La elección de Trump y la clase obrera americana
Mientras los sondeos de opinión anunciaban a Kamala Harris como la más probable ganadora por un margen muy ajustado, el expresidente Donald Trump era reelegido para un segundo mandato tras su derrota en 2020. Trump no solo obtuvo el mayor número de «grandes votantes» en los distintos estados, sino que también cosechó el mayor número de votos a nivel nacional, la primera vez para un presidente republicano desde George Bush en 2004: el 50,1% de los votos frente al 48,3% de Kamala Harris, mientras que en el momento de su victoria en 2016 solo había obtenido el 45% de los votos (frente al 48,2% de Hillary Clinton), pero al haber superado a Hillary Clinton en número de grandes votantes, ganó la presidencia. Aunque el porcentaje de abstención fue esta vez mayor que en las últimas elecciones presidenciales (36% frente al 34% de 2020, la tasa más baja en décadas, y el 40% de 2016), obtuvo más de 2.000.000 de votos más, mientras que la candidata demócrata perdió más de 8 millones. Los análisis del voto muestran que la abstención aumentó en zonas donde habían votado mayoritariamente demócratas en 2020; el porcentaje de votantes de Kamala Harris bajó tanto entre los blancos como entre los negros y los latinos, entre los hombres como entre las mujeres (en igual proporción); solo aumentó su resultado respecto al de Joe Biden entre los votantes mayores de 65 años y los de rentas más altas (más de 100.000 dólares anuales) (1).
Estos pocos datos demuestran que la derrota electoral de la candidata demócrata no se debe principalmente a prejuicios raciales o misóginos.
Ni los excesos verbales ni las fake news del candidato Trump y sus partidarios, ni los llamamientos a votar a Harris en nombre de la defensa de la democracia frente a un «fascista» condenado por los tribunales, ni los posicionamientos de estrellas del espectáculo, ni las declaraciones de destacados economistas sobre la salud de la economía estadounidense, han logrado generar una movilización de votantes comparable a la que llevó a Joe Biden a la victoria en 2020. Para millones de votantes de este último, especialmente entre las capas más desfavorecidas, lo que domina es la desilusión y el descontento: en estos cuatro años, la desigualdad ha aumentado; los más pobres, los proletarios, se han empobrecido aún más e incluso sectores de las clases medias se han visto golpeados por una inflación que no alcanzaba estos niveles desde hace casi cuarenta años: mientras que los capitalistas y los inversores en bolsa han visto aumentar sus ganancias, a veces de forma espectacular.
Las elecciones son siempre un espejo muy distorsionado del estado de ánimo de la población en general y del proletariado en particular; el sistema democrático se ha ido perfeccionando a lo largo de las décadas para intoxicar a los explotados, reducidos a la condición de votantes ávidos de propaganda. El circo electoral, ricamente dotado (se calcula que este año los distintos partidos han gastado casi 16.000 millones de dólares en propaganda electoral, todo un récord) (2), tiene como función primordial desviar las aspiraciones, frustraciones y descontentos del electorado hacia el terreno, inofensivo para el orden burgués, de la competición entre los distintos partidos y candidatos al servicio de los capitalistas (¡cuando estos candidatos no son a su vez multimillonarios como Trump, el candidato al que supuestamente se oponen las élites y la clase dominante!). Como dijo Lenin, citando a Marx: la «característica esencial de la democracia capitalista» es convencer a los oprimidos de que «decidan una vez cada pocos años qué miembro de la clase dominante debe oprimir, aplastar al pueblo en el Parlamento»
Este descontento de los proletarios, cuyas huellas pueden encontrarse en las vicisitudes electorales, se manifiesta en el terreno real de las relaciones de clase a través de una renovación de la combatividad obrera. La huelga de siete semanas de más de 30.000 trabajadores de Boeing, que rechazaron dos veces los acuerdos alcanzados entre la dirección y el sindicato IAM, es el ejemplo más reciente. Según las estadísticas oficiales, que sólo enumeran las huelgas de más de 1.000 trabajadores, más de 450.000 proletarios hicieron huelga en 2023 (últimos datos disponibles), una cifra que no se alcanzaba desde hace varios años (4).
La elección de Trump representa la ascensión a la presidencia de un adversario del proletariado; pero Biden-Harris y el Partido Demócrata han demostrado, si aún fuera necesario, que no son en absoluto, como les gusta presentarlos a los dirigentes sindicales ultra optimistas, «amigos de los trabajadores»; no han dudado en romper huelgas como la de los ferroviarios, en intervenir para frenar otras como en Boeing, o en deportar a más indocumentados que Trump. Aquellos que, a pesar de la política criminal en el extranjero (Israel...) y de la política anti obrera en el seno de los demócratas, piden a los proletarios que les apoyen en nombre del «mal menor» o de la «defensa de la democracia», son en realidad los adversarios más insidiosos del proletariado. Para defenderse de los capitalistas y de su Estado, los proletarios no pueden de hecho contar más que con su propia lucha de clase; deben rechazar no sólo las orientaciones nacionalistas, racistas y xenófobas difundidas principalmente (pero no únicamente) por las corrientes de derecha y de extrema derecha: deben también romper con todos los falsos «amigos» que los encadenan a la mortífera colaboración de clase con los capitalistas en la que sus intereses son sacrificados a los de la empresa o de la economía nacional.
