La lucha contra la violencia policial
sólo puede llevarse a cabo sobre una base anticapitalista
El asesinato de Nahel provocó la revuelta de los jóvenes de los barrios proletarios de toda Francia, incluso de las ciudades más pequeñas, después de que un vídeo mostrara las mentiras de la policía. Este crimen no es más que el último de una lista interminable (1); forma parte de una práctica generalizada de acoso, represión y opresión por parte de las "fuerzas del orden" burguesas, en particular contra la juventud proletaria, y especialmente la de origen extranjero: el racismo policial ya no se puede negar. La burguesía imperialista francesa, que saquea las riquezas de los países bajo su dominación, siempre ha utilizado el racismo de Estado para dividir a la clase obrera, alimentado por campañas de opinión y repetidas leyes anti inmigración. El objetivo es designar un chivo expiatorio de los problemas sociales del proletariado aumentando la presión sobre la clase obrera para debilitar su capacidad de resistencia. De hecho, todos los proletarios están sujetos a la intimidación del Estado burgués, y todos son el objetivo potencial de la represión en cuanto se oponen a las iniciativas del gobierno y a los intereses capitalistas, como demuestran los diversos movimientos de lucha recientes: los chalecos amarillos, la lucha contra la reforma de las pensiones, Sainte-Soline, los piquetes atacados por la policía o, recientemente, la represión de los disturbios. Si la represión se ha intensificado bajo el gobierno actual, se ha practicado bajo todos los gobiernos anteriores, de derechas o de izquierdas; la ley que facilita el uso de armas durante los controles de carretera fue promulgada por el gobierno socialista de Hollande Valls (¡con el pretexto de luchar contra el terrorismo!). Sin ir muy lejos, desde hace décadas los crímenes policiales aparecen regularmente en las noticias y sus autores han sido, la mayoría de las veces, absueltos por los tribunales.
La violencia policial y la represión son características del régimen capitalista. ¡Desaparecerán con él!
La violencia policial no es una "torpeza", una "lamentable excepción", sino una consecuencia necesaria y prevista del papel de la policía en esta sociedad, sea cual sea el color político del gobierno: defender el orden burgués y el sistema capitalista, ante todo contra el proletariado y todos los oprimidos. Por lo tanto, la lucha contra la violencia policial sólo puede librarse desde una perspectiva anticapitalista y proletaria. Hacerlo en nombre de la democracia y pedir educadamente al gobierno burgués que "escuche" las reivindicaciones y tome "medidas concretas" para reformar la policía es un completo disparate. Peor aún, es desarmar a los proletarios, jóvenes o viejos, haciéndoles creer que sería posible obtener concesiones en lugar de arrancarlas mediante la lucha abierta. ¡El miedo a desatar la cólera proletaria será siempre un freno mucho más poderoso a las exacciones de los esbirros de la burguesía que los llamamientos pacíficos al gobierno!
Para poner fin a la violencia policial y a todos los crímenes burgueses, el único camino no ilusorio es la reanudación de la lucha de clases revolucionaria organizada contra el capitalismo. Los primeros pasos inmediatos son el apoyo a las víctimas de la represión y la solidaridad con todos los proletarios amenazados, que son esenciales para cerrar las filas del proletariado contra la burguesía y su Estado. Los siguientes pasos serán la reorganización clasista del proletariado y la reconstitución de su partido revolucionario para dirigir la lucha hasta el derrocamiento del capitalismo asesino.
Partido Comunista Internacional,
15/07/23
www.pcint.org
____________________
(1) Nahel es el joven de 17 años asesinado a sangre fría por un policía el 27 de junio en Nanterre, un suburbio de París. Una web especializada ha identificado más de 5.000 casos más o menos graves de violencia policial en Francia en menos de cuatro años, una cifra por debajo de la realidad. Ver violentepolicieres.fr