Francia
¡Basta ya de manifestaciones procesionales!
¡Sólo la lucha de clases proletaria puede salir victoriosa!
La Intersindical convocó una nueva jornada de acción contra la reforma de las pensiones;
según el nuevo dirigente de la CGT, S. Binet, "la lucha no está perdida" (Le JDD, 4/6).
En realidad, la lucha se perdió en cuanto se confió su destino a quienes no quieren luchar.
Desde el principio, la Intersindical, que concibió la movilización únicamente como un medio
de presión para abrir el diálogo con el gobierno y apoyar el carnaval parlamentario afirma
con orgullo que "intentó mantener una movilización pacífica, festiva y popular" (comunicado
de prensa de la Intersindical, 23/2/22) y no dio a la jornada del 6 otro objetivo que "permitir
a todos los asalariados hacerse oír por los parlamentarios" (!); anunció que iría "a reunirse
con los diputados de todas partes para invitarles a votar sobre [un] proyecto de ley"
(comunicado de prensa, ibid.), cuyo autor admitió que aunque se aprobara no conduciría
a nada... El cretinismo parlamentario (como decía Marx) ¡a la enésima potencia!
Binet se queja: si se elude este proyecto de ley, "los ciudadanos pueden preguntarse:
¿serían entonces inútiles nuestros diputados?". (El JDD, ibid.). De hecho, los diputados,
el parlamento y todo el sistema democrático no sirven para nada a los proletarios y a sus
reivindicaciones; al contrario, sirven para desviarles de la única vía para obtener satisfacción:
la lucha abierta, mediante huelgas que ataquen los beneficios capitalistas y el buen
funcionamiento del Estado. ¡Una lucha real no es una feria alegre y festiva! Ayudando a
difundir la creencia en la virtud de la acción parlamentaria de la manera más absurda,
gritando sobre la "crisis democrática" (después del 29.3); ocultando así el hecho de que
la democracia burguesa tiene una función esencialmente antiproletaria, la Intersindical
demuestra una vez más su oposición a una defensa real de los intereses proletarios.
La democracia se basa en la mentira de que todos los ciudadanos son iguales y que todos pueden
expresar y realizar por igual sus aspiraciones a través de las instituciones democráticas. Pero
la realidad es bien distinta: hay poderosos capitalistas que conforman la opinión pública y
una masa impotente; los ciudadanos están divididos en clases sociales con intereses
contrapuestos y la clase capitalista propietaria de toda la riqueza ha conformado las
instituciones, desde el parlamento hasta el Estado, para defender sus intereses y su dominio
sobre la sociedad. En este marco, la institución burguesa decisiva, la que concentra todo el poder
de la clase dominante, es la del Estado, teniendo el parlamento sólo un papel accesorio: el circo
parlamentario sirve sobre todo para engañar a la población.
LA LUCHA DE CLASES PROLETARIA ES LA CLAVE DE LA VICTORIA Recurrir a las instituciones burguesas es por tanto un callejón sin salida peligroso para
los proletarios, una verdadera pista falsa. La única manera de resistir a los ataques burgueses,
de obtener resultados, es la lucha abierta y decidida, como acaban de demostrar los
trabajadores de Vert Baudet (Nord) tras más de 2 meses de huelga y de resistencia a
las intimidaciones y ataques policiales.
Muy diferente al camino indicado por la Intersindical: inflexibles en cuanto a la colaboración de
clases y el diálogo social, los dirigentes sindicales se apresuraron a reunirse con el presidente del
Consejo y se preparan, no para la lucha, sino para "propuestas comunes" a negociar para que
"se tengan en cuenta las preocupaciones de los asalariados". Si los proletarios no quieren que se atiendan educadamente sus preocupaciones, sino que
se consigan sus reivindicaciones fundamentales, sobre las pensiones y los salarios, sólo
pueden hacerlo mediante una lucha real, no a través de las instituciones democráticas o
de manifestaciones-procesiones repetidas. Y esta lucha debe llevarse a cabo sobre una
base de clase, independientemente de los partidarios del interclasismo, con métodos y
medios clasistas, uniendo a todos los proletarios, jóvenes y viejos, franceses e inmigrantes,
hombres y mujeres, activos y jubilados, empleados y desempleados, contra la patronal
y el Estado burgués. Esta es la clave de la victoria en las próximas luchas que nos esperan
con las "reformas" y leyes antiobreras prometidas por el gobierno, mientras la inflación
que sigue erosionando el nivel de vida impone la lucha por los salarios.
¡Por la lucha de clases contra todos los ataques burgueses! ¡Por la reanudación de la lucha revolucionaria contra el capitalismo en unión
con los proletarios de todos los países!
Partido Comunista Internacional (El Proletario)