El período que se avecina estará inevitablemente marcado por ataques redoblados contra los proletarios estadounidenses, no por la mala voluntad de Donald Trump, sino porque los problemas económicos de Estados Unidos y el empeoramiento de las tensiones inter imperialistas lo exigen. Al igual que sus camaradas de otros países, los proletarios estadounidenses tendrán que encontrar el camino de la lucha de clases independiente y la organización para hacerle frente; pero también tendrán que reconstituir su partido de clase internacionalista e internacional: una tarea que no es en absoluto fácil ni rápida, pero esencial para que las luchas que tiene por delante la clase obrera se dirijan hacia el derrocamiento revolucionario del capitalismo.
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
18/11/2024- www.pcint.org
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NOTAS:
(1) https://www.washingtonpost.com/politics/2024/11/12/what-numbers-actually-say-about-2024-election/
(2) https://www.opensecrets.org/2024-presidential-race
(3) Cfr. Lenin, El Estado y la revolución, capítulo 5 https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/estyrev/
(4) https://www.bls.gov/wsp/
[Asamblea] “Imagina esto: los gobernantes inician una guerra – ¡y nadie va a la guerra!”
- En el largo y caluroso verano, los soldados ucranianos y rusos batieron récords de deserciones
- “¡Juez Lynch, tiene la palabra!” El asesinato de Farion en medio de los procesos de descomposición en los ejércitos en guerra
- Internacionalismo: ¿guía para la acción o excusa para la inacción? Por el inicio de la Semana de Acción de Praga, del 20 al 26 de mayo
Traducción del inglés: A Las Barricadas
Lea los textos traducidos del ruso por Materiales
Fuente en inglés: https://libcom.org/article/long-hot-summer-ukrainian-and-russian-soldiers-broke-records-growth-desertions
Desde la mañana del 6 de agosto, cuando las tropas ucranianas rompieron la frontera y ocuparon algunos asentamientos fronterizos en la región rusa de Kursk, no han cesado los debates sobre el significado y las consecuencias de esta incursión desde el punto de vista político-militar. El final de las batallas por este territorio aún está lejos. Por el momento, lo único que está claro es que un ataque de este tipo con el telón de fondo del colapso de la defensa ucraniana en la región de Donetsk fue una completa sorpresa para muchos.
También se puede leer aquí: https://materialesxlaemancipacion.espivblogs.net/2024/11/13/asamblea-imagina-esto-los-gobernantes-inician-una-guerra-y-nadie-va-a-la-guerra/#more-3881
Lucha contra la carestía de la vida en Martinica: ¡hace falta una orientación de clase anticapitalista para vencer!
Desde el 1 de septiembre, Martinica es escenario de un fuerte movimiento contra la carestía de la vida; se han producido bloqueos del puerto, rotondas y supermercados, una jornada «Martinica isla muerta», durante la cual se han producido incendios en comercios y edificios oficiales (destrucción de la gendarmería de Carbet), saqueos y enfrentamientos con la policía, etc. Las autoridades respondieron decretando un toque de queda parcial del 18 al 26 de septiembre, y después, a partir del 10 de octubre, un toque de queda de 21.00 h a 5.00 h de la mañana siguiente en todo el territorio, y enviando desde la metrópoli la compañía CRS 8, especialmente creada por el ministro del Interior Darmanin para la represión de disturbios urbanos; hay que señalar que tras los disturbios del «diciembre negro» de 1959, en los que murieron 3 jóvenes a manos de la policía, las autoridades de Martinica aseguraron que no había más CRS en la isla. El toque de queda, cuyo levantamiento estaba previsto para el 21 de octubre, se prorrogó hasta el 28 debido, según la prefectura, a «los bloqueos urbanos y la violencia que se produjeron durante la noche» entre los días 20 y 21, precisamente para frenar la continuación del movimiento y los estridentes bloqueos a la llamada del «Reagrupamiento para la Protección de los Pueblos y Recursos Afrocaribeños», el RPPRAC.
Este último, en el origen de la movilización contra la carestía de la vida, se negó de hecho a firmar el acuerdo celebrado el 16 de octubre entre el prefecto, los cargos electos locales y los representantes de la patronal; el 19 de octubre, organizó una manifestación de protesta en Fort-de-France que reunió a más de 2.000 personas y que debía ser el inicio de una «segunda fase» del movimiento. Este famoso acuerdo, calificado de «histórico» por el presidente de la Colectividad Territorial de la isla, conduciría aparentemente a una bajada de los precios del 20% de media tras la supresión de diversos impuestos y la concesión de ayudas a las empresas importadoras y distribuidoras que se han «comprometido» a devolverlo a sus precios. El RPPRAC exigía que se vieran afectados todos los productos alimentarios, mientras que el acuerdo sólo afecta a unos pocos (6.000 de 33.000).
