Trotsky y el marxismo revolucionario por el socialismo, contra la burocratización de la URSS y el estalinismo a nivel mundial.

Al cumplirse 80 años de su asesinato, la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) y Lucha Internacionalista (LI), organizaciones políticas anticapitalistas y revolucionarias del Estado español, convocan las Jornadas León Trotsky 2020 y a mediados del mes de septiembre (con fechas exactas a confirmar de acuerdo a la evolución de la pandemia de Covid-19) en las que realizarán actos presenciales en las ciudades de Madrid y Barcelona.

19-08-2020

Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) y Lucha Internacionalista (LI)



https://luchainternacionalista.org/spip.php?article3962

 

Beirut: el capitalismo es el asesino,

¡es él a quien hay que combatir y derrocar!


En el momento de redactar este artículo, una semana después de las explosiones que, el 4 de agosto, 

devastaron el puerto de Beirut y gran parte de la capital libanesa, la cifra oficial de muertos 

asciende a casi 170, más 30 desaparecidos y 15.000 heridos, además de miles de personas sin hogar, 

las viviendas de más de 300.000 personas han sufrido daños más o menos graves. El puerto de Beirut, 

por el que pasa el 80% del tráfico marítimo del Líbano, está fuera de servicio por tiempo indefinido, 

mientras que la destrucción de los silos habría significado la pérdida del 85% de las reservas de 

trigo del país, blandiendo la amenaza a corto plazo de la escasez de alimentos. Según estimaciones

oficiales del 7 de agosto, la cifra de daños causados por el desastre podría alcanzar los $ 15 mil 

millones, ¡es decir,  un tercio del PIB!


Aunque algunos líderes libaneses han planteado la hipótesis de un ataque aéreo (los aviones de 

combate israelíes violaron repetidamente el espacio aéreo libanés en los últimos días) o la explosión 

de un depósito de armas, al parecer el desastre se debió a obras que provocaron una primera 

explosión en un galpón que contenía fuegos artificiales que luego detonaron en los galpones 

vecinos un depósito de fertilizante, el mismo producto cuya explosión en la fábrica de AZF 

había causado 31 muertos y cientos de heridos en Toulouse, Francia, en 2001. Pero en Beirut la 

cantidad de producto era 9 veces mayor que en Toulouse: 2.700 toneladas, contra 300 a 400 

toneladas.

Las autoridades han reconocido que no tomaron las medidas de seguridad adecuadas para el 

almacenamiento de este fertilizante, almacenado desde hace 7 años luego de ser descargado 

de un carguero en dificultad cuyo propietario se negó a pagar los costos de reparación y 

mantenimiento. Los servicios de aduanas habrían advertido en varias ocasiones del peligro 

que representaba este almacenamiento, incluso pidiendo una sentencia judicial para obligar 

a la administración portuaria a evacuar este producto. Pero no parece que hayan ido tan lejos 

como para advertir al público y a los trabajadores del puerto...


Se trata pues de un crimen anunciado: ¡la catástrofe estaba destinada a suceder un día u otro! 

La población de Beirut, consciente de la responsabilidad penal de las autoridades, dejó estallar 

su ira: miles de personas se manifestaron durante varios días en Beirut contra líderes políticos, 

durante las cuales funcionarios gubernamentales fueron ahorcados en efigies y los ministerios 

estuvieron ocupados brevemente, a pesar de la presencia masiva de policías disparando balas 

de goma. Los enfrentamientos dejaron varios cientos de heridos.


