Sobre la pseudo huelga convocada para el 27 de septiembre
Para valorar correctamente el alcance real de esta convocatoria es necesario tener en cuenta que la mayor parte de las secciones sindicales de CGT no han tenido constancia de ella hasta hace pocos días que se ha hecho pública mediante una rueda de prensa. No ha habido, por lo tanto, ni siquiera el mínimo trabajo de preparación (¡ni aún entre los delegados sindicales!) que una suele haber para una convocatoria de este tipo. Se trata de una decisión de las cúpulas de CGT y Solidaridad Obrera que no han contemplado hacer ningún tipo de agitación ni entre sus bases ni entra los trabajadores en general. Nadie que conozca la historia de ambas organizaciones, especialmente de CGT que es la que ha logrado una mayor presencia entre los proletarios a lo largo de los últimos años, puede esperar mucho de ellas, pero en este caso, recurriendo a la convocatoria de la huelga por decreto, se han colocado exactamente al mismo nivel de las grandes organizaciones sindicales, CC.OO. y UGT, a las que atacan por la pasividad a la que inducen a los trabajadores.
Pero, más allá del aspecto organizativo (aunque este sería suficiente para entender en qué consiste exactamente esta convocatoria que es más acto publicitario que huelga y aún más gesto simbólico que acto publicitario), son las consignas lanzadas para la convocatoria las que muestran su esterilidad. ¿Qué significa la “redistribución del gasto público para la clase trabajadora? Cuando el Estado español, con el gobierno de PSOE y SUMAR (al que la convocatoria, por cierto, no quiere ni mentar) es un aliado directo de las potencias imperialistas interesadas en la masacre de las masas palestinas, llamar a una “redistribución del presupuesto” parece poco menos que una broma. No se llama siquiera al bloqueo de las operaciones comerciales de tipo militar con Israel, no se critica las relaciones diplomáticas con el Estado israelí, consignas que de por sí serían muy poca cosa pero al menos no serían tan… estúpidas. ¿Qué significará una redistribución del presupuesto? ¿que el gasto militar se destine a educación, como dice la consigna? Esa es una dicotomía que no existe para ningún Estado capitalista moderno, es una contradicción que no existe y que no pone en cuestión, de ninguna manera, los intereses imperialistas de la burguesía española ni de su gobierno nacional. Más aún, ¿qué significa clamar por “el fin del genocidio y del apartheid” cuando ni siquiera se está dispuesto a movilizar al propio sindicato para lograrlo? ¡Nada! Es pura palabrería, frases hechas de cara a la galería que son tanto más insultantes cuanto el asesinato cotidiano de decenas de palestinos es algo bien real y acabar con él requeriría de acciones internacionales de clase que hoy están muy lejanas en el horizonte.
La huelga ha sido, debe ser y deberá ser un arma de lucha de la clase proletaria. Mediante la huelga los proletarios expresan su fuerza en tanto dejan de ser simples trabajadores que obedecen las órdenes del patrón.. Interrumpiendo el trabajo para lograr sus exigencias, los trabajadores liquidan toda ilusión acerca de quién crea la riqueza en la sociedad capitalista, de qué estratos sociales tienen más peso y, en fin, de quién es imprescindible, tanto para una empresa en particular como para todo un país en general. Por esto la burguesía teme a la huelga como a un cáncer: aunque sabe que puede vencer casi a cualquier grupo de trabajadores que dejen el trabajo, también sabe que el gran peligro es la metástasis, la extensión del ejemplo, de la conciencia proletaria de la propia fuerza, de la solidaridad de clase entre trabajadores… y por eso se afana con todas sus fuerzas para no ya reprimir sino impedir la aparición de la huelga.
Hoy esta represión contra la huelga, como en general contra cualquier manifestación de la lucha de clase, no se lleva a cabo mediante la represión directa. La burguesía ha acumulado suficiente poder y conocimiento a lo largo de décadas de dominio ininterrumpido sobre el proletariado que ha sido capaz de levantar todo un aparato de represión preventiva basado en la regulación y en la integración legal de toda expresión de la lucha obrera con el fin de esterilizarla. El ensamblaje de las grandes organizaciones sindicales en el Estado, la legislación laboral que prescribe cada paso que se puede o no dar en el terreno de las organizaciones, la codificación de las huelgas permitidas y las no permitidas, la obligación de los preavisos y los servicios mínimos, etc. son las verdaderas herramientas represivas con las que cuenta la burguesía: con ellas logra anular la fuerza proletaria, hace caer encima de los trabajadores dispuestos a luchar todo el peso democrático de la ley para agotar su fuerza, para canalizarla hacia objetivos inútiles, etc. Con ello logar no sólo vencer un grupo de trabajadores sino imposibilitar la lucha misma y extender la impotencia entre el conjunto del proletariado, que se ve derrotado no por el palo sino por la zanahoria democrática y legalista.