DESEMPLEO, BAJOS SALARIOS Y POBREZA
La población de Martinica se ha visto tanto más afectada por el repunte inflacionista cuanto que los precios son normalmente más altos que en la Francia continental: un estudio del Insee (23 de julio) estima que eran un 14% más altos en 2022. La diferencia media alcanza el 40% en el caso de los productos alimenticios, una diferencia mayor en realidad según las estimaciones de RPPRAC y otros: los precios de la pasta, la harina, la leche, la mantequilla y la fruta son de dos a cinco veces superiores. Por supuesto, son los proletarios y las masas marginadas quienes más sufren en esta isla, donde la tasa de paro rozaba el 12% a principios de año, frente al 7,5% en la Francia continental, y donde los salarios son muy bajos (de media, serían un 30% más bajos). Resultado: la tasa de pobreza es del 29%, frente al 14% de la Francia continental y la pobreza es más intensa (la renta media de los pobres de la isla es inferior a la de las demás regiones francesas, con excepción de l´ Île de France). No hay que buscar en otra parte las razones del enfado.
LECCIONES DE 2009: LOS FRUTOS AMARGOS DEL INTERCLASISMO
En 2009, las Antillas experimentaron un movimiento muy significativo en la lucha contra la carestía de la vida y los bajos salarios, caracterizado por manifestaciones de una amplitud sin precedentes y, sobre todo, por una huelga general que duró 40 días en Guadalupe y 37 días en Martinica. Quince años después del final eufórico de la lucha que, tuvo lugar mientras los líderes de la lucha gritaban victoria, prevalece la decepción: los precios han seguido subiendo y los salarios siguen siendo bajos, a pesar de los aumentos salariales obtenidos y las medidas concedidas, como las exenciones fiscales de las que sólo se beneficiaron los capitalistas locales, grandes o pequeños. Esto se debió a que el movimiento había sido dirigido por colectivos que reunían a diversas organizaciones sobre una base interclasista, cuyas plataformas mezclaban reivindicaciones proletarias y pequeñoburguesas (como la defensa de la economía local, los artesanos y los pequeños patronos). La consecuencia inevitable fue que, a pesar de la combatividad de los proletarios, la defensa de sus intereses de clase pasó a un segundo plano.
El RPPRAC, por su parte, no pretende romper con este tipo de orientación; su negativa a plantear otras reivindicaciones que no sean la reducción de los precios de los alimentos, su negativa a situarse en el terreno de la lucha por salarios más altos y mínimos sociales, de la lucha contra el capitalismo y no sólo para forzar la «gran distribución» es un rechazo de la lucha de clases; pero sólo la lucha de clase puede ser el medio para movilizar las fuerzas del proletariado sobre las que descansa toda la economía -incluida la gran distribución-, y extender la lucha a los proletarios de las otras islas de las Antillas (las condiciones de los proletarios de Guadalupe son peores que en Martinica) o incluso a los de toda Francia: más allá de las diferencias contingentes de situación, sufren la misma condición de explotación, tienen el mismo enemigo y la posibilidad de unirse en una lucha común. El hecho de haber obtenido el apoyo de algunos sindicatos - CGTM, CDMT, UNSA... - (mientras que la CFDT, UGTM y FO lo rechazan con el pretexto de una crítica - justificada - a la inacción sindical) e incluso de organizaciones religiosas, no cambia nada; según el carismático presidente del RPPRAC, «hacemos pueblo con los sindicatos y las entidades religiosas»; «hacer proletariado» con todos los trabajadores y explotados no está en el orden del día...
Frente al poder de los capitalistas locales, grandes o pequeños, respaldados por el poder del Estado francés, que se enriquecen mientras las masas se empobrecen, es vano convocar debates públicos como en 2009 o negociaciones directas con el ministro: es indispensable llevar la lucha exclusivamente sobre una base de clase, con métodos y medios clasistas, sin dejarse desviar por las jeremiadas pacifistas de los religiosos, los llamamientos pequeñoburgueses a la defensa de la economía local y la unión de todos los martiniqueses.
Contra la carestía de la vida, contra los bajos salarios, contra la explotación capitalista, ¡lucha de clases y unión de los proletarios de Martinica y de otros países!
26 de octubre de 2024
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
www.pcint.org
La crisis “feminista” de Boric
X victoria aldunate morales
En este atolladero gobiernista, todo indica que aquello de “amiga yo te creo” no es más que “contenido” de redes sociales acumulando likes y que el gobierno feminista puede lucirse como tal, solo mientras el señalado “violador” no sea un ministro suyo.