Los estragos de la crisis económica


La ira de los manifestantes es aún más aguda a medida que el desastre del puerto se suma al 

desastre económico que se ha estado desarrollando durante meses; los proletarios y las masas 

pobres son las primeras víctimas de esta crisis económica sin precedentes y que se ha visto 

agravada por las medidas tomadas contra la pandemia de Covid. La inflación galopa: 90% a 

tasa anual, (pero para los productos básicos el aumento de precios ha llegado al 169% desde 

septiembre), mientras que la tasa de pobreza es oficialmente del 46% de la población (podría 

llegar 60% al final del año). El desempleo alcanza el 35% en el sector formal y hasta el 45% 

en el sector informal. Uno de cada cinco libaneses se ve obligado a saltarse una comida para 

ahorrar dinero, y esta tasa llega a uno de cada tres para los refugiados sirios (1,5 millones para 

la población del Líbano de alrededor de 6 millones). A fines de julio, la ONG “Save the Children” 

estimó que casi un millón de habitantes del área metropolitana de Beirut, la mitad de los cuales 

eran niños, no tenían recursos suficientes para cubrir sus necesidades vitales básicas (incluida 

la alimentación); El 50% de los libaneses, el 63% de los palestinos (la comunidad palestina, 

varios cientos de miles de personas – no se conoce la cifra exacta – se limita en su mayoría a 

trabajos ocasionales mal pagados en el sector informal) y el 73% de los sirios temían no poder 

comer lo necesario en el período venidero (1)...

 


El gobierno dimite para proteger el sistema capitalista


Tras las protestas y el descrédito generalizado, el gobierno decidió dimitir el lunes 10 de agosto, 

después de intentar sofocar la ira llamando a elecciones anticipadas; en su discurso de renuncia, 

el primer ministro incluso tuvo el descaro de denunciar la “corrupción endémica dentro del Estado”. 

Los manifestantes respondieron que la renuncia del gobierno no fue suficiente y que toda la clase 

política debía irse.


Pero en realidad el problema fundamental no es la presencia de políticos ladrones o

instituciones débiles, sino el capitalismo mismo: es el modo de producción capitalista y la ley 

del valor lo que hace que la gente no tome medidas de protección demasiado costosas y que 

condenan a muerte a la población, ya sea en Beirut o en Toulouse. Es el modo de producción 

capitalista el que engendra corrupción, corrupción que es tanto más visible e intolerable cuando 

el país está económicamente en apuros, pero aún está presente.


Es el modo de producción capitalista el que sumerge a los proletarios y las masas en la miseria 

y el hambre para ahorrar ganancias y estrangula a los Estados más débiles para mantener la salud 

de los más poderosos.


El imperialismo francés, por boca de Macron, quiso presentarse casi como el salvador del Líbano 

y de los libaneses; pero insistió en que las autoridades acepten las medidas de austeridad del FMI 

antes de otorgar cualquier “ayuda” que el país necesita urgentemente para evitar la bancarrota (2). 

Además, los proletarios libaneses no pueden haber olvidado las acciones criminales del 

imperialismo francés durante la colonización (la era del “Mandato”) y su papel fatal en la 

confesionalización de la vida política que aún hoy pesa sobre el Líbano.


La crisis económica no golpea solo a los proletarios; las clases medias también se ven afectadas 

y están amenazadas de proletarización. Participan en el movimiento de rebelión, inevitablemente 

trayendo sus ilusiones de reforma democrática y estatal. Pero todas las perspectivas, incluso las 

más radicales, incluso las más “revolucionarias”, de reformar las instituciones son sólo callejones 

sin salida; no pueden conducir a una mejora en la situación de los proletarios y las masas 

empobrecidas. La dimisión o la salida del gobierno y de los diputados sólo puede servir para 

proteger el funcionamiento del sistema capitalista: el capitalismo es el verdadero culpable, 

es él quien debe ser “retirado” por la revolución proletaria; el Estado burgués es su baluarte, 

es él a quien hay que derribar, para asentar sobre sus ruinas el poder dictatorial del proletariado, 

imprescindible para expropiar política y económicamente a la burguesía y empezar a extirpar 

el capitalismo.


Todos los llamados a la “venganza” de las víctimas, todas las perspectivas de la “revolución” 

que dan la espalda a la lucha de clases revolucionaria contra el capitalismo y el Estado burgués, 

no pueden conducir a nada – tal como lo ha demostrado la pretendida “Revolución de Octubre” 

que el año pasado ya se habia saldado con la dimisión del gobierno.


