El Miedo al Socialismo…Otra Vez
Por Mumia Abu-Jamal
A medida que el desempleo y el hambre profunda se extienden por todo Estados Unidos, los políticos han sacado la carta del miedo –el socialismo– para asegurarse de que los votantes permanezcan en su lugar.
Asombrosamente, durante casi un siglo esta estratagema ha funcionado. Casi funcionó cuando el Presidente Herbert C. Hoover se enfrentó al ‘New Deal’ de Franklin D. Roosevelt, el cual Hoover calificó como el socialismo y una amenaza para el estilo de vida estadounidense
Roosevelt ganó de manera aplastante, porque el país todavía estaba en las garras de la Gran Depresión y anestesiado por el hambre.
En todo el país hoy vemos filas de gente de pidiendo alimentos—filas que se extienden por kilómetros. El hambre estadounidense.
Las elecciones de 1932 trajeron consigo la seguridad social, y desde entonces, las fuerzas del mercado se han opuesto a ella.
Aunque no cubrió a los trabajadores agrícolas, predominantemente Negros y Mexicanos, mantuvo al lobo alejado de las puertas de millones de estadounidenses.
Ha pasado mucho tiempo, y ahora el miedo vuelve a surgir. ¿El miedo? Socialismo. Todavía la palabra suena como algo importado del extranjero. Pero es tan estadounidense como la misma hambre.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
Elecciones parlamentarias en Venezuela
¿Gigantesca victoria del chavismo? ¡No, arrasadora desconfianza del proletariado!
Si se trata de una victoria, ella sería la victoria – pírrica – no solo de
Maduro sino del orden burgués que él representa y que siempre ha imperado en
Venezuela, poco importa el nombre que se le haya dado en estos últimos veinte
años a la bestial explotación capitalista del proletariado en Venezuela.
Cerca de 21 millones de electores potenciales, más de mil observadores entre
nacionales y extranjeros “amigos” de Venezuela como el ex presidente español,
Zapatero – Bruselas, Washington y Lima juzgaron nulas e incluso fraudulentas
estas elecciones (ya antes de sus resultados...), y no enviaron a ningún
representante –, todo organizado para las elecciones legislativas del 6/12
cuyos resultados darán nombre a los nuevos 277 parlamentarios a la clásica
Asamblea Nacional. Hasta aquí todo normal, la calle está tranquila, no hay
incidentes, el opio democrático ha podido difundirse sin grandes tropiezos.
Alrededor de la 1:30 de la madrugada del día siguiente se anuncia el primer
boletín sobre la base del cómputo de los primeros 6 millones de sufragios según
las cifras oficiales, equivalente al 31% de la totalidad de los electores
potenciales (Guaidó dice que solo fueron a votar un 7%, otros voceros hablan de
21%), la abstención, ésta sí, fue masiva, casi 70%. Este primer boletín dará
las proporciones sin cambios significativos en lo que queda de conteo de urnas.
La oposición de derechas (Alianza por el Cambio) gana un tercio, o 17,52% (casi
un millón de votos) de los escaños, la extrema derecha (Primero Justicia,
Voluntad Popular) 4,15%, y los dos tercios restantes (67%, 3 millones 500 mil
votos) serán para los representantes del PPT-PSUV, el llamado Gran Polo
patriótico o Alianza bolivariana.
Estas elecciones parlamentarias se han desarrollado en Venezuela en el marco de
diversos e intensos problemas sociales y políticos internos: pandemia,
sanciones económicas por parte de Estados Unidos, crisis económica devastadora,
pobreza creciente, desabastecimiento, primeras peleas en el seno del partido de
gobierno con la salida del PCV y otras pequeñas agrupaciones políticas
reformistas de izquierda, en esta caso Tupamaro y Marea Socialista – Aporrea.org.,
los cuales junto a otras pequeñas organizaciones minoritarias obtienen un
pequeño 2,7% de los votos recogidos en su totalidad.