Por más que feministas en puestos clave les hayan entregado su discurso, el yo desbordado de sus líderes masculinos se vuelve, ahora, contra ellas.
Una funcionaria del gobierno de Boric denuncia que hace un mes atrás sufrió violación a manos del todopoderoso de la “seguridad”, Manuel Monsalve (ahora ex subsecretario del interior). El desasosiego es evidente y las comunicaciones hegemónicas tanto de oposición como oficialistas, se quejan de “un inadecuado manejo de crisis”.
Se ha leído y oído a contrarios y partidarios bajarle el perfil a la depredación sexual contra mujeres, decir “seducción” y “galanteo”; y a un senador de la Republica, José Miguel Insulza del Partido Socialista, llamar a todo esto: «chisme”.
Muchos muestran sorpresa ante el hecho de que un sujeto del poder pudiera ser un depredador.
Una de las estrategias que se van posicionando en el meta relato comunicacional, es la idea del “consentimiento sexual” reducido a un problema de voluntad individual, configurando una realidad de género horizontal, sin dialéctica ni dominación. Y otra, es la antigua estratagema de declarar a los hombres y acusados, víctimas de complots políticos, aludiendo al principio de inocencia que deja a las denunciantes, en calidad de “mentirosas”.
En un país misógino, devorado por la exigencia capitalista de éxito y ansioso de bienestar occidental, las olas feministas progresistas (hoy erigidas en el poder del estado) fueron convincentes mostrando al movimiento como pechos desnudos y un nicho aspiracional para individuas talentosas. A la larga, su feminismo es “empoderamiento” en el contexto de una ingeniería de la equidad, pero sin cambio estructural y negando a las mujeres como una clase oprimida.
Una «transparencia» turbia
La noticia de la imputación al ex hombre de confianza de Boric, estalló justo el 18 de octubre, a 5 años de la Revuelta Popular, la misma que en la Plaza Dignidad repudió a tomatazo limpio, al ahora presidente. La acusación que se le hace a su ex subsecretario habría sucedido justo en los días en que el presidente chileno se encontraba en la ONU abrazado con Zelenski, y cuestionando la tibieza de las derechas mundiales ante intentos de golpes de estado denunciados por dos potencias controladoras de las inversiones trasnacionales (Brasil y Estados Unidos). La ambigüedad que allí critica, se observa también en su propia actitud hacia esta denuncia de violencia sexual contra una subalterna, por parte de alguien de su gobierno.
¿No merece la misma atención de parte del gobierno feminista la violencia contra las mujeres, ni aunque utilice al feminismo y reciba tanto fondo internacional para sus “programas de género” y sus fundaciones?
Boric dice que no se enteró de nada. No supo que, aunque su hombre de confianza debía atender una conferencia de prensa sobre “el balance de la seguridad pública”, éste no se presentó a trabajar ese lunes 23 de septiembre (justo al otro día de los hechos que se le imputan). No cuestiona que su gobierno le haya concedido al acusado la regalía de tomarse el día para viajar a otra región del país “a explicarle a su familia lo sucedido” ni que –al parecer- aunque no se tratara de un acto oficial, le fuese concedido un transporte oficial.
Al pronunciarse sobre los hechos en un evento en Lampa (RM), acerca de lo que nombran “El Cuidado” (otro meta relato gobiernista proporcionado por el feminismo institucional), decidió responder –ilimitadamente- preguntas de la prensa, declarando entre otras cosas que “denuncia no significa culpabilidad”, que no “toma partido por una versión” y que “no juzga acciones privadas” de personas que “toman más de la cuenta”.
También dijo, que su ex subsecretario le habría confesado que hizo revisar las cámaras del hotel donde sucedieron los hechos, supuestamente “para saber cómo habían llegado allí” él y la denunciante, ya que no se acordaría “de nada”. O sea, el presidente desliza la que ahora es una “nueva teoría del caso”: Monsalve no habría estado consciente de lo acaecido esa noche. Ante la verborrea presidencial, su asesora intentó terminar la ronda de preguntas”, pero el presidente haciendo gala de una pueril soberbia, se negó a viva voz porque, según él, le interesaba que “la ciudadanía pueda volver a confiar en las instituciones”, también para subrayar que la renuncia de Monsalve fue “como debía ser” y que “al gobierno le importan las mujeres”…Y claramente le importan, sí, como una oportunidad política, ya que son justo las mujeres de sus coaliciones, quienes le protegen a él y a sus aliados, digan lo que digan y hagan lo que hagan.
La vocera Camila Vallejos, por ejemplo, se permitió presentar la incontinencia verbal de Boric como “transparencia y honestidad” y con la escasa expresividad que la caracteriza, se le observó conmovida, ya sea por miedo al desastre o simplemente por la costumbre femenina de justificar a los hombres.
