[Francia] Huelga ilimitada y sin preaviso de trabajadores ferroviarios







Francia
Huelga ilimitada y sin preaviso : ¡los ferrocarrileros en huelga de Châtillon muestran el camino!


Desde el 21 de octubre, cientos de trabajadores ferroviarios del "centro técnico" de Châtillon (suburbio de París) están en huelga. Como el centro técnico (Technicentre, TATL) se utiliza para el mantenimiento de los TGV, el movimiento provocó rápidamente una parálisis casi total del tráfico de la red de TGV en el arco atlántico.
Contrariamente a lo que algunos medios de comunicación han afirmado, que culpaban al sindicato SUD-Rail, la huelga se desencadenó espontáneamente, fuera de los sindicatos. Además, los huelguistas se unieron al movimiento sin cumplir con el requisito legal del aviso previo, una medida que sirve para debilitar la fuerza de la huelga al dar tiempo a la dirección para prepararse para ella, y establecieron una caja de fondos de huelga independiente. Hasta ahora se han resistido a la campaña de propaganda de los medios de comunicación y del gobierno, que reiteran la vieja acusación de atacar a los usuarios: muchos usuarios son también proletarios que pueden sentirse solidarios con una lucha obrera.
Los trabajadores ferroviarios se movilizaron inicialmente contra el plan de la Dirección de cancelar alrededor de diez días de vacaciones "compensatoria" 1 por una prima de 7.000 euros; el proyecto fue retirado, pero la lucha continúa contra los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo: 7 días a la semana, en tres turnos, bajo presión constante para cumplir los plazos con el fin de limitar al mínimo el tiempo de inmovilización de los trenes.
En su comunicado del 27 de octubre, los huelguistas declaran:
"Nosotros, agentes del Technicentre de Châtillon en huelga, en la red de TGV del Atlántico, hemos dejado de trabajar masivamente desde el lunes 21 de octubre por la noche, sin consultar ni ser encuadrados por los sindicatos. La Dirección considera que nuestra huelga es ilegítima porque no estaríamos dentro del plazo de 48 horas para el servicio mínimo, pero era la única manera de hacer oír nuestra voz. (…).
Nuestra rabia es real y profunda, estamos decididos a luchar hasta el final de nuestras reivindicaciones, por respeto y dignidad. Ya no podemos aceptar trabajar con salarios cercanos al salario mínimo y congelados durante 5 años, sin personal suficiente y con agentes que renuncian cada vez más. Nos avergüenza ver cómo la SNCF juega con la seguridad o la comodidad de los pasajeros, por razones de flexibilidad y rentabilidad. Respetaremos los plazos de preaviso [de huelga] cuando la propia Dirección ya respetará a los empleados, pero también a los pasajeros (…).
¡Hartos de reorganizaciones, de bajos salarios, de los recortes de empleo y falta de personal! Llamamos a todos los trabajadores ferroviarios que levanten la cabeza con nosotros, porque la situación actual en Châtillon es de hecho un reflejo de una política nacional (...).
Hemos permitido que esto ocurriera durante demasiado tiempo sin decir nada, pero hoy en el TATL decimos que hay que poner fin a esta política de la empresa. ¡No venderemos nuestra dignidad, nuestra seguridad o nuestra salud!"  (1).
 

LOS BOMBEROS SOCIALES "JUEGAN AL JUEGO DEL DIALOGO SOCIAL" CONTRA LA HUELGA

 

