EL ASESINATO DE KHASHOGGI
Y LOS CRÍMENES DEL
IMPERIALISMO
El caso Khashoggi, el periodista
saudí, que antes de ser asesinado fue torturado salvajemente por un
comando venido expresamente [de Ryad] al consulado de Arabia Saudí
en Turquía, ha sido durante varias semanas el motivo principal en
todos los titulares de la prensa mundial. Los periodistas y
comentaristas abundaron sobre el salvajismo saudí (con artículos y
opiniones a veces cargados de sobreentendidos racistas). Si hubo
salvajismo, lo hubo.
Pero este salvajismo pertenece a
la clase dominante de ese país, tanto que no pudo seguir ocultando
la verdadera cara del príncipe Mohammed Ben Salman (llamado MBS),
que hasta el mes pasado era presentado por los medias occidentales
como un demócrata esclarecido luego de adoptar algunas medidas, como
la apertura de salas de cine (para que la juventud dorada pueda ver
las películas pasadas por el tamiz de la censura), y la licencia de
conducir para las mujeres (destinada a las burguesas).
Sin embargo, desde el acceso de
MBS a las riendas del poder, la desaparición o decapitación de sus
opositores sigue siendo la regla, lo mismo que la detención de
demócratas burgueses, hombres o mujeres.
Ahora, esta atrocidad ha sido
apoyada y mantenida por los imperialistas [de allí el sentimiento
criminal de impunidad que ostentan los príncipes saudíes]. Donald
Trump se vio obligado a condenar el asesinato de Khashoggi: este
último que, antes de oponerse a MBS guardaba fidelidad a la corte
saudí (1), era cronista del Washington
Post, el
cotidiano más influyente de la capital norteamericana, además de
mantener contactos regulares con los responsables encargados de los
asuntos de Medio Oriente.
Sin embargo Trump no vaciló en
declarar públicamente que lo más importante en esta historia eran
los 100 mil millones de dólares en contratos de armamento que
esperaba firmar con Ryad. ¡Tantos dólares valen muy bien el
descuartizamiento de un importuno!
Antes de echar marcha atrás,
había juzgado «creíbles» las increíbles explicaciones de las
autoridades saudíes quienes terminan por admitir la muerte de
Khashoggi, debido a una reyerta que terminó mal.
La reacción de Francia fue peor
todavía: antes que los británicos y otros condenaran el crimen, no
pronunció la menor crítica ni siquiera el menor comentario, pero
quien calla, otorga.
Aquí también la venta de armas
es primordial; aunque en relación a Estados Unidos (61% de las
compras de armas saudíes) y a Gran Bretaña (23%), las ventas
francesas directas no son sustanciales; pero si se cuentan los
financiamientos saudíes a Francia para Egipto y el Líbano, las
mismas se calculan en miles de millones. De más está decir que
Macron deberá viajar a Arabia Saudí a fin de año para concluir
nuevos contratos. ¡Ni hablar pues de poner en peligro los beneficios
de los industriales franceses del armamento! Ni pensar en aceptar la
proposición, por demás hipócrita, de Alemania que pide a todos los
países europeos congelar nuevos contratos de armamento con Ryad
(¡Merkel afirmó que no se trataba de retirar los contratos que ya
han sido firmados!). En cuanto al gobierno español del socialista
Sánchez, éste ha confirmado hace poco la venta de bombas a Arabia
Saudí, mientras que el primer ministro canadiense acaba de declarar
que sería muy «dificil» poner fin al contrato de venta de
blindados a éste país...
En abril de este año, el portavoz
del gobierno francés defendía sus ventas a Arabia Saudí: «Hay
un claro interés por la industria francesa
(…) Es un
elemento importante de nuestra diplomacia para restaurar la
influencia de Francia en ciertas zonas del mundo. Nuestra industria
necesita también entrar en esos mercados»
(2). Esto es lo que antaño se llamaba la diplomacia de las
cañoneras...
Esta diplomacia se ejerció de
manera brillante en el apoyo a la guerra sucia de Arabia Saudí y sus
aliados en Yemen – guerra dificil que dure sin el apoyo americano,
inglés y francés. Por otra parte, bajo el gobierno de Hollande,
Francia fue el primer país en sostener al gobierno saudí, mientras
que los Estados Unidos se lo pensaban... El imperialismo francés no
ha titubeado en intervenir directamente en este conflicto mediante
vuelos de reconocimiento o incluso reemplazando a la flota saudí en
el bloqueo del país, mientras que esta se desmovilizaba con el fin
de realizar tareas de mantenimiento (3)!
El imperialismo americano, pero
también francés y británico, son pues directamente cómplices de
los ataques contra los civiles yemenitas, contra los hospitales y las
infraestructuras básicas, de los bombardeos de autobuses escolares,
todo reivindicado cínicamente por el ejército saudí, además de la
hambruna que causa estragos por culpa del bloqueo; según las cifras
de la ONU, 8 millones de personas están infectadas de cólera, etc.
Las ONG más ponderadas (Amnesty International, HRW, etc) habían
pedido respetuosamente a Macron de hacer presión sobre MBS para que
el ejército saudí deje de bombardear a los civiles y permita hacer
llegar la ayuda humanitaria. ¡Esto sería risible, si la situación
no fuera tan trágica!
Desde siempre la monarquía saudí
ha sido un vasallo del imperialismo, primero británico, el cual
había instalado a la familia Saud a la cabeza de ese país (¡dando
incluso su nombre!), y después norteamericano. El desarrollo
capitalista no ha modificado de manera fundamental esta situación,
aun cuando su inmensa riqueza petrolera le ha dado un margen de
maniobra innegable. El imperialismo es por lo tanto culpable de los
crímenes que comete la clase dominante saudí. Nadie puede dudar que
MBS mandó a matar a Khashoggi. Pero los patrocinadores de la muerte
de los yemenitas y de la opresión del pueblo saudí se encuentran en
Washington, París y Londres – y seguirán allí, no importa si MBS
es eliminado finalmente.
Son ellos los más peligrosos, es
a ellos que hay que denunciar, más aún si se disfrazan con
declaraciones hipócritas, es a ellos que hay que combatir!
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
24/10/2018
______________
(1) Yamal Khashoggi fue el hombre
de confianza del príncipe Turki Al-Faisal, embajador de Arabia Saudí
en Washington durante varios años – puesto clave para las
relaciones entre ambos paises – y antes fue jefe de los servicios
secretos del Reino. Pero éste caerá en desgracia a la llegada al
poder de MBS.
(2) Cfr.
https://bfmbusiness.bfmtv.com/entreprise/les-ventes-d-armes-ont-un-interet-clair-pour-la-france-assure-griveaux-1415420.html
(3) Cfr:
«L’impérialisme français sème la mort au Yémen», Le
Prolétaire n°527