Los proletarios de vanguardia tendrán que aprender de esto y comprometerse, en colaboración 

con los proletarios de todos los países, en la reconstitución de los órganos esenciales para 

conducir esta lucha proletaria, y en primer lugar el partido de clase, internacionalista e 

internacional; es una tarea que no puede realizarse de la noche a la mañana, pero que debe 

emprenderse sin demora para acabar para siempre con este modo criminal de producción.


Partido Comunista Internacional, 12 de agosto 2020

www.pcint.org


____________

(1) cf “Save the Children”, comunicado de prensa del 30/7/2020


(2) El gobierno libanés había solicitado una línea de crédito de 10 mil millones de dólares al FMI. 

El ministro de Relaciones Exteriores francés, el ex "socialista" Le Drian, llegó a Beirut el 8 de julio 

para decir que no se otorgaría nada hasta que se implementen las “reformas”. Cuando la burguesía 

habla de “reformas”, ¡se refiere a ataques antiproletarios!

Class War 10/2019: “Yellow vests”
https://www.autistici.org/tridnivalka/class-war-10-2019-yellow-vests/



“Here we are / Here we are”
“For the honor of the workers / And for a better world”
English

CW’s Note: It’s with a very huge delay that we finally post here our second bulletin focused on the struggles known as the “gilets jaunes” movement, bulletin we initially published in… November 2019. This material was ready in English much sooner but meanwhile the Covid-19 pandemic and the lock-down measures imposed by the capitalist State slowed down our activities in process. We are nevertheless sure that the analysis and information contained in this bulletin are still valid and relevant for the further episodes of the class war waged by the revolutionary proletariat against its everlasting enemy, i.e. the bourgeoisie and the capitalist social relations… Have a good reading!
Four Seasons… The “yellow vest” movement has been going through four seasons now…
Although it is not in a position to impose a real, powerful and profound world social revolution (that should irrevocably and definitively sweep away all the foundations of the social relationship dominating and crushing humanity!), this movement is nevertheless managing to keep going and thus to complete the cycle of a year, just like our planet which finishes its circuit around the sun.
Six months ago, we finished the introduction of our previous bulletin, devoted to the same theme and its development, with these words:
Finally, although it might seem provocative, we affirm that all the media hype around the “yellow vest” movement can in no way make us forget this essential thing that there is no such thing as a “yellow vest” movement, that it has never existed and cannot exist. And this is for a simple, fundamental, unavoidable reason: because there is no “yellow vest” class or social project… Here and now, everywhere and always, it is proletariat against bourgeoisie, two social classes with resolutely antagonistic projects… Indeed, there are only two projects facing each other for the future of humanity: on the one hand, the historical process of abolishing capitalist social relations and its State, which are the cause of misery, war, exploitation, alienation, oppression and domination… On the other hand, the forces for the conservation of this nightmare…

Nevertheless, the movement that in itself “cannot exist”, if not as an expression and materialization of the age-old (and therefore always present!) confrontation between the class of those who possess and the class of the dispossessed, manages to last and to impose its presence, to withdraw temporarily like the low tide and then to return in force. Rather than talking about confusion and contradictions in the movement, it seems to us to be more important and more correct to insist once again on the essential determinations of this struggle. These determinations are neither “direct” or “participative democracy” and the “Citizens’ Initiative Referendum” or the “French people”, nor the national flag or the Marseillaise…

The fundamental determinations of this movement, its foundations and its DNA are the visceral refusal of impoverishment (we are always becoming “poorer”, even if “we have a job”!), the refusal of the increase in the exploitation rate and poverty. Behind the slogan of defending “purchasing power” there is another affirmed demand – “living power”. The “yellow vest” movement strongly (although never sufficiently and always partially!) poses the need for direct action, occupations, undeclared and therefore “wild” demonstrations, blockades of the economy, of the circulation of commodities (finished products, raw materials, labor power!), for the need to organize collectively against State repression, to refuse any type of representation and representatives, whether they come from the ranks of trade unions, political parties or even from the movement itself. In the heat of the struggle, there is also a strong and uncompromising critique of the media, of the bourgeois press as a mean for structuring of “public opinion”, which is nothing but a complex of dominant ideas and therefore a complex of ideas of the ruling class. These media are thus denounced for what they are: structures of power that reinforce existing power…