El último paso de este sistema de esterilización de la lucha de clase es el tipo de huelga que ahora convocan CGT y Solidaridad Obrera: la huelga que ni siquiera es huelga, en la que no se hace agitación por la participación, no se organizan piquetes, no se difunde en los puestos de trabajo… sino que se cifra la suerte de la convocatoria a la difusión por medios de comunicación y redes sociales. Ya no se trata de las convocatorias habituales de CC.OO. y UGT, de los actos limitados, huelgas “generales” de un día, etc. sino de un gesto puramente simbólico con el que sólo se busca la notoriedad ante la prensa (¡y ni siquiera ante toda la prensa, que seguro no irá!)
Los proletarios y las masas oprimidas palestinas están padeciendo la ofensiva militar israelí sin que nadie, absolutamente nadie, acuda en su ayuda. No les ayuda Irán que, con toda su retórica anti americana, obedece a los intereses regionales y mundiales rusos y chinos y por lo tanto no tiene ningún interés en un enfrentamiento con Israel ni con su patrón americano. No les ayuda, por lo tanto, ni Hezbolá ni su hermano pequeño hutí, condicionados por la misma dinámica de enfrentamientos inter imperialistas para los que hoy vale mucho más la sangre palestina como motivo de propaganda que como llamada a la guerra regional. No les ayuda, tampoco, el proletariado y las masas populares árabes, incluyendo entre estos a los millones de palestinos exiliados en Jordania, Líbano, etc. que han sido incapaces, paralizados por la presión de la burguesía árabe local y por décadas de represión que pesan sobre sus espaldas, de ser la chispa que incendie el Medio Oriente.
No les apoya el proletariado europeo y americano, el que cuenta, en su historia, con una mayor tradición de lucha clasista, tanto en el terreno sindical como en el político, pero que desde hace muchas décadas permanece prácticamente paralizado tanto en la lucha por sus propios intereses inmediatos como en la defensa de la lucha de los proletarios y las masas desheredadas del llamado tercer mundo, incluso cuando ésta tuvo un vigor y una capacidad subversiva mucho mayor que la actual. Y no les ayuda, obviamente, un proletariado israelí que está completamente imbuido en la lógica de colaboración política y militar con su burguesía, que ha sido incapaz de manifestar siquiera una repulsa de tipo simbólico y que, en muchas ocasiones, está colaborando de hecho con la masacre.
Es sobre estos dos últimos, sobre el proletariado euro americano e israelí sobre los que cae la mayor parte de esta responsabilidad. El proletariado europeo y americano tiene la fuerza, la capacidad histórica, de frenar la matanza de palestinos. Tienen la tradición de una lucha de clase a sus espaldas que ha sido capaz, en otros momentos, de poner contra las cuerdas a la burguesía mundial. Así lo hizo en 1871, en 1905 o en 1917, cuando fue capaz de reaccionar contra la guerra, nacional e imperialista, volver las armas contra sus amos burgueses y ponerles de rodillas, frenando la masacre y obligando a las potencias internacionales a abandonar -temporalmente, claro- sus planes de reparto del mundo. Esa fuerza histórica, con la que no pueden contar los proletarios palestinos ni árabes (por generosa que haya sido su contribución a la lucha revolucionaria proletaria mundial) está hoy completamente olvidada. Se ha perdido después de décadas de colaboración entre clases, de aceptación del Estado burgués, de la defensa de la economía nacional, de claudicación en la defensa de sus intereses inmediatos y finales. Y gracias a ello la burguesía de todos los países se siente capaz para imponer sus planes criminales, que hoy pasan por liquidar a los palestinos de Gaza (y seguramente de Cisjordania) o a los reclutas rusos y ucranianos, pero que mañana (un mañana cada vez más próximo) pasarán por un enfrentamiento a gran escala entre las principales potencias imperialistas que llevarán al frente, como carne de cañón, a los proletarios de todos los países.