De hecho, son pródigas las muestras simbólicas y concretas de este círculo de protección feminista a Boric y su gobierno. Cabe recordar que en los 50 años del Golpe cívico militar en Chile (2023) “voceras del feminismo institucional convocaron a una performance” para abrazar y acordonar La Moneda[1], buscando -al parecer- demostrar que ante la lucha derechista constante por la “alternancia”, ellas defienden al gobierno de Boric.
Dos años antes, en la campaña presidencial 2021, fueron feministas del Frente Amplio quienes se encargaron de colocar paños fríos a un comentario en redes sociales que decía que Boric “era un cerdo” que acosaba a una compañera del movimiento estudiantil[2]. Entre esas feministas habría estado la ahora ministra de la mujer, Antonia Orellana, la misma que habría defendido a Boric cuando su partido quiso expulsarlo por haber firmado con la Derecha el “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución del 15 de noviembre” de 2019. Justo aquel acuerdo que sacramentó el fin de la revuelta y al que otras feministas llamamos “acuerdo de pacificación e inacción”[3].
En el caso actual de Monsalve, la ministra Orellana, habiéndose enterado de la denuncia cuando volvía desde una conferencia sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en Ginebra, sonó cauta ante la prensa. Habló, en general, sobre las disposiciones del gobierno contra la violencia de género, y no respondió sobre la razón de que pasaran casi tres días desde la denuncia a la renuncia, ni para qué se le dio la oportunidad al ex subsecretario de reivindicarse “inocente” desde el mismo pódium de La Moneda.
En relación a la teoría tan mal hilada por Boric acerca de que Monsalve habría estado inconsciente (demasiado tomado), la noche del 22 de octubre, ahora está siendo desarrollada por Flavia Torrealba, una miembra del comité político, presidenta del partido Federación Regionalista Verde Social, quien cree que a los hombres “se los condena por ser hombres” y que coloca al denunciado Monsalve como otra “víctima” del caso. Esa teoría de complot contra el denunciado, augura un potencial vuelco en el caso. Torrealba comparó el caso Monsalve con el caso Catrillanca, el comunero mapuche, que de haber sido señalado como terrorista en 2018, se reveló tres años más tarde -en 2021- como una víctima más del Estado chileno. Realmente impresentable el ejemplo de la presidenta del FRVS.
En uno de los países más injustos del mundo, la verborrea ideológica alimenta al espectro político dominante que se aprovecha de las oportunidades que les entregó el feminismo de las olas.
[1] Nunca más la hipocresía del “Nunca Más”, Mafe, Radio Humedales, 4 de septiembre 2023, https://puntadaconhilo.cl/la-hipocresia-del-feminismo-institucional/
[2] La misma mujer que había escrito ese mensaje públicamente, luego relató que Boric fue a pedirle disculpas, y que no quería que Kast usara políticamente sus dichos. Los episodios de acoso sexual expuestos por la víctima databa de 2012 en el movimiento estudiantil. Su mensaje decía: “Es un cerdo que me acosaba cuando trabajé con él”, y en el mensaje «también sostuvo que dejaría de seguir a todos quienes le hicieran campaña a Boric, sobre todo si se declaraban feministas» («La acusación de acoso contra Boric que validaron dos candidatas a diputadas del FA y que desapareció de las redes», Daniela Bas y Florencia Donoso, El Libero,10 de noviembre 2021.
[3] No es acuerdo de Paz, es pacificación, mujeres lesbianas y lesbianas feministas autoconvocadas, autónomas y antirracistas, 18 noviembre 2019, https://puntadaconhilo.cl/no-es-acuerdo-de-paz-es-pacificacion/
…las herramientas del amo no desmantelarán nunca la casa del amo. Nos permitirán ganarle provisionalmente a su propio juego, pero jamás nos permitirán provocar un auténtico cambio. (Audré Lorde)
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Volante internacionalista contra la guerra entre Irán e Israel
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¡NI CON IRÁN (Y PALESTINA) NI CON ISRAEL (Y EE.UU.)!
¡POR LA DERROTA DE AMBOS ESTADOS CAPITALISTAS EN GUERRA!
¡POR LA SOLIDARIDAD CLASISTA Y COMBATIVA ENTRE LOS PROLETARIOS DE AMBAS REGIONES, TAL COMO EN RUSIA Y UCRANIA!
Estas consignas expresan hoy la posición invariante de los comunistas internacionalistas frente a esta y a toda guerra capitalista: el derrotismo revolucionario y el internacionalismo proletario. ¿Por qué?:
➊ Porque la guerra capitalista siempre se hace contra el proletariado: en este caso, si hoy el Estado burgués de Irán está atacando el territorio dominado por el Estado burgués de Israel es, sobre todo, para someter al combativo proletariado de la propia región iraní; más precisamente, para justificar la represión sobre sus luchas contra la explotación (p. ej. en el sector petrolero y de la salud) y llevarlo al matadero de la guerra “en defensa de la patria”. Lo mismo aplica contra el proletariado de la región israelí que se rehúsa a ir a la guerra de sus patrones asesinos y matar a sus hermanos de clase al otro lado de la frontera (los llamados refuseniks); y, contra el proletariado de la región palestina que protesta contra el gobierno burgués, hambreador y represivo de la Autoridad Nacional Palestina y Hamás. En fin, en toda guerra capitalista los únicos ganadores son los burgueses y los únicos perdedores son los proletarios de cualquier país, ya que en realidad este no es un conflicto de naciones, sino un conflicto de clases llevado al plano internacional.