The “yellow vest” movement, whether it likes it or not, whether it is aware of it or not (and finally, at first, it doesn’t matter!), is, by its nature and practice (and far beyond flags!), fundamentally anti-democratic, despite the dross expressed here and there in various speeches, publications, slogans, demands, etc. It is anti-democratic in the true sense of the word, as the negation of democracy which is the foundation of the social dictatorship of capitalism. The movement openly displays its contempt for political conventions; its contempt and class hate for the media and their sacrosanct “freedom of expression”, i.e. the freedom to reproduce ad nauseam the dominant and consensual ideology of the “party of order”. It shows its contempt and class hate for “freedom of association and assembly”, for bourgeois freedom which once again allows “supporters of order” to gather in their inner circles, their economic, political, social and military summits to discuss and decide on the best way to manage and crush our subversive action, to make us talk, to silence us…

In short, the autumn of 2018 was for all of us (“yellow vests” or not!), an unexpected, surprising and invigorating emergence of a movement that put an end to all stereotypes contained in the great official encyclopedia of class struggle and its variations as learned by rote by the brave little students of the “revolution” of capitalist left and far left…

Something essential has therefore happened: an invention rather than a return, the emergence of an unexpected phenomenon that has never ceased to surprise us and which, finally, anchors us to the idea that the future of this unique movement is still largely open to the conjunction of the infinite possibilities that the multiple refusals of this world of spectacle commodity dispossession carry, here and elsewhere. [À contretemps]

Winter and the “Christmas holidays”, these dull jewels of cult of the family and the broad reproduction of the ideology of national reconciliation between classes, in short, this feast of excessive “consumption” (or its illusory spectacle!), were supposed to bring those unruly and turbulent “yellow vests” into line, at least in the dreams of all those who have something to win by conserving the filthy world as it exists today. However, this was not the case! Quite the opposite! And the start of the new year in January was striking…
The burgeoning spring witnessed thousands of confrontations blooming in the streets and posh districts, thousands of assaults on places of bourgeois power, thousands of lootings against their commodities, thousands of bravadoes against their elections, against the recuperation, pacification and channeling of our struggle…

Of course, more will be needed for the walls of arrogance and oppression to tremble, but there is a breach, clear as a yellow vest rebuilding his hut several times destroyed on his roundabout of misery. Because a yellow vest is stubborn like a mule that doesn’t want to move forward. To become a human community is precisely that: to become an active subject, to convince ourselves that we must collectively leave this world, seeking the means, to reconnect with the history of former revolts, to invent new forms of resistance and secession, to cultivate the plurality of our approaches, to forge our own solidarities. The rest is a matter of obstinacy, contagion, attraction, conviction. [À contretemps]

Summer was supposed to give a final blow to the mobilization on the pretext of sunbathing and beaches galore, especially since all the media under orders were week after week enjoying themselves to announce the “decline of the movement”, the number of demonstrators melting like snow in the sun of the holidays and idleness…

In September, the return to work after the summer holidays promised to be more turbulent than ever, with an upsurge in mobilization and calls for “convergence of struggles”: on the one hand, “Youth for Climate” and against “the end of the world” who would greatly need to assert a sharper criticism of the gangsters of the “climate-business”, and on the other hand, various sectors of the proletariat in struggle in France, in partial rupture with the impasse of the trade-union framework. But as the first anniversary of the “yellow vest” movement was approaching, the hope, strength, determination and potential of a genuine “convergence of struggles” came from all over the world, i.e. a convergence that that takes place directly on the international level and thus expresses its internationalist essence more strongly than ever. In the light of the struggles that have been exploding for months and intensifying in recent weeks all over the world, in the light of the struggles that continue to ignite our realities at the time of publication of this bulletin, some are already talking about a “new cycle of class struggle”…

About fifteen years ago, a big American bourgeois, Warren Buffett, drunk on insolence and contempt conferred by his dominant position as a capitalist predator, declared peremptorily but not without reason: “There’s class warfare, all right, but it’s my class, the rich class, that’s making war, and we’re winning.

