Solidaridad proletaria
internacionalista:
El 12 de
diciembre de 2013, el Poder Judicial de Santa Cruz condenó a cadena perpetua a
cuatro trabajadores petroleros –Ramón Cortez, José Rosales, Franco Padilla y
Hugo González– y a otros seis a cinco años de prisión, por supuesta coacción
agravada, lesiones y asesinato de
un policía.
un policía.
El
conflicto se remonta al año 2006, cuando los petroleros de Las Heras reclamaban
por su encuadramiento sindical en la rama productiva que les corresponde y no
en la UOCRA, para poder incorporarse a un convenio colectivo que cuenta con
mejores escalas salariales y condiciones de trabajo. También demandaban la suba
del mínimo no imponible, monto a partir del cual los asalariados tributan el
impuesto a las ganancias.
Luego de
20 días de huelga y movilizaciones, el Poder Judicial ordenó la detención de
varios trabajadores. Los petroleros reaccionaron marchando sobre la alcaldía a
exigir su liberación, siendo brutalmente reprimidos. En circunstancias por
demás confusas, murió un policía. Fueron apresados más de 17 trabajadores y
acusados por desmanes y asesinato. La gendarmería instaló un clima de terror en
la población a través de la militarización del pueblo de Las Heras.
Durante
los tres años de detención (2006-2009) les arrancaron testimonios a través de
tortura física y psicológica, con los que se rearmó la causa en el 2010, por la
cual hoy el Estado intenta encarcelarlos de por vida.
Lo único
que se demostró en el juicio fueron las torturas que sufrieron los condenados,
actos que fueron justificados por el fiscal de la causa que minimizó las
torturas, declarando que: “Darle un cachetazo o ponerle una bolsa en la cabeza
a un testigo no implica decirle lo que tiene que decir”. En concordancia el tribunal
hizo oídos sordos a las denuncias de torturas y dejó detenido a los procesados
para que “reflexionen y recapaciten”.
Estos
hechos no sólo sientan un precedente para el resto de los trabajadores a la
hora de luchar por nuestras necesidades, sino que además desenmascaran el
verdadero rol del Estado, reprimiéndonos ante cualquier conflicto que ponga en
riesgo los intereses de quienes nos explotan. Y aunque en mayor o menor medida
siempre demuestra esta cara, lo hace con mucha más violencia y contundencia
cuando los conflictos se salen de los cauces impuestos para los trabajadores
(sindicalismo y partidos).
Mientras
esperan que la justicia se expida al respecto, los trabajadores no bajan los
brazos. Pese a la indiferencia de los medios y al temor que intenta instalar el
gobierno para desalentar las protestas, trabajadores
en todo el mundo nos estamos manifestando y solidarizando con los petroleros de
Las Heras porque no queremos ni vamos aceptar que nos exploten y encima nos
pudran en sus cárceles.
¡Contra el Estado y sus cárceles!
¡Libertad a los petroleros de Las Heras!
Anónimo.
Abril de 2014, región argentina.