El éxito electoral del NFP no es una victoria del proletariado

El éxito electoral del Nuevo Frente Popular
no es una victoria del proletariado


Más que el éxito electoral del Nouveau Front Populaire (NFP), el inesperado fracaso del Rassemblement national (RN) de Marine Le Pen, al no obtener la mayoría que le habría permitido formar gobierno, supuso un alivio para muchos proletarios, en particular entre los trabajadores inmigrantes que constituyen una parte importante del proletariado industrial y no industrial: la lucha contra la inmigración, que es el tema principal de la propaganda del RN, y las medidas xenófobas que preveía anuncian un endurecimiento de la presión y la represión contra esta fracción del proletariado y, al mismo tiempo, un estímulo al acoso racista de todo tipo y la acentuación de las divisiones entre proletarios franceses y extranjeros.

Pero de hecho, ya antes de la posible llegada al poder del RN, los sucesivos gobiernos no han dejado de multiplicar y aprobar leyes anti-inmigración como parte de sus continuos ataques a las condiciones de vida y de trabajo del proletariado. Contra todas estas medidas y contra todos estos ataques la única vía eficaz es la lucha proletaria, no votar y otorgar confianza a los partidos de izquierda y las direcciones sindicales, que en innumerables ocasiones han dado al gobierno y a la oposición pruebas de devoción al orden burgués.

La alianza electoral de estos partidos y organizaciones anti proletarios ha desembocado, como era inevitable, en un "frente republicano" en nombre del cual se ha exigido el apoyo a los candidatos burgueses, incluidos  responsables directos de los ataques anti obreros: así, por ejemplo, la supuesta 'extrema izquierda' del partido La France Insoumise votó por el ex primer ministro Borne, que dirigió el ataque contra las pensiones, o por Darmanin, responsable, entre otras cosas, de la última ley antiinmigración y de la represión colonial en Nueva Caledonia, y que ¡en febrero de 2021 encontró a Marine Le Pen 'un poco blanda' con el 'separatismo' y el 'islamismo' (palabra clave para designar a los proletarios árabes)!

Una vez más, el espantajo de la extrema derecha ha servido para movilizar a los electores a favor de la supuestamente amenazada "República", es decir, a favor de la forma "democrática" del dominio de la clase capitalista, que RN no pretende en absoluto cambiar; esta movilización electoral es la concreción en las urnas del sometimiento político más general del proletariado al dominio burgués, bajo la acción de los partidos y de las organizaciones sindicales que sabotean todas sus luchas. El auge electoral de la extrema derecha en Francia y en otros países europeos es signo de una tendencia de fondo, dentro de las condiciones actuales de crisis económica y de guerra crecientes, hacia un mayor autoritarismo en el dominio burgués, tendencia que se viene dando desde hace varios años bajo gobiernos "republicanos" de derechas o de izquierdas. La incapacidad de RN para llegar al poder puede explicarse por el hecho de que importantes fuerzas burguesas de la Francia actual no estén dispuestas a permitirlo (según el periódico patronal Les Echos, los "círculos económicos" (sic) se han "paralizado" ante la perspectiva de un gobierno del RN, y los contactos con Le Pen "han ido mal"), lo cual no contradice esta tendencia que seguirá creciendo de una forma u otra, sea cual sea el gobierno que surja de las laboriosas negociaciones internas del NFP y/o de las combinaciones parlamentarias.

Los ferroviarios de la CGT convocan manifestaciones el 18 de julio ante las prefecturas y la Asamblea Nacional para exigir la formación de un gobierno por parte del CCN... ¡A estos bonzos no se les ocurre llamar a los proletarios a luchar para defender sus intereses de clase! Sin embargo en la época del primer Frente Popular, en mayo-junio de 1936, fueron las huelgas obreras las que permitieron arrancar a los capitalistas las reivindicaciones fundamentales no previstas por los partidos de la coalición. La mayoría de ellas (la semana de 40 horas, las pensiones, etc.) fueron suprimidas en 1937 por el propio gobierno del Frente Popular, que también permitió que la inflación se comiera los aumentos salariales conseguidos, al tiempo que preparaba al país para la matanza imperialista.

La lección trágicamente pagada entonces por el proletariado es la siguiente: los proletarios solo pueden contar con sus propias fuerzas, con sus propias luchas y con su propia organización de clase independiente, y no con partidos y organizaciones reformistas que pretenden defenderlos sin tocar el capitalismo.

¡Esta lección grabada a fuego es tan válida hoy como lo fue ayer y lo será mañana!


 

Partido Comunista Internacional
11 de julio de 2024

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