La llamada de los huelguistas a los demás trabajadores ferroviarios y el ejemplo de su determinación tuvieron un primer eco: paros tuvieron lugar el jueves 31 de octubre en los centros técnicos [de los suburbios de París] de Le Landy, que se ocupa de los trenes de alta velocidad en el eje norte, y de la ciudad de Villeneuve Saint Georges para la red sureste.
El sindicato SUD-Rail, considerado el más combativo, que había admitido haber sido sorprendido por la huelga de Châtillon, se posicionó como "radical" para la continuación del movimiento - ¡pero para sabotear la extensión de la lucha! Amenazó con llamar a una huelga ilimitada en estos centros "desde el jueves por la tarde o el lunes". Pero después de haber hecho el fanfarrón dando a la Dirección una especie de ultimátum ("Le dimos a la Dirección hasta las 6 p.m. para responder a nuestras demandas"), SUD pidió que se volviera al trabajo: "Estamos jugando el juego (del diálogo social). Mientras tanto, se reanuda el trabajo y saldrán los trenes"  (2).
La Dirección aprovechó la ocasión y programó una reunión con los sindicatos, y SUD dejó de hablar de la posibilidad de una huelga....
Cuando los huelguistas de Châtillon llaman a los demás trabajadores ferroviarios a unirse a ellos, cuando necesitan su refuerzo para doblegar a la Dirección, SUD los deja aislados "jugando al juego del diálogo social". La colaboración de clase prevalece sobre la solidaridad de clase: "No podremos decir que no estamos dando a la dirección una salida al conflicto", dijo Fabien Monteil, delegado de SUD-Rail en Landy"  (3).
Esta actitud no debe sorprender; a pesar de su discurso de protesta, SUD formó parte de la Intersyndicale que el año pasado organizó la derrota de los trabajadores ferroviarios mediante una lucha "de puntos" con días de huelga dispersados y anunciados de antemano. El diario Le Parisien escribe sobre este tema: este movimiento "era inútil, gruñe un ferroviario sindicalizado. Hemos respetado las reglas, presentado pre-avisos de huelga. Con este sistema, la Dirección se organiza, el movimiento no tiene ningún impacto y no obtenemos nada" (4).
Es la amarga pero saludable experiencia de la derrota de 2018 lo que explica la acción de los huelguistas de Châtillon que toman su lucha directamente en sus manos y violan las medidas legales antihuelga: ¡no es posible luchar con algunas posibilidades de victoria dejando la dirección del movimiento a las organizaciones colaboracionistas y sus tácticas que pretenden hacer las huelgas lo más inocuas posible!
Esta conclusión explica también el aumento de los paros laborales de los trabajadores ferroviarios tras el accidente de un tren TER [tren regional] en las Ardenas el 16 de octubre (75 heridos leves): el conductor, que también resultó herido, que era el único trabajador ferroviario del tren, tuvo que caminar 3 km ida y vuelta para activar manualmente una señal para detener a otro tren que llegaba por delante.
En este caso, los conductores utilizaron una disposición legal ("derecho de retiro") para ir espontáneamente a la huelga primero en Champagne-Ardenas, luego en Île-de-France (región parisina) y en una gran parte del país. Protestaron contra el ser solo a bordo de los trenes, según una práctica que ya existe en la región parisina desde hace tiempo, pero que la dirección quiere generalizar por razones de rentabilidad (reducción de personal); más en general, el deterioro de las condiciones de trabajo y los bajos salarios son la causa de la insatisfacción de los trabajadores ferroviarios.
Los trabajadores ferroviarios en huelga de Châtillon lo entendieron: para defenderse y poder ganar, los trabajadores sólo pueden contar con sus propias fuerzas. Deben tomar su lucha en sus propias manos independientemente de las organizaciones colaboracionistas que sólo buscan dar una salida a la Dirección; deben organizarse y conducir la lucha con medios y métodos de clase: huelgas ilimitadas, sin previo aviso con ocupación de locales o piquetes, extensión a otros establecimientos, comités de huelga, etc.
Cualquiera que sea la continuación del movimiento actual, esta es una lección crucial que hay que aprender para los conflictos inevitables que se avecinan, no sólo en la SNCF sino también en otros lugares donde los proletarios en todas partes se enfrentan a las mismas condiciones y sufren el sabotaje de las organizaciones colaboracionistas.
 
¡Viva la lucha de los trabajadores ferroviarios en huelga de Châtillon!
¡Por la extensión y generalización del movimiento!
¡Por la reanudación de la lucha de clases independiente!
 

 
(1) http:// malakoffantilberalunitaire.over-blog .org/2019/10/avec-les-cheminots-du-technicentre-de-chatillon.html
(2) AFP 31/10/19.
(3) Libération, 31/10/2019. Los partidos trotskistas tienen cuidado de no criticar esta actitud: ¡están presentes en la dirección del SUD!
(4) Le Parisien, 28/10/19.
 
 
Partido Comunista Internacional (El Proletario)
1 de noviembre de 2019