Esta es la realidad, actual y futura, del proletariado en España, Europa y el mundo. Es una realidad tenebrosa en la que decenas de miles de proletarios en Palestina, pero también en Rusia y Ucrania, dejan su vida en el campo de batalla por los designios de la burguesía mundial. Y, por lo tanto, es con esta burguesía, en cualquier país, con la que los proletarios deben ser capaces de romper. Es a ella a la que deben declarar la guerra, es contra ella contra la que deben utilizar todas las fuerzas de las que disponen.
Es por ello que las convocatorias como las del próximo 27, que sólo so un gesto estéril e inoperante ante la masacre, resultan especialmente deletéreas. Con ellas CGT y el resto de convocantes refuerzan la derrota proletaria, su incapacidad de reaccionar en términos de clase frente a las imposiciones económicas, políticas y militares de su burguesía. Convirtiendo la huelga en un acto teatral, en una jeremiada destinada sólo a liberados y militantes, contribuyen a difundir la idea (ya muy extendida de por sí) de que la lucha es imposible, que sólo queda pedir y esperar, como siempre, a ser, antes o después, aplastados. Negar ante un proletariado como el español, que podría dar una colaboración de primer orden para que otros proletarios de Europa se movilizasen para acabar con la masacre si luchase sobre el terreno de clase, los términos necesarios de esta lucha significa apoyar indirectamente la política criminal de la burguesía de todos los países.
¡Por la recuperación de la huelga como arma de la lucha de clase del proletariado tanto para las reivindicaciones inmediatas como para las generales!
¡Por la reorganización clasista del proletariado!
¡Por la solidaridad internacionalista con los proletarios y las masas oprimidas palestinas, en Ucrania, en Rusia y en cualquier otro país!
¡Por la ruptura de los frentes nacionales!
¡Por la defensa intransigente de la lucha de clase proletaria!
22-09-2024
Partido Comunista Internacional (El proletario)
El Estado sionista genocida de Israel prosigue con sus ataques criminales en Gaza y en las últimas semanas también en Cisjordania. Es fundamental extender la gran movilización mundial en apoyo a la heroica resistencia del pueblo palestino contra este genocidio, contra una ocupación de sus territorios históricos que ya lleva más de ochenta años.
Cuando está cerca de cumplirse un año de la invasión genocida a Gaza, con más de 41.000 muertos, 10.000 desaparecidos bajo los escombros de casas bombardeadas y 90.000 heridos palestinos, la mayoría mujeres y niños, Estados Unidos y sus aliados europeos de la OTAN siguen dando decenas de miles de armas y bombas a Israel para que continúe su genocidio. Y esto continúa, pese al enorme repudio popular en la mayoría de los países europeos y en Estados Unidos, donde diferentes encuestas indican que el 60% de la población se opone a seguir enviando armas a Israel.
Sólo Gran Bretaña, con un nuevo gobierno laborista cómplice de Israel pero sometido a una gran presión popular, suspendió el envío de parte de las armas. El ministro de Relaciones Exteriores, David Lammy, afirmó que el gobierno del Reino Unido concluyó que existe un “riesgo claro” de que “algunos artículos” puedan utilizarse para “cometer o facilitar una grave violación del derecho internacional humanitario” en territorio palestino.
Israel fue fundado hace setenta y seis años con migrantes, expulsando a los palestinos de su tierra, como un enclave militar al servicio de intereses estratégicos del imperialismo, en primer lugar el yanqui, para tener control sobre el petróleo y rutas comerciales, en el corazón de Oriente Medio.
Pero también otros países imperialistas como Rusia y China mantienen relaciones con Israel. En el caso de Rusia le siguen vendiendo petróleo.
Tampoco los gobiernos capitalistas árabes, que son dependientes de uno u otro imperialismo, pese a que criticaron a Israel y pese a que la gran mayoría de sus pueblos son solidarios con los árabes palestinos, no han tomado medidas contra Israel. Incluso Arabia Saudí, Egipto, Irak y Emiratos Árabes Unidos también le venden petróleo. Otros que incluso sufrieron ataques armados de Israel para matar palestinos, como Siria, Líbano e Irán (no es un país árabe pero afirma estar contra el Estado de Israel) no tomaron medidas de apoyo real al pueblo palestino, ni siquiera un bloqueo económico. La única muy importante excepción son los árabes hutíes de Yemen que mantienen bloqueado el Mar Rojo, por donde pasan gran parte de las mercaderías que van desde Asia a Israel o Europa, en apoyo al pueblo palestino. Y por eso los hutíes de Yemen sufrieron ataques aéreos de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel.