➋ Porque los Estados hacen la guerra para acumular más capital, territorio y poder: en este caso, si hoy el Estado de la burguesía ayatola de Irán (socia de China) y el Estado de la burguesía sionista de Israel (socia de EE.UU.) se están disputando militar y políticamente el territorio dominado por su subordinada, la burguesía islamista de Palestina (y de Líbano), es por el control de la fuerza de trabajo, petróleo y gas, centros industriales, puertos, etc. de toda esa zona geográfica del mercado mundial llamada Medio Oriente. También hacen la guerra como válvula de escape para la crisis capitalista o la caída de la tasa de ganancia y la desvalorización mundial, reactivando la industria y el comercio de armas, repartiendo e invirtiendo el plusvalor extraído a los trabajadores. Tal es el motor económico de toda guerra imperialista. Y esta guerra no es la excepción, con el agravante de que podría convertirse en una guerra nuclear de gran escala.
➌ Porque estar a favor de uno u otro Estado capitalista en guerra es caer en la trampa de los falsos bandos, el nacionalismo, el sentimentalismo, la confusión y el oportunismo. Trampa promovida por los medios de desinformación masiva que, para colmo, han hecho de la guerra algo “normal” y hasta un distractor de otras catástrofes cotidianas. Es caer en el terreno de la burguesía y la socialdemocracia. Es una posición antiproletaria y contrarrevolucionaria que debe ser denunciada y combatida como tal, sobre todo contra las variopintas izquierdas del Capital. El “antiimperialismo” y la “liberación nacional” en realidad siempre han sido apéndices de la guerra imperialista y el capitalismo de Estado (mal llamado “comunismo”). Por el contrario, los proletarios no tenemos patria y los comunistas siempre luchamos por los intereses de nuestra clase mundial en contra y más allá de los intereses de cualquier Estado, nación, “pueblo”, religión, etc.
➍ Porque bajo el capitalismo no existe “guerra justa” ni “guerra santa” entre naciones. La única “guerra justa” que puede existir es la guerra de clases global para abolir el capitalismo, la guerra y la sociedad de clases misma; esto es, transformar la guerra imperialista en revolución comunista internacional. Evidentemente, faltan muchos desastres, guerras, revueltas e insurrecciones para llegar a ese punto de no-retorno. Mas no por ello es menos verdadero ni necesario en esta época de catástrofe económica, social, ecológica y, para colmo, amenaza inminente de guerra nuclear. Por lo tanto, Comunismo o Extinción.
➎ Porque, a pesar de la contrarrevolución mundial que todavía reina, mantener con intransigencia la posición de derrotismo revolucionario e internacional
Proletarios Hartos de Serlo
Región ecuatoriana, Octubre de 2024
[proletarios_internacionalistas]
Precisiones sobre el derrotismo revolucionario
El texto que publicamos a continuación es parte del próximo número de nuestra revista
Revolución, dedicado a la guerra imperialista y al derrotismo revolucionario. Hemos decidido adelantar su difusión, tanto por el retraso que tenemos con la revista, como por la importancia de este
documento en las discusiones que se están dando en sectores de nuestra comunidad de lucha que asumen las tareas internacionalistas del derrotismo revolucionario.
Link del pdf:
https://proleint.org/wp-conten
Link para leer en la web:
https://proleint.org/wp-conten
Recordamos el NUEVO SITIO WEB de Proletarios Internacionalistas:
Nuevo mail central: info@proleint.org
Salud.
Proletarios Internacionalistas
Sobre la pseudo huelga convocada para el 27 de septiembre
Para valorar correctamente el alcance real de esta convocatoria es necesario tener en cuenta que la mayor parte de las secciones sindicales de CGT no han tenido constancia de ella hasta hace pocos días que se ha hecho pública mediante una rueda de prensa. No ha habido, por lo tanto, ni siquiera el mínimo trabajo de preparación (¡ni aún entre los delegados sindicales!) que una suele haber para una convocatoria de este tipo. Se trata de una decisión de las cúpulas de CGT y Solidaridad Obrera que no han contemplado hacer ningún tipo de agitación ni entre sus bases ni entra los trabajadores en general. Nadie que conozca la historia de ambas organizaciones, especialmente de CGT que es la que ha logrado una mayor presencia entre los proletarios a lo largo de los últimos años, puede esperar mucho de ellas, pero en este caso, recurriendo a la convocatoria de la huelga por decreto, se han colocado exactamente al mismo nivel de las grandes organizaciones sindicales, CC.OO. y UGT, a las que atacan por la pasividad a la que inducen a los trabajadores.