We would not like to overly temper here Mr. Buffett’s unbridled optimism, because the capitalist class, their social structure which generates exploitation, misery and wars, and their world that goes with it, will of course still rage against humanity for some time. But we can say at least that if it is not the beginning of a new cycle of class struggle that is starting to develop before our eyes, heralding a horizon that will finally cease to be beyond reach, it definitely looks like it…

One after another, and sometimes simultaneously, very important sectors of the proletariat have taken to the streets by dozens and hundreds of thousands, even millions, of large cities in several countries on all continents, and continue to engulf their places of exploitation, oppression, alienation: Algeria, Sudan, Nicaragua, Haiti, Hong Kong, Egypt, Indonesia, Iraq, Lebanon, Ecuador, Honduras, Bolivia, Chile, Iran, Colombia, etc. All these struggles are the essential result of the failure to satisfy the immediate as well as the human and historical needs of our class, and they have in common that they often persist and even become more radical once the local fraction of the world bourgeoisie feels obliged to concede a few crumbs in order to extinguish the social blaze.

From this visceral, passionate and healthy refusal of the “return to normality”, the return to boredom, banality, daily survival, the return to work that dulls, mutilates, withers our bodies and dries up our hearts, work that kills, return to suffering at work, suffering of work simply, and the lack of perspectives that are still credible in this world of predation, of extortion and blackmailing. This world that will continue to crack until it will collapse… From all this opens up the historical perspective, albeit still distant and embryonic, of social revolution, human emancipation, classless society, society of enjoyment, in short the perspective of communism. When our comrades say that a struggling movement is always the local expression of a global necessity, it takes all its resonance here…

In Iraq the proletariat continues to attack the citadels of our masters, against war, against militarization, against misery, against poisoned water and malnutrition, against the lack of perspectives, against “corruption”, against the politics of our enemies the bourgeoisie. Its struggle cost 400 lives (officially!) and nearly twenty thousand wounded since the beginning of October, not to mention arrests, disappearances, torture. But our class resists and makes its way through the pitfalls of horror, cowardice and filthiness of private property holders and their defenders: we occupy central and strategic places where we organize the structures of our community of struggle and life, we erect barricades, we threaten their fortified headquarters in the “Green Zone”, we attack and set fire to the rat dens of political parties and their militias armed to the teeth, we cut important communication axes and thus we block the vital flow of their commodities. And all this not only in Baghdad but all over the country. And slight cracks already begin to appear in the coherence, discipline and esprit de corps of State mercenaries: in Karbala, for example, police officers express their solidarity with the demonstrators; in Nineveh Shiite militiamen of the “Popular Mobilization Units” (al-Hashd al-Sha’abi) shout slogans in favor of the struggle…

In Lebanon, senior army officers refused to implement the government order to shoot on the crowd, because they were afraid that many soldiers torn by class contradictions would fraternize with demonstrators, their brothers and sisters in poverty, as it had happened previously, albeit in a very partial way. Unfortunately, too few testimonies, documents, leaflets and manifestos with clearly proletarian positions circulate in this region, and even fewer get to us. Nevertheless, among the hundreds of videos available on the Internet, let us highlight one where demonstrators who hold a roadblock in the middle of burning garbage cans and tires say: “No (political) parties or anything. We are one people united against the state. We want it to fall. Revolution!”…

In Chile, where the fear of the bourgeoisie is equal to the ongoing class confrontation, the army, which had never really disappeared from the scene, is back to the panoply of the capitalist State to restore the order of normality and “business as usual”. The methods of torture and terror of Pinochet’s time are once again applied to their full potential, as every time the proletariat raises its head and goes on the offensive. For more than a month now, they have been shooting at us with live ammunition to counter and thwart our movement of anti-capitalist direct action, they have been aiming at our eyes (just like in France!) to blind us, to silence us and terrorize us, but their propaganda and lies are becoming emptier and emptier. They rape our sisters-in-arms – active in the turmoil and joy of rebellion – in their infamous and sordid police stations to tear them to pieces, of course, but above all to destroy the bonds of solidarity we weave, to crush the fraternity and love that our class fully re-appropriates in the struggle and through the struggle…