Todo esto muestra la enorme importancia de la solidaridad popular mundial que es lo que realmente ha golpeado a Israel. Si bien no logró suspender el envío de armas, excepto el caso de Gran Bretaña, está provocando crisis en los países imperialistas, en Estados Unidos y Europa. Por eso el reclamo de Estados Unidos y del Consejo de Seguridad de la ONU de un “cese del fuego” y negociación para terminar con la guerra. Algo a lo que el gobierno de Netanyahu se niega, pero que también le provocó una crisis interna a Israel con paro general y manifestaciones masivas exigiendo un cese del fuego para liberar a 97 “rehenes” israelíes en Gaza.
Esta solidaridad mundial con el pueblo palestino tuvo una enorme magnitud, sólo comparable con las movilizaciones de hace medio siglo contra la invasión yanqui a Vietnam. En mayo los estudiantes ocuparon la mayoría de las universidades de Estados Unidos en solidaridad con Palestina; fueron arrestados miles de estudiantes. También en toda Europa hubo grandes manifestaciones estudiantiles.
Aunque las manifestaciones disminuyeron en el verano europeo y norteamericano, ahora están volviendo, y con fuerza. En el Estado Español la central obrera CGT con fuerza en Cataluña está convocando a un paro general para el 27 de septiembre.
Desde la UIT-CI llamamos a redoblar esta movilización mundial. Hoy la causa palestina es la causa de los trabajadores y pueblos oprimidos del mundo. Si el imperialismo no es enfrentado en su actual genocidio en Gaza, mañana podría invadir y masacrar en cualquier país que no se someta a su explotación multinacional.
Reclamamos a los gobiernos del mundo que rompan relaciones diplomáticas, políticas, económicas, militares y culturales con Israel ¡Basta de enviar armas! ¡Basta de financiar el genocidio! ¡Basta de muertos por hambre y enfermedades! ¡Apertura ya de las fronteras para el ingreso de la ayuda humanitaria! ¡Fuera Israel de Gaza, Cisjordania y toda Palestina! ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista! ¡Viva Palestina libre del río al mar!
18 de septiembre de 2024
Miguel Lamas
Miembro de la dirección de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
Este verano hemos iniciado una campaña de recaudación de fondos para la Unión
Independiente de Comités Obreros Palestinos, que está distribuyendo,
a pesar de todas las dificultades, alimentos y agua potable entre la población
de Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza.
Desde Lucha Internacionalista, sección de la UIT-CI del Estado español,
impulsamos y participamos en el envío de esa ayuda. Esta ayuda consiste
en contribuir en la distribución de agua potable, en camiones medianos,
como se puede ver en la foto superior que
adjuntamos (y también en las imágenes en video -ver
https://uit-ci.org/index.php/2024/09/04/segundo-envio-de-ayuda-a-gaza/).
Otra parte se transforma en alimentos y otra se ha destinado a actividades
para la infancia.
Es una ayuda vital ante el genocidio en manos de Israel, que utiliza
el hambre como arma de guerra.
Las imágenes que os adjuntamos son emocionantes y muestran la fuerza
de la resistencia popular palestina, muestran que, en medio de los
bombardeos criminales del sionismo, de su destrucción,
la vida continua en Gaza.
El pueblo palestino se organiza para sobrevivir y seguir luchando.
El odio a la colonización, al opresor sionista,
es lo que ha fortalecido siempre la moral del pueblo palestino.
Hasta el momento se han hecho tres envíos de fondos. El último
a principios de septiembre. El 7 de septiembre se ha hecho la
tercera distribución de agua potable en el campo de refugiados
de Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza, en el marco
de la campaña Gaza Solidaridad impulsada por la Unión
Independiente de Comités Obreros de Gaza. Continuamos
impulsando la solidaridad política y material para resistir
al genocidio. Solo el pueblo salva el pueblo. Seguimos
recogiendo aportaciones para próximos envíos.
La campaña está impulsada por la Unión Independiente de Comités
Obreros de Gaza, Sumud, IAC y Lucha Internacionalista.
Otras organizaciones han hecho donaciones.