El presidente auto-proclamado Guaidó, su consulta y su boicot
Guaidó y los políticos extremistas anti chavistas habían perdido el poder de
convocatoria que tenían años atrás, por tanto su llamado a boicotear las
elecciones legislativas era la única alternativa honorable que les quedaba, no
sin antes consultar a los mandamases imperialistas capitaneados por el todavía
presidente Trump. Por otra parte, el Banco de Inglaterra piensa otorgar los mil
cien millones de dólares en oro depositados por Chávez en sus bóvedas a la
causa de Guaidó y de sus seguidores – esto es un signo más que evidente que los
imperialismos occidentales continúan apoyando a su pupilo presidente
auto-proclamado. Este último llama a una “consulta democrática” por vía
electrónica en los próximos días. ¡Pero si Guaidó denuncia los comicios
chavistas como una farsa, su “consulta” vía Telegram (1) ha sido una farsa
al cuadrado! Es evidente que la arrasadora abstención no se la puede atribuir a
los llamados de Guaidó al boicot de las elecciones, considerando que “las
elecciones de Maduro carecen de garantías y condiciones” (Cf “El
Carabobeño”). El opositor Vicente León, presidente del instituto de encuestas
Datanalisis, considera que la abstención es más el hecho de una creciente “desconfianza
en los políticos que los llamados al boicot lanzados por la oposición”. Un
diario francés citaba la frase de un habitante en Caracas: “el único acto
heroico de la oposición es el de condenarnos a morir de hambre” (2),
haciendo referencia al impacto en la vida de las grandes mayorías que provocan
los llamados de la oposición extremistas a imponer todavía más sanciones
económicas de los imperialismos occidentales a los venezolanos. En efecto, la
gran mayoría ha expresado un gran desinterés de cara a las elecciones y una
gran desconfianza en los políticos chavistas o de derecha. Esto explica en
parte la salida del PCV y compañía del conjunto chavista: cuando el barco
comienza a hundirse...
“No hay nadie en
los centros de votación porque la gente vota y se va”
Las imágenes de los centros de votación casi vacíos que todo el mundo ha visto
en los medios muestran en parte la poca afluencia de electores. Esto no impidió
que la esposa del presidente de Venezuela, Cilia Flores, diera la siguiente
explicación: “(la votación) es tan rápida que la gente vota y se va (¿?); no
da chance para que la gente se aglomere, lo cual es bien positivo por las
medidas de 'bio-seguridad'; como estamos en medio de una pandemia entonces es
muy bueno esto de la rapidez... se vota y se va uno a su casa a esperar los
resultados, por eso el proceso va de maravilla”. La abstención pura y dura
ha sido muy elevada como para poder legislar maravillosamente y en santa calma
los próximos 5 años, más aún con semejante explicación de la realidad...
Los chavistas hicieron todo lo que tenían a su alcance para
dramatizar lo que estaba en juego, fueron ellos los que quisieron transformar
estas elecciones en una suerte de presidenciales adelantadas. Por ejemplo,
Maduro declaraba que estaba dispuesto a dejar el poder si los chavistas
perdían. Eran, pues, muy altas las expectativas como para desestimar su
importancia. Pero entonces ven que la realidad es otra. Por un lado dicen que
es una gigantesca victoria (Maduro, Cabello, Rodríguez, dixit), y por el otro
dicen que hubo mucha abstención porque la gente nunca ha estado motivada por
este tipo de elecciones y relativizan citando a otros países con los mismos
porcentajes de participación. ¡Pero con ello reconocen sin darse cuenta que
esta “victoria” no es ninguna!
Las primeras conclusiones que hay que sacar es que los proletarios comienzan a
dar la espalda a las mistificaciones electorales y democráticas; la “gigantesca
victoria” de Maduro y del orden burgués es solo pasajera; los proletarios han
comprendido instintivamente que la vía electoral y democrática es un callejón
sin salida, falta que se den cuenta que la única salida realista, no ilusoria,
es la de la lucha de clase contra clase, su sistema capitalista, su Estado, sus
políticos de derecha e izquierda y todos sus sirvientes. Por muy indeseable que
ella sea, la realidad muestra que en la situación actual, una buena parte de
los explotados y oprimidos ya no creen en la vía electoral. Todavía no creen en
la vía de la lucha de clase, pero objetivamente están en las condiciones de
tomar el camino que los conduce a ella, aunque ese resultado no será ni
automático ni espontáneo.
