El presente material fue tomado en una manifestación en las Islas de la UNAM para denunciar la situación que se vive en el poblado de San Miguel Cajonos, Oaxaca, y la exigencia para la presentación con vida de Federico Cruz y Álvaro Reyes. Dicha actividad fue parte de una caravana
más amplia que recorrió varias partes de la ciudad de Mexico. Para más información ponte en contacto –federicoyalvarodesaparecidos@ gmail.com–
Para entender a grandes rasgos este caso concreto dejamos estas lineas que dan una aproximación al conflicto:
Las condiciones actuales que padecemos son consecuencia de la dinámica social capitalista, que sin desenfreno, devora todo lo vivo para convertirlo en mercancía, para generar ganancias sin límite. La
depredación de los ecosistemas que llevan a cabo empresas para extraer materia prima para la generación de objetos destinados al mercado de consumo dentro de una sociedad alienada, tiene como consecuencia, no sólo la ruina misma de los bosques, lagos, ríos y la fauna endémica, si
no que, directamente el proceso de destrucción de regiones enteras significa la aniquilación de personas que han vivido generaciones y que encuentran su raíz en dichos lugares. Pero como dentro del capitalismo todo es visto como un recurso, este se debe aprovechar y todo lo que lo impida debe ser eliminado.
Diversas formas emplea el poder encarnado en agentes como sus brazos operadores para llevar a cabo las labores de despojo, desaparición y muerte.
Ese es el caso que padecen cientos de miles de seres humanos que son desplazados de sus lugares de origen en todo el mundo. En México en el Estado de Oaxaca no es la excepción, ya que dicha región es “rica” en “recursos” naturales, concretamente en la Sierra Norte un poblado San Miguel Cajonos, es el vivo y cruel retrato de está dinámica en donde el Capital asecha para poder apoderarse y exprimir la madera de los bosque que se ubican en estas tierras.
Para llevar a cabo tal cometido las empresas han intentado convencer a los pobladores de que vendan sus tierras, y como esto no está dentro de la perspectiva que tienen sus habitantes, se han tenido que emplear otros métodos para el desplazamiento de lo que estorba o impide el desarrollo dichos planes.
Es así como el día 27 de diciembre de 2017 un grupo de golpeadores atacaron primero y desaparecieron enseguida a un par de personas de San Miguel Cajonos, y no es casualidad que las personas desaparecidas formaban parte del Comisariado Comunal y que sus cargos eran de
vigilancia y seguridad de los bosques. A casi un año de los acontecimientos en San Miguel las cosas están muy tensas y no se sabe nada de las personas que se llevaron como señal obvia de intimidación y quizá como el principio de una ola de terror más amplia.
Y es lamentable de igual manera que estos conflictos pasen sin percepción alguna ante una muy larga lista de casos donde la miseria, la desaparición y la muerte son tomados tan normales como los finales trágicos de una película cualquiera, en donde el espectador no encuentra conexión alguna con la realidad. Así de manera casi aislada los familiares directos de los desaparecidos y la comunidad entera de San Miguel intentan visibilizar su situación dentro de la barbarie cotidiana y la inagotable lista de casos similares que se denuncian por doquier.
¡Presentación con vida de Federico y Álvaro!
¡La tierra no es un recurso, es la vida misma!
¡Ni guerra entre pueblos ni paz entre clases!
¡Antes de que el capitalismo destruya todo, destruyámoslo primero!
más amplia que recorrió varias partes de la ciudad de Mexico. Para más información ponte en contacto –federicoyalvarodesaparecidos@
Para entender a grandes rasgos este caso concreto dejamos estas lineas que dan una aproximación al conflicto:
Las condiciones actuales que padecemos son consecuencia de la dinámica social capitalista, que sin desenfreno, devora todo lo vivo para convertirlo en mercancía, para generar ganancias sin límite. La
depredación de los ecosistemas que llevan a cabo empresas para extraer materia prima para la generación de objetos destinados al mercado de consumo dentro de una sociedad alienada, tiene como consecuencia, no sólo la ruina misma de los bosques, lagos, ríos y la fauna endémica, si
no que, directamente el proceso de destrucción de regiones enteras significa la aniquilación de personas que han vivido generaciones y que encuentran su raíz en dichos lugares. Pero como dentro del capitalismo todo es visto como un recurso, este se debe aprovechar y todo lo que lo impida debe ser eliminado.
Diversas formas emplea el poder encarnado en agentes como sus brazos operadores para llevar a cabo las labores de despojo, desaparición y muerte.
Ese es el caso que padecen cientos de miles de seres humanos que son desplazados de sus lugares de origen en todo el mundo. En México en el Estado de Oaxaca no es la excepción, ya que dicha región es “rica” en “recursos” naturales, concretamente en la Sierra Norte un poblado San Miguel Cajonos, es el vivo y cruel retrato de está dinámica en donde el Capital asecha para poder apoderarse y exprimir la madera de los bosque que se ubican en estas tierras.
Para llevar a cabo tal cometido las empresas han intentado convencer a los pobladores de que vendan sus tierras, y como esto no está dentro de la perspectiva que tienen sus habitantes, se han tenido que emplear otros métodos para el desplazamiento de lo que estorba o impide el desarrollo dichos planes.
Es así como el día 27 de diciembre de 2017 un grupo de golpeadores atacaron primero y desaparecieron enseguida a un par de personas de San Miguel Cajonos, y no es casualidad que las personas desaparecidas formaban parte del Comisariado Comunal y que sus cargos eran de
vigilancia y seguridad de los bosques. A casi un año de los acontecimientos en San Miguel las cosas están muy tensas y no se sabe nada de las personas que se llevaron como señal obvia de intimidación y quizá como el principio de una ola de terror más amplia.
Y es lamentable de igual manera que estos conflictos pasen sin percepción alguna ante una muy larga lista de casos donde la miseria, la desaparición y la muerte son tomados tan normales como los finales trágicos de una película cualquiera, en donde el espectador no encuentra conexión alguna con la realidad. Así de manera casi aislada los familiares directos de los desaparecidos y la comunidad entera de San Miguel intentan visibilizar su situación dentro de la barbarie cotidiana y la inagotable lista de casos similares que se denuncian por doquier.
¡Presentación con vida de Federico y Álvaro!
¡La tierra no es un recurso, es la vida misma!
¡Ni guerra entre pueblos ni paz entre clases!
¡Antes de que el capitalismo destruya todo, destruyámoslo primero!