At the approach of the first anniversary of the “yellow vest” movement, internationalist calls have been launched from France to dedicate it “to all popular uprisings in the world”, to “join forces” and “transform our living conditions”, to “act in common”, to “create and strengthen junctions between peoples in struggle”…

Important sectors of the proletariat in Iran have in a non-arranged but organic way spontaneously taken to the streets of more than one hundred cities, attacking banks and mosques, burning fuel depots, looting businesses, etc. It was following a brutal announcement of the withdrawal of subsidies on gasoline which would triple its price at the pump and which constitutes a direct and drastic attack against the living conditions of our class. The most radicalized sectors of the proletariat do not take to the streets empty-handed, but some are armed, exactly as the most radical proletarians in Chile, who have robbed armories to equip themselves for a more violent confrontation with the State… certainly and once again not enough considering the need to impose a reversal of the balance of power between the classes. Several officers and members of the repressive forces among the most hated by our class according to its experience of struggle in recent years (“Revolutionary Guards”, Basij militiamen, etc.) have been killed in the street or in ambushes. In France as in Iran, and everywhere on the surface of the capitalist nightmare definitely “everyone hates the police” and “the police hate everyone”…
As we can easily see in these few examples, if “the history of all hitherto existing society is the history of class struggles”, we are currently experiencing an acceleration of the process of social confrontation, a rising dynamic of exacerbating the conflictuality of class relations…

What tasks can we as revolutionaries give to ourselves? We are at the beginning of a new historical period in which it is very important that the processes learn by themselves. Our party, as a social force fighting for communism, lives and is already formed on the ground of these revolts. As revolutionary minorities we are part of the proletariat and of these struggles, we are not a party apart [separate and distinct], but we are those who, as Marx said, try to promote and deepen the determinations of the movement, and at the same time try to clarify theoretically our practice around the general objectives of the class. As we have said, the beginning of a new phase of class struggle, a long period of social revolution marked by the terminal crisis of capitalism, does not mean that communism is just around the corner. We are very far from a revolutionary situation: the ability of the proletariat to constitute itself as a class, as a party, is fundamental for this; the convergence between the material processes of the class struggle and the communist historical program that comes from those same struggles is essential. That is why the questions of theoretical and programmatic clarification are so important today. Our struggle does not stand alone in the barricades of the present, but also in the lessons that can be drawn from the barricades of the past.
The road is still long and yet there can be no turning back. We have to live the passion of the struggle but also the struggle for theoretical and programmatic clarity. [Barbaria Group]

In this bulletin on the “yellow vest” movement and the extension of the present struggles throughout the world, we publish here some documents from this movement that express the vitality of the age-old struggle of our class against the tyranny of value, against exploitation. Our goal is obviously not to analyze these events in order to merely understand them, but rather to transform them, to disrupt the historical everyday nature of our proletarians’ life of misery gripping us and strangling us, so that we should definitively eradicate the capitalist social relation from the surface of our planet. We don’t want to spend our time describing for page after page the horrors of this society of death and suffering. We obviously don’t want to lock ourselves into a passive and academic role. We are not interested in the biology of capital either, and we don’t have any intention to describe it in an objective way. On the contrary our purpose is to directly take part in its final destruction and to act in the movement of its necrology… And this means standing firmly in the heart of the events that have been taking place in front of our eyes, being a determined part of them as an active and decisive force…

« Class War – November 2019 «
Yellow Vests!? “Here We Are… Here We Are…”
Yellow Vests: Some Songs