Estas elecciones no cambiarán nada de la crítica situación que viven los
proletarios y las masas populares en Venezuela. Las cifras muestran que el
desempleo, más allá de las estadísticas oficiales que el gobierno ha dejado de
publicar desde 2013 (!¡), sigue galopante (3), más aún con la pandemia desatada
por la covid-19; que el salario (0,9€) ya no es un salario (4), sino una dádiva
atribuida por el Estado a la población; que la tasa de inflación interanual
sigue siendo estratosférica (5); que la pobreza ya alcanza niveles alarmantes
(6); que la disminución espantosa de la producción petrolera extraída por
PDVSA, la otrora bandera insigne de la economía venezolana, impiden un
restablecimiento económico que permita al menos paliar las necesidades más urgentes
de las clases populares, más aún para los desheredados de toda la vida, los
proletarios.
La crisis
económica también golpea a los emigrantes venezolanos
La crisis económica también ha golpeado a los trabajadores que emigran, quizá más fuertemente que a los trabajadores internos. “100 mil trabajadores venezolanos han abandonado Colombia después de haber perdido sus empleos – lo cual les permitía incluso enviar una ayuda a sus familiares –, muchos no han podido regresar a Venezuela y, según la ONU, forman parte de los 2,75 millones de 'trabajadores inmigrantes bloqueados' en el mundo quienes, luego de haber perdido sus empleos, buscan, muchas veces sin conseguirlo, regresar a su país. (Cf New York Times, 28-29/11/20). Gran parte de los emigrantes venezolanos trabajan en Colombia donde las tasas de desempleo han alcanzado un 14,7% en octubre (últimas cifras publicadas); pero el desempleo es netamente más elevado en razón de la importancia de la economía informal. En otros países de América Latina la situación no es mejor para la emigración venezolana. La pérdida de sus empleos trae como consecuencia un menor envío de remesas a sus familias, acentuando la miseria de estas últimas.
Así, como a lo largo de este año en una veintena de países,
el estallido social violento contra un gobierno cada vez más autoritario,
tiránico y hambreador no se hará esperar. Pero para que los enfrentamientos,
por demás inevitables, no terminen en una simple reparación en superficie del
orden burgués, el proletariado deberá encontrar la vía de la lucha de clase
independiente y reconstituir, junto con los proletarios de los otros países, el
partido de clase, para dirigir su lucha contra el capitalismo.
En esta perspectiva de la reanudación de la lucha de clase, la abstención de
las nuevas elecciones en Venezuela echa por tierra “la pretensión burguesa
de haber organizado para siempre la administración de la sociedad sobre bases
pacíficas e indefinidamente perfectibles con el advenimiento del derecho de
sufragio y del parlamentarismo” (Amadeo Bordiga, “El principio
democrático”)
Partido Comunista
Internacional
16/12/2020
www.pcint.org
__________
(1) Telegram es un servicio de correo fundado en
Rusia, pero cuando el gobierno pidió quiso obligar a la sociedad a ceder los
códigos de acceso, los propietarios abandonaron el país.
(2) Libération, 6/12/20
(3) El Fondo Monetario Internacional reveló que la tasa de desempleo en Venezuela alcanzará el 443% en 2019, afectando a casi la mitad de la
fuerza laboral del país – ya en julio de este año alcanzaba un 47,4%.
(4) Cf.
https://fedecamarasbolivar.org/se-requieren-354-52-salarios-minimos-para-poder-adquirir-la-canasta-alimentaria-familiar/
(5) “La última tasa de variación anual del IPC publicada en Venezuela es de
septiembre de 2020 y fue del 1.813,1%.”. Cf.
https://datosmacro.expansion.com/paises/venezuela
(6) “De acuerdo con los ingresos, el 96% de la población venezolana es pobre. Un 79% está en pobreza extrema, lo que significa que los ingresos percibidos son insuficientes para cubrir la canasta alimentaria” https://elpais.com/internacional/2020-07-08/la-pobreza-extrema-roza-el-80-en-venezuela.html
Protesta contra el Capitalismo
estalla en India
Más de 250 millones de proletarios agrícolas no han podido ser detenidos por los sindicatos. Esa ha sido la respuesta del proletariado agrícola y urbano contra el ataque de Capital a sus condiciones de vida.