Se puede participar en esta campaña de varias maneras:
Haciendo una aportación al siguiente número de cuenta:
Ayuda Obrera Internacional : ES83 2100 0614 3402 0043 0991
Contactando también con la campaña:
https://gaza-solidaridad.org/castellano.html
Difundiendo e informando de la campaña en
vuestros medios sociales, en vuestra redes y en vuestras organizaciones.
Lucha Internacionalista
Violencia dictatorial y violencia contra mujeres
X victoria aldunate morales, lesbiana feminista antirracista
Hay partes de mi historia que tengo borradas y temo -a veces- recordar algunos pasajes que intuyo cruentos. Pero no es negacionismo, es el impacto del daño dictatorial en la historia personal. Hubo etapas de borramiento involuntario en que pensé que “no me había pasado nada tan terrible comparándome con otras…”.
Los procesos terapéuticos a los que pude acceder permitieron fortalecerme lo suficiente para comprender que pasara lo que pasara, acá estoy, entera y siendo lo más cercana a la que quiero ser.
Los aprendizajes autónomos me orientaron para entender que el objetivo del poder, al borrarnos la memoria, es negarnos la conciencia. Esta estrategia es violencia renovada y constante que no terminará mientras sea la impronta de los gobiernos, los partidos políticos y el estado.
La operación política negacionista en Chile, lleva más de 33 años pues la transa traidora comenzó antes del año 90, cuando negociaron con la burguesía golpista, aliada del imperialismo, al pueblo en lucha.
Igualmente, en el proceso personal (que es político), espero aún más de mí: que cuando recuerde, sienta que nada de aquello es “mi culpa”, ni siquiera mi responsabilidad total. Yo elegí la contrainsurgencia, pero ello no justifica la violencia cobarde que ejercen las elites que gobiernan a esta neoliberal república (tan vanidosa de serlo).
Otro “crimen” por el que me castigaron estos carceleros del estado dictatorial, fue ser esta que soy, con esta condición sexual nombrada “mujer” (en ese tiempo adolescente). Esta condición tiene adherida –y no porque quiera ni me enorgullezca el sufrimiento- una historia de violencia heterosexual obligatoria que nos asalta en cada acto de rebeldía que pudiésemos llevar a cabo. Los machos patriarcas violan, abusan, burlan estos cuerpos, llegando a asesinar a muchas. También nos categorizan en cierto tipo de acciones que de no ser cumplidas unas, o de ser desafiadas, otras, supondrán castigos específicos.
La violencia contra mujeres se perpetra agrediéndonos “por ser y hacer lo que no deberíamos hacer”; y así mismo, “por no hacer ni ser, las que deberíamos ser”. No es un trabalenguas, es ideología impresa para objetivos claros y materiales: Apropiarse del trabajo, los cuerpos, los productos, las energías y las vidas de mujeres, porque ello da ganancias para la sostenibilidad capitalista. Y lo más miserable es que haya un cierto feminismo que se coinvirtió -en esta fase- “en la criada del capitalismo”, parafraseando a la Fraiser.
La violencia contra las mujeres no es un símbolo caprichoso, sino una estrategia política patriarcal grabada en los cuerpos de un tipo de humanos: nosotras.
Tampoco es fragmentos sin correlato con el poder y con cómo éste se ejerce. (El machismo es solo un síntoma). La Violencia contra mujeres y niñas no opera de manera idéntica en todos los cuerpos, en todos territorios, en todas las clases sociales, en todas las familias ni en todas las comunidades, sin embargo, es un flagelo que suele estructurarlas. Sostiene a las sociedades aplastando a mujeres y niñas. Atraviesa órdenes y tiempos históricos, saberes y prácticas.
ALGUNA CIFRA, POR SI SIRVE
“En 2020, por cada 10 víctimas de trata de seres humanos detectada en el mundo, cuatro eran mujeres adultas y dos o más, niñas. El 91 por ciento de las víctimas de trata con fines de explotación sexual, son mujeres. La fuente de este hallazgo es el documento “hechos y cifras: Poner fin a la violencia contra las mujeres”, de la ONU. Sería bueno tener estudios que no fuesen de ONU Mujeres1, pero es claro que ha decrecido el interés oenegista, institucional y académico por investigar lo que desde -al menos- los años 80, las feministas y otras, visibilizaron como Violencia contra las Mujeres y las Niñas.
Sobre las víctimas de la Dictadura cívico-militar en chile, muchos estudios hablan de “género” y hay estimaciones que traducen que 200 mujeres y niñas habrían sido asesinadas y que muchas de ellas siguen desaparecidas.