ARCHIVO

Traduce-Translate-Μετάφραση

Etiquetas

comunicación proletaria solidaridad internacional internacionalismo chile comunicados pcint lucha de clases comunistas contra la represión protestas sociales grecia solidaridad con lxs presxs francia anticapitalistas revueltas acción directa guerra a la guerra Palestina internacionalismo proletario EEUU guerra de clases textos Venezuela memoria Italia anarquistas solidaridad proletaria internacionalista Argentina Territorio Mapuche english feminismo méxico Alemania análisis derrotismo revolucionario detenidas estado español (españa-XPAIN) contra la guerra lucha proletaria Shile huelgas mujer presos políticos huelga general kurdistán policía asesina 1º de mayo Ecuador Israel Rojava Siria Ukrania contra la democracia contra las elecciones covid-19 por el comunismo / por la anarquia proletarixs internacionalistas antimperialismo comunismo contra el capital francés migrantes okupacion Chequia antipatriarcado disturbios noticias oaxaca Rusia anticarcelario contra el estado policial contra el nacionalismo contra el trabajo fascismo y antifascismo solidaridad de clase solidaridad proletaria contra caridad cristiana 8 de marzo República Dominicana Turkia UK anticapitalismo antifascismo autonomía de clase brasil bélgica expropiación fotos guerra social lucha revolucionaria refugiados trabajadores en lucha Barcelona Mediterráneo antimilitarismo de clase contra el fascismo contra la patria contra la sociedad cárcel haití huelga de hambre insurrección libertad para todxs lucha obrera lucha social pintadas protestas trabajadores y estudiantes Portugal República Checa Uruguay antirracismo caribe chalecos amarillos cuba defensa de la tierra desalojos son disturbios irak pegatas perú revolución comunista terrorismo ucrania Colombia Egipto Gabriel Pombo da Silva Iran Irán Paraguay Polonia UIT-CI américa del sur atentados class war contra el reformismo y el oportunismo contra la burguesía desaparecidos deserción euskalherria indepedencia de clase minería no son accidentes propaganda. affiche reflexión revolución social saqueos teoría violencia revolucionaria África Catalunya China Claudio Lavazza G20 Golpe de estado Haiti India Nápoles PCI-ICP Sudán ZAD agitación antidesarrollismo antinazis asocianismo obrero barrios proletarios berlín brigadas internacionales catástrofes contra el mundial de fútbol contra la iglesia católica contra la religión contra la unidad nacional contra las fronteras contra las ongs derecho al aborto despidos economía política encuentros epidemia extradicción feminicidio feria grupos autónomos historia jornadas no borders pensiones revolución internacional sabotajes santiago maldonado un patriota un idiota 11deseptiembre América del norte Arabia Saudí Argelia Bielorrusia Birmania Bolivia Bosnia Bulgaria CNA Cibao Comuna de París Corea del Norte Corea del Sur Cuarta Internacional DIY Estado = Mafia Filipinas Flora Sanhueza GCI Gran Bretaña Guadalupe Hambach Forest Hong Kong Kenia Kosovo Libano Liberia Marcelo Villarroel Marco Camenish Martinica Mumia Abu Jamal Myanmar Nicaragua Portland Punki Mauri Presente! RIF Sebastian Oversluij Suiza Tendencia Comunista Internacionalista Tunez Túnez Val di susa Vietnam Yemen Zaragoza abolición del trabajo asalariado abstención activa afganistan angry asambleas de trabajadores ateismo atropello autodefensa autoorganización bangladesh caja de resistencia ccf censura contra el fracking contra la reforma laboral contra la socialdemocracia contra las olimpiadas contra toda nocividad crisis crítica de la ideología deconstrucción derecho de autodeterminación dictadura dirección donbass día del joven combatiente exarchia excluidos exilio ferroviarios gilets jaunes grupo Barbaria guerra comercial guerra sucia huelga ilimitada y sin preaviso indymedia interseccional ioannina jornadas anárquicas kobane kurdo latinoamérica lumpen marruecos miseria movimientos de parados narcotráfico no Tav normalistas novara organización organización anarquista piquete praxis revolucionaria presos programa pueblos originarios que se vayan todos rebelión registros resistencia revolución socialista san francisco somos lxs nietxs de las brujas que nunca pudisteis quemar son asesinatos sudáfrica trotsky turismo = miseria social violencia virus vivienda zapatista árabe