La contrarrevolución respondió con una acción sindical en el sector minero del Estado que “movilizó hasta 200.000 trabajadores durante dos días”, en un intento de canalizar las energías revolucionaria y venderlas al Estado. Después, el sindicato reiteró su acción sindical contra la decisión de la democracia de reducir el salario a los trabajadores que participaron en la protesta de tres días en todo el país. El objetivo del proletariado no es un aumento del precio de la mano de obra, sino la abolición del trabajo asalariado. La respuesta del proletariado fue extender la Protesta hacia otros sectores.
El intento de manipular las energías de la Protesta para canalizar sus energías hacia el interior del Estado no ha dado resultado en India. Otra respuesta de la burguesía y el Estado ha sido cerrar la planta Toyota. En ese cuadro, se verifica la reiteración de la práctica contrarrevolucionaria de la corriente ideológica maoista, intentando desactivar la Protesta contra el Capitalismo Mundial.
En el 26 de noviembre de 2020, se llevó a cabo una huelga general masiva en toda la India. La huelga fue organizada por 10 sindicatos en todo el país y fue apoyada por el Congreso Nacional Indio, el Partido Comunista de la India (?) y otros partidos de izquierda.
Los sindicatos indios condenaron las detenciones de líderes de los trabajadores y agricultores en todo el país mientras se manifestaban juntos en una de las mayores huelgas generales a nivel nacional.
Desde entonces, las protestas no han dejado de producirse ni un solo día, con huelgas y manifestaciones en muchos sectores.
¡La brutalidad de la policía es sólo la otra cara de la democracia burguesa!
La cobarde paliza, el 21 de noviembre, al productor musical Michel Zecler, culpable de no llevar máscara y de ser negro, y la brutalidad contra los jóvenes del estudio, después de que la policía hubiera abusado de los solicitantes de asilo reunidos en la Place de la République dos días antes, suscitaron una legítima indignación. Los policías habían acusado al productor de rebelarse e intentar apoderarse de una de sus armas y este fue inmovilizado y llevado, "bajo vigilancia", a una comisaría de París; sin el vídeo de vigilancia que establecía las mentiras de la policía, habría sido condenado en firme, como sucede regularmente en estos casos: para los jueces, la palabra de la policía es siempre verdadera. Igual que por la muerte de Cédric Chouviat, el repartidor estrangulado por agentes de policía durante una detención en París el 3 de enero, fue un vídeo el que permitió refutar la versión policial (1).
Precisamente para garantizar la máxima impunidad
de la policía, el llamado proyecto de ley de "seguridad global"
tiene por objeto, entre otras cosas, prohibir la difusión de
imágenes que revelen las acciones de los agentes de policía y
controlar el trabajo de los periodistas durante las manifestaciones.
El último caso de violencia policial lo es, en efecto, de una
larga serie que sería largo enumerar; baste mencionar el caso de
Adama Traoré, joven de 24 años asesinado por la policía tras una
detención en julio de 2016, cuando la continua movilización de sus
familiares obligó a la justicia a no enterrarlo, así como los casos
de represión desatada contra los chalecos amarillos (11 muertos y
centenares de heridos), contra los participantes en las distintas
manifestaciones, contra los jóvenes de los barrios proletarios, etc.
Las brutalidades actuales no son, pues, una excepción, no son obra de unas "ovejas negras" o de unos "elementos violentos estúpidamente reclutados" (Mélenchon dixit): son la consecuencia inevitable de la defensa del sistema capitalista, que se basa en la explotación de las grandes masas, en el mantenimiento del orden burgués mediante una represión constante de todos los que amenazan o impugnan esta explotación, de todos los que representan al menos una amenaza potencial contra el orden establecido y las instituciones que garantizan su continuidad. En tiempos de prosperidad económica y calma social, esta represión, aunque siempre presente y violenta, aparece sólo esporádicamente. La democracia, que es el sistema político más apropiado para el orden burgués porque obstaculiza la lucha de clases al pretender superar los antagonismos sociales a través del voto, presenta, en esos tiempos, un rostro pacífico y relativamente "benévolo".