En postdictadura CODEPU-Sintras 1996, revelaban al menos 140 casos de tortura y 96 muertes2 de militantes lautaristas, frentistas y miristas en procedimientos policiales, pero sin desagregar mujeres. Lo que está claro por los relatos de insurgentes presas políticas de “la democracia” chilena como Flora Pavez y Marcela Rodríguez (lautaristas), es que ser mujeres tuvo consecuencias diferenciadas en tortura y prisión. Más allá de eso, aunque nadie las quisiera contabilizar de otra manera que no fuese como “la mujer de la patria”, nuestras madres, abuelas, familiares y vecinas, mayores, jóvenes y niñas, fueron parte fundamental del movimiento de base que llevó a la Unidad Popular al gobierno, y estuvieron en las fuerzas populares que desde 1970 rescató más de 300 empresas, llevó a cabo tomas de fundos, tomas de terrenos y creó cordones industriales. Todas esas fueron recuperaciones arrebatadas al mismo capital que nos engulle. El castigo a esas mujeres y niñas por ser revolucionarias, fue la violación, abortos por torturas, robo de hijos y e hijas nacidas, secuestros, ejecución y desaparición. Lo propio hicieron en postdictadura los gobiernos del arcoíris, y hoy los renovados encarcelan a mujeres anarquistas, antiespecistas, pobladoras y mapuche.
Un análisis de las causas judiciales que hay sobre mujeres víctimas de trata en el mundo, es que son sometidas a violencia física o extrema por los traficantes, en una proporción tres veces superior a la de los hombres3. Sobre nosotras en Dictadura, las sobrevivientes sabemos que ser mujer fue un agravante para todos los manejos horrorosos de los torturadores…
En los 80 luchar contra la Dictadura chilena fue proseguir con el camino político de destruir al Capital. En la actualidad, resistirse a gobernantes del continuismo como los actuales que llevan a cabo cruzadas racistas, antipobladoras, antipobres, antimapuche, es confrontar al capitalismo neoliberal, o sea, a las Redes de Comercio Trasnacional que desplazan, saquean y matan a defensoras, a otras mujeres, a niñas, a niños y a pueblos.
________
NOTAS:
2 Tortura en Chile ayer y hoy: el problema de la prevención Carlos Madariaga 1 Ponencia presentada en el seminario internacional Trauma Psicosocial, Impunidad y Democracia: Los Desaftos del Presente, realizado por CINTRAS el 29 de mayo de 1996, en la Universidad ARCIS, Santiago de Chile. http://www.cintras.org/textos/reflexion/r25/ttchilehoy.pdf
Después de las elecciones presidenciales en Venezuela
El domingo 28 de julio, al finalizar la jornada electoral, el CNE (Comisión Nacional Electoral) declaró oficialmente al Presidente Maduro ganador por más del 50% de los votos emitidos. Pero esta proclamación fue inmediatamente impugnada debido a numerosas irregularidades, en particular el hecho de que sólo el 80% de los votos habían sido registrados según el propio CNE que evocaba una piratería informática; las actas de las votaciones no fueron publicadas (todavía no se han publicado a día de hoy), etc. En ausencia de estos recuentos, los observadores del “Centro Carter”, que debían controlar la regularidad de la votación, abandonaron el país tras declarar que las elecciones no podían ser declaradas democráticas.
La oposición de derecha y de extrema derecha, por su parte, afirmó que su candidato había ganado las elecciones con más del 70% de los votos (¡!). Diferentes países latinoamericanos han denunciado fraude electoral: Argentina, Perú, Chile, etc., en total casi 60 países impugnaron los resultados, el presidente brasileño Lula y su homólogo estadounidense Biden publicaron una declaración conjunta – más bien excepcional – para exigir la publicación de los datos completos de los colegios electorales, etc. Por otra parte, Rusia y China, así como Nicaragua y Bolivia, han reconocido el resultado electoral.
El día después del anuncio de los resultados oficiales, las manifestaciones de protesta y los cacerolazos estallaron espontáneamente en las zonas proletarias de la metrópoli de Caracas; en diversos barrios de Petare, como La Dolorita, San Blas y otras zonas tradicionalmente chavistas; los manifestantes luego convergieron hacia el centro de la capital donde tuvieron lugar protestas y enfrentamientos con la policía. También se produjeron manifestaciones en otras ciudades del país como en el estado Táchira. Al día siguiente la oposición de derecha convocó a manifestaciones contra la proclamación de la victoria de Maduro. La represión fue brutal: centenares de detenciones, una veintena de muertos, mientras el gobierno denunció un intento de “golpe fascista” y tomó medidas contra la oposición...