Pero, más allá del aspecto organizativo (aunque este sería suficiente para entender en qué consiste exactamente esta convocatoria que es más acto publicitario que huelga y aún más gesto simbólico que acto publicitario), son las consignas lanzadas para la convocatoria las que muestran su esterilidad. ¿Qué significa la “redistribución del gasto público para la clase trabajadora? Cuando el Estado español, con el gobierno de PSOE y SUMAR (al que la convocatoria, por cierto, no quiere ni mentar) es un aliado directo de las potencias imperialistas interesadas en la masacre de las masas palestinas, llamar a una “redistribución del presupuesto” parece poco menos que una broma. No se llama siquiera al bloqueo de las operaciones comerciales de tipo militar con Israel, no se critica las relaciones diplomáticas con el Estado israelí, consignas que de por sí serían muy poca cosa pero al menos no serían tan… estúpidas. ¿Qué significará una redistribución del presupuesto? ¿que el gasto militar se destine a educación, como dice la consigna? Esa es una dicotomía que no existe para ningún Estado capitalista moderno, es una contradicción que no existe y que no pone en cuestión, de ninguna manera, los intereses imperialistas de la burguesía española ni de su gobierno nacional. Más aún, ¿qué significa clamar por “el fin del genocidio y del apartheid” cuando ni siquiera se está dispuesto a movilizar al propio sindicato para lograrlo? ¡Nada! Es pura palabrería, frases hechas de cara a la galería que son tanto más insultantes cuanto el asesinato cotidiano de decenas de palestinos es algo bien real y acabar con él requeriría de acciones internacionales de clase que hoy están muy lejanas en el horizonte.
La huelga ha sido, debe ser y deberá ser un arma de lucha de la clase proletaria. Mediante la huelga los proletarios expresan su fuerza en tanto dejan de ser simples trabajadores que obedecen las órdenes del patrón.. Interrumpiendo el trabajo para lograr sus exigencias, los trabajadores liquidan toda ilusión acerca de quién crea la riqueza en la sociedad capitalista, de qué estratos sociales tienen más peso y, en fin, de quién es imprescindible, tanto para una empresa en particular como para todo un país en general. Por esto la burguesía teme a la huelga como a un cáncer: aunque sabe que puede vencer casi a cualquier grupo de trabajadores que dejen el trabajo, también sabe que el gran peligro es la metástasis, la extensión del ejemplo, de la conciencia proletaria de la propia fuerza, de la solidaridad de clase entre trabajadores… y por eso se afana con todas sus fuerzas para no ya reprimir sino impedir la aparición de la huelga.
Hoy esta represión contra la huelga, como en general contra cualquier manifestación de la lucha de clase, no se lleva a cabo mediante la represión directa. La burguesía ha acumulado suficiente poder y conocimiento a lo largo de décadas de dominio ininterrumpido sobre el proletariado que ha sido capaz de levantar todo un aparato de represión preventiva basado en la regulación y en la integración legal de toda expresión de la lucha obrera con el fin de esterilizarla. El ensamblaje de las grandes organizaciones sindicales en el Estado, la legislación laboral que prescribe cada paso que se puede o no dar en el terreno de las organizaciones, la codificación de las huelgas permitidas y las no permitidas, la obligación de los preavisos y los servicios mínimos, etc. son las verdaderas herramientas represivas con las que cuenta la burguesía: con ellas logra anular la fuerza proletaria, hace caer encima de los trabajadores dispuestos a luchar todo el peso democrático de la ley para agotar su fuerza, para canalizarla hacia objetivos inútiles, etc. Con ello logar no sólo vencer un grupo de trabajadores sino imposibilitar la lucha misma y extender la impotencia entre el conjunto del proletariado, que se ve derrotado no por el palo sino por la zanahoria democrática y legalista.
El último paso de este sistema de esterilización de la lucha de clase es el tipo de huelga que ahora convocan CGT y Solidaridad Obrera: la huelga que ni siquiera es huelga, en la que no se hace agitación por la participación, no se organizan piquetes, no se difunde en los puestos de trabajo… sino que se cifra la suerte de la convocatoria a la difusión por medios de comunicación y redes sociales. Ya no se trata de las convocatorias habituales de CC.OO. y UGT, de los actos limitados, huelgas “generales” de un día, etc. sino de un gesto puramente simbólico con el que sólo se busca la notoriedad ante la prensa (¡y ni siquiera ante toda la prensa, que seguro no irá!)