Pero en tiempos de crisis, la democracia revela su verdadera cara al servicio exclusivo de la dominación capitalista: la represión se manifiesta abiertamente, adquiriendo un carácter sistemático, cada vez más violento y "arbitrario". Esta es la situación en la que nos encontramos; el gobierno ha utilizado el pretexto de la crisis sanitaria para aumentar más, con el consentimiento implícito o explícito de todas las fuerzas políticas y sindicales, la dominación totalitaria de la burguesía sobre la sociedad en general y el proletariado en particular. Los gobernantes saben que la devastadora crisis económica, sin precedentes, provocará tarde o temprano la reacción de los proletarios que son las primeras víctimas (según el semanario fiel a Macron Challenges of 25/11 "El ejecutivo está paralizado por el riesgo de una explosión social"). Esto explica básicamente el último "reprobable punto de inflexión" del gobierno destacado por los medios de comunicación y no ciertamente las amenazas terroristas. Este "punto de inflexión" se manifiesta en particular tanto con la agravación de las medidas contra los inmigrantes y los solicitantes de asilo, presentados a la población como chivos expiatorios, como con la nueva ley de seguridad, que sigue a muchas otras ya vigentes: el poder, que hasta ahora no ha dudado en recurrir a la represión, se prepara así para futuros enfrentamientos.
Pero
hay otro aspecto de esta preparación antiproletaria que hay que
destacar y es la labor de los opositores oficiales, los sindicatos y
los partidos llamados de "izquierda".
La cólera de
decenas y decenas de miles de personas (2) que se manifestaron el 28
contra la violencia policial ha sido desviada por los organizadores
de la "Marcha de las Libertades" (desde los sindicatos CGT,
FSU, SUD, hasta los partidos de izquierda, PS, PCF, Insoumis, Verts,
NPA, etc.) hacia una movilización contra un "ataque a la
democracia" ("comunicado unitario" NPA, France
Insoumise, etc.) y por la defensa del "estado de derecho".
Todas estas personas se cuidan de decir que el Estado es el pilar del
orden burgués, encargado, como tal, de reprimir las luchas
proletarias y que la democracia sólo sirve para velar la dictadura
de la burguesía. Hacen todo lo posible para consolidar las ilusiones
destruidas del Estado y la democracia, proporcionando así una ayuda
insustituible a la clase dirigente. Es más, cuando algunos de ellos
estuvieron en el gobierno, no sólo sirvieron al capitalismo lo mejor
que pudieron, sino que también lideraron la escalada represiva que
se venía produciendo desde hace años contra los trabajadores
militantes, la juventud combativa y los manifestantes en general (3).
Los proletarios ya han visto innumerables veces que son parte de sus
adversarios.
La
respuesta a la agresión, la brutalidad y los delitos policiales sólo
puede ser eficaz si se lleva a cabo con independencia de las
orientaciones de estos partidarios de la conciliación social,
verdaderos agentes de la colaboración entre las clases.
Sólo una lucha de clase, claramente anticapitalista, puede hacer recular al gobierno y a la burguesía movilizando al proletariado. Esto se aplica a la defensa contra la violencia policial, así como a la defensa de los salarios, la lucha contra los despidos, la represión de los solicitantes de asilo o de los trabajadores indocumentados.
¡Abajo
la democracia burguesa, viva la lucha de clases y la unión de los
proletarios contra el capitalismo y el Estado burgués!
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
http://www.pcint.org/01_Positions/01_04_es/201129_Francia-brutalidad-policia.htm
(2) 135.000 según la policía, de 300 a 500.000 según los organizadores
(3) El ex presidente François Hollande tuvo la poca vergüenza de unir su voz a la crítica de la ley de seguridad en discusión, él que ha encubierto todos los abusos policiales cometidos bajo su mandato e incluso el ministro "socialista" del Interior, Cazeneuve, que en noviembre de 2016 había declarado sobre el asesinato de Adama Traoré: "Lo que ya no puedo aceptar es el interrogatorio permanente [....] del trabajo realizado por la policía, la teorización de la consubstancialidad de la violencia policial..."...