Las organizaciones de izquierda y “extrema” izquierda han demostrado una vez más su cretinismo democrático. “La otra campaña”, una agrupación de “chavistas de izquierda”, trotskistas y reformistas de todo tipo publicaron el 29/7 un comunicado de prensa quejándose de las amenazas contra “la imparcialidad de las instituciones”, lo que socavaría el “derecho que tenemos como pueblo a autodeterminarnos, a decidir nuestro futuro colectivo, en democracia” y pidiendo a las fuerzas del orden que “actúen en estricto apego a los estándares de derechos humanos ” y a los líderes políticos de “ejercer sus derechos con responsabilidad y sin recurrir a la violencia”. El comunicado de prensa termina diciendo: “¡Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden !” (1). En otras palabras, ¡lo que importa es que se respeten las formas y los métodos democráticos de dominación burguesa! Se trata de un verdadero grito que viene de lo más profundo de un pequeño-burgués anti proletario. Para los proletarios lo que importa es que la burguesía de derecha o de izquierda deje de gobernar y no de que respete los “derechos” de los explotados...
“Marea Socialista”, que forma parte de un grupo que convocó al voto nulo, proclama en su declaración del 30/7 que “el pueblo tiene el derecho constitucional a saber cómo fueron tratados sus votos y de hacerlos respetar” (2). No nos interesa el derecho constitucional del pueblo a hacer cumplir la farsa electoral: lo que nos interesa es que el proletariado se dé cuenta de que las elecciones, con o sin fraude, son un engaño y las Constituciones no son sino trozos de papel destinados a legitimar el poder de la clase dominante que son respetados sólo en la medida en que conviene a los burgueses: la defensa de los intereses de clase proletarios nunca se obtendrá mediante elecciones y dentro de un marco constitucional, sino fuera y contra el orden burgués, su Estado y su sistema político, sea o no democrático.
Las manifestaciones en los barrios proletarios se explican esencialmente por la dramática situación de la masas proletarias después de años de ataques antiobreros. El gobierno lleva años actuando en favor de los intereses patronales, poniendo en entredicho una serie de medidas de protección social concedida en tiempos de crecimiento económico. Abolió los convenios colectivos nacionales, redujo fuertemente el derecho de huelga, autorizó a los patrones a modificar unilateralmente las condiciones de trabajo y a despedir a los trabajadores según su voluntad. La inflación rampante ha reducido los beneficios sociales y los salarios a un nivel de miseria. Según el FMI, la tasa de desempleo habría aumentado del 6,7% en 2014 al 56% en 2024.
Esto ha provocado la emigración de millones de personas en busca de sustento fuera del país, mientras que las medidas represivas contra los trabajadores culpables de querer luchar en defensa de sus intereses ha sido un factor adicional a la parálisis de la clase obrera. En esta situación aparentemente sin salida, es comprensible que algunos proletarios creyeran que la llegada al gobierno de una oposición de derecha podría ser un mal menor al poner fin al gobierno Maduro y sus políticas antiobreras. Pero es sólo un espejismo: la oposición de derecha que representa a los sectores burgueses tradicionales más reaccionarios, es tan anti proletaria como Maduro y sus amigos: su modelo es el presidente argentino Milei y sus políticas ultraliberales, ella no haría otra cosa que continuar la política actual empeorándola aún más.
Para resistir primero, antes de tener la fuerza para poner fin a este sistema que vive de la miseria, la injusticia y la explotación, los proletarios y las masas pobres tendrán que tomar el camino de la lucha de clase contra los capitalistas, sus políticos y sus lacayos de toda especie.
No será fácil, pero no queda otra solución: ¡los proletarios no tienen nada que perder más que sus cadenas, tienen un mundo que ganar!
(1)https://surgentes.org.ve/2024/07/29/la-otra-campana-demanda-transparencia-como-garantia-de-los- derechos-politicos/ Esta consigna es también la del PCV.
(2)https://lis-isl.org/2024/07/30/venezuela-ante-los-muy-dudosos-resultados-electorales-y-la- movilizacion-popular-por-el-respeto-de-los-votos-reales/
27 de agosto de 2024
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
www.pcint.org