Los proletarios y las masas oprimidas palestinas están padeciendo la ofensiva militar israelí sin que nadie, absolutamente nadie, acuda en su ayuda. No les ayuda Irán que, con toda su retórica anti americana, obedece a los intereses regionales y mundiales rusos y chinos y por lo tanto no tiene ningún interés en un enfrentamiento con Israel ni con su patrón americano. No les ayuda, por lo tanto, ni Hezbolá ni su hermano pequeño hutí, condicionados por la misma dinámica de enfrentamientos inter imperialistas para los que hoy vale mucho más la sangre palestina como motivo de propaganda que como llamada a la guerra regional. No les ayuda, tampoco, el proletariado y las masas populares árabes, incluyendo entre estos a los millones de palestinos exiliados en Jordania, Líbano, etc. que han sido incapaces, paralizados por la presión de la burguesía árabe local y por décadas de represión que pesan sobre sus espaldas, de ser la chispa que incendie el Medio Oriente.
No les apoya el proletariado europeo y americano, el que cuenta, en su historia, con una mayor tradición de lucha clasista, tanto en el terreno sindical como en el político, pero que desde hace muchas décadas permanece prácticamente paralizado tanto en la lucha por sus propios intereses inmediatos como en la defensa de la lucha de los proletarios y las masas desheredadas del llamado tercer mundo, incluso cuando ésta tuvo un vigor y una capacidad subversiva mucho mayor que la actual. Y no les ayuda, obviamente, un proletariado israelí que está completamente imbuido en la lógica de colaboración política y militar con su burguesía, que ha sido incapaz de manifestar siquiera una repulsa de tipo simbólico y que, en muchas ocasiones, está colaborando de hecho con la masacre.
Es sobre estos dos últimos, sobre el proletariado euro americano e israelí sobre los que cae la mayor parte de esta responsabilidad. El proletariado europeo y americano tiene la fuerza, la capacidad histórica, de frenar la matanza de palestinos. Tienen la tradición de una lucha de clase a sus espaldas que ha sido capaz, en otros momentos, de poner contra las cuerdas a la burguesía mundial. Así lo hizo en 1871, en 1905 o en 1917, cuando fue capaz de reaccionar contra la guerra, nacional e imperialista, volver las armas contra sus amos burgueses y ponerles de rodillas, frenando la masacre y obligando a las potencias internacionales a abandonar -temporalmente, claro- sus planes de reparto del mundo. Esa fuerza histórica, con la que no pueden contar los proletarios palestinos ni árabes (por generosa que haya sido su contribución a la lucha revolucionaria proletaria mundial) está hoy completamente olvidada. Se ha perdido después de décadas de colaboración entre clases, de aceptación del Estado burgués, de la defensa de la economía nacional, de claudicación en la defensa de sus intereses inmediatos y finales. Y gracias a ello la burguesía de todos los países se siente capaz para imponer sus planes criminales, que hoy pasan por liquidar a los palestinos de Gaza (y seguramente de Cisjordania) o a los reclutas rusos y ucranianos, pero que mañana (un mañana cada vez más próximo) pasarán por un enfrentamiento a gran escala entre las principales potencias imperialistas que llevarán al frente, como carne de cañón, a los proletarios de todos los países.
Esta es la realidad, actual y futura, del proletariado en España, Europa y el mundo. Es una realidad tenebrosa en la que decenas de miles de proletarios en Palestina, pero también en Rusia y Ucrania, dejan su vida en el campo de batalla por los designios de la burguesía mundial. Y, por lo tanto, es con esta burguesía, en cualquier país, con la que los proletarios deben ser capaces de romper. Es a ella a la que deben declarar la guerra, es contra ella contra la que deben utilizar todas las fuerzas de las que disponen.
Es por ello que las convocatorias como las del próximo 27, que sólo so un gesto estéril e inoperante ante la masacre, resultan especialmente deletéreas. Con ellas CGT y el resto de convocantes refuerzan la derrota proletaria, su incapacidad de reaccionar en términos de clase frente a las imposiciones económicas, políticas y militares de su burguesía. Convirtiendo la huelga en un acto teatral, en una jeremiada destinada sólo a liberados y militantes, contribuyen a difundir la idea (ya muy extendida de por sí) de que la lucha es imposible, que sólo queda pedir y esperar, como siempre, a ser, antes o después, aplastados. Negar ante un proletariado como el español, que podría dar una colaboración de primer orden para que otros proletarios de Europa se movilizasen para acabar con la masacre si luchase sobre el terreno de clase, los términos necesarios de esta lucha significa apoyar indirectamente la política criminal de la burguesía de todos los países.
¡Por la recuperación de la huelga como arma de la lucha de clase del proletariado tanto para las reivindicaciones inmediatas como para las generales!
¡Por la reorganización clasista del proletariado!
¡Por la solidaridad internacionalista con los proletarios y las masas oprimidas palestinas, en Ucrania, en Rusia y en cualquier otro país!
¡Por la ruptura de los frentes nacionales!
¡Por la defensa intransigente de la lucha de clase proletaria!
22-09-2024
Partido Comunista Internacional (El proletario)